sábado, 30 de marzo de 2024

CUERPOS

 


El problema de los tres cuerpos. Netflix

Se ha hablado mucho estos días de la serie de Netflix El problema de los tres cuerpos. No he querido leer nada antes de verla y de escribir de ella. Porque quería escribir de ella, eso lo tenía muy claro. Pero quería hacerlo sin estar contaminada de la opinión pública y publicada. Quería acercarme a la serie desde la ilusión de ver como uno de los libros de ciencia ficción que más me han gustado en estos años se convertía en imágenes.

Pero empecemos por el principio. Fue una de mis mejores amigas la que me habló de estos libros hace mucho tiempo, en la era AGP (Antes de la Gran Pandemia). Ella los había leído en inglés y le entusiasmaban. Los busqué en castellano y los encontré. Los tres El problema de los tres cuerpos, El bosque oscuro, El fin de la muerte. Que un chino completamente desconocido para mi, Cixin Liu, hubiera escrito esta inmensa trilogía de Ciencia Ficción, más Ciencia que Ficción, más Política que Ciencia, más Advertencia que Política, me parecía algo muy atractivo. ¿Cómo se escribe ciencia ficción desde un país tan confuciano, es decir tan apegado a la tierra, como es China? ¿Y cómo se escribe un género tan tipificado en la cultura occidental desde unos parámetros completamente distintos? La respuesta la encontré leyendo los libros de un tirón. Aunque tengo que reconocer que a veces me perdía en las definiciones científicas o en los cálculos físicos, pero pronto aprendí a leerlos de otra manera. No se trataba de entenderlos, sino de leerlos como si fueran poemas indispensables para avanzar en la envolvente historia de una traición.

No voy a explicar mucho más del argumento, vale la pena que vean la serie y, si pueden, lean los libros de Cixin Liu. Solo voy a decir que a mí no me ha decepcionado esta adaptación de los creadores de Juego de tronos. Si había alguien que podía meterle mano a la Trilogía de los Cuerpos eran David Benioff y D.B. Weiss. Si habían conseguido explicar en imágenes la saga de Juego de Tronos, podrían transformar en serie la abstracción y al mismo tiempo el mensaje de los cuerpos de Liu. Que hayan occidentalizado a los personajes principales, no me parece mal, entre otras cosas porque no es tan simple su occidentalización. Los cinco científicos discípulos de Vera resumen la humanidad entera: un negro, una china, una latina, y dos blancos muy diferentes. Todos formados bajo el ala de Vera, una científica china y a su vez bajo el ala de Ye Wenjie, la auténtica protagonista. El origen de la historia sigue estando en China, el origen del problema de los tres cuerpos sigue siendo la intolerancia, la represión, el abuso de poder de la llamada Revolución Cultural del presidente Mao en los años sesenta (de la que ya casi nadie se acuerda y que a mí me parece reconocer en algunos comportamientos sectarios y prepotentes en ciertas universidades y colectivos muy actuales). Sin ese detonante, no se entiende la respuesta de Ye que desencadena una historia apasionante. Y atentos al final de la serie (y del primer libro), puede que miremos a los insectos de otra manera.

Dos cosas curiosas. Una de las  amenazas que anuncia la serie es la de una pérdida del control energético que provocaría el caos. El accidente del barco de Baltimore, que ha acabado con uno de los puentes más importantes de Estados Unidos, me hizo pensar en un aviso de lo que puede pasar. El barco venía de China y se dirigía a Sri Lanka y poco después de zarpar se apagaron todas las luces, perdió el rumbo y chocó con el puente. Extraño sin duda. La otra cosa curiosa la puede detectar cualquiera que tenga un móvil y se haya dado cuenta de que si entra en una zapatería, al cabo de media hora empiezan a llegarle anuncios de zapatos. O lo que es peor, te comas un chocolate y empiezan a salirte entradas relacionadas con lo bueno que es el chocolate. Son los algoritmos, dicen. Si ven la serie, descubrirán que propone otra explicación mucho menos tranquilizadora. Por si acaso, espero que este texto les guste (a los lectores de aquí y a los de allí).

