sábado, 26 de abril de 2014

MIYAZAKI EN BICICLETA




(Miyazaki en bicicleta me sirve para ilustrar este post de estrenos)

El viento se levanta
Miyazaki se despide del cine. Es una lástima. Lo hace con un film extraño, una historia que quizás contada en imágenes reales habría sido más difícil de aceptar. La vida de Jiro Horikoshi, el inventor del avión Zero japonés que bombardeó Pearl Harbour, se eleva por encima de su biografía gracias al poder de los dibujos de tintas planas de este mago de la animación que es capaz de enmarcar su personaje en una trágica historia de amor, sin olvidarse de recordar que el sueño de Horikoshi se convirtió en una pesadilla de destrucción.

Molière en bicicleta
No sé cuántas veces he dicho en este blog como envidio a los franceses su capacidad de vivir sus clásicos como algo completamente actual, de disfrutar con su ligereza, su inteligencia y su sentido del humor. Alceste à bycliclette es la última prueba. Traducida aquí por Molière en bicicleta (¿cuánta gente reconocería el nombre de Alceste como el protagonista de El Misántropo?) es una delicia en sus diálogos, en la química entre el actor Luchini y la estrella Wilson, en el uso de los paisajes de la isla de Re…

Gangs of Wasseypur I y II
Scorsese en la India, se ha dicho de este fresco histórico que en sus dos partes dura cinco horas que pasan volando. Desde los casi bandidos del oeste que asaltaban trenes en 1941, hasta la lucha de bandas mafiosas de principios del Siglo XXI, sesenta años de historia de la India pasan ante nuestros ojos con violencia, crueldad, humor, y sobre todo, un sentido del ritmo y del lenguaje que distingue este cine de su gemelo americano.

La vida inesperada
Más que Woody Allen, a mi esta película de primos me recuerda Un día en Nueva York. Quizás porque tiene algo de musical; o porque mira la ciudad con ojos de habitante (Juanito/Cámara) y de visitante (el primo/Arévalo). O porque la troupe de cómicos de la legua en los barrios de la Gran Manzana  tiene mas que ver con los marineros de Donen y Kelly que con el Allen de Manhattan. En todo caso, un film que enlaza con Sublet, de Chus Gutiérrez y un poco más atrás con La línea del cielo de Colomo.


