(mientras leía el libro, pensaba todo el tiempo en este dibujo de Ramon, me parece que es una buena interpretación del sentimiento que produce su lectura)
M
de Muñoz Molina
En
este blog he hablado en varias ocasiones de los libros de Antonio Muñoz Molina.
La verdad es que me gusta mucho como escribe. Pero sobre todo, me gusta mucho
de lo que escribe. Muñoz Molina está inventando un género: el
biográfico-narrativo-colectivo. ¡Menudo nombre me ha salido! Este último libro Un andar solitario entre la gente, es un
walk book, un libro de paseante
urbano que entremezcla vida privada con miradas pausadas al mundo y con el
relato de vidas ajenas, las de cuatro o cinco escritores que también caminaban. Todo ello servido en forma de pequeños textos que casi se pueden leer al
azar. Este es un libro para llevarse de viaje, o mejor aún, para llevarse en un
paseo tranquilo por la ciudad. Quizás me ha gustado tanto porque yo también soy
una paseante habitual. Me encanta caminar por Barcelona, mirar las
tiendas, a la gente con la que me cruzo. Me gusta detenerme en una parada de autobús
y escuchar la gente que habla de sus cosas. No me gusta ver como no miran los
demás, casi siempre con los ojos puestos en el teléfono móvil, incluso
caminando. Andar, pasear, es descubrir. Y de la mano de Muñoz Molina descubres
un Madrid veraniego, un Nueva York invernal, un Londres del siglo XIX, un Paris
de principios de siglo. Descubres desde una perspectiva nueva a Edgar Allan
Poe, Walter Benjamin, Charles Baudelaire, Thomas de Quincey, eslabones de un
paseo imaginario al que se suma Muñoz Molina y sus alter egos. Y al que se suma
el lector que sabe mirar. Para acabar solo quiero contar una anécdota. En la
estación de metro Maragall de la Línea 4, vi a un chico leyendo un libro. Me
acerqué a ver que leía y cuando me di cuenta que era Un andar solitario entre la gente, sonreí, saqué mi libro, se lo enseñé y le dije: “Yo también”. Me miró y sonrió.
(Xavier
Valls pintó varias veces el barrio barcelonés de Horta donde nació su hijo
Manuel Valls.
Este cuadro se llama: Horta 1968)
M
de Manuel Valls
Me
gusta mucho la idea de que Manuel Valls pueda ser alcalde Barcelona. Me gusta,
independientemente de que lo haya propuesto Ciudadanos. Me gustaría igual si lo
hubieran propuestos los chicos de la CUP, cosa inverosímil y altamente
improbable, pero no imposible; no los veo proponiendo como cabeza de lista a un
europeísta del sistema. Me gusta Manuel Valls por lo que significa: romper
barreras, fronteras, límites, naciones, exclusiones. Me gusta porque es una
bocanada de aire fresco que me impulsa a pensar que no está todo perdido y que
los hombres y mujeres (no nos olvidemos de ellas) de Europa pueden postularse
en cualquier sitio superando el hecho de ser español, catalán, barcelonés, para
ser simplemente EUROPEO, así, con todas las letras, en mayúsculas. Quien lea
este blog sabe que soy una europeísta convencida, que creo en la abolición de
los estados/nación para ir a una unidad política (no solo económica) cultural y
social que nos fortalezca a todos. Una Europa que todavía no existe, y que hay
muchos que no quisieran que existiera nunca. Populismos y nacionalismos de derechas
e izquierdas se unen contra la idea de una Europa fuerte. Lo ha demostrado
estos días la amenaza en Italia de la unión contra natura entre los populistas
(de izquierdas) del Movimiento 5 estrellas y los populistas (de derechas) de la
Liga Norte. Esto es algo que me preocupa y mucho. Porque yo defiendo para el
futuro una Europa que nos pueda garantizar una cierta estabilidad frente a
tiranuelos de cualquier color y tamaño a los que esta idea les produce
sarpullidos. Manuel Valls es un hombre nacido en Barcelona, criado en Francia,
formado en Europa. Tiene todo el derecho del mundo a postularse como alcalde de
una ciudad europea A mi no me pareció ni mal ni raro que un argentino kirchneriano de vocación peronista que
nunca ha entendido esta ciudad, fuera primer teniente de alcalde. ¿Por qué no?
Tampoco me parece mal que un partido alemán, residual, católico, nacionalista y de un
pasado dudoso le haya ofrecido a Carles Puigdemont encabezar sus listas para el
Parlamento Europeo. ¿Por qué no? ¿Por qué no aspirar a que un hombre como
Manuel Valls, con ideas y con experiencia política, gobierne Barcelona? Mas
personas como él debería haber en las listas de todos los partidos.
(no
me resisto a poner esta foto histórica. Cuando Ramon hizo una exposición en
París en el año 1985, Xavier Valls vino a verla y le hizo mucha gracia saber que éramos casi
vecinos)
M
de Mayo 68
Quería
hablar del Mayo del 68 ahora que se cumplen cincuenta años de su toma de las
calles. Pero me da pereza. Me parece muy lejano. Han pasado tantas cosas desde
entonces, en mi vida, en el mundo, en la sociedad. Lo dejo para los
historiadores y los nostálgicos. Prefiero recordar unas frases de Goethe mucho más
antiguas, que sin embargo me parecen más actuales y necesarias que todas las
consignas del famoso mayo francés.
•Donde se pierde el interés, también se pierde la memoria.
•El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.
•Es peligroso aquel que no tiene nada que perder.
•Hay libros que no parecen escritos para que la gente aprenda, sino para que se enteren de que el autor ha aprendido algo.
•Lo importante no es hacer cosas nuevas sino hacerlas como si nunca nadie las hubieras hecho antes.
•Los sabios y los tontos son igualmente inofensivos; los que más son de temer son los sabios a medias y los medio tontos.
•Si cada uno limpia su vereda, la calle estará limpia.
•Lo que puedas hacer, o sueñes que puedes hacer, empiézalo.
•Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil.
•Donde se pierde el interés, también se pierde la memoria.
•El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.
•Es peligroso aquel que no tiene nada que perder.
•Hay libros que no parecen escritos para que la gente aprenda, sino para que se enteren de que el autor ha aprendido algo.
•Lo importante no es hacer cosas nuevas sino hacerlas como si nunca nadie las hubieras hecho antes.
•Los sabios y los tontos son igualmente inofensivos; los que más son de temer son los sabios a medias y los medio tontos.
•Si cada uno limpia su vereda, la calle estará limpia.
•Lo que puedas hacer, o sueñes que puedes hacer, empiézalo.
•Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil.
Lo siento, Núria, pero discrepo con tu comentario «M de Manuel Valls».
ResponderEliminarA mi también me gusta «romper barreras, fronteras, límites, naciones, exclusiones». Pero el aire fresco que reclamas no creo que pueda llegar de Manuel Valls por la simple razón que no representa la Europa que yo quiero. La Europa del capital financiero no es el mío, la de las puertas cerradas para los inmigrantes víctimas de guerras y expolio tampoco, y aún menos la Europa de la represión violenta contra la disidencia… esto es para mi lo que Manuel Valls representa. El hecho de haber nacido en una ciudad no necesariamente le califica por encima de alguien que lleva años viviendo en ella. Me parece una reflexión más bien xenófoba.
Un saludo,
Jonas