 


( la auténtica Diana Nyad)

Nyad, de Elizabeth Chai Vasarhelvi y Jimmy Chin. Netflix

Mi intención era dedicar esta entrada exclusivamente a los tres cuerpos, pero por razones de trabajo he tenido que ver una película que se me perdió en su estreno, Nyad, de Elizabeth Chai Vasarhelvi y Jimmy Chin, un film protagonizado por Jodie Foster y Annette Bening que le valió a esta última una nominación al Oscar como mejor actriz. La relación de este film con la serie no pasa porque sus directores sean de origen chino, sino por el Cuerpo. De los cuerpos celestes de la trilogía, pasamos al cuerpo acuático y atlético de Diana Nyad. Me gusta nadar, aunque no soy muy buena, y me gusta ver competiciones de natación. Pero no sabía nada de la existencia de esta nadadora americana, campeona olímpica, que a los 28 años intentó cruzar de Cuba a Florida a nado y no lo consiguió. Pero si lo logró a los 64 años en una hazaña que los que nos miran habrían aplaudido. Lo que cuenta esta película es precisamente este momento. El día que cumple sesenta años, Diana Nyad se propone cumplir su sueño de ir de Cuba a Cayo Hueso nadando sin parar sesenta horas. Tiene claro el objetivo y aunque le llevará cuatro años y cinco intentos, acabará por conseguirlo. El film sigue a la protagonista y a su amiga y entrenadora Bonnie, Jodie Foster, en este empeño casi imposible. Annette Bening sostiene el personaje en el agua y fuera del agua y el film avanza a brazadas con nosotros en el barco ayudándola. Lo que importa en esta película, difícil de rodar sin duda y todo un reto para la actriz, es lo que dice Diana Nyad cuando llega a la costa de Florida: “Nunca te rindas. No dejes que la edad te impida cumplir tus sueños. No olvides que necesitas un equipo que te acompañe”. Tres lecciones de vida.

El regalo de esta semana es un cuadro con tres cuerpos en el espacio.

 



 

 

sábado, 23 de marzo de 2024

RESPIRAR


Sin respirar no se puede vivir. Pero se puede vivir respirando de distintas maneras. Las dos películas de esta semana  lo demuestran.

 


La abadesa, Antonio Chavarrías

Lo primero que se me ocurre viendo esta interesante película es como se pude plasmar en imágenes la idea del materialismo religioso, entendiendo materialismo en el sentido marxista del término, no en el de consumismo o explotación. A priori parece una contradicción, pero lo que hace la joven abadesa en ese oscuro y frío convento es exactamente eso: materialismo religioso. No hay nada de espiritual en su búsqueda, no hay nada metafísico, Emma no es Santa Teresa. Emma tiene 17 años cuando llega a un perdido monasterio en las montañas, en la frontera de los reinos cristianos y árabes. Su misión es repoblar las tierras con nuevos cristianos. Estamos en el siglo IX, en los Pirineos: el rey franco protege ese monasterio de las intrigas políticas, los moriscos conviven con los cristianos que poco a poco van extendiendo su influencia. El poder es el tema principal del conflicto entre Emma y su hermano el Conde, entre Emma y las jerarquías eclesiásticas, entre Emma y los campesinos, entre Emma y la hermana Eloísa. Poder no de la Iglesia y la Nobleza, poder de una mujer con las ideas muy claras, dogmática y segura. Chavarrías se inspira en la historia real de una abadesa olvidada por la historia y ambienta su aventura solitaria en el magnífico castillo de Loarre en pleno invierno, usando la iluminación de las velas que crean imágenes en clarososcuro de una gran belleza, pero también de una gran opresión. Otras dos ideas me surgieron viendo La abadesa. Una es la contemporaneidad de los temas que se tratan: la discriminación de la mujer en los estamentos de poder o los conflictos territoriales, sirven de espejo de nuestro propio mundo. La otra es el paralelismo con Narciso Negro, de Michael Powell y Emeric Pressburger. En cierto modo, La abadesa es casi un remake de personajes, no de argumento, de Narciso Negro. Una joven abadesa llega a un convento perdido en la montaña, alejado del mundo. Quiere cambiar las cosas y llegar a proteger a los desheredados de su  territorio. Un hombre la ayuda en esa función y entre ellos nace algo más que respeto, un amor reprimido. Hay una joven nativa a la que la abadesa decide proteger. En el convento se enfrenta a una monja que no oculta sus deseos y  la coloca ante un espejo. Las dos películas son quizás un poco largas, las dos son de una belleza sublime. En lo que no son iguales es que La abadesa es muy terrenal a pesar de poner su fe por encima de todo y Narciso Negro es mucho más espiritual a pesar de su falta de fe. La abadesa merece ser vista con ojos de hoy y apreciar todo lo que encierra en las oscuras estancias de ese castillo en la nieve. Y si pueden vean Narciso Negro, está en Filmin.

