sábado, 25 de octubre de 2014

SANDRA Y LOS DARDENNE



(retrato de una modelo de Ramon que podría ser Sandra)
Los hermanos Dardenne no figuran entre mis favoritos. Nunca he sido fan de su cine social y realista. No me gusta el estilo de seguir a los personajes pegados a su nuca sin dejarlos respirar y con una cámara asfixiante para ellos y para el espectador. Tampoco me entusiasma su desesperada visión de la sociedad. Eso no quiere decir que no haya películas que me gusten mas que otras. El hijo, por ejemplo, me gusta mucho y me parece un film importante en todos los sentidos. Por eso tengo que reconocer que me acerqué a Dos días y una noche con cierta prevención. Y ¡oh sorpresa! Me gustó mucho. Mejor dicho sentí que era un film distinto.
De entrada, no lo parece. Su protagonista es una mujer joven de clase media baja, una madre deprimida que está a punto de perder su trabajo en una pequeña industria. Vale, más de lo mismo. Pues no. Porque lo que Sandra hace en esos dos días y una noche que invierte en intentar conseguir cambiar su destino, le va devolviendo las ganas de vivir, de luchar, de tirar adelante. Eso es nuevo. Quizás porque los Dardenne empezaron a hacer cine social hace casi veinte años, cuando Europa vivía el inicio de una espejismo de bienestar en el que ellos se encargaban de denunciar los agujeros negros en ese paisaje feliz, ahora que prácticamente toda Europa y sus clases sociales viven en medio de una crisis eterna que ha terminado con cualquier vestigio de bienestar, los Dardenne han sentido la necesidad no de ahondar en la herida, sino de mostrar un rayo de esperanza. Y ese rayo pasa por no juzgar a los compañeros de Sandra que no se solidarizan con ella, sino comprenderlos. Pasa por mostrar que la amistad es un motor muy fuerte para salir adelante. Pasa por comprobar que no hay mejor ayuda para superar las peores situaciones que tener alguien al lado que te apoya, te impulsa, te anima. Incluso visualmente la película se va abriendo poco a poco y va mostrándonos la evolución de Sandra. Nos la presenta en un rincón, acurrucada y sin fuerzas y  a medida que avanza le va dando aire, la va iluminando, la va liberando de su peso. Al final de esos dos días y una noche, Sandra puede caminar por la calle con un paso decidido y enfrentarse a lo que sea.
Bienvenida sea esta nueva línea de los Dardenne. Bienvenida porque saben hacer cine, saben mover la cámara que ya no está en el cogote siguiendo histéricamente a sus personajes, sino enfrente, mostrándoles el espacio a recorrer. Esta es una película de ahora mismo que quedará para el futuro.


miércoles, 22 de octubre de 2014

DOCUMENTALES

La casualidad ha querido juntar en las carteleras tres documentales. Bueno, uno se estrenó el viernes pasado, otro se estrenará la semana que viene y el tercero lo hace este viernes. Espero que duren lo suficiente para que estas líneas le sirvan de algo. Si no, al menos que quede constancia de su existencia.
El primero, estrenado el dia 17, se llama La Jungla Interior, lo dirige Juan Barrero y lo protagoniza su mujer, Gala Pérez. No estoy segura que esta jungla del pensamiento y las sensaciones sea exactamente un documental. Rodado en tres tiempos más o menos cronológicos, el film nos lleva a un viaje de exploración en busca de una extraña orquídea perdida en una selva exterior, para acabar demostrándonos que la auténtica orquídea se encuentra en nuestra propia casa y es tan desconocida y misteriosa como la flor mas oculta. Una mirada al pasado, la infancia, ese territorio de confianza habitado por una anciana que guarda la memoria del mundo, es el espacio vital donde Juan y Gala se plantean como mirar el futuro. Él, no quiere pensarlo, ella lo tiene muy claro. Él se marcha a buscar su orquídea, ella se queda cuidando su propia flor. La combinación entre un cine casi herzogiano (quizás por eso la narración de la selva exterior es en alemán) y un cine casero que indaga en la jungla interior, produce una extraña sensación en el espectador que a veces se siente como un voyeur en un territorio muy íntimo y en otras, en cambio, se siente como un aventurero darwiniano. Darwin, por cierto, no está muy lejos de esa jungla.


