(fragmento de un cuadro de Ramon que podría ilustrar el Big Bang)
Semana Santa no es lo que era. Ya casi nadie recuerda que en
un día como hoy, Sábado Santo, se estrenaban las películas gordas de la primavera. Después
de tres días de penuria, el Sábado de Gloria traía, por fin alegrías a la cartelera. Ahora ,
no hay días señalados con estas alegrías y casi todos los viernes son una
sucesión de estrenos que pasan sin pena ni Gloria, por una cartelera que está
en continua Semana de Pasión. En fin. Dejémonos ya de metáforas al uso (y al
desuso, por suerte) y veamos que ha habido esta semana en los cines. No mucho, la verdad. Aunque debo
reconocer que dos de las películas mas interesantes (a priori) no las he podido
ver.
Una, es El pasado,
del iraní Asghar Farhadi. Primera película de este director de melodramas rodada
fuera de Irán. Después de A propósito de Ely
y Una separación, era cuestión de
tiempo que Farhadi rodara en Francia. Y alli ha hecho este film que, por lo que
se, podría ser una continuación de Una separación. La recomiendo aun
arriesgándome a hacerlo sin haberla visto.
La otra es La mujer
del quinto, de Pavel Pawlikowski, director de Ida, estrenada hace un par de semanas. No se si esta nueva/vieja película
se parece a Ida. Pero sí sé que Ida
se parece mucho al cine polaco de los años 70. Denso, cargado de filosofía,
triste, hermoso en sus imágenes, duro en su historia. Un cine que no respiraba
por mas que Pawlikowski le de aire a sus figuras dejándolas casi siempre en la
base del plano. Puede ser una experiencia cinéfila ver las dos películas
seguidas. Pero luego no me pidan cuentas si salen muy deprimidos o perplejos o,
sintiendo (los mas viejos) que La tía Tula no estaba
tan lejos de ese cine evocado.
Hay una tercera película, que si he visto y de la que me
gustaría hablar. Es un film de serie B, realizado hace tres años, con Antonio
Banderas de protagonista. Se titula La
partícula de Dios. No se confundan, no es el título religioso de la Semana Santa. Esta
partícula de Dios es esa cosa tan intangible que se denomina en ciencia El Bosón
de Higgs y que es una posible explicación del Big Bang (nombre del film en su
versión original). Dirigida por Tony Krantz, un hombre que tiene en su haber
ser el productor de Mullholand Drive
y de la serie 24 entre otras cosas,
este film delirante en el que se mezcla ciencia ficción y cómic; cine negro y
corrupción policial; un científico loco y una historia de amor, tiene momentos imprevisibles
y disparatados, con una estética extrema digna del Almodóvar primigenio. Quizás
por eso Banderas se siente tan cómodo en su papel de detective chandleriano,
desengañado y pasional. Una rareza.
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