domingo, 25 de noviembre de 2012

CINCO ESTRENOS



(una posible Babette de Ramón)
Hace tiempo que no hago un repaso a los estrenos. Estos son cinco comentarios de películas recientes.

CESAR DEBE MORIR
Shakespeare siempre es recomendable. Cuando, además, se le adapta de una manera tan contundente, mucho más. Julio César es una de sus obras mas imperecederas y la representación que hacen los presos de la cárcel de Rebibbia es impresionante. Sin duda gracias a la cámara de los Hermanos Taviani que a sus ochenta años han alcanzado un grado de libertad absoluta a la hora de filmar. Una película imprescindible.

EL FESTIN DE BABETTE
No es un estreno de la semana, pero vale la pena recomendarla. No solo es un film delicioso, suave, apetecible, que festeja el gusto por la belleza y el placer de crear cosas hermosas. El festín de Babette, sin quererlo puede servir de perfecta metáfora del espantoso y mediocre momento que está viviendo la sociedad contemporánea: el pensamiento luterano, puritano, cerrado a los placeres, tan absolutamente incapaz de aceptar nada que signifique un goce para los sentidos, sea la música, sea la comida, se está imponiendo a marchas forzadas sobre el pensamiento luminoso, mediterráneo, no simplemente hedonista, que sabe apreciar el valor de las cosas bellas, aunque no sean indispensables para la supervivencia. Una idea de austeridad absoluta: hay que comer para vivir, no para disfrutar; frente a una idea des sensualidad: hay que comer para vivir, pero también para disfrutar. Seguro que Angela Merkel detesta esta película y el precioso relato en el que está inspirado.

FIN
Faltan tres semanas para que se acabe el mundo. Mejor que no nos pille en la montaña, aislados de todos y junto a unos amigos que no nos caen demasiado bien. Si hemos de desaparecer que sea en casita, con nuestras gentes. Fin está basado en una novela que se mueve entre la ciencia ficción apocalíptica y el relato costumbrista y generacional. Ya en el libro había un  desequilibrio entre ambos temas que no acababan de encajar. Torregrossa, consigue que el primer segmento funcione gracias a la complicidad de un grupo de actores muy bien conjuntado. En el momento que se adentra en el terreno de la ficción apocalíptica, pierde un poco el tono, pero hay que reconocerle que filma los paisajes y los espacios abiertos con una grandiosidad pocas veces vista en el cine español.

HASTA LA VISTA
Todo lo que sea ayudar a la normalización en el trato y consideración de la gente con discapacidades físicas sea bien venido. Esta es una comedia ligera, divertida, que no tiene miedo de mostrar el lado malo de unos enfermos que se creen con derecho a todo. Hasta que encuentran a Claude. Los actores están estupendos y la extraña “comunidad del anillo que busca el sexo en España”, funciona perfectamente. Acabas queriéndolos y odiándolos. ¿Fácil? Si  ¿Previsible? Si. Pero, que mas da.

GOLPE DE EFECTO
También este film de Eastwood con Eastwood pero sin Eastwood es fácil, previsible, tópico y tontorrón. Lo hemos visto mil veces con el mismo personaje de viejo gruñón con hija que le quiere a pesar de todo. Pero si ya los últimos Eastwood eran cada vez mas difíciles de defender, éste, que no está dirigido por él, cae en picado en todos los defectos que su cine ha ido acentuando. Una lástima.

