sábado, 28 de diciembre de 2013

DIARIO DE UNA DAMA DE PROVINCIAS

No he visto Nymphomaniac 1 todavía. Así que mi opinión tendrá que esperar al año que viene. De los estrenos de esta semana recomiendo El médico, si tienen ganas de volver a las tardes de sábado en un cine de programa doble; Ernest y Celestine, si tienen niños que aprecien hermosos dibujos y hermosas historias; Una vida sencilla, si tienen ganas de compartir una historia de cariño y fidelidad muy poco convencional y sin ningún dramatismo.


Ya que las películas no dan para mucho más, me permito recomendarles un libro delicioso. Se titula Diario de una dama de provincias, de E.M. Delafield. Está escrito en 1929, pero su actualidad es absoluta. Lo ha publicado Libros del Asteroide en una excelente traducción de  Patricia Antón. ¿Para cuando los siguientes Diarios de la dama de provincias?

Dejo aquí algunos de los pensamientos de la dama que mas contemporáneos me parecen. Pero hay muchos más, sobre todo los relacionados a madres e hijos.

Me preguntan que me parece Harriet Hume, pero no puedo opinar puesto que no lo he leído. Tengo la deprimente sensación de que podría pasarme como con Orlando, sobre el que fui perfectamente capaz de hacer comentarios muy inteligentes hasta que lo leí y me encontré con que, desgraciadamente, no conseguía entenderlo.

Llega el ejemplar del mes del club del libro, y vaya chasco me llevo. El libro en cuestión es la historia de un sitio que no me interesa, escrita por un  autor que no me gusta. Lo devuelvo a su envoltorio y elijo otro de la lista de recomendaciones. Cuando leo un pequeño suplemento literario que venía con el libro, me encuentro con que ya estaba previsto que alguien procediera exactamente como lo he hecho yo, proceder que se describe como “el mayor error de su vida”. Me llevo un gran disgusto, no tanto por haber cometido (posiblemente) el mayor error de mi vida como ante la deprimente idea de que todos nos parecemos tanto que, por lo visto, los escritores inteligentes son capaces de predecir nuestra conducta con toda exactitud.

(He de plantearme aquí una duda inevitable: ¿No peca acaso todo el género humano de un optimismo erróneo que lleva al falso convencimiento de que los compromisos sociales, si quedan lo suficientemente lejos en el tiempo, nunca se materializarán?)

En  la vida cotidiana, decir la verdad resulta extraordinariamente difícil. ¿Es solo mía esta idiosincrasia tan deplorable o hay otros que también la padecen?

Comprendo que tendré que ir tarde o temprano a la exposición italiana, y en realidad estoy decidida a ir, pero también estoy segura de que no voy a entender nada cuando vaya y me veré en grandísimas dificultades cuando me pidan después mi opinión.

Feliz Fin de Año¡¡¡


sábado, 21 de diciembre de 2013

ESTRENO DE STUPOR MUNDI


(Ramón Herreros, pintor. Hilari M. Pellicé, director, en la presentación del documental)
El miércoles 18 hicimos un pase de STUPOR MUNDI. UNA APROXIMACIO A L’OBRA DE RAMON HERREROS, en los Cines Girona de Barcelona. Fue una noche muy emocionante. Era la primera vez que se veía el documental en una pantalla de cine (la proyección en el Festival de Valladolid fue en una sala del Museo Patio Herreriano) y la verdad es que verlo en una pantalla tan grande como la de la Sala 1 de los Girona impresionaba. La calidad y la belleza de los cuadros de Ramón ganaba con las dimensiones.
Vino mucha gente. Algunos conocían a Ramón y su obra; otros conocían a Ramón, pero no su trabajo; y hubo también personas que no le conocían, ni a él, ni su pintura. Amigos de amigos, compañeros del mundo del cine, conocidos recientes que poco a poco se van acercando a su obra.  Fue muy interesante escucharles a la salida o leer los comentarios que nos han ido enviando tras la proyección.
Interesante por dos cosas. Una, que me parece la mas importante, es la sorpresa que produce escuchar como se vive con los cuadros.  “Se trata de un argumento que no está legitimado, frente a los más elaborados de los sabios del arte”, me ha escrito entre otras cosas un viejo amigo. Comprobar que los cuadros forman parte de la vida, te ayudan a vivirla, te acompañan, es algo que no se podían imaginar.
Y esto me lleva a la otra consideración. Darme cuenta que para muchas personas el arte, la pintura, los artistas se sienten como algo lejano, elitista, incomprensible, solo apto para entendidos que utilizan un lenguaje críptico, que necesita traducción. Una sensación que te hace sentir mal por no ser capaz de entenderlo o de disfrutarlo. En este documental, de repente, se encontraron frente a una obra que, cargada como está de contenido filosófico, de simbolismo, de profundidad y de belleza, no solo “se entendía” sino que se “disfrutaba”.
Una amiga me dijo algo muy revelador al salir del pase: “no nos han enseñado a mirar la pintura como algo cercano”. La culpa de que esto suceda está muy repartida. La educación que por un lado academiza y aburre en su rutinaria manera de enseñar el arte, cuando lo enseña, porque últimamente ya ni eso, convirtiéndolo en objeto de museo, muerto. El mercado del arte que vive de construir fenómenos incomprensibles ajenos a los deseos y necesidades del público, expulsando a la gente normal de las galerías y los museos de arte contemporáneo  (una persona que me conoce muy poco y que no sabe mi vinculación con un pintor me dijo hace unos días que había ido al Gugenheim hace mucho tiempo y que había visto una exposición por lo visto de alguien muy famoso. Había cuadros enormes pintados solo de un color, se llamaban, Red, Blue. Se los miró y pensó que o bien era una tomadura de pelo o bien ella debía ser una analfabeta artística. Nunca mas volvió al museo). Esta especie de encumbramiento de la NADA,  es lo que ha alejado el arte de la gente de la calle. No se trata de rebajar planteamientos. La pintura de Ramon es compleja y tiene muchos significados. Pero tiene antes que nada un valor de cercanía. Se disfruta, se siente, se quiere. Como dice una de las personas que intervienen en el documental. “hay un enamoramiento”.
Mas allá de su valor como “documento”, este film, realizado sin ninguna ayuda institucional y sin ningún apoyo oficial, nos está sirviendo para intentar acercar las obras a sus legítimos destinatarios: el público.


GENTE EN SITIOS



Gente y sitios, dos conceptos indispensables para hacer una película, una novela, una pieza de música, o un cuadro. Hace falta gente que esté, que lea, que vea, que escuche;  y hacen falta sitios para estar, leer, ver o escuchar. Gente en sitios es un film  diferente. No es prosa, no es poesía. Son aforismos. Y utilizo esta definición antigua más que la muy contemporánea tweet, porque creo que un aforismo tiene mas complejidad que un tweet. Y la gente en sitios de Juan Cavestany tiene mucha complejidad. Mas de la que su sencilla y simple apariencia deja entrever. Estas pequeñas anécdotas, surrealistas, divertidas, desconcertantes, inusuales, inesperadas, se encadenan entre si como un tapiz de patchwork humano, un retrato de retratos. Pero lo mas sorprendente, al menos para mi, es que ese conjunto de gentes como cualquiera de nosotros, que se encuentra en sitios tan cotidianos como los que nos rodean y por donde nos movemos, acaban por ser alienígenas, seres de otro planeta cuando la película da un salto de la comedia de costumbres al cine de ciencia ficción, sin que en realidad sepamos porque sucede esto.  Gente en sitios es un film para ver con calma, detenerse en algunos episodios y pasar por encima de otros según el momento de cada espectador. Por eso, por el tipo de producción, por su campaña de difusión, es una película de consulta mas que de consumo.

No quiero dejar de destacar un efecto colateral del film. Ser un muestrario de jóvenes actores y actrices del cine español de ahora mismo, unos consagrados, otros por empezar. Solo por esa gente, ya merece ocupar un sitio en la pequeña historia del cine español.  

