viernes, 9 de noviembre de 2012

EN LA CASA Y OTROS ESTRENOS


(no hay imágenes, lo siento)
Durante el Festival de San Sebastián escribí acerca de la película En la casa, de François Ozon y el uso de la voz en off. Esto es lo que decía: “El film de Ozon es diferente. Aquí la voz en off no es narrativa, sino que forma parte de la historia, mejor dicho, ES la historia. Claude, un alumno callado que siempre se sienta en la última fila, escribe como ejercicio en la clase de literatura un relato sobre cómo consigue entrar pasolinianamente en casa de un compañero de clase y trastornar la armonía familiar. El relato lo lee su profesor y la película lo visualiza para el espectador. Al margen de lo bien usado que está el recurso, este último trabajo de Ozon es una carga de profundidad contra la esa pequeña burguesía intelectual que se cree por encima de la clase media “normal”.
Ahora que la película se estrena me gustaría  hacer una lectura distinta. Ozon, sin saberlo o sin quererlo, está hablando de Europa. Una Europa superior que se cree con derecho a meterse en casa de una Europa inferior y modificar su forma de vida siguiendo su capricho. Una Europa rica (pero menos de lo que se cree), que invade la vida cotidiana de una Europa menos rica (en realidad muy pobre), igual que hace Claude, instigado por su profesor Germaine, cuando entra en la casa de su compañero de clase Raphael. 
Al margen de esta veleidad politiquera, la verdad es que esta película es estupenda. Una de las mejores del año.

Otros estrenos. Mejor dicho, pequeños apuntes sobre dos estrenos
Reality, de Matteo Garrone. Un film viejo: en el buen sentido de la palabra, porque recuerda el cine de Fellini; en el mal sentido de la palabra, porque habla de una Italia berlusconiana que está dejando de existir aplastada por la realidad de un mundo que se desmorona. Lo mejor, Nápoles. Lo peor, la historia se alarga y no sabe como acabarla. Por cierto, también parece una puesta al día de 1984: todos nos vigilan y no solo en la casa del Grande Fratello.

Todo es silencio, de José Luís Cuerda. Lo mejor es guardar silencio respecto a este film, pero no puedo dejar de decir una cosa, solo una. En el año 1969, en Galicia, no había hippies follando desnudos en la playa. Yo estaba en Galicia el verano de 1969. Tenía 18 años. Iba con Ramón. Y en un pueblo muy parecido al que sale en la película, nos tiraron piedras, literalmente, porque yo llevaba un vestido corto. En fin,


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