viernes, 25 de abril de 2014

EL OTRO CINE ESPAÑOL EN D'A


Hoy se inaugura la cuarta edición (¡ya son cuatro!) del Festival Internacional de Cinema D’Autor  de Barcelona, conocido como D’A y dirigido por Carlos Ríos.  Coincide su primera sesión casi, casi con la última del Atlántida Film Fest que se ha podido ver On Line durante casi un mes a través de Filmin. Dos festivales que comparten la inquietud de mostrar el cine mas interesante que se está haciendo en los distintos paisajes cinematográficos del momento. Aunque cada uno tiene sus características.
Lo que distingue al D’A (aparte de que solo se pueda ver si estás en Barcelona) es su apuesta clara y decidida por eso que se ha venido llamando El otro cine español. Un ciclo coordinado y preparado por Carlos Losilla bajo el nombre de Un impulso colectivo, agrupa 14 largometrajes realizados entre 2013/2014 en distintos lugares de España: Galicia, Madrid, Barcelona, Girona, Euskadi, Asturias… con el común denominador de buscar nuevos caminos y nuevas formas de producción. No se trata de una entronización del cine low coast, lo que no quita que casi todos sean producidos con muy poco dinero, sino más bien el reconocimiento de un concepto distinto de entender el cine: como lenguaje y como industria.
La verdad es que este movimiento que se viene fraguando desde la crítica más que desde sus propios autores, es un fenómeno curioso. Desde los tiempos del Nuevo Cine Español en los años 1963-1970, o la Escuela de Barcelona, más o menos en la misma década, no  había surgido en España un movimiento cinematográfico tan claro. Pero sobre todo, tan auspiciado y teorizado por un sector de la crítica que le ha dado cuerpo teórico a algo que nació espontáneamente en distintos espacios muy alejados entre si.
Este interesante fenómeno me produce dos sensaciones contradictorias.
Por un lado, me alegra constatar la vitalidad de gente que desde distintas perspectivas y condiciones está siendo capaz de hacer y decir muchas cosas con muy pocos medios. Es una evidencia de que el cine, no solo no ha muerto, sino que tiene mecanismos propios que saben utilizar las ventajas de las nuevas tecnologías y de los nuevos formatos para contar historias. Por otro lado, me produce una extraña perplejidad que se hable tanto de esta tendencia como algo reciente (gente haciendo cine a su aire y como ha podido ha habido en otros momentos) y sobre todo se intente convertirlo en un movimiento desde fuera. Tengo la impresión que la critica se está arrogando un papel demasiado protagonista en este intento, forzando una coherencia en lo que en realidad es un magnífico caos creativo.
Lo cierto es que quizás esa sea la única manera de que estas películas lleguen a encontrar su público, porque tenerlo lo tienen, aunque sea minoritario y exclusivo. Es probable que sin este apoyo crítico muchos de estos films nunca llegaran a salir del pequeño ámbito local. Pero también me da un poco de miedo que estemos “forzando” el nacimiento de algo de una manera supraestructural.
El Nuevo Cine Español tampoco era un movimiento univoco, tenia muchas voces distintas, pero tenia un elemento fundamental que lo ligaba todo: el apoyo absoluto y entregado de la administración publica, representado por el que ejercía de Director General de Cinematografía en ese momento, García Escudero. Impulsado desde las estructuras del estado, el Nuevo Cine Español, encontró en la crítica de la época su justificación histórica.
Ahora, el estado no solo no apoya (la verdad es que no apoya a nada o casi nada) sino que ignora hasta cierto punto este movimiento que ha surgido directamente de la necesidad de hacer. Es la crítica la que lo está convirtiendo en algo tangible. Incluso exportable, aunque los grandes festivales internacionales siguen impermeables a esta efervescencia y no parecen haberse enterado de que existe “el otro cine español” (miren la programación de Cannes o de Berlín de estos últimos años: ninguna o casi ninguna película española).
Sería una lástima que esta vocación de voluntarismo, tan necesaria en un primer impulso colectivo, no encontrara pronto un apoyo de las instituciones y de la propia industria que debería darse cuenta que ahí está el camino a seguir: conseguir que estas películas encuentren su espacio mas allá de circuitos cerrados de festivales, museos o filmotecas: crear cines (por suerte ya están apareciendo) donde este tipo de películas tengan visibilidad; utilizar los canales de Internet a todos los niveles para potenciar su difusión en lugares donde las salas de exhibición son una reliquia del pasado; y sobre todo, permitir a sus directores (mejor dicho a sus equipos, porque este es un cine de equipos) que puedan vivir de este trabajo y no arañar horas de donde pueden y sablear amigos y familiares para hacerlo. Es decir, crear una nueva forma de entender la industria.



Una reflexión para terminar estas líneas. El común denominador (si es que lo hay) entre todas estas películas, es su carácter de “no ficción” o por lo menos “no ficción” convencionalmente entendida. Es lógico. Realizadas casi sin medios y como actos de voluntad, es evidente que resulta mucho mas fácil mirar la realidad que ya existe que inventarla. Se trata de reconvertir esa realidad  en algo personal a través de la mirada de un director o un colectivo, pero en el fondo, no deja de ser la realidad que te rodea. El gran reto del Otro Cine Español, es llegar a dejar de ser Otro, incluso a dejar de ser Español y convertirse simple y sencillamente en Cine. En cine que cuenta historias que no necesariamente tiene que ser pesimistas, oscuras, o deprimentes, que pueden arriesgarse a ir más allá. Como lo han hecho ya algunos de los directores que han nacido en este magma o que han sabido aprovechar estas corrientes: desde Juan Cavestany con Gente en sitios, a Paco León y el díptico de Carmina; de Jonás Trueba y Los ilusos a Isaki Lacuesta y ese film delirante que se anuncia como Murieron por encima de sus posibilidades; de El muerto y ser feliz de Javier Rebollo, a los 10.000 km, de Carlos Marqués-Marcet.  El reto es demostrar que el cine es todo, si ese todo tiene sentido y está bien contado.

Y un último punto. No hagamos guetos excluyentes. Tan importante es que haya éxitos inesperados, Ocho apellidos vascos, de Emilio Martínez Lázaro, como películas minoritarias y exquisitas del tipo de Hermosa juventud de Jaime Rosales, único español seleccionado en el Festival de Cannes. El Cine (español, chino o alienígena) es TODO.