Aprovecho para recomendar el Festival Márgenes que se está celebrando estos días. Todas las películas de su sección oficial se pueden ver GRATIS, en su web. Abierto hasta el 31 de diciembre. Si tienen curiosidad, arriesguénse a descubrir películas distintas que no se ven normalmente. Hay sorpresas.

sábado, 14 de diciembre de 2013

ESCLAVOS



Esta semana los estrenos de cine están dominados por la apabullante, en todos los sentidos, 12 años de esclavitud, de Steve McQueen. No me atreveré a decir que no es una gran película, potente, dura y, quizás, necesaria. Pero que ponga eso por delante no quita para que piense que si bien la historia que cuenta este film es impresionante y terrible, la manera de contarla me produce una cierta sensación de malestar. Me pasa con McQueen lo que me pasa con los Pasos de Semana Santa de Juan de Juni o Gregorio Fernández: reconozco su valor artístico y escultórico, aprecio su importancia histórica y propagandística, pero no puedo dejar de sentir un rechazo ante la morbosidad con la que se detienen en la representación de la violencia, el dolor y la tortura.
Dicho esto, y añadiendo que 12 años de esclavitud es sin duda uno de los títulos del año, me gustaría utilizar este punto de partida para una reflexión que hace tiempo vengo pensando. Es evidente que este libro de Solomon Northup, publicado en 1853 y en el que narra el terrible calvario de los doce años que vivió como esclavo en una plantación de Luisiana, no podía haberse convertido en película hace diez, veinte o mucho menos treinta años, cuando los negros todavía, y a pesar de haber conquistado muchos derechos, eran  “leidos” históricamente desde la perspectiva de los blancos.
Y eso me lleva a plantearme la pregunta: ¿Quién escribe la historia?  La respuesta es obvia: la historia la escriben los vencedores. Sean los que sean. Es algo evidente que ya Homero dejó claro en la Odisea al narrar la Guerra de Troya. Los vencedores adaptan la realidad histórica a sus deseos y necesidades de poder. Establecen lo que se puede considerar la Historia Oficial. Sin remontarnos a épocas tan lejanas, los que tenemos una cierta edad podemos recordar como se contaba la Historia de  España, Una, Grande, Libre, Imperial y Católica,  en los años del franquismo.
Por eso ahora me asombra que ante un congreso como el que se está celebrando estos días en Barcelona,  titulado tontamente Espanya contra Catalunya, organizado y pagado desde los estamentos de la Cultura Oficial, haya personas que se sorprendan de los enunciados de sus ponencias. En definitiva, son exactamente iguales a  las del mas profundo franquismo, solo que desde el otro lado. Ahora los malos malísimos son los que ante eran buenos. La historia se relee siempre desde la perspectiva del que manda y en estos momentos en la Generalitat de Catalunya mandan los que quieren demostrar que todos los males de Catalunya son culpa de España. Ellos, naturalmente, no son responsables de nada.
Muchos de los agravios que estos días se están aireando en ese congreso, los padecieron igual otros pueblos de España: vascos, madrileños, andaluces,… No nos maltrataban por ser catalanes o gallegos, nos maltrataban porque podían. No nos olvidemos que los que detectan el auténtico poder, no tienen nacionalidad, únicamente la enarbolan cuando les sirve de escudo protector y arma arrojadiza para seguir mandando.

Y vuelvo a 12 años de esclavitud. Solomon era un hombre libre que fue engañado y vendido como esclavo. Durante doce años, padeció todo tipo de vejaciones, abusos y torturas, comprendió que debía humillarse para sobrevivir y consiguió recuperar su libertad. Aprendamos de él y no nos dejemos engañar y secuestrar por ideas que nos conducen a la esclavitud del pensamiento. Hay que sobrevivir, si, pero la humillación tiene un límite y a lo mejor un día nos cansamos. 

jueves, 12 de diciembre de 2013

RIOS

Guadalquivir y Fluvià. Dos ríos tan distintos y tan lejanos, uno cruza Andalucía desde la  Sierra de Cazorla hasta el Océano; el otro nace en las montañas de Collsacabra y desemboca en el  mar después de regar las tierras de Girona. Los dos funden sus aguas dulces con las marinas en marismas llenas de vida. Los dos vertebran un paisaje, un mundo. Da igual que uno sea un río que recorre 650 km y el otro solo 70. Son ríos que evocan sensaciones, que se hacen imagen y palabra, poesía en definitiva.
¿Por qué junto en este blog estos dos ríos tan distintos, uno árabe y caudaloso, otro mediterráneo y tranquilo? Hay una explicación.
El Guadalquivir es protagonista de un documental espectacular de Joaquín Gutiérrez Acha que se estrena esta semana; el Fluvià da nombre al último libro de poemas de Joan Teixidor, cuyo centenario se está celebrando desde hace unos meses de una manera callada, intima, sin las alharacas que acompañan a la cultura oficial catalana.
El mismo día que vi Guadalquivir por la mañana, asistí a una lectura de poemas de Joan Teixidor por la tarde y descubrí su libro Fluvià.
Ríos que llenan los ojos, los oídos evocando olores, sonidos.


El camino del río del sur lo hacemos acompañando a un zorro que viaja desde las agrestes montañas hasta el inmenso mar. Un zorro que es nuestro amigo y nuestro guía, con el que descubrimos la fauna y la flora que puebla las orillas de este magnífico paisaje de agua, con el que vivimos momentos de miedo y de dolor, al que dejamos que nos enseñe lo que hay en ese mundo invisible para los humanos, tan incapaces de ver lo que no es evidente: un insecto, un pájaro, una flor. Pero también un predador al acecho, un águila de grandes y doradas alas, un lince de ojos atentos. El zorro, como el río, acaba siendo mujer. Si el río nace hombre en la dura montaña, muere mujer en la dulce Doñana. El río violento y abrupto en su origen, se serena y se expande en las marismas de San Lucar de Barrameda. Hay que dejarse llevar por sus aguas y por la palabra de Estrella Morente que narra este viaje con el sonido de la música flotando tras sus palabras.


El camino del río mediterráneo lo hacemos de la mano y la voz de un poeta exquisito. Estremece pensar que el último poema de su último libro, el que habla de la muerte con una serenidad y una belleza increíble, está escrito un par de años antes de morir. No es el poema de un hombre mayor, es el poema de alguien que sabe que la vida es como el río y que pronto llegará  su propia marisma para fundirse con el mar.
No me resisto a transcribirlo. Está en catalán, pero estoy segura que su sonoridad y armonía no necesita traducción.
Desenllaç
S’allargassen les hores de la tarda
i ara arriba el riu cap a la plana.
El caminar es fa lent: la nit és a punt
com una mort acceptada.

El Fluvià ha fet el seu trajecte i no recorda
ni cascades ni afraus ni la campana d’aigua
caient sobre els còdols com en un dia de festa.
La pollancreda ha suspès el seu clam.
Hi ha fang i llot al fons enterbolit.

Ha arribat el temps de meditar, de fer balanç
de tot el que has viscut, del lloc feliç
i de la dissort que et malmenava i t’atuïa.
Ja no et queda res més que aquest tendal de silenci,
les canyes vora el riu que l’oreig fa moure.
Les dunes tenen un moviment d’onada
i s’encavalquen amb una gran parsimònia.

L’amor és la recança de jorns assolellats
i de nits de tumult i de batec dels cossos.
Hi havia plors en el tombant de les tardors que queien
però els hiverns tenien una tendresa de llar.
Per sant Joan els focs s’encenien a la serra.
Sant Pere Pescador ja t’ha deixat per sempre.

Tot s’ha acabat en aquesta tarda quieta
i només et toca l’última escomesa.
Prepara’t a morir i tanca’t a la crida
de tot allò que ja no pot tornar.

Són bons els núvols que lentament s’avancen.
Fes un respir petit i apropa’t al llindar.
“avui seràs amb Mi al Paradís”.


Vean Guadalquivir, lean los poemas de Joan Teixidor. No lo lamentarán 

domingo, 8 de diciembre de 2013

BODAS, HOTELES Y TRENES

Esta semana se han estrenado tres películas que merecen ser destacadas y no quedar perdidas bajo el peso de La gran belleza. Son tres films muy diferentes entre si que, de repente, han adquirido una notoriedad peculiar al leer los periódicos del sábado 7 de diciembre.