sábado, 24 de noviembre de 2012

BORAU



(A Borau le intersaba la pintura. Creo que este cuadro de Ramón, inspirado en un pueblo de su querido Aragón, le habría gustado mucho.)
Querido José Luis
Sabía que estabas enfermo, muy enfermo. Por eso tu muerte no me ha sorprendido. Pero tengo que decirte algo. Para mí sigues estando ahí, donde estabas siempre: lejos, pero cerca. El hecho de que hayas muerto no hará que mi relación contigo cambie. Hacía tanto tiempo que no te veía en persona, que eras ya, desde hace mucho, una presencia/ausencia permanente. La muerte de alguien al que hace tiempo no ves, es siempre menos tangible, menos dolorosa. Desde la última vez que coincidimos, creo que en Barcelona cuando eras presidente de la Academia, has estado ahí. En mis clases he hablado de ti como alguien capaz de elevar la palabra a imagen y de hacer que las imágenes fueran mucho mas que palabras. Un cuentista, un narrador. Alguien con eso tan complicado que se llama “mundo propio”. Desde que tuve la suerte de conocerte en persona durante el rodaje y la promoción de Tata mía, supe que no eras como otros directores. Niño nadie y Leo lo confirmaron unos años después. Sobre todo Leo, un film incomprendido y difícil en el que se reconocía tu compleja humanidad.
Querido Borau, seguiré hablando de ti, de tu cine, de tus ojos azules, de tu sonrisa. Porque yo solo te encontré en momentos buenos: disfrutando y sufriendo como actor en Malaventura; apoyando la Academia de Cine en Catalunya; animando a los alumnos de la ESCAC a no tener miedo de arriesgarse… Creo que en mis clases seguiré hablando de ti en presente, leyendo los textos de tus libros, repasando las mejores secuencias de tus películas. Lo seguiré haciendo porque no quiero sentir tu ausencia. 

jueves, 22 de noviembre de 2012

ICIAR





(autoridades, amigas, Wyoming: todos con Iciar)
El fin de semana pasado estuve en Segovia en la Muestra de Cine Europeo MUCES. Me invitaron a participar en un homenaje a Iciar Bollaín.  Mi cometido en el homenaje era hacer un retrato profesional de Iciar antes de que subieran a hablar de ella amigos y compañeros en un acto presentado por Gran Wyoming. No era fácil hablar de una mujer que conozco desde que ella tendía 21 años y a la que he seguido desde entonces en su triple faceta de actriz, directora y amiga. Pero lo intenté. Este es el texto que mas o menos improvisé:

“Iciar fue antes que nada actriz. No niña actriz, más bien adolescente actriz. Su Estrellita de quince años en El sur, el legendario film de Erice, marcó toda su trayectoria profesional. Iciar creció bien. No todas las niñas y adolescentes del cine consiguen hacerse mujer ganando en todos los sentidos. Su físico peculiar y atractivo, diferente del standard aceptado entre las adolescentes de su edad, le permitió hacerse un hueco inconfundible. Un exterior luminoso,  enmarcado por su cabellera roja y unos ojos transparentes, no ocultaba del todo un interior inquietante, lleno de lugares escondidos.
El primero que supo verlo fue Manuel Gutiérrez Aragón cuando le dio el papel de Rocio en Malaventura, un film incomprendido que gana con los años, donde Iciar era hija de José Luís Borau, el director que sin duda mejor ha explotado esta ambigüedad de su personalidad en dos películas inolvidables y malditas: Leo y Niño nadie. Desde el principio de su carrera, Iciar no dudó en colaborar en  películas de directores que empezaban. Estuvo en el debut de Felipe Vega, con el que después rodaría hasta cuatro películas; en las dos primeras obras de un director tan atípico como Pablo Llorca; en la opera prima de su amiga Chus Gutiérrez; en la primera película del que fue su compañero en la aventura de la productora La Iguana, Santiago García de Leaniz…
Quizás por eso, cuando decidió pasarse al otro lado de la cámara para cumplir el sueño de ser directora, no dudó en reunirse de actrices jóvenes que la apoyaran. Silke y Candela Peña, fueron sus cómplices en la aventura de Hola, ¿estás sola?, un viaje al sur, ese sur con el que soñaba la Estrellita de Erice.A partir de ahí, su carrera alterna entre un lado y otro de la cámara, con trabajos como actriz y como directora, con incursiones en la maternidad entre unos y otros.
Se ha dicho que Iciar es una directora de mujeres, de historias de mujeres. Es verdad, sus protagonistas son siempre mujeres. Pero Iciar sabe que para que la mitad del cielo exista, es necesaria la otra mitad. Por eso los hombres en sus films no son los villanos, los malos. Son, como sus mujeres, personas ambiguas, con multiples matices y complejidades. He de reconocer que de todas las películas de Iciar, la que mas me gusta, hasta ahora, es precisamente una película donde no hay mujeres. También la lluvia, escrita por Paul Laverty, su compañero desde que se conocieron en 1994 en el rodaje de Tierra y libertad de Ken Loach, es un film de hombres. Aunque no es verdad. Es un film de personas, de gentes que luchan, se rebelan, buscan. En esa película, Iciar demostró que es una gran directora capaz de enfrentarse a retos técnico de gran producción, y capaz de controlar un equipo mayoritariamente masculino, contando, eso si, con la complicidad de Luis Tosar, el actor fetiche de su filmografía.
A Iciar le queda mucho camino por recorrer”.

