sábado, 28 de septiembre de 2024

EL FESTIVAL MIRA AL CIELO

 


Está a punto de terminar el festival de San Sebastián. Escribo esto el jueves por la mañana. Cuando publique esta entrada ya se sabrán los premios. Pero ahora lo que más me interesa es reflexionar sobre el que sin duda ha sido el tema del festival: el fin de la vida, el fin del mundo. La muerte en definitiva.

La muerte siempre ha estado presente en el cine. Muerte de todo tipo, violenta, callada… Lo que sea. Pero lo que hemos visto este año en Sanse es diferente. Es la muerte como tema, acompañar a los que mueren, ayudarlos si se puede, apoyarlos si se sabe. Este ha sido el gran tema dominante en películas que venían de España, Europa, Asia, Sudamérica, Estados Unidos… En todo el mundo se está haciendo un cineque tiene a los que mueren como protagonistas. 

En algunos casos de una forma extremadamente dolorosa, Mi eterno verano, un film danés; o de una manera dulce y tranquila, Querido Trópico de Panamá. Ha habido muertes de diseño, La habitación de al lado de Almodóvar; muertes de reconciliación como Los destellos. Incluso de comedia en la argentina Los domingos muere más gente o profundamente románticas en el film chino Bound in Heaven. Muchas muertes, ¿Por qué? nos preguntamos unos a otros.

Hay respuestas de muchos tipos: porque cada vez hay una población más envejecida, porque hay un clima de desencanto y de crisis emocional, porqué el cine quiere reflejar la realidad y la realidad es que todos hemos perdido a alguien. Seguramente habría más. Yo la que me doy a mi misma es que después de la pandemia, dónde murió tanta gente sola, sin la posibilidad de acompañarlos, de estar con ellos; después de pasar por una distopia que parece inconcebible, la posibilidad de que alguien muera sin que estemos cerca, es algo aterrador. Todas estas películas se escribieron y produjeron en los años de la pandemia, el 2020, 2021, 2022. Son historia nacidas de ese dolor. Las vemos hoy, pero sus raíces están en la inaceptable situación en la que nos pusieron a todos hace tan solo cuatro años.

Tenía que escribir esto porque es algo que me preocupa. Me preocupa el mensaje de desolación que se está dando a la gente joven. Que el jurado de la juventud haya tenido como favorita muchos días a la película danesa, es algo que me producía estupor. Y miedo.


Porque el otro gran tema del festival es la NADA. No pasa nada, las vidas en las que no hay nada que contar, rutinarias, mediocres, aburridas, vacías, alienadas por completo. Vidas en las que no existe la solidaridad ni la esperanza. No viven, respiran y comen (mal casi siempre). Es desolador. Sobre todo cuando esa desolación se contagia a la puesta en escena, a la fotografía, a los diálogos. Cine cansino, mediocre. Se puede hablar de gente que no tiene nada, pero las películas tienen que tener algo. Velázquez pintaba a Las hilanderas, pero su cuadro sobrevive al tiempo. Casi ninguna de estas películas se recordará el año que viene.

Ya me he explayado con mis reflexiones, así que me queda un poco de espacio para resumir en una palabra, cada una de las 37 películas que he visto (entre pases avanzados y en el festival) este año y a las que volveré cuando se estrenen para hablar con más detenimiento.

Roumours, POLITICA, Los destellos, TRISTEZA, Las chicas de la estación, IMPOTENCIA, La sustancia, DESMESURA, La luz que imaginamos, BARRERAS, La llegada del hijo, OSCURIDAD, Reas, LUZ, Zafari DECADENCIA, Querido Trópico, CARIÑO, Emilia Pérez, PODER, El Jockey CONFUSIÓN, La habitación de al lado, AMISTAD, Necesidades de una viajera, PLACER, El Llanto TERROR, Escape MIEDO, Los domingos muere más gente EXTRAÑEZA, Bound in Heaven, AMOR, Le dernière soufle, NECESARIA, The End, CLAUSTROFOBIA, El hombre que amaba los platos voladores, DIVERTIDA, The Last Showgirl, RESIGNACION, El lugar de la otra, CULEBRÓN, On Falling DESESPERANZA, Cuando cae el otoño, AMORAL, Tardes de soledad, POTENCIA, Los últimos románticos TEDIO, My Eternal Summer, DOLOR, Por donde pasa el silencio CALLADA, I Saw the TV Glow, SORPRENDENTE, Bird, IMAGINATIVA, Querer DENUNCIA Quizás es cierto lo que dicen de nosotras, INCOMPRENSIÓN, Apocalypse in theTropics FUTURO.