1
Empecemos por el mas festivo.  3 bodas de más, la divertida y escatológica, absurda y al mismo tiempo clásica comedia que ha hecho Javier Ruiz Caldera con una Inmensa Inma Cuesta en el papel de un Cary Grant con faldas, (la idea no es original mia, la han dicho muchos críticos). Inma despliega todo su encanto sin miedo ni al ridículo, ni a la broma pesada, moviéndose entre las tres bodas de sus ex novios con un vestuario precioso. Y es ahí donde este film que recomiendo simplemente para divertirse, lo cual ya es mucho, enlaza con la realidad de la Barcelona fastuosa que estos días ha llenado la zona de la Plaza España de lujo y esplendor en una fantástica boda india. Me parece muy bien que la ciudad se beneficie de miles de invitados dispuestos a dejarse sus dineros en el Paseo de Gracia; que las autoridades locales se disfracen con saris de colorines para asistir a sus fastos; que se utilice el MNAC para celebrar en la Sala Oval la ceremonia y se cierren las Fuentes de Montjuic para unos fuegos artificiales. Estupendo, de verdad. En medio de este jolgorio, la deprimida Ruth con su vestido rosa y sus flores en la cabeza se habría sentido como pez en el agua. Lo único que me pregunto es si la ciudad (el ayuntamiento) está dispuesto a dejar sus espacios urbanos y culturales para un acto como una boda india, ¿por qué no se permitió que se rodara una serie de televisión como Isabel que también traería a la ciudad gente, dinero y prestigio?
Está claro que una boda india, de esa India donde el president Mas casi se comparó con Gandhi, es mas importante que una serie de televisión como Isabel donde Fernando el Católico, rey de Aragón y Catalunya, demuestra tener mas sentido de estado que muchos contemporáneos. En fin, volvamos a las 3 bodas, si tienen ganas de reírse sin prejuicios, vayan a verla.


2
La segunda película de la que quiero hablar es Le Week-end, de Roger Michell. Es una comedia agridulce, o mas bien amarga, que se ha definido como la cuarta entrega de la serie Antes del… de Richard Linklater. La verdad es que el fin de semana que esta pareja de jubilados ingleses pasan en París, intentando recuperar algo de lo que hace años les unió, es mas bien triste. Pero menos (o mas según como se mire) que lo que nos contaba Gregorio Morán en su Sabatinas Intempestivas del sábado 7 de diciembre. Morán relata con un lenguaje lleno de ternura, el suicidio de una pareja de ancianos en el Hotel Lutetia de París. Dos personas adultas, en plena posesión de sus facultades, que deciden quitarse la vida juntas, como juntas han estado toda esa vida que ahora dejan atrás. Su suicidio es un acto de lucidez, de sabiduría, de amor. Al leer esta crónica no he podido menos que pensar en la película de Michell y en su pareja, que viajan a París para intentar renacer de alguna manera. Y lo consiguen.


3
El tercer estreno de la semana no tiene una noticia relacionada. No la tiene hoy, pero la tiene cada dos por tres. Se trata de La jaula de oro, de Diego Quemada-Diaz. Una película que cuenta el viaje de tres adolescentes, casi niños, a través de un México enorme cruzado por trenes que llevan en sus techos miles de esperanzas de alcanzar la jaula de oro del otro lado de la frontera. No es nada nuevo, hemos visto historias de este tipo muchas veces en el cine, pero lo que hace de este film algo especial es el tono sin dramatismos con que cuenta las cosas terribles que les pasan y el acento en la amistad y la relación de amor y cariño que se establece entre Sara, Juan y Chauk, que juegan a quererse y luchan por defenderse mientras cruzan los paisajes de ese México desolado. La jaula de oro no es una película original, pero si tiene una manera limpia de mirar una realidad que por pura casualidad no aparece en el diario del sábado 7 de diciembre, pero está presente continuamente en las noticias que nos llegan de pateras, vallas con navajas asesinas, o trenes abarrotados de ilusiones por alcanzar el paraíso de la nieve y el frío que es en definitiva una jaula distinta, una especie de bola de cristal de esas que al darle la vuelta cae la nieve sobre las figuritas. La última imagen de este film caluroso y blanco es precisamente una imagen blanca y fría donde Juan mira al cielo y se deja mecer por los copos de esa bola de cristal en la que está de nuevo encerrado.



jueves, 5 de diciembre de 2013

LA GRAN BELLEZA


(pinos romanos vistos por Ramon)
La realidad supera a la ficción. Aunque la ficción sea un desmadre total, una orgía barroca y deslumbrante. La realidad siempre nos da un poquito más. Por ejemplo esta semana en que se estrena un film apabullante en muchos sentidos, La gran belleza de Paolo Sorrentino, un artículo en La Vanguardia nos cuenta como la  “periodista especializada en cultura y creatividad e impulsora y dinamizadora del sector” Bibiana Ballbé que ha asumido las labores de “comisaria del nuevo centro de creatividad Arts Santa Mónica”, convocaba a 100 personalidades de la creación a participar en “un gran evento inaugural del centro” , una fiesta non stop de las 10 de la mañana a las 10 de la noche que reuniría a los mejores creadores “en la cresta de la ola”. Me encanta pensar que Jep Gambardella, el dandi escritor decadente protagonista de la fiesta berlusconiana de Sorrentino, se sentiría muy a gusto en este gran evento. No se si Arts Santa Mónica llegaría a los extremos de horterada y maldad, de delirio y desmesura de la gran fiesta inaugural de este film, pero seguro que se acercaba bastante.
Al margen de esta coincidencia festiva, me gustaría llamar la atención sobre esta película italiana que revisa a Fellini sin ningún rubor, mostrando las debilidades de su cine al ponerlo bajo los focos de las luces no de Cinecitta sino de Canale 5. Toni Servillo encarna un personaje heredero del Mastroianni de La dolce vita, cínico, observador, un paseante en esa Roma nocturna plagada de una belleza añorada. La impresionante fiesta de cumpleaños de Jep Gambardella no debe hacernos olvidar la primera secuencia de la película cuando un hombre se separa de un grupo de turistas japoneses, se acerca a la colina del Gianícolo, contempla la ciudad y cae muerto al instante bajo lo que se conoce  como el Síndrome de Stendhal. Roma, la ciudad mas hermosa del mundo, la Roma de colores dorados, ruinas y pinos, Roma, una ciudad capaz de sobrevivir a Nerón y su fuego y al nuevo Nerón-Berlusconi que les cayó encima como un chunda chunda de basura moral y política. Jep/Servillo se pasa toda la película buscando esa belleza que destila la ciudad y que la mugre del “aparato humano” no consigue contaminar.

Una gran película, excesiva, que provoca adhesiones o rechazos. Tanto unas como otras, sentimientos vivos.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

ENTREPARADAS



Siempre me hace ilusión ver que mis ex alumnos de la clase de Crítica de la ESCAC hacen cosas. Muchos de ellos me mandan sus criticas, guiones, o trabajos acabados y, la verdad, es que es un gusto comprobar como avanzan y se van consolidando. El último en "triunfar" ha sido Toño Chouza. Toño fue alumno mio en el curso 2008-2009, mi primer año dando clases en la ESCAC. Cuando acabó, se marchó a su Galicia natal y le debo a él haber conocido a Fernanda del Nido y Jorge Coira,  dos personas estupendas que me alegro haber encontrado.
Toño ha hecho muchas cosas estos años, pero si lo traigo a este blog es porque su documental Entreparadas, se ha estrenado en el Festival CINEUROPA de Santiago de Compostela y ha ganado el premio a la Mejor Película en el FECIDISCOVI  de Madrid.
Toño me dejó ver este documental hace ya un tiempo. Entonces le contesté con estas palabras:
"He visto Entreparadas. Es muy emocionante.Hay una cosa que me ha gustado mucho. Desde que lei una novela de Theodor Sturgeon que se llama Mas que humano  cuando tenía 15 o 16 años, he pensado que las personas que llamamos subnormales o para ser políticamente correcta  disminuidos físicos o psíquicos, son en realidad seres avanzados con una percepción del mundo distinta por completo de la normal.
Por eso me ha encantado el momento que dicen la palabra AURELIO, que suena exactamente a la música que en Encuentros en la tercera fase sirve para comunicarse con los extraterrestres.
Ellos son una especie de extraterrestres."

