(mi pequeño indio, cortesía de Apaches y López Lavigne, no tiene ningún trauma)
“Una película hablada”, titula Sergi Sánchez su crítica en La razón. Sin duda, Jimmy P. de Arnaud Desplechin es una
película donde se habla mucho. Demasiado. Se habla tanto, que la palabra acaba
imponiéndose a todo lo demás. Y como la palabra, en realidad, no es tan
apasionante como se podría pensar, se acaba produciendo un cierto cansancio o
una sensación de película plana, como afirma el mismo Sergi. Y sin embargo… sin
embargo a mi me parece que no es tan plana como parece. Tengo la impresión de que
la palabra ahoga otros niveles que están en la película y que me parecen mas
interesantes. Por eso he hecho un experimento. Como se puede ver en Filmin
(¡estupendo invento el de Filmin!) la he puesto esta mañana en el ordenador y
la he visto sin voz, muda. Y me he llevado una sorpresa. Porque al dejar de oír
el diálogo (ojo, es importante y jugaba con ventaja ya que había visto la peli
“hablada”) me he podido sumergir en la imagen. Y la imagen de Desplechin está llena de
cosas que la palabra no me dejaba ver. Empezando por los rostros de Benicio del
Toro y Mathieu Amalric, tan distintos, tan opuestos: uno sereno y doloroso,
mirando hacia dentro, intentando comprender que le pasa; el otro malicioso y
triste, mirando desde fuera, intentando olvidar que le ha pasado. También los
espacios de las diversas entrevistas que mantienen el paciente indio y su
psicoanalista europeo, son importantísimos para entender la evolución de Jimmy
P. Como lo son los trajes que llevan uno y otro. Los paisajes de los sueños, adquieren una
dimensión surreal al verlos sin oírlos. Y ese precioso espectáculo de
marionetas que representa El sueño de una
noche de verano, es, en silencio, mucho más evocador.
No quiero decir que vayan al cine y se tapen los oídos, no.
Lo que intento decir es que si van a ver esta interesante película sobre el
psicoanálisis de un indio Pies Negros que vuelve traumatizado de la Segunda Guerra
Mundial , no se dejen apabullar por las palabras y vean un
poco mas allá.
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