(esta foto es de Ramón, del año 1971, más o menos de la época en que Salgado empezó a hacer fotos)

Darwin también aparece en el segundo documental que tiene algo de alemán. Se trata de La sal de la tierra, el retrato que Wim Wenders ha hecho del fotógrafo Juan Sebastiao Salgado que se estrena la semana que viene. La primera sensación que me produjo la película fue la del error de casting en el director. La figura de Salgado es la de un hombre de acción, un hombre que va allí donde la historia le lleva. Es una figura herzogiana y parecería lógico que fuera Herzog, un alma gemela, quién hiciera su retrato en lugar del muy urbano y contemplativo Wenders, un director capaz de entender a Ozu o a Nicholas Ray, pero muy alejado de la aventura de Salgado. Y sin embargo, a medida que el documental avanza y vamos viendo la trayectoria vital y profesional del fotógrafo, entendemos porque Wenders se ha sentido fascinado por él y su obra. Y porque, al final es mejor que haya sido el reflexivo Wenders el que nos la cuente más que el impulsivo Herzog. Salgado ha sido el testigo privilegiado de la barbarie que ha asolado el mundo en el último tercio del siglo XX. Su cámara ha recogido la muerte en todas su variantes, la explotación del hombre, la destrucción de la humanidad. Y lo ha hecho dotando a sus fotografías de una belleza sobrecogedora que te produce dolor al verlas. Tanto dolor que ni él mismo pudo soportarlo y llegó un momento en que decidió dejar de hacer fotos de la maldad del mundo y retirarse a plantar árboles, repoblando un desierto hasta convertirlo en selva. Y fue entonces cuando volvió a sentir el deseo de hacer fotos. Pero esta vez no de muerte, sino de vida. Un homenaje a la tierra, a la naturaleza, al planeta. Y empezó por las Islas Galápagos recordando a Darwin. El resultado es de una belleza enorme. Y de una esperanza enorme también. Porque, dejar constancia del horror es importante. Pero dejar constancia de la belleza de nuestro mundo, también.


(esta foto, también es de Ramón de un viaje a Andalucía en 1971 donde descubrimos a Paco de Lucía por primera vez)

El tercer documental que que se estrena este viernes habla precisamente de eso, de belleza. De la belleza de una música que solo puede salir de unos dedos privilegiados, únicos. Los de Paco de Lucía. El documental que ha dirigido su propio hijo se titula Paco de Lucía, la búsqueda. El título es perfecto. Porque Paco, el hijo de Lucia la portuguesa, se pasó toda su vida buscando ese momento mágico en el que la música que salía de sus manos se convertía en algo sublime. Una larga entrevista que repasa su vida nos permite descubrir no solo  historias y anécdotas, sino conocer a un hombre divertido, irónico, y muy sensato. De sus palabras me quedo con la famosa frase que le trajo tantos problemas en el tardofranquismo. “La mano izquierda es la que crea, la inteligente; la mano derecha es la que ejecuta”. Y a continuación nos da una lección de honestidad:  “el día que gané dos millones de pesetas y las puse en el banco, dejé de decir que era de izquierdas”. Dejó de decirlo, pero no de serlo. Porque un hombre que no se acomodó nunca, que se empeñó en recorrer caminos desconocidos y arriesgarse en  nuevos experimentos musicales, no  puede ser nunca un hombre conservador. Si les gusta su música disfrutarán mucho. Si no les gusta o no la conocen bien, también disfrutarán. Es un placer oírle tocar y oírle hablar.



sábado, 18 de octubre de 2014

MUJERES (MALAS)

Antes de empezar una aclaración sobre duraciones. Me han comentado que debería haber dicho en la anterior entrada que Sueño de invierno duraba 196 min. No sé si debería, pero podría haberlo hecho. Si no lo hice, fue porque a mí no se me hizo larga. Vi la película como si fuera un concierto, con distintas melodías según los personajes, ritmos y cadencias, pausas y actos. Así que sí, es cierto, podría haberlo escrito. Lo hago ahora. No recuerdo quién me dijo por primera vez que las películas duraban una hora y media porque eso es lo que dura un sueño. No tengo ningún dato para comproba si es verdad o no. En todo caso es bonita como idea que justifica esa duración estándar. Quizás por eso esta película que dura tres horas se llama Sueño de invierno, debe ser que efectivamente es un sueño muy largo, casi una hibernación.


