(dos
futuros güeros mexicanos: mis hermanos)
Descubrí
Güeros en el Festival de San
Sebastián donde el jurado de Horizontes Latinos del que yo formaba parte
decidió darle el premio a la Mejor Película Latinoamericana por unanimidad. A
mí personalmente me impresionó mucho.
Seguramente porque pasaba en un México D.F en blanco y negro, nocturno y vital
que de alguna manera me devolvía los olores y los lugares de mi infancia. Y eso
que la inmensa y terrorífica ciudad de
México de ahora mismo, o la que se retrata en este film ambientado en 1999, no
tiene nada que ver con la luminosa ciudad donde yo crecí. Pero hay algo que
perdura: el ambiente, la gente, los lugares que siguen siendo iguales. Y la
banda sonora impecable y evocadora.
Güeros narra la historia de una noche en la que Tomás, el niño rubio, su
hermano Sombra, Santos el amigo de Sombra y Ana, buscan a un músico mítico,
Epigmenio Cruz, el hombre que hizo llorar a Bob Dylan y pudo salvar el rock
mexicano, en un D.F. fantasmagórico y fascinante. Ambientada durante la huelga
de la UNAM (Universidad Autónoma de México) que duró diez meses dejando a los
estudiantes abandonados al aburrimiento y la discusión estéril, el film es una
aventura de descubrimiento de un lugar y un pasado, el de Epigmenio y el del
padre de los chicos. Pero sobre todo es una road movie urbana que dibuja una
ciudad llena de contradicciones y fronteras invisibles pero, curiosamente,
prácticamente exenta de violencia. Esa violencia que hace que la Ciudad de
México de hoy sea casi invivible, no aparece en este film que no tiene nada
de nostálgico pero si mucho de sueño
añorado de otros tiempos en los que Epigmenio podía hacer llorar al padre de
Tomás y Sombra tanto como a Bob Dylan. Güeros,
rubios en el México chilango, es una de esas películas que no deberían perderse.
2
No
sé si alguien se sorprenderá de que hable en este blog de una película como El viaje más largo, un film tontorrón
para consumo de adolescentes. Basada en una novela de Nicolas Sparks, este film
cuenta dos historias de amor. La del presente, entre un cowboy de rodeos y una
estudiante de arte, no tiene ningún interés; la del pasado, la que sucede entre
Ira y Ruth en los años 40, en cambio, me ha gustado mucho. Las dos cuentan como
mujeres inteligentes con una especial sensibilidad, se enamoran de hombres
sencillos que gracias a ellas aprenden a amar el arte. Pero mientras la que
protagonizan Luke y Sophia es previsible y tiene poco misterio; la que viven
Ira y Ruth tiene algo dentro que la hace
muy especial. Hay una frase que le dice Ira a Ruth en un momento importante de
su historia: “tenemos que aprender a dejar de lamentarnos por lo que no tenemos
y aprender a disfrutar de lo que si tenemos”. Y lo que tiene esta increíble
pareja es un enorme amor al arte, a la pintura. Poco a poco van construyendo
una “familia de cuadros” que les acompañan, les ayudan a vivir, les hacen
felices. Es esto lo que más me gustó porque es algo que siempre le he oído
decir a Ramon: “yo quiero que mis cuadros los compre la gente para vivir con
ellos, para disfrutarlos, para que les acompañen en su vida cotidiana”. Es lo
que hacen Ira y Ruth durante cincuenta maravillosos años: amar el arte por
encima de la especulación y la moda absurda, intentar ser fieles a sus deseos y
respetar el espacio del otro sin renunciar al propio. Preciosa lección que se
cuela sutilmente en una trama pensada para entretener a un público adolescente
en una película que no tiene ningún otro interés.
(Nota
al margen. Los genes de Clint Eastwood son muy potentes. Su hijo Scott es un
clon total del Eastwood de hace cincuenta años. Casi da vértigo verle)
3
Solo
unas líneas para recomendar Hipócrates,
o como el tema de los hospitales y la medicina puede ser mucho más interesante
que lo que se ve en series como Urgencias,
House o Anatomía de Grey. Médicos
de verdad en un hospital de verdad, con su humor y sus contradicciones y su
impotencia para sacar adelante su vocación en un sistema sanitario maltratado y
corrupto. (No hace falta irse al cine para ver cómo funciona la sanidad
pública. Esta misma semana se han sabido más cosas del llamado Caso Innova de
Reus. Un escándalo agravado por el hecho de producirse en un sector tan
castigado por los recortes como es la sanidad).
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