 


Arnasa betean. A pulmón, Bertha Gaztelumendi y Rosa Zufía

En la entrada del Festival de San Sebastián del año pasado ya hablé de este interesante documental dedicado a reivindicar y celebrar las directoras vascas que han hecho y hacen cine en Euskadi y fuera de Euskadi. En realidad A pulmón habla de las mujeres cineastas más allá de su localización en el límite geográfico del país vasco. Habla del cine, de la búsqueda de un espacio narrativo, de la necesidad de colaborar, de la evolución de los temas, de cómo las pioneras de los años 80 abrieron camino a las mas nuevas directoras. Todo ello contado como la búsqueda de un tesoro en el fondo del mar que tres buceadoras a pulmón buscan en las aguas profundas. Bucear a pulmón es una gran metáfora de lo que han hecho muchas directoras en la historia: sumergirse en un espacio hermoso pero hostil, que te expulsa pero al que quieres pertenecer, un mar de fondo donde arraigar tus historias. En el mar nació la vida y en el mar nacen las muchas sirenas que surcan el cine con sus aventuras. A pulmón es un documental de memoria y de descubrimiento, pero también una invitación a ver y buscar las películas que han hecho estas mujeres. Esas y muchas más, claro. 

El regalo de esta semana es un bodegón que alegraría la vida de la abadesa de Chavarrías.



 

 

 

sábado, 16 de marzo de 2024

PREGUNTAS Y REFLEXIONES

 

Hay películas que están bien, son bonitas, entretenidas o interesantes. Sin llegar a ser obras maestras de ningún tipo, tienen algo especial, algo que me sugiere preguntas y reflexiones en las que no me había parado a pensar. Esta semana hay tres de esas películas.

Nuestro último baile, de Delphine Lehericey

Lo que cuenta esta película es muy sencillo. Germain, un hombre de 75 años, jubilado y con una vida feliz al lado de su mujer, se queda viudo de repente. En esta nueva e inesperada situación se enfrenta a dos emociones: la más difícil y dolorosa, es superar el duelo de su pérdida cumpliendo el último deseo de su mujer: bailar en un espectáculo de danza contemporánea; la más cómica y engorrosa es superar el agobio proteccionista de sus hijos que pretenden organizarle la vida como si fuera un niño o un ser discapacitado. Esta es la historia. Las reflexiones que me produjo fueron varias. La primera fue una pregunta ¿cómo habría sido la película si el que muere es él y la mujer se queda viuda? Respuesta: no habría película, porque una mujer tiene muchos más recursos para vivir sola. Desde hacerse la comida a buscarse entretenimientos y ocupaciones, no hay conflicto, no hay argumento. Y como consecuencia de esta reflexión me nació otra pregunta ¿se producirá esta misma situación cuando las parejas que ahora tienen 50 años o sus hijos de 20 se enfrenten a una pérdida a los 75 (si aun vivimos en este planeta desquiciado). La respuesta también fue muy clara: No. No, porque los hombres de 50 años ahora y mucho más los de 20, ya conciben la vida de otra manera, no son tan absolutamente dependientes de sus mujeres, comparten tareas de la casa, cuidan niños (un ejemplo, yo vivo en un barrio donde hay muchos colegios y guarderías, a las 9 de la mañana pasan ríos de padres por delante de mi casa camino de las jaulas doradas donde dejar a sus niños. La mayoría son padres, no madres.) Estos maridos, si se quedan solos, sabrán cocinar, sabrán comprar y sabrán organizarse mucho mejor que el pobre Germain. Y ahí aparece una tercera pregunta ¿realmente está Germain tan incapacitado para organizar su vida? No, no lo está, Germain es suficientemente inteligente y autosuficiente para no necesitar la tutela proteccionista y agobiante de hijos y vecinos. Menos mal que tiene una nieta que le entiende y le ayuda; menos mal que cuenta con la compañía de tres hermosos gatos, independientes, libres, pero muy fiables; menos mal que encuentra un refugio amable y creativo en la compañía de danza de La Ribot.