No es la primera vez que hablo en este blog del libro de Theodor Sturgeon, Más que humano, pero en esta ocasión tiene mucho sentido ya que el festival que ha ganado Entreparadas está dedicado precisamente a la discapacidad, y los 16 protagonistas de esta aventura urbana son personas que tienen algún tipo de problema físico o psíquico. 
Espero que el documental se pueda ver en  muchos sitios porque está muy bien. Felicidades Toño.

sábado, 23 de noviembre de 2013

PADRES



(si hablamos de padres, es lógico que ponga una foto de mi padre, de cuando mi padre ya era mayor, pero aun conservaba toda su presencia)
Esta entrada va de padres. Los padres se han puesto de moda en nuestras pantallas. Padres, no madres. Las madres aparecen en estas películas como simples figuras en el paisaje. El conflicto es de, o con, el padre, en masculino.
Hay cuatro películas que giran en torno a estas relaciones. Dos se han estrenado esta semana, las otras dos se estrenan el día 29. Voy a hablar de las cuatro relacionándolas entre si.
Las dos de esta semana son La por, de Jordi Cadena y Una familia de Tokio, de Yoji Yamada.  Las dos de la semana que viene son De tal padre, tal hijo, de Kore-eda y ¡Menudo fenómeno¡  de Ken Scott. Cuatro films completamente distintos, por procedencia, por calidad, por estilo y por forma de abordar el tema.
La por lo hace desde una puesta en escena minimalista, casi sin palabras, utilizando el sonido como elemento narrativo para crear una atmósfera de película de terror.
Una familia de Tokio, retoma la historia de Cuentos de Tokio de Yasujiro Ozu para contar el difícil encaje de padres e hijos desde una perspectiva contemporánea que no es tan distinta de la de hace sesenta años.
De tal padre, tal hijo, es un hermoso y sencillo melodrama lleno de ternura, de sensibilidad y armonía que plantea un durísimo dilema ¿a quién puedes querer mas, a un hijo de tu sangre o a un hijo con el que has vivido desde que nació?
¡Menudo fenómeno¡ es una solemne estupidez que vuelve sobre el tema de la paternidad cuando un hombre, mas bien tonto pero bien dotado, descubre que es padre biológico de 533 hijos.
En las cuatro películas, tres de ellas absolutamente recomendables, se plantea el problema de la paternidad, de la herencia, de los genes como elementos determinantes de la relación. Tanto para producir auténtico pánico por el miedo insufrible a parecerse a un maltratador cruel y autoritario; como por constatar que es mas fácil que una persona ajena, en el caso de la familia de Tokio Noriko, la nuera, demuestre ser mucho mejor hija que las hijas naturales; o ver como el inteligente padre que nos muestra Kore-eda  se enfrenta a un dilema moral profundo y dificilísimo de resolver cuando se entera que su hijo no es su hijo porque en el hospital hubo un error y lo cambiaron por otro bebe.

Estas tres películas merecen ser vistas y pensadas (la cuarta no vale la pena) desde esta perspectiva: la del monstruo (La por no es una película sobre los malos tratos o la violencia de género, es una película sobre el monstruo del mal); la del amor y el respeto (de Noriko hacia el padre de Una familia de Tokio) y la de la conciencia que acaba por encontrar una solución a un problema casi metafísico (¿quién es de verdad mi hijo? en De tal padre tal hijo)

sábado, 16 de noviembre de 2013

LOS CHICOS DEL PUERTO



(casitas en el puerto, un cuadro donde podrían habitar Miguel, Lola y Guillermo)
El cine español sigue dando sorpresas, pequeñas, medianas, grandes. Esta semana, la sorpresa se titula Los chicos del puerto, tercer largometraje de Alberto Morais.  Los que recuerden su anterior película, Las olas, seguramente pensarán mas que en una sorpresa en la confirmación de un director con un universo propio que se construye en torno al silencio y el paisaje. Si Las olas era una road movie de la memoria, Los chicos del puerto se puede definir como una walk movie de la dignidad protagonizada por tres niños que se pierden en una aventura suburbana en una Valencia de ciencia ficción. Kiarostami respira en los personajes empeñados en la búsqueda de algo inaprensible; Bresson asoma en las miradas entre Lola y Miguel; Truffaut se esconde detrás de la pantalla de un cine abandonado. Tres referencias obligadas y que, sin embargo, no son suficientes para describir este film sobre la infancia que forma un díptico imprescindible con Las olas: ancianos, niños. Morais no hace neorrealismo, y mucho menos realismo social. En su cine no hay melodrama, no hay tragedia, no hay casi conflicto. Los adultos que aparecen, pocos y marginales, se comportan como lo que son a ojos de los niños: seres lejanos que no los ven. Lo importante es el itinerario, el recorrido por esa Valencia de extrarradio, fantasmagórica y vacía que Beth Rourich ha retratado de una manera futurista, como si fuera un planeta extraño en el que las líneas curvas de las calles y las líneas rectas de las casas se conjugan para dibujar el paisaje perfecto en el que Miguel, Lola y Guillermo viven su aventura de un día y una noche en busca de un cementerio y  una tumba donde hacer una ofrenda al recuerdo.

Aprovecho para recuperar la critica de Las olas que publiqué en Fotogramas en enero del 2012
La memoria funciona como las olas. Esa es, en el fondo, la idea fundamental de esta película inclasificable. ¿Road movie? Quizás, ya que es un viaje por carretera. ¿Otra de la guerra? Definitivamente no. Aunque la guerra, mejor dicho el dolor de la derrota, presida todo el trayecto vital de su único protagonista, Miguel. Son precisamente los recuerdos del exilio los que asaltan a Miguel a oleadas en este viaje de reconciliación consigo mismo. El film se construye casi sin palabras, apenas las justas, con una banda sonora que surge de los sonidos de la carretera y el campo. Todo está pensado para ayudar a que Miguel, excelente Carlos Álvarez Nóvoa, encuentre el recuerdo perdido de una mujer que murió en un campo de refugiados en Argelès-sur-Mer en 1939.
Miguel rehace el camino que le llevó al exilio hace sesenta años, en 1939, y lo hace de la mano de tres coches y dos personas. Su propio viejo coche, averiado como él; el de Blanca, (Laia Marull), la joven que reconoce en ese anciano algo de si misma, de su propio exilio interior, algo que la impulsa a compartir con el una parte de su camino; y el de Fernando, el amigo que no quiere volver al pasado, pero tampoco quiere dejarle solo. Miguel es guía y es guiado por ellos en una película que discurre narrativamente al ritmo suave de las olas.

jueves, 7 de noviembre de 2013

DANIEL


(este era uno de los cuadros de Ramon que mas le gustaban a Daniel)

El 2 de noviembre me llegó un mail:
“Daniel se ha ido esta pasada noche.
Se ha marchado tranquilo, feliz y acompañado.
Ha sido un gran maestro hasta el último suspiro”
Daniel era Daniel Hernández, uno de los dos puntales de Alea Films.
Daniel se ha ido y no me lo puedo creer. Le vi a principios de verano y estaba bien, pero la vida (y la muerte) tienen sus propias reglas.

Le conocí hace años, cuando él y Pablo Usón me enseñaron Ordinary Boys, una ficción documental inclasificable y apasionante. Nos hicimos amigos. A Daniel le gustaba mucho la pintura de Ramón. Vino al estudio varias veces y siempre disfrutaba con la belleza y la serenidad de sus cuadros. Daniel y Pablo estuvieron entre los primeros en leer La piedra negra. Les encantó. Conectaba con una manera de pensar y de vivir que tenía puesta su mirada un poco mas allá del horizonte  mas cercano. Daniel era un maestro en eso. Sabía ver lo que no se veía. Y sabía vivir de acuerdo con sus ideas de respeto y armonía. Me gusta pensar que este espíritu le acompañó en estos últimos meses y le ayudó a dar el salto mas grande de todos: el segundo nacimiento que es la muerte de esta vida para pasar a otra distinta, desconocida. Le voy a echar de menos, no tanto como los que le tenían al lado día tras día. Pero si mucho. 