Información sobre el festival D'A en la web : www.cinemadautor.cat/es/



sábado, 19 de abril de 2014

SEMANA SANTA




(fragmento de un cuadro de Ramon que podría ilustrar el Big Bang)
Semana Santa no es lo que era. Ya casi nadie recuerda que en un día como hoy, Sábado Santo, se estrenaban las películas gordas de la primavera. Después de tres días de penuria, el Sábado de Gloria traía, por fin alegrías a la cartelera. Ahora, no hay días señalados con estas alegrías y casi todos los viernes son una sucesión de estrenos que pasan sin pena ni Gloria, por una cartelera que está en continua Semana de Pasión. En fin. Dejémonos ya de metáforas al uso (y al desuso, por suerte) y veamos que ha habido esta semana en los cines. No mucho, la verdad. Aunque debo reconocer que dos de las películas mas interesantes (a priori) no las he podido ver.
Una, es El pasado, del iraní Asghar Farhadi. Primera película de este director de melodramas rodada fuera de Irán. Después de A propósito de Ely y Una separación, era cuestión de tiempo que Farhadi rodara en Francia. Y alli ha hecho este film que, por lo que se, podría ser una continuación de Una separación. La recomiendo aun arriesgándome a hacerlo sin haberla visto.
La otra es La mujer del quinto, de Pavel Pawlikowski, director de Ida, estrenada hace un par de semanas. No se si esta nueva/vieja película se parece a Ida. Pero sí sé que Ida se parece mucho al cine polaco de los años 70. Denso, cargado de filosofía, triste, hermoso en sus imágenes, duro en su historia. Un cine que no respiraba por mas que Pawlikowski le de aire a sus figuras dejándolas casi siempre en la base del plano. Puede ser una experiencia cinéfila ver las dos películas seguidas. Pero luego no me pidan cuentas si salen muy deprimidos o perplejos o, sintiendo (los mas viejos) que La tía Tula no estaba tan lejos de ese cine evocado.
Hay una tercera película, que si he visto y de la que me gustaría hablar. Es un film de serie B, realizado hace tres años, con Antonio Banderas de protagonista. Se titula La partícula de Dios. No se confundan, no es el título religioso de la Semana Santa. Esta partícula de Dios es esa cosa tan intangible que se denomina en ciencia El Bosón de Higgs y que es una posible explicación del Big Bang (nombre del film en su versión original). Dirigida por Tony Krantz, un hombre que tiene en su haber ser el productor de Mullholand Drive y de la serie 24 entre otras cosas, este film delirante en el que se mezcla ciencia ficción y cómic; cine negro y corrupción policial; un científico loco y una historia de amor, tiene momentos imprevisibles y disparatados, con una estética extrema digna del Almodóvar primigenio. Quizás por eso Banderas se siente tan cómodo en su papel de detective chandleriano, desengañado y pasional. Una rareza.



viernes, 11 de abril de 2014

ANOCHECE EN LA INDIA


(la película de Chema Rodríguez tiene los colores de este dibujo de Ramon)

Anochece en la India es la historia de un viejo hippie condenado a vivir en una silla de ruedas. Dispuesto a morir con las botas puestas, Ricardo emprende un viaje a la India acompañado de Dana, una mujer rumana, callada y dura, gravemente herida por la vida. Desde Una historia verdadera a Nebraska, hay un largo recorrido de películas de últimos viajes que tienen en Harry and Tonto uno de sus títulos fundadores.

Juan Diego explica que cuando leyó el guión de Anochece en la India supo que tenía que hacer ese papel. Y yo, viéndola, comprendí muy bien porque lo decía. Lo comprendí porque recordaba una larga entrevista que le hice hace más de veinte años (en 1991), cuando rodaba Jamón, jamón en Barcelona. En aquella larga charla, Juan Diego me dijo algunas cosas que permiten entender porqué se sintió tan cerca del personaje de Ricardo:

1. De mí no hay nada lejos. Mi teoría es que un actor tiene dentro todo cuanto existe en el mundo de bueno o de malo. Desde el violador al místico, del artista al obrero. Todos están dentro de mí. El trabajo del actor es saber encontrar lo que conviene a cada personaje e intentar sacarlo fuera. Encontrar la gota del personaje y anegarse en el río que se crea. Unas veces se consigue y otras no.
Esta vez Juan Diego lo ha conseguido, la gota del personaje de Ricardo se ha desbordado en una interpretación sobria, contenida y callada.

2. ¿Recuerdas aquella película El viaje a ninguna parte? Los cómicos nunca saben adónde van, como máximo van a quedarse colgados de una estrella. Por eso, lo que me horroriza es la seguridad con la que todo el mundo parece saber adónde va.
También Ricardo viaja a ninguna parte y se queda colgado de una estrella. Porque ¿qué es Dana, en el fondo, sino una estrella de la que colgarse en medio del desierto?