 


(el auténtico Sergio y la auténtica Paloma)

Radical, de Christian Zalla

Películas sobre maestros entregados hay muchas. Películas sobre alumnos que pasan de ser indomables a ser aplicados, también. Películas que cuenten como hay pequeños tesoros escondidos en las clases de una escuela rural, creo que podemos encontrar varias. Entonces, ¿Qué tiene de especial este Radical mexicano ambientado en una escuela en Matamoros, ciudad fronteriza con Estados Unidos, dominada por el narco? Pues algo. Tiene algo. Y pensando que podía ser, llegué a la conclusión que ese algo era el hecho de estar basada en personas reales y en una historia que por inconcebible que parezca, es de verdad. El argumento de Radical es este “Basada en una historia real, cuenta la historia de un maestro de una ciudad fronteriza mexicana llena de abandono, corrupción y violencia, que prueba un nuevo método radical para desbloquear la curiosidad y el potencial de sus alumnos, y puede que incluso su brillantez.” La historia sucedió en el 2011, Sergio, el maestro de primaria, ensaya nuevos métodos de enseñanza para despertar a sus alumnos. La película se centra en su relación con tres: Paloma, su éxito, Nico y Lupe, sus fracasos. Mientras la veía, me vino a la cabeza, era inevitable, La clase de Laurent Cantet y comparando las dos películas en mi memoria vi los puntos en común que ambas comparten: la realidad (de la historia en una, de los alumnos auténticos en la otra) y las consecuencias positivas de ambas (él éxito de la auténtica Paloma, el éxito de conseguir que los alumnos de la clase se impliquen en el proyecto de la película). Lo que las diferencia es más sutil. La película mexicana no esconde su vocación de cine popular, casi melodrama, mientras que la película francesa, no disimula que es, antes que nada, cine de autor. Pero bueno, qué más da. Lo interesante es que las dos proponen una manera distinta de enseñar a los niños a pensar (y si es posible, no lo que hay que pensar).

 


Hotel Royal, de Kitty Green

La directora de la interesante The Assistant vuelve a trabajar con Julia Gardner, su actriz favorita, en este film que no es sencillo de explicar: dos amigas canadienses, de viaje mochilero por Australia, se quedan sin dinero. La oportunidad de ganar algo se les presenta al ver un anuncio en el que se buscan chicas para trabajar en el Hotel Royal en un remoto poblado minero. Allá se van las dos chicas y lo que se encuentran es un mundo aislado, complicado, peligroso, surrealista, vacío y… Hasta aquí la historia. ¿Cuáles son las preguntas que me ha despertado? Una, la primera, es ¿Aun hay chicas que viajan solas por el mundo como en los gloriosos años setenta y ochenta? Pues sí, las hay, y son mucho menos vulnerables y frágiles de lo que uno se puede imaginar. Precisamente de su falta de vulnerabilidad surge la segunda reflexión, ¿con qué armas se pueden defender Liv y Hanna en un espacio hostil, no solo hacia ellas, sino hacia todo lo que vive (incluidos los pocos bichos que hay) en esas secas y áridas tierras? Con la inteligencia, la falta de miedo y un poco de humor. Claro que esta es una película, en la vida real no sé si la misma situación se resolvería tan fluidamente (no fácilmente). Una tercera reflexión me surge cuando intento clasificar el film: ¿es un western contemporáneo? Si, a veces lo es. ¿Es unja película de terror? Si, a veces lo es. ¿Es un film de denuncia contra un machismo tóxico? Sí, a veces lo es. Si es todo esto ¿Qué es realmente Hotel Royal? Pues no lo tengo claro, la verdad. Solo diré que me gusta el clima que se crea y me gusta ese final catártico no por esperado menos sorprendente.

 

EL RINCON DE LA SERIES


Chorus Girls, Ditte Hansen y Louise Mieritz, Filmin

Hace un par de meses que vi esta serie, pero me ha venido a la cabeza ahora, por lo de las reflexiones porque también Chorus Girls me provocó una curiosa idea. La serie es danesa y está ambientada en los años 70, muy al principio de los movimientos feministas, aun poco organizados en Dinamarca. Sus protagonistas son un grupo de bailarinas en un espectáculo más bien cutre, de feria. Las conocemos el primer día de las audiciones para escoger a las coristas. Una vez seleccionadas las seguimos durante 8 episodios en las que las vamos conociendo. La primera cosa que me hizo pensar es que este tipo de espectáculos en vivo han desaparecido yo diría que por completo del paisaje europeo. La segunda idea se me ocurrió a medida que iba viendo la serie. El argumento con el que se vende Chorus Girls es: “Es la hora de la revolución. En esta estupenda comedia dramática, ganadora a Mejor Serie del Año en los Premios de la Televisión Danesa, seguimos a un grupo de bailarinas en su lucha por sobrevivir en el sexista mundo del espectáculo de los años 70.” Pero mientras la veía pensaba: no es verdad. Justamente en el teatro estas chicas se sienten más seguras, más solidarias, más fuertes que cuando están fuera del teatro, en sus vidas cotidianas. Y ahí surgió una nueva impresión: cómo se puede hablar de todos los temas que afectan a la sociedad (no solo a las mujeres) a través de este grupo heterogéneo y no normativo de coristas de poca monta. La serie lo consigue y es de agradecer que no sea nada dogmática, ni nada moralista. Además de ser muy setentera en colores, vestuario, música...