NOVIEMBRE

He estado muchos días sin escribir en el blog. Primero por el brazo roto (ya me han quitado el yeso, pero aun me duele y no puedo usar bien la mano). Después por la SEMINCI, donde estuve de jurado y además presentamos el documental de Ramon.
Reemprendo estos textos y lo voy  hacer rompiendo una lanza por un cine español que merece ser mirado con atención. No es el “otro cine español”, tampoco es el cine español de siempre. Es ese cine que muchas veces (yo misma lo he dicho y lo he pensado) creemos que está condenado a desaparecer, un cine en medio de las grandes producciones y los productos experimentales o de autor. Un cine que, como la clase media, cada día que pasa está mas acuciado por los problemas para sobrevivir. Son películas de autor en un sentido amplio de la palabra autor, no en un sentido restrictivo y único. Y aquí me viene a la cabeza el comentario de un crítico de cine que al salir del pase de una película me dijo muy convencido: “no es suficientemente lenta para ser de autor”. Genial definición
No, efectivamente las películas que quiero recordar en esta entrada no son suficientemente lentas, mas bien, no son nada lentas. Son películas que cuentan historias, con personajes y actores estupendos, con toques personales de sus creadores que las distinguen y las separan de las demás y con una vocación absoluta de llegar al máximo de público posible. No solo a los elegidos, los entendidos, los eruditos. No. A todo el mundo.
De ellas dos se han estrenado hace días, Todas las mujeres, de Mariano Barroso y Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba. Otros dos se estrenan este viernes, Alpha de Joan Cutrina y Stockholm de Rodrigo Sorogoyen, las próxima semana se estrena ¿Quién mató a Bambi? De Santi Amodeo Cinco películas de autor sin ninguna duda, que abarcar distintos géneros. La comedia inteligente servida en los duelos interpretativos de Eduard Fernández  con seis actrices excelentes en Todas las mujeres; la comedia absurda y surrealista de Amodeo y su Bambi asesinado; la dulce y suave  comedia de las fresas de John Lennon en una España menos gris de lo que nos han hecho pensar (aprovecho aquí para volver a reivindicar que no se debe confundir nunca los gobiernos con la gente que vive bajo esos gobiernos: la España franquista de los años 60 era siniestra, pero la gente encontraba maneras de vivir con los ojos abiertos o cerrados una libertad privada que pasaba entre otras cosas por cantar canciones de los Beatles o irse a Almería a poner un bar). Sin olvidarnos de una puesta al día del cine negro que tanto esplendor dio al cine hecho en Barcelona en los años 50 y 60 y del que Alpha es un digno sucesor o esa mirada sobre el amor, el sexo, la soledad, la necesidad de otro y al mismo tiempo el rechazo a la idea de compartir la vida con alguien que es el experimento de Stockholm, pas a deux de dos actores que se crecen uno frente al otro, Javier Pereira y Aura Garrido, en un Madrid nocturno y de azoteas.
Son películas que vale la pena ver. Y, por suerte, no son las únicas.



viernes, 18 de octubre de 2013

STUPOR MUNDI


La semana que viene estaremos en la SEMINCI de Valladolid. Hablo en plural porque vamos Ramon, el director del documental STUPOR MUNDI, Hilari M. Pellicé  y yo.
Hace un año mas o menos empezamos la aventura de este documental sobre Ramon y la gente que tiene cuadros suyos. Lo que era un proyecto  indefinido se fue haciendo lentamente a medida que se realizaban las entrevistas con amigos, coleccionista y críticos y a medida que avanzaba el trabajo de Ramon con una modelo en la construcción de un cuadro. El resultado es un documental insólito en sus contenidos donde la gente habla de cómo se vive con la obra de Ramon y qué se siente posando para él.
Todo este trabajo ha tenido su recompensa en la invitación a participar en la SEMINCI de Valladolid donde STUPOR MUNDI se proyectará el martes 22 a las 18.00 horas en el Museo Patio Herreriano.

Gracias Javier (Angulo, director de la SEMINCI) por el regalo.

A DE ADÈLE, A DE AZUL


(dos chicas azules de Ramon)
Como la semana que viene no podré escribir (bastante me cuesta en mi ordenador con una sola mano) cuelgo ya un comentario sobre La vida de Adèle que se estrena el viernes 25.

Hay una cosa que me gusta mucho en las películas, cualquier película: ver crecer los personajes. Da igual que la historia dure una tarde o toda una vida. Los personajes tienen que ir de A a B. Como sucede en La vida de Adèle. Adèle comienza siendo una adolescente dulce, hermosa, llena de dudas y acaba siendo una mujer fuerte y hermosa, llena de dolor. Desde que su mirada se cruza con el cabello azul de Emma, la vida de Adèle cambia y se tiñe de ese azul en todos sus aspectos. Esa es otra de las cosas que me gustan en las películas, que los espacios y los colores, la ropa y los muebles, den tanta o mas información que los diálogos. Adèle es azul y en ese azul se sumerge con placer infinito.
Placer es una palabra clave en este film. Placer y amor. Porque esta es una historia de amor con sexo mostrado sin miedo, sin falsos pudores, con la pasión de una relación que va mas allá del deseo. En ese sentido Adèle y Emma viven su amor plenamente y lo muestran de una manera explícita.  Por eso, cuando llegue el dolor, las dos lo vivirán mal, aunque de distinta manera.
Una acotación marginal. Me produce una envidia terrible ver como en las escuelas francesas se enseña a amar la literatura, su literatura. Una de las consecuencias mas nefastas de los años de la dictadura franquista es el profundo rechazo que existe hacia la cultura y la historia española. Y no estoy hablando de Catalunya, hablo de toda España. No existe, como en Francia o Alemania o Italia un orgullo por lo que se ha hecho, al contrario, se desprecia y se intenta ningunear todo lo que se puede.

Me pregunto si las cosas no irían mejor si en las escuelas de todo el país se leyera a escritores catalanes, gallegos, vascos, andaluces con total normalidad y en sus lenguas originales, sintiéndolos como propios y de todos. Y al mismo tiempo en las escuelas de Catalunya se leyera a los escritores castellanos no como una imposición, sino como un placer. Aunque, ahora que lo pienso, me conformaría con que simplemente leyeran. Lo que fuera.

sábado, 12 de octubre de 2013

CANÍBAL

(se comería el caníbal a esta chica, creo que si)

Hoy se estrena Caníbal de Manuel Martín Cuenca. La historia de un señor que mata mujeres y se las come. Es cierto, de eso va esta película. Pero si solo fuera eso, no estaría escribiendo de ella. En el cine de Martín Cuenca nada es tan sencillo como aparenta. Este no es film de género, no es una película de terror. Es un experimento abstracto y helado sobre una pasión caliente y muy física. Es, también, una historia de amor.
Es evidente que Chabrol ha estado muy presente a la hora de enfrentarse a este hombre que mata al que me resisto a llamar asesino. Sin embargo, a mi me evoca mucho mas otro director francés, mejor dicho, una película en concreto de otro director francés. Monsieur Hire, de Patrice Leconte. Y me la recuerda por la forma de mirar. Es eso lo que mas me interesa de este hombre aparentemente normal, que hace bien su trabajo y es miembro aceptado de la sociedad. Carlos mira, no habla, mira. A Alexandra, a Nina, a la calle, a la Virgen. El acto de mirar le redime de sus acciones malvadas.
Si Caníbal me interesa y me parece un film a tener en cuenta es también por la manera como esta rodada. Granada no parece Granada, pero es Granada. Una ciudad fría y vertical. La verticalidad de los encuadres, con puertas y ventanas que fragmentan la imagen, es uno de los elementos que contribuyen a la sensación de abstracción de un film dominado por el blanco y el marrón, con una sola nota de color, el vestido rojo de Alexandra/Nina.
Hay un tercer punto de interés. Carlos mata mujeres jóvenes que le gustan, pero cuando se enamora, es incapaz de matar. Esta diferencia entre el deseo sin amor y el amor sin deseo, es uno de los elementos mas inquietantes de una película hermosa y absolutamente personal.

