(al lado de este lago se suicidó von Kleist)
He
visto, por fin, Amour fou, de Jessica
Hausner. La he visto y he pensado que mas que amour fou debería llamarse amour
froid. No recuerdo una sola película sobre el romanticismo tan poco
romántica como ésta. Claro que todo tiene una explicación, Jessica Hausner es
austriaca. Y el romanticismo es alemán. Austriacos y alemanes no son iguales,
aunque lo parezcan, y por mucha Sissi que tengan, Viena y Austria son frías
como el hielo.
Todo
lo contrario de von Kleist y su suicidio
por amor en los bosques del Wansee berlinés. La primera vez que pasee
por esos bosques en un otoño lleno de colores, la idea de que allí se había
producido ese inmenso acto de amor que es morir juntos, se respiraba en el
aire. Pero en el film de Hausner, von Kleist es un ser odioso y mediocre,
Henriette una histérica con la que habría disfrutado Freud y Marie una insulsa.
Es una opción desmitificadora y muy interesante. Pero a mí, lo
que mas me gustó de Amour fou fue que
me provocó un deseo irresistible de ver La
marquise d’O de Rohmer. Suerte que está en Filmin y la pude recuperar sin
problemas. Y ahí sí que me encontré con el romanticismo pleno. La belleza en
los encuadres, el cuidado en la decoración, la elección del vestuario exquisitamente
pensado, el jardín donde se refugia la marquesa, todo juega a favor de una
pasión romántica que tiene en Edith Clever, hermosa en el papel de la mujer que no entiende cómo ha podido
quedarse embarazada sin saberlo, y Bruno Ganz, consumido por el amor y la
culpa, dos personajes románticos con mayúsculas. Si pueden vean las dos
películas. Una para generar el deseo de la otra. Es una buena experiencia.
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