Cuatro películas que han estado en Sanse se estrenan esta semana. Emmanuelle de Audrey Diwan, Soy Nevenka de IciarBollain, La virgen roja de Paula Ortiz y Megalópolis de Francis Ford Coppola. Emmanuelle no la he visto, así que me abstengo, las otras tres sí las he visto.

Soy Nevenka de IciarBollain,

Tengo la sensación de que Iciar con la colaboración de Isa Campo, está construyendo una trilogía (o quién sabe si tetralogía) de mujeres que en la historia reciénte de España han sido protagonistas de episodios ejemplares. Maixabel fue la primera, Nevenka es la segunda. La historia de Nevenka Fernández se ha explicado mucho estos días. No voy a repetirla. Pero si quiero insistir en algo que a veces se usa como un ataque y que para mi es una virtud. Las historias, la Historia, los personajes reales, se pueden abordar una y otra vez desde distintos ángulos. En el caso de Nevenka, desde la información periodística contemporánea, la reflexión escrita de una novela/reportaje, la potencia de un documental en primera persona o la ficción que es desde donde la mira Soy Nevenka. La ficción sirve para mostrar lo indemostrable, para meterse en la cabeza de la protagonista, para vivir con ella su miedo, su sensación de incomprensión absoluta, su soledad. Lo que le pasa a Nevenka no se ve, se siente. Iciar confiesa que su mayor reto en la película era el no dejar nunca de estar con ella, dentro de ella, pero al mismo tiempo mostrar el paisaje humano que la rodea, esa sociedad provinciana, hipócrita, servil. Ese clientelismo político, laboral, social. Ella es el centro de un espacio social despreciable. Soy Nevenka, como lo era el documental, es una película necesaria.

La virgen roja de Paula Ortiz

Lo que acabo de escribir sobre Soy Nevenka, vale igual para la película de Paula Ortiz La virgen roja. Si ya había una, Mi hija Hildegart de Fernando Fernán Gómez, ¿por qué hacer otra? Pues si, porque la historia apasionante y terrible de Aurora y su hija Hildegart es tan atroz, tan fascinante, tan actual, que se puede y se debe contar una y otra vez. Hablando de la película con amigos, llegamos a la conclusión que La virgen roja es la historia de la construcción de un monstruo y Mi hija Hildegart es la historia de la destrucción del monstruo. Lo que pasó de verdad entre esta mujer enloquecida que quiso hacer una mujer perfecta y esa hija superdotada, pero anulada humanamente por su madre, no lo sabremos nunca. Lo que si sabemos es lo que las crónicas contaron y sobre todo lo que si tenemos son los libros que Hildegart Rodríguez, una mujer que murió a los 19 años y dejo tras de si una quincena de libros políticos y sexuales de una enorme vigencia. Aurora, como tantos padres (y madres que parecen padres, Bernarda de Alba es mas o menos de la misma época) no pudo soportar que su hija dejara de depender de ella para volar sola, emocionalmente en una historia de amor inventada pero posible, políticamente al involucrarse más en las luchas de partidos en la república, y sexualmente, al reivindicar su derecho a tener una vida sexual propia. La auténtica Hildegart murió de tres tiros, dos en la cabeza y uno en el corazón. Paula se permite una licencia y hace que Aurora mate a Hildegart de tres tiros; uno en la cabeza, uno en el corazón y uno en el sexo. La virgen roja es un film sobre la dominación, el control y la manipulación.