2
También se han estrenado esta semana otras dos películas interesantes.
Prisioneros, de Denis Villeneuve. Lo mejor de este espeso y laberíntico film es el policía Loki que interpreta Jake Guillenhaal. Todos los demás personajes son previsibles, pero él no y eso le da a la historia una dimensión más allá del thriller de asesino de niñas y ajustes de cuentas con Dios. 

El médico alemán, de Lucia Puenzo. Historia de nazi en Argentina, narrada de una forma bastante convencional, ambientada en unos paisajes de la Patagonia espectaculares, escapa al síndrome telemovie por el duelo que se establece entre Alex Brendemühl, frío y seco como un témpano y la pequeña Florencia Bado, una niña con la sensualidad infantil a flor de piel.


sábado, 5 de octubre de 2013

DE PELIS Y LIBROS

Como no puedo escribir mucho me he dedicado estos días a ver pelis y leer libros


(Le lion vert es una buena ilustración para esta película)


He visto una película magnífica Gravity, de Alfonso Cuarón. Desde 2001 no había vuelto a sentir esa fascinación por el silencio del espacio infinito. La Tierra, dos personajes flotando en el vacío, bailando en su soledad. Una mujer que, como Ripley, lucha por su supervivencia. Su respiración puntúa la película que alcanza momentos de una emoción y belleza impresionantes. Aunque no es el tema central de la historia, hay en Gravity un  segundo asunto que da mucho que pensar. La enorme acumulación de basura que está lanzando la humanidad al espacio, un problema del que no somos conscientes, pero que cada vez es mas agobiante y peligroso. Si no que se lo pregunten a Matt y Ryan. De visión obligada en 3D.

(Aprovecho para recordar que el 23 de septiembre del 2011 colgué en el blog un cuento escrito en 1982, llamado Blade, que hablaba de los peligros de la basura espacial. Si alguien lo quiere leer, allí lo encontrará.)

También he visto La herida, de Fernando Franco, flamante Premio Especial del Jurado en San Sebastián. Reconozco el trabajo de Marian Álvarez, pero no comparto el entusiasmo general que ha despertado. El personaje no evoluciona, no cambia. Nos dicen los papeles que es una mujer enferma, pero no nos lo dice la película. Ana está enfadada con el mundo, le duele el mundo, pero no vamos más allá de su rabia. Se ha relacionado este film con el cine de Jaime Rosales, yo creo que no tienen nada que ver. Rosales trabaja los encuadres hasta el milímetro y siempre coloca su mirada lejos del actor. Franco, en cambio, utiliza el  modelo Dardenne de fijarse en la nuca y el rostro de su actriz sin dejarla respirar ni a ella, ni al espectador. Si hay algún referente claro de esta película seria una mezcla de Haneke, sin su maldad, y los Dardenne, sin su fuerza.





He leído la última novela se Stephen King, 22/11/63. ES BUENÍSIMA.  No es exactamente una novela de terror, no hay monstruos ni amenazas apocalípticas. Pero da mucho miedo lo que sugiere. ¿Qué pasaría si cambiáramos el pasado? Es lo que intenta su protagonista tras un viaje en el tiempo que le lleva de 2011 a 1958. Espléndida en su escritura y en su estructura, es un retrato perfecto de una época, 1958-1963,  vista desde ahora mismo. De lo mejor que he leído en mucho tiempo.



martes, 24 de septiembre de 2013

BRAZO ROTO




El miércoles pasado me rompí el brazo derecho.
Puedo escribir con la izquierda, pero muy poco a poco
Así que mis textos en el blog serán mas esporádicos y cortos hasta que me recupere

De todos modos intentaré hacerlo lo mas seguido que pueda
No quiero que esto me impida seguir con mi vida aunque sea con ciertas dificultades¡¡¡

sábado, 14 de septiembre de 2013

FAMILIAS ESPAÑOLAS Y CATALANAS



(en esta casita de Ramon deberíamos caber todos protegidos por dos magníficos árboles)

PORQUE ME GUSTA LA GRAN FAMILIA ESPAÑOLA

  1. Porque es una comedia llena de homenajes a los clásicos.
  2. Porque es un melodrama familiar con madre que parece mala pero no lo es.
  3. Porque me recuerda La condesa descalza sin que tenga nada que ver
  4. Porque tiene un número musical casi ridículo, pero entrañable que se coloca bajo la inspiración de un film tan adorable como Siete novias para siete hermanos.
  5. Porque sus protagonistas masculinos, los cinco hermanos, son hombres menos desvalidos o inmaduros que en sus anteriores películas. En realidad tres de ellos son seres sin posibilidades de hacer nada en la vida: por irresponsabilidad (Efraín), por incapacidad (Ben), por miedo (Adam). Pero  hay dos, Caleb y Dani que por primera vez asumen el rol que les corresponde. El de adultos.
  6. Porque las chicas que los rodean están mucho mas vivas y son mucho mas libres. Desde las gemelas que se disputan el amor de Efraín, hasta la Cristina que se disputan Caleb y Dani.
  7. Por los colores. Ellos siempre vestidos de gris y blanco. Las gemelas una de negro y otra de blanco. Las mujeres, todas las demás mujeres, vestidas de rojo. Rojo triunfador, el rojo de la selección que se erige en convidado de piedra en esta no boda.
  8. Por el uso del tiempo haciendo que toda la no boda suceda entre el principio y el final del partido que ganó España en el 2010, aplicando su dramaturgia a la de la historia: empieza mal, va a peor, remonta y acaba ganando.
  9. Porque esta gran familia española es una buena metáfora de la España de ahora mismo. Cinco hermanos que aprenden a vivir y a quererse por encima de las diferencias, respetando a un padre que ha tenido la capacidad de unirlos, cuidarlos y darles sentido a sus vidas. Esta es una de las mejores ideas de este film lleno de capas que hay que ir descubriendo.
  10. Porque me gusta que algunas películas no sean perfectas, que jueguen con los géneros sin ningún miedo y se arriesguen a saltarse las reglas de lo políticamente correcto.

BAJARI
Vi Bajari, el documental sobre música rumbera y flamenca catalana que ha dirigido Eva Vila, la tarde del 11 de septiembre. Fue un buen contrapunto a la marea amarilla que dominaba la televisión y que hacía pensar que toda Catalunya estaba en la calle. Yo no estaba. Y no tengo reparo en decirlo. Nunca me han gustado las manifestaciones populares dirigidas desde el poder y menos cuando el poder manipula y controla un movimiento popular a través de sus medios de comunicación y se arroga la representación del todo sin  dar voz ni cabida a los que opinan de otra manera.
Con esto me ido de Bajarí, un documental que reivindica el mundo flamenco catalán representado por Carmen Amaya y traza una línea de tradición que pasa por dos sobrinas que han heredado el duende de la gran Amaya hasta un niño ambiguo e inquietante que a sus cinco años sueña con ser bailaor. Bajarí es un hilo que une dos extremos, el de Los Tarantos de Rovira Beleta, realizada hace cincuenta años, con la rumba catalana mas actual y viva de una Barcelona plural, diversa y abierta.



