“La
"rareza" se refiere a la cualidad de ser poco común, inusual, o
extravagante. Puede referirse a una cosa, una persona, o una
característica. En términos generales, indica algo que se sale de lo
normal o esperado.” (definición de la IA)
Esta semana hay tres rarezas
para comentar. Son muy distintas entre sí, pero las tres son rarezas
interesantes, incluso muy interesantes. Una ficción, un documental y una serie.
Raras pero apetecibles.
(una de las fotos más raras de
Evgen Bavčar, bueno, todas son raras y hermosas)
Rareza
1 Centaures de la nit/Cantauros de la
noche, Marc Recha
La última película de Marc
Recha. Centaures de la nit, es una
rareza absoluta. Todo el cine de Marc es especial, peculiar, personal, pero
rarezas, en realidad solo tiene dos: la primera, El cielo sube, y esta última, Centaures
de la nit. Curiosamente hay un extraño vínculo entre las dos: blanco y
negro, formato cuadrado, cine de pensamiento (y de imagen). Al volver del pase
donde la vi, me surgieron una serie de reflexiones que apunté sin ningún orden
concreto, tal como me venían a la cabeza. Son estas.
1 La espléndida fotografía en
blanco y negro y pantalla cuadrada de Peter Zeitlinger, que retrata el Monasterio
de Poblet y sus alrededores con una belleza stendhaliana. Si el título nos
remite a John Ford, la fotografía de Zeitlinger nos evoca los cielos, paisajes
y rostros de Gabriel Figueroa.
2 El hecho de que todos los
hombres que salen, TODOS, sean ciegos, los que van de excursión en el autobús,
los monjes, los campesinos. Ninguno ve nada. Y el que menos ve es Alex, el
protagonista. Esta ceguera no les impide actuar. Los ciegos “ven” otras cosas.
Especialmente el ciego fotógrafo, capaz de retratar lo que no se ve (él no lo
ve) como si fuera el protagonista de la Macchina
Ammazzacttivi de Rossellini. (Después he sabido que este personaje evoca la
figura de un auténtico fotógrafo ciego Evgen Bavčar.)
3 En cambio, todas las mujeres
ven con sus ojos, aunque tampoco ellas son capaces de “ver” de verdad. La
autoritaria Señora Conxita, solo ve lo que ella quiere ver y eso es más bien
poco y tan limitado que le impide apreciar la belleza del entorno o la ironía
de las situaciones. Su empeño en que canten la canción como está escrita, sin
aceptar variaciones, es la prueba de su rigidez, y la hace merecedora de la
paliza que le propinan sus pupilos; la cariñosa y dulce Joana, la conductora
del autobús, ve a los hombres ciegos y le gustaría ver lo que ellos ven, pero
tampoco puede porque su sencillez la aleja de lo que está más oculto; las tres
almas que acompañan a Alex el protagonista, solo le ven a él y él solo las ve a
ellas porque existen en su interior, existen en su oscuridad. Y queda una
mujer, el amor, la posibilidad de una vida plena, pero ella tampoco ve lo que
necesita Alex. En definitiva es una película de ciegos y de ciegas.
4 La inquietante secuencia de
los pechos de una mujer donde Alex y su amigo hunden su rostro, con los pezones
metidos en sus ojos ciegos. En esos pechos, los ciegos ven el universo, las
estrellas, el agua, el mundo. La mujer es el Todo, parece querer decir Marc
Recha. Es una secuencia buñueliana cien por cien que le habría encantado
hacerla al director aragonés.
5 La materialidad o la
fisicidad de la película. Sorprende que una historia que pasa en el Monasterio
de Poblet, en su iglesia y en sus campos, sea tan poco espiritual, esté tan
privada de poesía, no de magia. Centaures
de la nit es el film más físico que he visto en mucho tiempo. Quizás sea
porque los ciegos necesitan tocar para conocer, para sentir. Es un film de
piedras que se tocan. De gente que se toca, de objetos que se tocan.
6 Me gusta mucho que sea una
película de aventuras, que haya una búsqueda del tesoro escondido, (las
reliquias eslovenas), que juegue con el cuento de hadas (las tres almas son
como Flora, Fauna y Fantasía para Alex) que incluso se atreva a un par de números
musicales. Marc se deja ir, no se descontrola, pero si se libera de cualquier
atadura formal.
7 Es una película hecha sin
subvenciones, sin el ICAA, sin el ICEC, sin TVE, sin TV3, es realmente un film
independiente de verdad. Y eso solo ya es una auténtica rareza.
Tres cosas para acabar: La
primera, en cierto modo, como apuntaba al principio de este texto, esta película cierra un círculo que se abrió
hace 35 años con El cielo sube. Centaures
de la nit vuelve a la pureza del cine, al poder de la palabra, a la
evocación más que la mostración. La segunda, para mí la película se acaba en el
plano del agua y las estrellas. Marc la prolonga todavía un poco más. Creo que
no hace falta. Pero ¡quién soy yo para decirle a un director donde acabar su
película! La tercera, me encanta un titulo tan fordiano.