3. Tengo todo el optimismo del mundo porque creo que contra los últimos mohicanos nunca podrán. Es el momento de resistir dentro de la cultura. Es el momento de reconocer que soy un antiguo, un clásico. No quiero ser moderno. Puede ser que de la falta de modelos, de la crisis del comunismo y del capitalismo pueda salir algo importante siempre que mantengamos como punto de referencia la cultura. Recuperar la máxima del Renacimiento: “Nada por encima de la medida del hombre”. Si mantenemos esa dimensión, sí que encontraremos otra manera de coexistir. No sé si buena o mala. Si tenemos como referencia la búsqueda del espíritu del hombre, independientemente de lo que crea, o de su identificación ideológica, el espíritu del hombre como individuo diferenciado, eso sí es esperanzador. El comunismo ya no sirve, pero tampoco sirve la idea del capitalismo clásico. Hay una especie de poder económico órfico que no sabemos dónde localizar porque está muy repartido. No tiene cara, es una tecnología anónima. Esta nueva situación es muy peligrosa porque te crea la ilusión de que puedes conseguirlo todo, siempre y cuando seas un fiel servidor del orden establecido. En ese sentido, el dinero se parece a la Iglesia tradicional. Se trata de alienar a la gente, no dejarla actuar como individuos, acabar con las diferencias, homogeneizar a los servidores a cambio de la ilusión de poder tener dinero. Se está produciendo un terrible atentado a lo más íntimo del ser humano, nos están haciendo una lobotomía general.
Estas palabras proféticas de Juan Diego en 1991, las podía repetir una a una el Ricardo desencantado del 2014.




sábado, 5 de abril de 2014

MISCELANEA

Una de agua
Noe de Darren Aronofsky. Cine bíblico de nuevo cuño. Es decir, la Biblia cruzada con El Señor de los Anillos o Waterland. El primer fin del mundo, el diluvio universal y un Noé que quiere salvar la vida, pero no a los humanos porque no se lo merecen. Deslumbrante en sus imágenes, violenta en sus personajes, maniquea y sin un ligero temblor espiritual, este Noe calvo y justiciero surge de la iconografía de los videojuegos más que de iconografía bíblica. Fue esta idea la que me llevó a pensar que el famoso episodio del primer Apocalipsis acuático no es precisamente un tema muy tratado en la pintura: Miguel Ángel en la Capilla Sextina es quizás el más famoso. Hay algunos cuadros, pocos, del renacimiento italiano. Los árabes lo han representado en preciosas  miniaturas. Seguramente hay muchos mas de los que yo recuerdo, pero, buscando en Internet, me he encontrado un cuadro de El Bosco que sin parecerse en nada al film de Aronofsky, parece salido de la oscuridad de sus imágenes. Aquí lo pongo.



Una de políticos
El ala oeste del Quai d’Orsay contada con un sentido del humor louisfunesco (y no lo digo peyorativamente). Eso son estas crónicas diplomáticas que Tavernier ha llevado a la pantalla dotando de movimiento a un famoso cómic francés que se inspiraba en el ministro de las sienes plateadas Dominique de Villepin. Yo no se cuanto hay de verdad en esta hilarante y ridícula historia de poder/poderes. Pero si se que una vez coincidí con el entonces ex ministro seductor en un festival de cine y su comportamiento no era muy diferente del que tiene el excelente Thierry Lhermitte. No busquen un film político al uso, ni siquiera una disección de los entresijos de un gobierno. Estas crónicas están mas cerca de la banalidad y maldad de House of cards (con mas humor) que de la serie creada por Aaron Sorkin.

Una de yupies

Frances Ha es Greta Gerwig y siempre lo será. Historia neoyorquina de amistad entre dos chicas que nada tiene que ver ni con Girls ni con Sexo en Nueva York, se ha vinculado esta película al Manhattan de Woody Allen. También a la Nouvelle Vague y a Jim Jarmush y a Leos Carax… Uf¡¡ cuantos referentes para un film que es mucho mas simple que todo eso. Historia de un patito feo que no acaba de convertirse en cisne y que se va a París a ver si alli consigue cambiar, pero solo logar sentirse mas patito feo si cabe. Es deliciosa a ratos, es cargante a ratos. Es Noah Baumbach en blanco y negro.