domingo, 8 de septiembre de 2013

TRES ESTRENOS MUY DISTINTOS


LA PIEDRA DE LA PACIENCIA
Es evidente que descargar la conciencia contándole a alguien las cosas malas que has hecho es una fórmula perfecta para seguir viviendo. La religión católica inventó la confesión con este único fin. Las sociedades occidentales ateas han inventado el psicoanálisis con la misma función. En Oriente han encontrado otra solución mucho mas sencilla pero también muy eficaz: la piedra de la paciencia. Una piedra a la que se convierte en recipiente de las confesiones mas escondidas; un mineral que absorbe las culpas, los errores, las dudas, los miedos, hasta que no puede más y estalla. Es una idea preciosa que coloca en primer plano el silencio de la no respuesta.
La protagonista de este interesante film afgano-francés, tiene su particular piedra de la paciencia. Un marido con una bala en la nuca, paralizado y mudo, pero consciente. Un marido que durante toda su vida la ha menospreciado, maltratado, humillado, en nombre de una religión que le confería todo el poder sobre ella. Un marido que yace como un mineral  por una estupidez, puesto que no es una victima de los enemigos, sino de un correligionario con el que discutió por una tontería. La mujer agua y el hombre piedra, tienen que convivir 99 días, los que la ley impone a las mujeres para rezar por sus hombres. 99 días encerrados uno al lado del otro en una casa en primera línea de fuego de una guerra absurda que les condena a la barbarie y la aniquilación; 99 días en los que ella poco a poco le va contando a ese hombre-piedra  las cosas que ha estado escondiendo toda su vida.
La verdad es que me ha gustado mucho esta película a pesar de que se nota demasiado la mano de Jean-Claude Carrière en la elaboración de los diálogos y que está claro que el film se ha pensado para un público europeo y americano. De toda la historia me quedo con un momento. Hay combates en la calle. La mujer esconde al marido -piedra en un armario. Cuando un talibán rebelde entra en la casa, ella, para evitar que la viole, le cuenta que es prostituta. El hombre, asqueado, la deja. Un hombre puro como él no puede contaminarse con una mujer usada, es mucho mejor violar a una virgen. Toda una lección sobre el valor de la mujer en ese mundo.


(los que vean la película entenderán esta ilustración)
BETRAYAL/TRAICIÓN
De mujeres y maridos-piedra habla también esta película rusa, lo mas parecido al cine de Kieslowski que he visto en mucho tiempo. Serebrennikov, su director, consigue una atmósfera opresiva, terrosa, hecha de silencios y de objetos, de pequeñas cosas que recuerdan mucho el estilo del desaparecido director polaco. Casi podría decirse que Traición es el decimoprimer mandamiento del decálogo kieslowskiano. Historia de traiciones sin duda, de amor también, con unas elipsis de tiempo arriesgadísimas que utilizan una transición en un camino del bosque sin que nos demos cuenta; con unos escenarios (¡ese hotel!) inesperados; y una policía que da miedo. Sin hablar de la protagonista, la alemana Franceska Petri, con un rostro de piedra como su propio nombre. Traición merecería no pasar desapercibida en el marasmo de estrenos de esta semana.


(este cartel de Ramon de hace 15 años, es una buena ilustración para esta nit d'estiu)
BARCELONA NIT D’ESTIU
Puzzled Love fue un interesante experimento que los alumnos de ESCAC de la promoción del 2010 montaron para hacer su película de graduación. Un film de pequeños episodios dirigidos por distintos equipos, una historia de amor sencilla en la Barcelona mas contemporánea. Dani de la Orden, licenciado una promoción mas tarde, toma el relevo con esta película de amor en la que se mezclan seis historias distintas, que se irán desgranando en paralelo a lo largo de una noche de verano en la que pasará un cometa por la ciudad de Barcelona. Lo mejor de la apuesta, su frescura, su libertad a la hora de filmar, la variedad idiomática (se habla catalán, castellano, mallorquín, inglés), tan representativa de esta ciudad, el retrato generacional que abarca varias edades: de los adolescentes que se dan el primer beso, a la pareja que se plantea tener un hijo o no tenerlo.  Irregular por fuerza, este film nos permite pensar que Dani de la Orden es un buen relevo para el tipo de comedia que Cesc Gay representa mejor que nadie. Bienvenido al ruedo Dani¡¡¡


domingo, 1 de septiembre de 2013

MUD Y HUESO


Mud (Jeff Nichols)  es una de aquellas películas que debería ver todo el mundo. Los mayores, los medianos y los pequeños. Todos pueden reconocerse en esa aventura de ecos marktwaianos, como se han encargado de recordar todas las críticas y reportajes del film. Los mayores por la evocación de una infancia que siempre queda en la memoria y por el inquietante personaje de Sam Shepard: los medianos, porque la aventura del amor y la libertad forman parte del proceso de asumir la madurez; los pequeños, porque crecer es algo muy complicado que necesita modelos donde mirarse y esos modelos se pueden encontrar en los sitios mas inesperados. Pero hay mas cosas en esta reflexión sobre la amistad, el amor, la lealtad. Hay un paisaje que es tan importante como los personajes, con esa isla misteriosa que tiene un barco en un árbol; hay una mujer que es motor y rémora de un amor imposible; hay palabras y gestos que evocan momentos que no vemos. Mud es un film para mirar varias veces. Mud es un film para guardar.



Muchas veces he puesto de manifiesto en este blog las coincidencias de la vida. La misma semana que se estrena Mud, he leído un libro de Russell Banks que se llama La Ley del Hueso. Es un libro precioso que, mira por donde, tiene mucho que ver con Mud. También aquí hay un adolescente abandonado buscando su lugar en el mundo, un amigo viejo y marginal que le ayuda a encontrarlo de una forma nada convencional y un padre, mejor dicho dos padres, que no merecen serlo. La historia de Mud pasa en el sur, en el río Mississippi; la de Hueso pasa en el norte, en el estado de Nueva York. El paraíso perdido de Mud y Ellis  es una isla en el río, el de I-Man y Hueso es otra isla, mas lejana, Jamaica. Es interesante ver la película y leer el libro casi al mismo tiempo. Formalmente están en las antípodas. Mud discurre como el río, tranquila, escondiendo las turbulencias en una superficie que parece inamovible; Hueso discurre en los bosques y la selva, en una espiral que se abre y se cierra. Pero ambas, libro y película, tienen el mismo espíritu. Ese que viene, sin ninguna duda, de Huckleberry Finn y Jim, pero también de Jim Hawkins y John Silver, en La Isla del tesoro, o de John Mohune y Jeremy Fox en Moonfleet. El placer de la aventura para un adolescente que la descubre de la mano de un adulto que no sigue las reglas.

lunes, 26 de agosto de 2013

PARIS



Hemos estado en París cuatro días por una cuestión de trabajo. Nunca había ido a París en el mes de agosto y me he llevado algunas sorpresas.
Sorpresa 1
París en agosto es un desierto cultural como Barcelona. Siempre había pensado que la idea de que el arte y la cultura no son para el verano, era algo muy nuestro. Pues no. También en París las galerías de arte están cerradas, los museos sin grandes exposiciones (eso, si lo que se anuncia para el otoño pone los dientes largos), los cines con los mismo estrenos que Barcelona, en teatro poca cosa. En fin que está claro que agosto no es para los turistas culturales.
Sorpresa 2
París en agosto es muy caluroso. MUCHO. Hace muchísimo calor en todas partes. Pero mas que en ninguna otra, en el metro que no tiene ni un soplo de aire acondicionado y casi, casi ni un soplo de simple aire. Los restaurantes, los bistrots, todo carece de ese invento fantástico cuando la temperatura ambiente de la calle es de 33 grados. Si además le sumamos la manía de poner las minúsculas mesitas pegadas unas a otras, la sensación de agobio al comer puede ser mareante.
Sorpresa 3
Que no lo es tanto. El Louvre en agosto es impracticable. Hay miles y no exagero, miles de gentes pululando por las salas, haciendo fotos y oyendo un teléfono que algo les cuenta, pero casi nadie, viendo los cuadros. Si a la muchedumbre le añadimos una instalación de Pistoletto que ha llenado las salas de pintura italiana de espejos deformantes donde la gente se encanta como en el Tibidabo, el resultado es de salir corriendo. Pero no hace falta irse a la calle. Basta con subir un piso para ver Poussin, Corot, sin que haya nadie, absolutamente nadie.
Sorpresa 4
En la Gare de Lyon, donde llegan los trenes de España (estupendo el viaje por cierto), no hay ni un solo sitio dónde sentarse. Ni una miserable silla, ni un miserable banco. Hay tres bares, dos repletos y uno (casi escondido) donde se puede conseguir una mesita rodeado de palomas y acompañados por el ruido ambiente de la explosión de maletas abandonadas que la policía no duda en lanzar por los aires en cuanto las ve.