Rareza
2 Almudena, Azucena Rodríguez
Alguien puede pensar que tiene
de raro un documental sobre la escritora Almudena Grandes, una de las más
leídas, premiadas y conocidas de nuestro panorama literario. Si fuera un
documental “normal”, no tendría nada de rareza, pero Almudena no es un documental al uso. Es un retrato sentimental
hecho por una amiga y un compañero de vida, que la ponen a ella en primera
persona (hay tanto material gravado de Almudena que se puede hacer una
serie¡¡¡). Lo bonito de este documental es que, aunque la narradora es ella, –
en una entrevista inédita que le hizo Azucena hace años, pero sobre todo en sus
intervenciones públicas y algunas privadas–, lo que deja ver es una Almudena
desconocida, la que reivindica a Julio Verne y Los hijos del Capitán Grant, como lectura inspiradora; la que
reconoce que le gusta Stephen King y Juego
de tronos; la que recorre ese Madrid de calles y fiestas; la que vive el
futbol a tope; la que es capaz de escribir con un bebe a su lado, parar, darle
de comer y seguir como si nada; la que tenía unos cuadernos maravillosos en los
que esbozaba sus personajes, sus historias, cuadernos que deberían ser
estudiados en todos los cursos de escritura. Una mujer alegre, divertida, con
matices, comprometida, si, pero no dogmática. Para mucha gente Almudena ha sido
una compañera con sus libros, para muchos otros, no es más que el nombre de una
estación de tren, o de una biblioteca. Antes de ver el documental pensaba que a
Almudena no le gustaría ser el nombre de una estación de tren, pero después de
verlo, creo que estaría muy contenta. ¿Qué es la literatura, las novelas, sino
viajes, cruces de trenes en la vida, personas que van y vienen cada una con su
historia a cuestas? Una estación es una novela con muchos personajes. Y eso es
lo que ella hacía. Almudena, el
documental, ha tenido en mí un efecto colateral. Hace muchos libros que la
había dejado de leer, pero al salir del cine, lo que más me apetecía era correr
a una librería y comprarme todos sus libros.
Rareza 3. El eternauta, Bruno Stagnaro Netflix
Todos los que tenemos algún
amigo argentino hemos oído hablar de El Eternauta.
Yo también, aunque la verdad es que no me había preocupado nunca de buscar que
era exactamente ese comic que entusiasmaba en el cono sur. ¿Qué tiene esa aventura
de ciencia ficción de Héctor Germán Oesterheld, un hombre con una historia
personal terrible, publicado en 1956-57, para lograr unir a los argentinos de
distintos colores? ¿Qué tenía El Eternauta
que la hacía tan singular? Creo que lo principal es que cualquiera puede ser
Juan Salvo. Y también, la cotidianidad, la cercanía de las calles y los
espacios de una ciudad, Buenos Aires, reconocibles, su sencillez alarmantemente
premonitoria. Creo que no fuimos los únicos que empezamos a ver la serie de
Netflix, sin saber exactamente de qué iba, un día después de El Gran Apagón. ¡Menudo susto ver que la
semanal partida de truco de Juan y sus amigos se ve interrumpida por… un apagón!
Si, lo mismo que el lunes 28 de abril. Ah¡¡ No, por favor, no ya lo hemos
vivido, no quiero ver qué más pasa. Pero sí ves, y te sumas a ese grupo de
supervivientes a una nevada mortífera que mata todo lo que toca, una extraña nieve que
cae en pleno verano y que obliga a estos robinsones urbanos a convertirse en
éter (de aire) nautas (de navegar) con las mas inverosímiles de las cosas que
se pueden encontrar en una casa y que nos recuerda que tenemos que tener el a
mano el famoso kit de supervivencia. Cuando Juan sale a la calle para saber que
ha pasado con su hija y su mujer, se lanza a una aventura en el espacio
urbanita llena de obstáculos, enemigos, algún amigo, hasta que se tropieza con
las cucarachas gigantes… y no cuento mas, porque la gracia de El Eternauta es ir descubriendo con
Juan, Tano, Lucas y sus mujeres, Ana, Elena, lo que van encontrando y su manera
de sobrevivir a lo que les ha caído encima. La historieta de Oesterheld, con
dibujos de Francisco Solano López, se publicó semanalmente entre los años
1957-1959. En ese momento, el autor no podía imaginar que unos años más tarde,
viviría su propia odisea de eternauta ante la invasión de maldad destructiva
que cayó sobre Argentina y Chile entre los años 1973-1983. La serie que se
estrena ahora, con un Ricardo Darín estupendo tras su máscara de supervivencia,
también permite una lectura política: ¿o no son los Milei, Trumps, Putin y
demás ralea unas auténtica cucarachas invasoras? Al margen de esta digresión,
la serie de Stagnaro es muy entretenida, con toques de humor, una cierta
distancia con el drama y muy bien ambientada. Vale la pena verla, y por una
vez, no verla toda seguida. Darin lo recomienda y estoy de acuerdo con él. La
historia de El Eternauta se disfruta
más viendo un capítulo cada día.
Una
recomendación FLOW
En la lectura de las Cartas Morales a Lucilio de Séneca que vengo haciendo desde hace tiempo, he
encontrado una frase en la Carta 121 que es perfecta para mi última
recomendación: “Los animales no podrían conservar la vida sin quererla: esta
voluntad por sí sola, no les serviría de nada, pero sin ella, ninguna cosa les
serviría.” Eso es lo que hace el maravilloso gatito negro de Flow y
todos sus compañeros, eternautas, o acuanatutas, en la preciosa película que se
puede ver desde el viernes 16 en Filmin. (En la entrada del 25 de enero de este
año, hablé mucho de la película)
El regalo de esta semana
recuerda al Poblet de los ciegos de
Marc.
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