Aquí terminaba mi intervención.


martes, 20 de noviembre de 2012

LIMUSINAS



(una limusina blanca en el Barrio de El Carmelo de Barcelona)
Una limusina es un coche de lujo. Grande, casi monstruoso en su dificultad para moverse en una ciudad europea (en Estados Unidos es diferente, las calles son mucho mas anchas).
Una limusina es un coche feo que se cree bonito. Es una muestra de riqueza y de ostentación superflua. Es una manera de decir al mundo: soy la mejor.
Una limusina es blanca o negra. Las negras se usan en actos oficiales y en momentos de solemnidad; las blancas se usan en actos mundanos y en  momentos donde se quiere pregonar la riqueza de nuevo rico.
Una limusina es un coche inútil, banal, sin contenido, que da el pego, pero no deja nada detrás. Mucho adorno y poca sustancia. No corre (se trata de que la vean), es incómoda para los demás y cómoda (no lo sé) para los que van dentro. Es un coche que aísla en lugar de socializar.
Una limusina necesita un decodificador que la decodifique: ¿quién va dentro? ¿será un mendigo, será un mafioso, será un padre de familia, será un hombre de negocios? ¿O simplemente será un tiburón de las finanzas buscando una barbería que, como magdalena de Proust, le permita recuperar algo de lo que fue?
Una limusina es un espacio cerrado, vacío, casi una nave espacial en medio del universo cotidiano. Una nave conducida siempre por un chófer que guía y protege al que va dentro.
Una limusina es un lugar de muerte.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

PREGUNTAS: ¿HUELGA? ¿CRISIS?



(el ordenador antes de decidirme si hago o no hago huelga. al final he hecho huelga)
No se si escribir en mi blog se puede considerar “trabajo” o no. Creo que no. Pero de todos modos no me importa. Ya escribí una entrada sobre lo que pensaba de las huelgas hace unos meses, el 29 de marzo, con motivo de otra huelga general. Suscribo lo que decía allí, aunque creo que en esta huelga de noviembre juega un factor nuevo: el hartazgo de la situación.
Estamos en medio de la campaña electoral en Catalunya y eso también contribuye al hartazgo. Al menos yo ya no puedo mas. Me siento sumergida en una pesadilla donde los elementos están mal colocados (sino no sería una pesadilla) ¿Por qué plantean todos, los de aquí y los de allí, estas elecciones como algo definitivo, final? ¿Por qué se centra todo en un hipotético referéndum o consulta o lo que sea, que si se produce será dentro de algunos años, cuando, a lo mejor, ya ni siquiera hay una España de la que independizarse porque todos somos alemanes? ¿Por qué me obligan a decidir ahora sobre algo imposible e inalcanzable, al menos a corto plazo?
No puedo mas de esta estéril discusión. Y no porque todo sea una cortina de humo para no hablar de lo que de verdad importa, el deterioro constante e imparable de las condiciones de vida de la mayor parte de la sociedad. No, no por eso. Me parece estéril mas que nada porque es la prueba evidente de que nos hemos quedado sin instrumentos para enfrentarnos a la nueva situación social que nos envuelve.
Eso si me preocupa. Hace tiempo ya que pienso, y son muchos los que lo piensan también, que esto no es una crisis de la que se pueda salir. No, esto es un estado permanente al que deberemos aprender  a adaptarnos para conseguir, como especie humana inteligente, seguir adelante. Se ha terminado el estado del bienestar, se ha terminado el capitalismo decimonónico, se ha terminado una forma de entender el mundo y las relaciones interclasistas.
¿Dónde estamos? En un espacio “entre”, como el que se vivió entre el final de la Edad Media y el principio de la Edad Moderna. Lo que nos está pasando tiene mas que ver con los cambios estructurales del siglo XVI que con la revolución industrial. Todo es ahora mucho más acelerado y rápido y lo que entonces tardó casi un siglo en consolidarse, ahora puede que tarde veinte años. Pero será eso, un cambio radical de normas de convivencia.
¿Será para mejor? La verdad no lo se. Pero lo que si se es que no confío que este cambio lo puedan liderar unos partidos  políticos viejos, caducos, atrasados y condenados a desaparecer. Entonces, ¿en quién? Aunque suene a utopía absoluta, confío en que se produzca una reacción en la sociedad civil, en los ciudadanos uno a uno. Confío que los individuos sepan crear nuevos instrumentos para sobrevivir a estas edades oscuras. Necesitamos un Frodo colectivo que acabe con  el anillo de poder de los mercados, arrojándolo a las gargantas del Monte del Destino. 