El regalo de esta semana es una chica pensando frente a un cuadro





 

lunes, 11 de marzo de 2024

!FILMTOPIA YA ES UNA REALIDAD¡

 



¡Filmtopia ya es una realidad!

El 8 de marzo Filmtopia se convirtió en una realidad al 100%, con todas sus secciones, en catalán y en castellano, con entrevistas, críticas, libros, filmoretratos. ¡Todo!.

Filmtopia es una web dedicada al cine hecho por mujeres en el más amplio sentido: cineastas y profesionales de todas las ramas de la producción; recuperación de figuras del pasado para darlas a conocer; apuestas por el futuro, actualidad y opinión. Filmtopia nace como una tierra prometida  y estamos dispuestas a conseguir que sea una tierra compartida y habitada por muchos y muchas. Es una web que invita a explorarla poco a poco, a buscar entre sus propuestas, a moverse entre los temas que nos conducen de uno a otro, a escuchar las entrevistas. Después de un largo viaje en el que hemos ido construyendo poco a poco la web, hemos llegado a la orilla y ahora toca adentrarse en la conquista de las nuevas tierras.

Si ya compartes con nosotras este viaje porque te hiciste mecenas del Verkami, recibirás un código para canjearlo por la suscripción que compraste y que te permitirá acceder a todos los contenidos de forma ilimitada. Si no lo hiciste, ahora puedes suscribirte a través de uno de los tres packs que tenemos. ¡Filmtopia es un proyecto para compartir!

Este es el enlace a la web de Filmtopia

www.filmtopia.net

 


 

sábado, 9 de marzo de 2024

OSCAR Y AMORES


Un  estreno que no debe pasar desapercibido y tres películas en plataformas (dos de ellas candidatas al Oscar que se otorga este domingo) centran esta entrada tranquila, de emoción y de aventura. Porque aunque no lo parezca, hay aventura en las cuatro películas.

 


Los pequeños amores, de Celia Rico

Para vivir una aventura no hace falta irse a la otra parte del mundo, para sentir una emoción no hace falta que pase algo extraordinario. Celia Rico lo sabe muy bien, ya lo demostró en su primear película, la exquisita Viaje al cuarto de una madre donde se planteaba la relación callada y sutil entre una madre y una hija. De esta película escribí en su momento: “Celia Rico nos regala este cuento tierno y callado de una madre y una hija que son una sola figura y que poco a poco se van separando para ser dos, pero igualmente unidas, igualmente respetuosas. Lola Dueñas y Anna Castillo son la madre y la hija. Lola no sale nunca de casa y es en ese piso minúsculo donde vive todo su viaje a su propio cuarto que acabará por devolverla al mundo del que se había sentido excluida al perder a su marido. Anna es la hija que sabe que tiene que salir del piso sin dejar de viajar al cuarto de su madre y buscar fuera el aire que les permitirá respirar. Las dos hablan, se quieren, están unidas por hilos: el de la costura, tan importante, el del teléfono tan definitivo. Y las dos  sin ningún tipo de melodrama, sin perder la sonrisa, sin miedos ni revueltas, nos invitan a viajar a ese cuarto de su mano y de paso, a recordar cómo fueron nuestros propios viajes a los cuartos de nuestras madres.” En su segundo trabajo, Celia Rico vuelve a las figuras de la madre y la hija. Pero el espacio se ha ampliado, ya no es un cuarto, es una casa en el campo donde vive Ani, la madre, una Adriana Ozores magnífica en su enfado permanente, indómita, independiente, libre. Una casa a la que vuelve su hija Teresa, una mujer de 42 años, frágil, aparentemente delicada que debe hacerse cargo de su madre cuando ésta sufre un tonto accidente. Si en la primera película contaba el proceso de separación de un cuerpo para ser dos, en esta, en cambio, vemos como esos dos cuerpos tan distintos, casi antagónicos, se van acercando poco a poco hasta volver a ser uno.  En medio un verano caluroso y sofocante, la agobiante presencia del dinero y un pintor que literalmente pone patas arriba la casa para renovarla por fuera y por dentro, como Celia pone patas arriba a sus protagonistas para renovarlas por fuera y por dentro. Todo contado con tranquilidad, sin prisas, con pequeños detalles, pequeños amores, pequeños momentos que van pintando, (como las paredes) un nuevo paisaje emocional entre Ani y Teresa. Una película  de las que se te quedan en la piel y en la memoria.