Megalópolis, Francis Ford Coppola

Yo me alineó con los que defienden esta película. Aceptando su desmesura, aceptando su megalomanía, aceptando que es agotadora. Pero es tan absorbente, tan fascinante en sus imágenes, tan poderosa en su narración, que me dejo llevar por ella en un auténtica montaña rusa de sensaciones. La historia no es nada complicada y es eterna: el conflicto entre el artista visionario que quiere transformar el mundo y el político conservador que quiere seguir controlando el mundo. Entre ellos, la sensibilidad, el amor y la comprensión de una mujer, enamorada del primero, hija del segundo. Esto tan sencillo, Coppola lo envuelve en una delirante parafernalia de Nueva Roma en la que Nueva York se ha convertido en una Roma decadente y final, ruidosa, amoral, malvada hasta cierto punto. Un imperio que se acaba, el final de una era. Tan real como la propia actualidad. Megalópolis es en el fondo, un retrato de nuestro presente.

El regalo de esta semana es un soplo de vida y de serenidad ante este panorama



viernes, 20 de septiembre de 2024

RECUPERACIONES

Recupero dos películas estrenadas la semana pasada de las que no pude hablar. Las dos me gustan mucho, las dos hablan de mujeres desplazadas de su espacio habitual. Una es una francesa en Japón, la otra es una africana en China. Acabo de darme cuenta de un error que cometemos (cometo) todos muy a menudo. Decimos francesa y no europea, en cambio decimos africana y no de Costa de Marfil. Seguramente es la consecuencia directa de lo mal que conocemos el mundo. Mas o menos, todos sabemos donde esta Francia, ¿pero sabemos dónde está Costa de Marfil? Es más fácil decir África, aunque eso sea un claro resto del colonialismo y la ignorancia. En Estados Unidos suelen decir “europeos” sin distinguir si es español o húngaro. Es lo mismo, no tienen ni idea donde está ningún país más allá de su ombligo, de nuestro ombligo. Corrijo pues, una francesa en Japón, una costa marfileña en China.

 


Sidonie en Japón, de Élise Girard

La francesa no es otra que Isabelle Huppert en uno de sus experimentos con el cine oriental. Acostumbrada a trabajar con el coreano Hong Sang-soo, no le debió resultar difícil meterse en la piel de Sidonie bajo la dirección de Élise Girard, una chica francesa mucho más joven que ella. Sidonie es una escritora mayor, aunque muy atractiva todavía. Hace tiempo que no escribe nada, desde la muerte de su marido en un accidente. Un editor japonés ha decidido publicar el último libro que hizo hace tiempo y ella acepta hacer una pequeña gira por Japón. Sidonie (Isabelle/Élise) siente una extrañeza y fascinación en ese país que es tan parecido al nuestro y sin embargo es completamente diferente. Un universo paralelo, igual, pero otro. Esta extrañeza me hizo recordar la que yo misma sentí cuando estuve en Japón. Y entendí porque la directora había escogido una manera de narrar la historia de Sidonie en su viaje a Japón desde la abstracción. El Japón que ve Sidonie está vacío, no hay gente, es un mundo solo para ella, un Japón precioso, poético, de cerezos en flor. Y un fantasma. Porque Japón es el país de los fantasmas. En este caso el de su marido muerto que la visita, la acompaña y la ayuda a recuperar su vitalidad y su energía. Y su capacidad de amar. Sidonie en Japón es una película muy bonita, muy tranquila, una historia de recuperación, de sanación.

 


Té negro, de Abderrahmane Sissako

Esta también es la historia de una mujer fuera de su contexto. Conocemos a Aya, en una ceremonia conjunta de bodas concertadas en cualquier país africano. Cuando llega el momento de contestar a la pregunta de rigor, Aya dice NO. Este es el arranque de la película. Un corte nos lleva directamente a Aya viviendo en un barrio africano de una ciudad china. Aya es una mujer joven, guapa. Trabaja en una tienda de té y está aprendiendo la Ceremonia del Té con el atractivo y solitario propietario de la tienda. Es curioso el paralelismo entre las dos películas. Las dos son historias dirigidas por un extranjero en un país que no es el suyo, las dos son historias de extrañeza y fascinación. Las dos son abstractas en su manera de contar. Sissako es un director (iba a decir africano) mauritano educado en Francia. El mundo occidental, europeo, le resulta muy familiar, lo conoce bien, igual que el africano. Su cine siempre ha sido muy reconocible y con una carga social. Pero en esta ocasión, Sissako, como su protagonista Aya, está en un terreno que no es el suyo (como Élise y Sidonie) y busca una manera de mostrarlo a través de un colorido y poco realista contexto. Estamos en una China representada, soñada. Una China en la que ambas culturas, la africana y la oriental, conviven en armonía intentando conocerse, integrarse. La ceremonia del té es el vínculo que encuentran Aya y el Señor Cai para establecer ese vínculo en un film hermoso y ensoñador. Hay un tema sobre el que este film me ha hecho pensar: las intensas relaciones entre China y África (aquí sí, toda África). El gigante asiático ha ido colonizando lentamente el continente negro, sin invasiones, sin demasiado ruido, con el sigilo propio de los confucianos. Poco a poco se ha ido apoderando de sus riquezas, de sus industrias, de su comercio. África ha dejado de mirar a Europa como referente cultural y económico. El África rica, se entiende, el África pobre sigue huyendo como puede de sus países y ante la imposibilidad de llegar a China, allí no se pude se llegar en cayuco en una semana, se lanza sobre Europa como primer paso en su viaje de superación. Sissako se ha dado cuenta de esa dependencia de China a la que intenta acercarse con este film intercontinental. Té negro, las dos palabra encierran el sentido último de esta película. Oriente y África.