Pero París es siempre París y a pesar de estas tres sorpresas sigue siendo una ciudad preciosa.
-Para pasear en los muchos parques que hay por todos los barrios. Parques llenos de árboles verdes y frondosos, césped que invita a tumbarse al sol, paseos donde igual te encuentras una pirámide que un lago. Un placer que en invierno es menos disfrutable  sin duda. Especialmente el Bois de Vincennes, un descubrimiento veraniego.
-Par ir a los pequeños museos que hay por todas partes. Como el de Jacquemart-André o el de Delacroix. Preciosos lugares con piezas escogidas, todas ellas buenas, donde te puedes quedar rato y rato sin que nadie te moleste.
-Para pasear por sus calles, en la acera sin sol si es posible, viendo las casas, las tiendas de quesos, de frutas, de flores. Compartir con la gente la vida de barrio con calma y sin prisas.
Ha sido un viaje bonito, tranquilo, hemos hecho lo que teníamos que hacer y hemos tenido una visión distinta de la ciudad. Sigo pensando que a París le sienta bien el frío, el gris y la lluvia. Pero agradezco estos días largos de sol y de verde que permitían estar en la calle y en los parques.




miércoles, 21 de agosto de 2013

CUARTETOS


(cuatro elementos diferentes, juntos, componen un único y precioso cuadro)
El cuarteto 14, opus 131  de Beethoven es una de las piezas mas hermosas de toda su producción. También una de las más difíciles porque el músico la escribió sin pausas para los intérpretes. Es una obra compleja que obliga a los que la tocan a no parar, aceptando el reto de que la falta de pausas desafine poco a poco los instrumentos.
Es este el cuarteto que escogen los protagonistas de El último concierto para el que será el concierto de celebración de sus 25 años tocando juntos bajo el nombre de Cuarteto La fuga. Un concierto que será, también, el de su despedida. La gracia de este film amargo y dulce a la vez, está en la estupenda elección de actores y en la manera como este desafinarse a lo largo de una larga convivencia artística y personal, acaba por encontrar el equilibrio necesario para seguir adelante. Aunque sea sacrificando al mas desafinado de sus componentes, en este caso un Christopher Walken espléndido.
Hay muchas cosas que hacen que este cuarteto desafine y se reajuste.  La primera de todas, la enfermedad de Parkinson que obliga al chelista a enfrentarse ante la idea de dejar de tocar; pero también la descarnada manera en que la hija le dice a su madre, “en esta casa lo primero era el violín, lo segundo la viola y lo tercero la hija”; o el patético dolor de quién se da cuenta que se ha perdido algo tan importante como es el amor en nombre del arte; o el deseo insatisfecho de querer ser el primero, cuando debías saber que a veces ser el mejor segundo es lo que permite que todo funcione. Poco a poco estos desajustes se van recomponiendo en una lección de vida que tiene como escenario la ciudad de Nueva York, y como actores un cuarteto de primera magnitud: Christopher Walken, Philip Seymour Hoffman, Catherine Keener, Imagen Poots.

PERDER LA RAZON
 El primer plano de Perder la razón es estremecedor y sobre todo inquietante: varios ataúdes blancos suben por una rampa al vientre de un avión. El porqué de este plano es lo que nos cuenta la nueva película de Joachim Lafosse. La historia de un amor, el de Mounir y Murielle, corrompido poco a poco por la posesión sutil y enfermiza del Dr. Pinget con el que ambos viven. Contada de una manera sorprendente con saltos de tiempo secos y sin ninguna transición, esta es la historia de una destrucción. La de la razón de Murielle encerrada en un mundo de opresión que, desde fuera, parece el paraíso. Curiosamente, Murielle solo encuentra un poco de felicidad cuando vive en un pueblo marroquí con la familia de Mounir. En ese entorno aparentemente represivo para la mujer, Murielle encuentra un espacio de libertad que la muy civilizada Bélgica le tiene vetado.

Esta película me ha hecho pensar en otro film muy diferente, pero que también habla de perder la razón por culpa de unos maltratos que no son físicos, aunque hacen el mismo daño, o más, que los golpes. Se trata de un largometraje independiente de Pere Koniec rodado en los alrededores de Barcelona. Se titula Policromías y se puede ver en Internet. Es un film de low cost con una protagonista que también pierde la razón y busca una salida a una situación asfixiante.
Si lo quieren ver, este es el enlace.



viernes, 16 de agosto de 2013

PARAISOS



Elysium
Saben lo mas terrible de una película como Elysium. Lo más terrible no es pensar que hay dos mundos separados incluso por el espacio. Lo mas terrible es saber que ese mundo de detritus, podredumbre, miseria, enfermedades y desgracia, es real. Existe, no es un decorado construido para una película. Es un vertedero de la ciudad de México donde vive gente todos los días.
Saben lo que también es terrible en esta película. Pensar que el personaje de Jodie Foster no es una invención de guionista. En realidad, tanto por la forma de hablar en francés, de vestirse  y de peinarse, la Secretaria Rhodes recuerda y mucho a Christine Lagarde, la Directora del Fondo Monetario Internacional que hace muy poco se permitió recomendar/mandar a los españoles que se bajaran el suelo un 10% para poder seguir manteniendo el altísimo nivel de vida de esa minoría que habita un Elysium no geográfico pero si ideológico y sobre todo económico.
Y saben que es aun mas terrible. Que no hay nadie en este momento que asuma el rol de Max de Costa, el personaje que encarna Matt Damon. Nadie con la necesidad, no la voluntad, de destruir ese mundo de diferencias, nadie tan radical para acabar con el abismo que separa cada vez más a pobres y ricos. Pobres universales y cada vez más numerosos; ricos universales y cada vez más aislados en su guetos de bienestar.
Neil Blomkamp, director de la muy interesante Distrito 9, tiene la gracia de hacer que un blockbuster de ciencia ficción y de acción, destinado al  gran público, se pueda ver como una película política de una rabiosa actualidad.

 Paraíso: Amor
El mismo dia que se estrena Elysium aparece en las pantallas la primera entrega de la Trilogía Feroz del austriaco Ulrich Seidl. Paraíso: Amor, un film agobiante, morboso, sucio, con esa mirada turbia que caracteriza el cine de este director desde sus inicios y que, cada vez, se hace mas insoportable y más cruel en su complacencia en mostrar lo mas feo que hay en el mundo. Lo más gracioso es que, sin saberlo y por pura coincidencia, Paraíso: Amor es casi una versión cutre de Elysium. Esos hoteles de lujo  en Kenia donde Teresa, la gorda austriaca de mediana edad busca sexo y placer, son una versión low cost del Elysium de Blomkamp, gueto de bienestar rodeado de miseria física y moral representada por esos Beach Boys dedicados a satisfacer a las  mujeres de mediana edad con sexo fácil a fin de sacarles todo el dinero posible. La imagen de los negros parados en la playa  ofreciéndose a los clientes del hotel de los que les separa una barrera invisible (o visible si pensamos en los policías que vigilan ese campo de concentración para ricos que es el hotel), es una de las mas hirientes que recuerdo haber visto en el cine, mas, incluso, que la humillante secuencia de sexo colectivo de cuatro mujeres maduras con un joven negro dispuesto a todo.

Que conste, por si acaso alguien lo duda, que no estoy en contra de mostrar cuerpos desnudos de mujeres maduras gordas y llenas de michelines; que no me parece mal utilizar el sexo para contar historias terribles de explotación, humillación o exploración. Lo que de verdad me molesta y me molesta mucho, es la mirada  sobre esos cuerpos, es la forma como se utiliza el sexo para recrearse en secuencias que no buscan nada mas allá de la morbosidad de la situación. Lo que me molesta sobre todo es que el director no muestre ninguna consideración por sus personajes, ningún respeto, ninguna simpatía. En realidad, Seidl se cree y se sabe por encima de ellos. Los mira como la Jodie Foster de Elysium mira a los habitantes de la tierra: con desprecio.