 


Sauna, Anna Hints Filmin

La aventura en este film es de dos direcciones. Una hacia dentro del alma, otra hacia fuera del cuerpo, de los cuerpos mejor dicho. Porque este cálido film rodado en un bosque y un lago nevados del sur de Estonia, es un viaje de descubrimiento de los sentimientos más escondidos, esos que no se suelen dejar ver, al que se prestan cinco mujeres acurrucadas en una sauna donde sus cuerpos desnudos, van sudando liberándose de las toxinas físicas y de las toxinas emocionales. No era fácil hacer este documental de observación y de respeto. Las mujeres son ellas mismas, lo que cuentan son sus historias, la relación que establecen entre ellas y con el bosque, el lago helado, el calor de la sauna, es la que fueron viviendo día a día mientras se filmaba en ese espacio pequeño y brumoso en el que el vapor a veces las convierte en fantasmas, a veces las difumina en un dibujo al pastel y otras les da una corporeidad y una humedad muy física. Casi sin planteárselo, van repasando los grandes temas de la vida: la infancia, la relación con los padres, las parejas, el amor, el sexo, los hijos, la regla, la menopausia, la muerte y la violencia. Pero sin enfatizar, sin alzar la voz, si victimismo, con risas y humor, sintiendo el placer del calor, el contraste del frío, la alegría de un rayo de sol, la caricia de una mano amiga. Sauna es, además, un film sobre la belleza de los cuerpos no normativos, con sus arrugas, sus volúmenes fragmentados como figuras abstractas, o mirados como cuadros barrocos. Sauna es una aventura sin duda.

 


American fiction, de Cord Jefferson, Amazon Prime Video

La película tapada de los Oscar, la que nadie ha visto (o todo el mundo ha visto) la que no se ha estrenado en los cines. La apuesta de las plataformas en los Oscar. American fiction es todo esto, pero sobre todo es una crítica feroz y mordaz, cargada de ironía y mala leche sobre la tan traída y llevada cultura Woke que Estados Unidos ha exportado a todo el mundo. American fiction habla del racismo y de los negros, pero la historia podría ser muy parecida con el tema del feminismo, o las minorías, o con cualquier otra tendencia de las que levantan irritaciones en las pieles sensibles de los twiteros (o xseros) convertidos en inquisidores implacables. La historia es muy sencilla. Un profesor de literatura de color planta cara a sus alumnos blancos porque le reprochan que utilice la palabra prohibida, nigger negro. La Universidad decide “darle unas vacaciones y Monk decide volver a su casa en Boston, casa de clase media acomodada, mientras intenta que alguien publique una novela sobre un tema universal que evidentemente no le interesa a ningún editor. En un arranque de rabia, Monk escribe una novela basura sobre un negro marginal, llena de todos los tópicos que los editores y los críticos y los lectores blancos quieren en una novela escrita por un negro. Y no cuento más, porque en este punto empieza la aventura de Monk en “wokenlandia”. La película podría ser más feroz, más incisiva, mas critica, seguramente. A lo mejor le sobra un poco de contexto familiar, quizás. A mí no me molesta la madre, ni la novia, ni el hermano. Son accidentes en el camino de Monk hacia el descubrimiento de la solemne estupidez humana. No sé qué pasará en los Oscar que se entregan esta tarde en Los Ángeles, pero es probable que la ceremonia  sea la consagración de lo que precisamente pretende denunciar la película. La solución, mañana.


 

Nimona, Nick BrunoTroy Quane, Netflix

Esta si es una aventura en toda regla. Sin subterfugios, sin coartadas. Netflix juega fuerte en los Oscar en el apartado de animación con esta aventura medievalfuturista de caballeros andantes traicionados, reinas malvadas, príncipes menos azules de lo esperado y un geniecillo adolescente y travieso, la Nimona del título, capaz de transformarse en cualquier cosa y sembrar el caos a su alrededor. Está basado en un atrevido y poco convencional cómic de ND Stevenson protagonizado por una pareja inesperada, la que hacen la traviesa y amoral Nimona y el elegante y digno excaballero Ballister. Pero la verdad es que la historia con todo y ser entretenida y divertida y con una clara reivindicación de la marginalidad y la diferencia y lo distinto, no es lo mas importante. Lo mejor de Nimona es la imaginación desbordante de la animación de un mundo que mezcla la edad media de los cuentos de hadas, con el manga japonés; el mundo del futuro con los monstruos de las pinturas románicas. Hay que dejarse llevar por su ritmo sin preguntarse demasiadas cosas y disfrutar con la  ira y la risa de Nimona, una heroína que Disney no se atrevió a mezclar con sus más melifluos personajes.