EL RINCÓN DE LAS SERIES


Shetland, Filmin 4 temporadas

Filmin es siempre un refugio seguro cuando buscas una buena serie británica. De crímenes si es posible. Shetland es en ese sentido perfecta Está basada en una serie de libros de la escritora Ann Cleeves protagonizados por el taciturno inspector Jimmy Pérez y su pequeño equipo de investigadores. Pérez es viudo, tiene una hija adolescente que comparte paternidad con su mejor amigo Duncan. Duncan es el padre natural de Cassie, Jimmy es el padre que la crió y con el que vive. Toda la acción pasa en las islas Shetland, al norte, muy al norte, de Escocia, cerca de Noruega. Es un paisaje magnífico (yo me iría a vivir allí sin dudarlo) un lugar tranquilo, una ciudad pequeñita, un mundo de paz. Donde, claro, suceden cosas terribles: asesinatos que Jimmy y Tosh y Andy resuelven con gran lucidez. Lo curioso de esta serie que tiene cuatro temporadas y anuncia otra, es que casi todos los asesinatos se cometen por razones tremendamente humanas. Eso, y la tipología de sus protagonistas, en especial el rubio y muy escocés Douglas Henshall, son la garantía de que estamos ante una serie que no te va a defraudar. He leído en una crítica en The Guardian que la definen como un cruce de Wallander, el detective de Mankell, y Los asesinatos de Midsommer, una vieja serie inglesa que no recuerdo. Algo de Wallander si hay, pero Jimmy Pérez es más humano, más empático. Aunque para mí, lo más interesante son las relaciones entre los personajes, verlos crecer en los cinco años que van de la primera temporada en 2013 a la cuarta en 2018, y el contexto de la ciudad. Y sobre todo esas islas paradisiacas. 

El regalo de esta semana es una tetera andaluza que le encantaría a Sidonie y con la que Aya prepararía un té negro buenísimo.



  

viernes, 13 de septiembre de 2024

CONTENTA

 

Esta semana tengo tres grandes motivos para estar contenta. !Me han concedido un premio, se estrena un documental en el que he sido guionista y Filmtopia, la web que hemos creado Marta Armengou y yo, cumple seis meses on line¡

 


Premio a una Trayectoria 2024 en la VII Edición del Festival Cine por Mujeres Madrid

Me ha hecho mucha ilusión este premio que recibiré el 29 de octubre en Madrid durante la celebración del Festival Cine por Mujeres. Me hace ilusión porque es a la trayectoria, al trabajo, a años y años dedicados a escribir y hablar de cine, a disfrutar con el cine y sus gentes, a ver como poco a poco iba apareciendo una nueva generación de críticas de cine y poco a poco se iba consolidando su presencia en los medios.  Ver como cambiaba la manera de mirar, la manera de hacer, la manera de vivir el cine. Y seguir adelante. De la mano de muchísimos amigos y amigas que han crecido a mi lado o han crecido leyéndome. Hace ocho años, en el 2016, la Academia de Cine Española me concedió el Premio Alfonso Sánchez, ese mismo año, el festival Zinemakumeak gara! de Bilbao, me otorgó el Premio Simon De Beauvoir, y el año pasado la Academia de Cinema Catalá me hizo Miembro de Honor. Ahora es el Festival Cine por Mujeres el que me distingue. Todos me han emocionado y no voy a ser hipócrita ni a mostrar una falsa modestia: me han enorgullecido. No solo por premiar un trabajo tan poco apreciado durante mucho tiempo como es el de la crítica de cine, sino porque con el premio se reconoce a todos y todas las que desde distintos espacios dedicamos nuestra vida al cine. En el acto de la Academia de Cine el 26 de abril del 2016 empecé diciendo: “Si mi padre viviera, hoy sería su cumpleaños, y seguro que estaría muy orgulloso y feliz, pero también muy sorprendido de que me dieran un premio por esa cosa absurda con la que me ganaba la vida: escribir de películas.” Esa cosa absurda me ha traído hasta aquí, y por eso recogeré este premio llena de alegría. ¡Gracias!

