lunes, 29 de abril de 2013

D'A CINE DE AUTOR


 
Estamos a la mitad del Festival Internacional de Cinema d’Autor de Barcelona, mas conocido con el simple D’A. Siempre he pensado que los festivales en una ciudad grande no acaban de funcionar. La oferta (??? los interrogantes son por la flagrante falta de oferta cultural de Barcelona) suele ser muy amplia, la gente no vive el festival como algo propio y cuesta sacar al público de su rutina diaria y de su casa. Pero eso no quiere decir que no se tengan que hacer festivales en ciudades grandes. Si bien es cierto que los que funcionan mejor  son los especializados que apelan a un determinado colectivo, los generalistas tienen su espacio. Sobre todo si se centran en un tipo de cine difícil, marginal, de autor. Aunque en este vago concepto caben muchas definiciones.
Hablando concretamente del D’A de este año, tengo que reconocer que con los pocos medios que han tenido (los presupuesto son de risa), han conseguido reunir una programación estimulante y apetecible que cubre varios registros. Quiero decir, que no solo se programan películas minoritarias y exquisitas, sino que se apuesta por una variedad de conceptos. Desde la retrospectiva rumana con la presencia siempre interesante de Cristian Mungiu, al estreno del segundo largometraje de Jonás Trueba. Los ilusos, hay mucho trecho que recorrer.
De lo visto hasta hoy, 29 de abril, destacaría el film belga A perdre la raison, de Joaquin Lafosse, Frances Ha, de Noah Baumbach, La lapidation de Saint Etienne, de Pere Vila. Pero también Leones, de Jazmín López o Kauwboy, de Boudewin Koole. De lo que queda por ver, diría que no hay que perderse The Juan Bushwick Diaries, de David Gutiérrez Camps, Sleepless Knights, de Cristina Diz, Arraianos, de Eloy Enciso, Los ilusos, de Jonas Trueba y La Plaga, de Neus Ballús. Esto siempre desde mi punto de vista, porque hay muchas otras películas en este festival de las que poco o nada sé y que, seguramente, serán estupendas.
Y cuando afirmo esto es porque una de las pocas razones que justifican la existencia de un festival de estas características es la confianza. En un mundo donde cada día hay mas oferta cinematográfica paralela, donde se pueden encontrar mil tentaciones, la idea de dejarse llevar por el gusto y la intuición de alguien, facilita mucho las cosas. Cada uno, después, puede decidir si esa selección le ha parecido buena o no, si ha conectado con sus intereses o no y a partir de ese momento, ser un fiel seguidor del festival o dejarlo de lado. Lo que diferencia un festival de la Filmoteca, por ejemplo, es precisamente eso. La Filmoteca debe ser objetiva; un Festival debe ser subjetivo.
Disfruten de lo que queda del D’A si estan en Barcelona o cerca. Vale la pena.

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