El regalo de esta semana es uno de los primeros cuadros de Ramon, lo pintó antes de cumplir 20 años, que me evoca el ambiente tranquilo y de complicidad de la Sauna de Anna Hints.

 


 

 

 

sábado, 2 de marzo de 2024

CUATRO RECOMENDACIONES

 Esta semana hay muchas películas para recomendar, pero no son todas iguales

Si lo que se busca es una película llena de emoción pero no de sentimentalismo, la elección es Tótem, de Lila Avilés; si lo que te pide el cuerpo es una película gamberra y divertida, sin duda hay que ir a ver Dos chicas a la fuga, de Ethan Cohen; si por el contrario lo que se quiere es ver una película que se atrevió hace muchos años, casi cincuenta, a poner en escena una violación desde una perspectiva absolutamente novedosa, la escogida debe ser Not a Pretty Picture, de Martha Coolidge; y si lo que más te apetece es ver un gran espectáculo, con historia de amor y mesianismo, Dune: Parte 2 de Denis Villeneuve, es la mejor elección. Que cada uno escoja según su estado de ánimo, a mi me gustan mucho las cuatro.

 


(yo también tengo un tótem)

Tótem de Lila Avilés

La directora mexicana Lila Avilés llamó la atención hace unos años con una película inclasificable, La camarista, en la que se mostraba la vida cotidiana de las camareras de hotel. Con su segundo trabajo, Lila Avilés vuelve a demostrar su gusto por los espacios cerrados y únicos en los que puede observar cómo se comporta un pequeño microcosmos. En este caso, una casa familiar de clase media intelectual mexicana donde se prepara una fiesta sorpresa. A esa casa en ebullición llega una mañana Sol, una niña de siete años que se dedicará a observar calladamente el mundo que le rodea. Sol mira a los animales humanos que son sus tías, sus primos, su abuelo, y a los animales totémicos con los que se encuentra en el jardín y la casa, caracoles, insectos, perros, pájaros. Mientras ella va descubriendo poco a poco los entresijos de esa familia, nosotros vamos descubriendo los entresijos de una sociedad, la mexicana de clase media, en crisis permanente como espejo de la crisis colectiva que se vive en el país. Esta es uno de los elementos más estimulantes de Lila Avilés, su capacidad de, a través de historias pequeñas y concretas, hacer una radiografía colectiva del México de ahora mismo. Pero en la introducción he dicho que esta era una película llena de emoción y lo es porque la mirada de Sol la llevará hasta la misteriosa habitación de su padre, Tona, para el que se está organizando la fiesta sorpresa. Y allí en esa penumbra se consuma una dolorosa despedida, culminación de un día luminoso y agitado y una noche, estrellada y melancólica. Un film estupendo.

 


Dos chicas a la fuga, Ethan Cohen

Ethan Cohen es una de las mitades de los Hermanos Coen. Cuando su hermano Joel, decidió hacer otro tipo de cine, Ethan buscó una nueva colaboración y la encontró en su mujer Tricia Cooke, con la que ha escrito Dos chicas a la fuga, una comedia de felicidad lésbica con toques del humor más típico de los Cohen. Ambientada en los años 90, aunque más parece una película psicodélica de los 70, con homenajes a Russ Meyer incluído, la historia es la de dos amigas muy diferentes que deciden hacer un viaje juntas a Florida para salir de la aburrida Filadelfia donde viven. Lo que no podían imaginar Jamie y Marian es que en el coche de alquiler que les han dado se esconde un maletín muy buscado por un grupo de maleantes. El viaje es una alocada persecución punteada por encuentros con distintos personajes en la que las chicas van aprendiendo dos cosas: que la vida puede ser muy excitante y que en el fondo se quieren con locura. Sin un átomo de moralismo, con diálogos brillantes, y una alegría y felicidad flotando sobre ellas, Dos chicas a la fuga es una celebración del lesbianismo que haría un gran programa doble con La amiga de mi amiga de Zaida Carmona. La película es un gran divertimento clásico en su planteamiento. Por eso funciona tan bien.