 


Tiempo de silencio y destrucción, Joan López Lloret, estreno en el Festival de San Sebastián

Gran parte de esa trayectoria que premian y reconocen en el Festival de Cine por Mujeres ha pasado por el Festival de San Sebastián. Desde 1985 he estado ligada al festival. Como prensa primero, trabajando en el festival muchos años, de nuevo como prensa. He visto el festival por dentro y por fuera, he visto crecer y crecer un certamen que ocupa un lugar privilegiado en el mundo. Solo me faltaba ir como parte del equipo de una película. Este año voy a experimentar lo que es estar frente al público presentando tu trabajo. Bueno mi trabajo y el de mucha gente. En mayo del año pasado, la productora Marta Esteban me propuso colaborar en un documental sobre la figura de Luis Martín-Santos. Le dije que sí, aunque no sabía mucho del escritor de Tiempo de silencio. Rocío y Luis, los hijos de Martín- Santos, estuvieron de acuerdo con mi incorporación, pero sobre todo Joan López Lloret me aceptó como coguionista de un proyecto que era muy suyo y estuvo dispuesto a compartir esta aventura conmigo. Han sido meses de descubrimiento de una  figura muy compleja, llena de matices, de caras, de historias. No hay un solo Luis Martín-Santos, hay muchos: el psiquiatra que a los 26 años era director del Hospital Psiquiátrico de San Sebastián; el intelectual preocupado por la cultura; el político comprometido y activista que acabó varias veces en la cárcel; el escritor de una obra enorme completamente escondida; el marido que perdió a su mujer en un estúpido accidente cuando ella tenía solo 33 años; el padre que murió a los 39 años en un accidente de coche dejando tres niños pequeños completamente solos. Su vida desde sus andanzas por el Madrid salvaje de la posguerra hasta su muerte prematura, es única. Entre todos hemos querido rescatar su figura para darla a conocer a las nuevas generaciones. El resultado es este documental Tiempo de silencio y destrucción que se estrena el próximo viernes 20 de septiembre inaugurando la sección Made in Spain del Festival de San Sebastián y que se podrá ver en octubre en el programa Imprescindibles de TVE. Ojala el documental, y la exposición Tiempo de Libertad en el Museo San Telmo de San Sebastián sirvan para que su obra sea (re)conocida y las nuevas generaciones de lectores y escritores descubran su figura.

 


Filmtopia, medio año de cine hecho por mujeres

También forma parte de mi trayectoria y ha sido un elemento importante para darme el premio del Festival de Cine por Mujeres, el hecho de que Filmtopia sea ya una realidad. El 8 de marzo de este año empezamos la historia de Filmtopia, una web dedicada al cine hecho por mujeres; todas las mujeres profesionales del cine en todos los ámbitos; todas las mujeres del pasado, el presente y el futuro. Una web que presta atención a la aportación de tantas y tantas mujeres a lo largo de la Historia. Son cada vez más, por suerte, aunque eso haga que no lleguemos a abarcarlas todas. Hace pocos años, los estrenos mensuales de películas dirigidas por mujeres se contaban con una mano, ahora, no llegamos a verlas todas. Es algo estupendo. Por eso dedicamos mucho espacio a la crítica, pero también a hacer entrevistas largas y tranquilas donde se puede hablar sin la urgencia de un estreno. Como la que publicamos esta semana para celebrar nuestro medio año de vida con Lura Mulvey,  directora, crítica y fundadora de la teoría fílmica feminista. A sus más de ochenta años, Laura Mulvey analiza nuestro momento actual con la misma lucidez que tenía cuando hace casi cincuenta años publicó Placer visual y cine narrativo, un libro fundacional de los estudios fílmicos feministas. Esta es la dirección de la web por si alguien quiere verla.    https://filmtopia.net/es/

Son tres noticias muy buenas, por eso, esta semana estoy muy contenta.