viernes, 9 de noviembre de 2012

EN LA CASA Y OTROS ESTRENOS


(no hay imágenes, lo siento)
Durante el Festival de San Sebastián escribí acerca de la película En la casa, de François Ozon y el uso de la voz en off. Esto es lo que decía: “El film de Ozon es diferente. Aquí la voz en off no es narrativa, sino que forma parte de la historia, mejor dicho, ES la historia. Claude, un alumno callado que siempre se sienta en la última fila, escribe como ejercicio en la clase de literatura un relato sobre cómo consigue entrar pasolinianamente en casa de un compañero de clase y trastornar la armonía familiar. El relato lo lee su profesor y la película lo visualiza para el espectador. Al margen de lo bien usado que está el recurso, este último trabajo de Ozon es una carga de profundidad contra la esa pequeña burguesía intelectual que se cree por encima de la clase media “normal”.
Ahora que la película se estrena me gustaría  hacer una lectura distinta. Ozon, sin saberlo o sin quererlo, está hablando de Europa. Una Europa superior que se cree con derecho a meterse en casa de una Europa inferior y modificar su forma de vida siguiendo su capricho. Una Europa rica (pero menos de lo que se cree), que invade la vida cotidiana de una Europa menos rica (en realidad muy pobre), igual que hace Claude, instigado por su profesor Germaine, cuando entra en la casa de su compañero de clase Raphael. 
Al margen de esta veleidad politiquera, la verdad es que esta película es estupenda. Una de las mejores del año.

Otros estrenos. Mejor dicho, pequeños apuntes sobre dos estrenos
Reality, de Matteo Garrone. Un film viejo: en el buen sentido de la palabra, porque recuerda el cine de Fellini; en el mal sentido de la palabra, porque habla de una Italia berlusconiana que está dejando de existir aplastada por la realidad de un mundo que se desmorona. Lo mejor, Nápoles. Lo peor, la historia se alarga y no sabe como acabarla. Por cierto, también parece una puesta al día de 1984: todos nos vigilan y no solo en la casa del Grande Fratello.

Todo es silencio, de José Luís Cuerda. Lo mejor es guardar silencio respecto a este film, pero no puedo dejar de decir una cosa, solo una. En el año 1969, en Galicia, no había hippies follando desnudos en la playa. Yo estaba en Galicia el verano de 1969. Tenía 18 años. Iba con Ramón. Y en un pueblo muy parecido al que sale en la película, nos tiraron piedras, literalmente, porque yo llevaba un vestido corto. En fin,