 


Not a Pretty Picture, Martha Coolidge

Lo primero que hay que decir de esta película es que está rodada en 1976. Lo segundo es que ha permanecido olvidada hasta ahora mismo. Lo tercero es que tanto lo que cuenta, como la manera de contarlo, son de una modernidad absoluta. No sé si en estos tiempos de corrección política alguien se atrevería a contar una violación como lo hace Martha Coolidge. Not a Pretty Picture es casi un documental de cine en el cine, lo que vemos es el rodaje de una película, la que una directora, la propia Martha Coolidge, está rodando con un grupo de actores amigos sobre la violación que sufrió cuando tenía 16 años. Es esta mirada de la directora sobre la representación de un episodio doloroso de su adolescencia la que marca el ritmo de la interpretación de los actores. Después de una secuencia en un coche, donde ya se siente la tensión entre Curly, un guapo chico de veinte años, y la adolescente Martha, la acción se encierra en un destartalado apartamento donde se consumará una relación que la joven vive como una violación, pero que no tiene ninguno de los componentes sórdidos de este tipo de acciones. Es precisamente eso lo que hace que el actor que da vida a Curly, sea el que peor lleva la representación al reconocer en su comportamiento rasgos tanto de sí mismo, como de amigos suyos; y es lo que hace también que la directora sienta en algún momento que no podrá soportar revivir aquello por mucha distancia que haya en un rodaje. La recuperación de este film, que en su momento prácticamente no tuvo distribución, se ha logrado gracias a la restauración impulsada por Martin Scorsese y George Lucas a través de sus fundaciones. Pero fue la selección de Céline Sciamma en el Berlín del 2023, la que puso en circulación este interesante y necesario film. Not a Pretty Picture es una película imprescindible para intentar entender el famoso Sí es Sí.

 


Dune parte 2, Denise Villeneuve

Recupero un fragmento de lo que escribí cuando se estrenó la primera parte de Dune: “El Dune de Villeneuve es magnífico. El director de un film como La llegada, tan afín y cercano en tantas cosas a este Dune post lynchiano, y de la revisión y puesta al día de Blade Runner en la fría y cibernética Blade Runner 2049, se ha enfrentado a la saga de Frank Herbert desde una perspectiva del siglo XXI. ¿Y esto qué quiere decir? Quiere decir que ha conseguido transformar en una historia absolutamente contemporánea lo que era una aventura mística sobre el poder de la droga y el control de las materias primas, representados en la especia, el polvo del desierto que permite los viajes intergalácticos al mismo tiempo que expande la mente. En este Dune 2021, la especia simboliza esos metales raros y escasos, indispensables para el funcionamiento de un mundo digital post nuclear; las mujeres, Jessica, la madre de Paul, y Chani, la joven Fremen, son el elemento cohesionador del destino del héroe, Paul Atreides; la revuelta de los Fremen, los hombres libres de Arrakis, se puede entender como la lucha por un entorno más justo y equilibrado con la naturaleza. En lo que coinciden tanto las novelas, como el Dune de Lynch y el Dune de Villeneuve, es en el valor del agua como el único elemento realmente indispensable para la vida. El misticismo y la épica de la tragedia de Dune anuncia el nacimiento de una nueva era (no la del COVID): la era del agua. El fascinante desierto de Arrakis esconde un tesoro, la especia custodiada por los gusanos de arena que cabalgan los Fremen. Pero su auténtico valor es el del agua. No hay especia más importante que esa. Paul Atreides lo sabe, lo saben los Fremen y lo sabemos todos.” El agua, efectivamente, es lo más importante para la vida en Arrakis, y en Barcelona y en cualquier sitio. Por eso Paul anuncia un Paraíso Verde. Bueno Paul no exactamente. Porque una de las cosas más interesantes de esta segunda parte son los muchos Paul que hay en Paul, cuando se convierte primero en Muad’dib, guerrero fremen y luego en Mahdi, el Mesías que les llevará al paraíso, renunciando en este tránsito al amor de Chani. Más espectacular y hermosa que la primera, el desierto de Arrakis deslumbra en su terrible soledad surcada por los enormes gusanos de arena que cabalgan los fremen, donde se libra la gran batalla contra los Harkonen al servicio del Emperador. Entiendo que haya mucha gente que sin haber leído nunca los libros de Frank Herbert siente que esta historia ya la ha visto mil veces. Pero hay que tener en cuenta que cuando se publicó la Trilogía de Dune, en los años sesenta, aun no había aparecido la Saga de las Galaxias y todas sus derivadas. De todos modos, no hace falta conocer la historia literaria, lo que si recomiendo es revisar la Dune del 2021 para enlazar todos los personajes, las tramas y el destino de Paul- Muad’dib- Mahdi. Y dejarse llevar por las dunas del desierto, la especia y el agua.

El regalo de esta semana es un tótem de Ramon