El regalo de esta semana es un cuadro que me regaló Ramón hace muchos años y que sigo viendo cada noche antes de dormirme.


 

 

 

 


 

sábado, 7 de septiembre de 2024

MIEDO(S)

 

El domingo pasado hubo elecciones en dos lands alemanes: Turingia y Sajonia, los dos geográficamente pertenecen a lo que se conocía como Alemania Oriental. Los dos ideológicamente se colocan bajo la órbita de la ultra extrema derecha: los neonazis. No es raro que sea precisamente en la ex Alemania comunista donde el neonazismo tenga una mayor implantación. En definitiva, el régimen estalinista de la RDA fue una herencia directa del nazismo (muchos de sus funcionarios eran los mismos reciclados de nazis en comunistas). Igual que tras la caída del muro, muchos de los que mandaban en la RDA como convencidos miembros del partido, se reciclaron en demócratas de primera hornada. Pero el sustrato de la añoranza de un partido fuerte, de volver a hacer Alemania grande, de recelo, cuando no odio, a lo que significa la otra Alemania, Europa, Estados Unidos, ha permanecido más o menos latente y aflora ahora en forma de neonazismo. 

Todo esto viene a cuento porque justamente el domingo 1 de septiembre, mientras se votaba en esos dos lands, acabé de ver una serie alemana súper interesante y el lunes 2 de septiembre, cuando todos los periódicos se hacían eco de lo que significaban ese avance imparable de la ultra-ultra derecha, empecé a ver una serie noruega mucho más interesante aún. Una aclaración antes de empezar. La derecha política e ideológica es perfectamente demócrata y forma parte del ADN de las democracias occidentales. La extrema derecha, suele ser mucho más radical (como la extrema izquierda), pero en todo caso está integrada en el sistema democrático de occidente que se puede permitir tolerarla. Pero lo que ha ganado en Alemania, y lo que se intuye que va ganando adeptos en Europa y Estados Unidos, no es extrema derecha. Es ultra derecha o directamente neonazismo. Estos son los que me dan miedo.

 


Las semillas del mal, Stephan Rick Filmin

Año 1993, con la resaca de la caída del muro y el desconcierto extendido por lo que hasta tres años antes era Alemania Oriental, la vida intenta seguir en una pequeña ciudad cercana a la frontera con Polonia. La serie empieza de una manera misteriosa. Y el misterio sigue durante los seis capítulos: una adolescente aparece muerta en el bosque en una especie de ritual antiguo. Ulrike, una joven inspectora, es la encargada de intentar encontrar al asesino. Justo en ese  momento llega a la ciudad y a la comisaria un nuevo investigador, Korai Larssen un policía de Hamburgo, del otro lado. Los pequeños resquemores entre Uli y Korai serán el telón de fondo de su relación profesional: eso y los secretos que los dos tienen detrás. La historia la hemos visto muchas veces, de acuerdo, pero  en esa pequeña comunidad el contexto de la Historia pesa mucho. Y las semillas del mal que ya entonces se detectaban claramente en su población: neonazis, nostálgicos del comunismo, cuadros de la Stasi reciclados en políticos del nuevo orden, vínculo inquebrantable con la URSS, sueños de una Alemania fuerte heredera de los Grandes Dioses Germánicos: Odin como guía. Racismo, xenofobia, (contra los polacos especialmente), degeneración y violencia: pederastas permitidos.  Todo esto es el substrato en el que Uli y Korai deben moverse para  llegar hasta el centro de una trama que hunde sus raíces en algo que sucedió hace veinte años, en 1973. La atmósfera de los años noventa y las grandes diferencias  con la “otra” Alemania, están muy bien recogidas. Se puede oler el miedo. Las semillas del mal no es una serie redonda, pero es muy entretenida y sobre todo es un anuncio de lo que treinta años después ya es una realidad.

 


Furia Magnus Martens Lars Kraume, Filmin

Furia es una serie noruega. Eso ya me llamó la atención, me encanta el noir escandinavo. Pero lo que no sabía es lo que me iba a encontrar al empezara a verla. La primera temporada pasa en el 2021, diez años después del terrible atentado de Utoya perpetrado por un militante de la extrema derecha nacionalista. Copio el resumen del argumento que ofrece Filmin: “Ragna es una agente encubierta que ha penetrado en una célula terrorista de extrema derecha empeñada en llevar a cabo una atrocidad de dimensiones desconocidas en Europa. En otro lugar, el ex oficial de operaciones especiales Asgeir vive tranquilo en una apacible localidad al oeste de Noruega, tras haber escapado de las alcantarillas rusas y adquirir una nueva identidad.” Ragna y Asgeir cruzan sus caminos y se descubren uno al otro como policías con doble identidad. Ragna es Furia, el alma de una web extremista que alimenta las ansias de venganza y de frustración no solo de los ultra derechistas noruegos, también de los alemanes y de otros países de Europa. La trama da muchas vueltas en un guión muy bien escrito que permite no perderse a pesar de su complejidad, viajando de los fiordos noruegos al Berlín de ahora mismo, de los sótanos de la ultraderecha noruega a los sótanos de la ultraderecha alemana (¿los hijos de la semilla del mal?). Pero para mí lo mejor y sobre todo lo que me puso los pelos de punta, es la subtrama política en la que se confirman los peores indicios sobre la desestabilización de Europa y la destrucción de todo lo conseguido desde la Segunda Guerra Mundial. Las conexiones rusas (que tantas ramificaciones tienen en todas partes, incluidas algunas muy cercanas) son las que mueven los hilos de estas organizaciones que tiene como principal objetivo enfrentar a la sociedad, provocar el odio y la violencia contra los inmigrantes y si es posible y deseable, destruir la Unión Europea. La serie lo cuenta tan bien, de manera tan precisa que se le perdonan algunos pequeños fallos.

Realmente tanto Las semillas del mal como Furia son la prueba de que la ficción es un excelente vehículo para contar la Historia. 

Entre los estrenos de la semana hay uno que me gusta mucho.



Reinas, de Klaudia Reinicke

A pesar de ese nombre tan europeo, Klaudia Reinicke es una directora peruana y Reinas es una película peruana. Muy peruana. Coincidencia con la serie alemana: pasa en los mismos años más o menos, primeros años noventa. Coincidencia con las dos series: el miedo. Claro que en este caso el miedo es otro, aunque a personajes muy parecidos: la policía, el ejército, el poder. Pero la gracia de este film que se mueve en el terreno de la comedia familiar y la denuncia social, es el de centrarse en una familia de clase media de Lima, y el conflicto no es político (directamente) sino familiar. Elena es una mujer con dos hijas, separada de Carlos. Elena se quiere ir a Estados Unidos (o Canadá) a trabajar, pero necesita que Carlos le firme la autorización para poder llevarse a las niñas. Esa es la razón de que aparezca Carlos en escena. Carlos es el protagonista (en teoría) un hombre soñador, fantasioso, divertido, incapaz de tener ninguna responsabilidad. Sus hijas son sus “reinas”. Elena y él se llevan bien, pero no pueden vivir juntos. En el momento que los conocemos, Elena ha cerrado su casa para irse a casa de su madre, la abuela, una excelente Susi Sánchez en un papel pequeño pero fundamental en el relato, y espera que aparezca Carlos para ir a firmar con el notario. Como fondo del paisaje, los militares patrullando, el toque de queda, la inflación galopante, el miedo y la incertidumbre del futuro. Es en este contexto donde vemos como Carlos descubre que quiere y necesita a sus hijas; como las niñas descubren que quieren y necesitan a su padre. Reinas es un ejemplo del vigor del cine latinoamericano que poco a poco se aleja del miserabilismo que le caracterizaba hace unos años. Igual que las dos series, Reinas demuestra que la ficción es el mejor camino para mostrar (y denunciar) la Historia.

El regalo de esta semana  son unas flores para todas las protagonistas de esta semana: Uli, Ragna, Elena, su madre y sus hijas.