(Ramon nunca pinta mujeres malas.solo mujeres inquietantes o hermosas)


1 Primera mujer
También es muy larga la película de David Fincher, Perdida. Dura 147 minutos que pasan volando. Como un sueño, una pesadilla y un cachito de otro sueño. Un guión impecable, escrito por la autora de la novela Gillian Flynn, nos va metiendo en una historia que cambia de narrador casi sin darnos cuenta y nos sumerge en una manipulación tan enorme que parece inconcebible. En la historia de Nick y Amy nada es lo que parece, pero ni mucho menos es lo que nosotros creemos que será. Fincher se coloca justo detrás de todo y mueve sus personajes a su antojo. ¿Es un Fincher puro? No lo sé. ¿Es una película que descoloca? Seguro. En todo caso, lo que es cierto es que tiene un casting perfecto. Hay un momento que le dicen a Nick, “tu problema es que no generas empatía”. No me puedo imaginar  un actor menos empático que Ben Affleck. Por eso funciona tan bien como Nick. Y qué decir de la rubia Amy. Una rubia que le encantaría a Hitchcock, porque, como Kim Novak, tiene las cejas oscuras y el pelo rubio. Y esa combinación casi siempre es letal.



2 Segunda mujer

También es letal nuestra segunda protagonista, Bárbara. En un concurso entre manipuladoras natas no estoy segura de quién se llevaría el premio, si la rubia Amy o la morena Bárbara. Bárbara es Bárbara Lennie, el vértice de un triángulo imposible, o mejor aún, la pieza del puzle que hace que todo coja sentido en Magical Girl. Cuando se estrenó en San Sebastián donde ganó los dos premios gordos, ya escribí de esta seca y cortante película. Recupero parte del texto para los que no lo leyeran:Magical Girl, es sin duda una de las apuestas mas estimulantes del cine español 2014. Todo encaja en este puzle de historias unidas por un personaje femenino (Bárbara Lennie está espléndida como la niña manipuladora y la mujer (auto)destructiva). Todo encaja, menos una pieza que se pierde en la calle y que es la que une el conjunto. Esa pieza que Vermut deja en manos del espectador para que la coloque donde cree que falta y complete así este relato de perversiones y deseos. Hay imágenes increíbles; hay momentos de una gran ternura, y momentos de un gran dolor. Hay una narración abierta. Sacristán borda ese personaje de hombre manipulado y Luis Bermejo llena de emoción el padre capaz de todo por cumplir el deseo de su hija. Magical Girl no es una película convencional, pero eso no quiere decir que no sea asequible y disfrutable para todo el mundo que sea capaz de dejarse llevar por una historia que esconde tanto como enseña.” Ahora, en el momento de estrenarse comercialmente, lo que me parece más interesante es la coincidencia en la cartelera de dos personajes femeninos muy parecidos, manipuladores y autodestructivos, en  films tan distintos en todos los sentidos como son Perdida y Magical Girl.  Da qué pensar. 

domingo, 12 de octubre de 2014

SUEÑO(S) DE INVIERNO




(no es Anatolia, pero es una preciosa evocación del invierno)
Dura más de tres horas. Hay muy pocos personajes. Casi todo sucede en dos espacios fundamentales. Un interior cálido y un exterior frio. El paisaje es tan poderoso que casi asusta. Su belleza es sublime.  Anatolia y sus campos, sus cuevas y chimeneas, sus caminos blancos y silenciosos. Y en medio, un pequeño hotel donde Aydin, el actor, el intelectual ensimismado, escribe y habla. Sobre todo habla. Con su joven esposa, con su hermana, con su amigo. La última película de Nuri Bilge Ceylan, al contrario de lo habitual de su cine, tiene en la palabra su principal apoyo. Se ha comparado esta extraordinaria cinta con Secretos de un matrimonio . Yo diría que la historia de Aydin se sitúa en un punto intermedio entre Secretos de un matrimonio y Saraband. La pareja ha superado ya el tedio, pero aun no han llegado a la comprensión. Con esta comparación se puede llegar a pensar que Sueño de invierno es es un film sobre el matrimonio. Lo es, sin duda, pero hay muchos mas substratos en esta historia  blanca y dorada. Como un hecho fortuito e inesperado puede hacer tambalear una vida estable y bien planificada; lo que significan las obras de caridad, mas para quién las hace que para quién las recibe; la importancia ética de la dignidad; la amistad como base de la convivencia; la fidelidad, sobre todo a uno mismo... Hay muchos temas que se van sumando en la densidad del frío que rodea ese lugar paradisiaco. No es una película fácil, y sin embargo es muy sencilla en su planteamiento. No hacen falta claves extrañas para entenderla, solo dejarse llevar por la cadencia de las palabras que poco a poco se van convirtiendo en música y nos van conduciendo por senderos tan hermosos como los del paisaje por donde camina este pensador chejoviano.
2
No he visto mas películas de las que se estrenan hoy. He estado en Sitges, aunque no siguiendo el festival de una forma ortodoxa, es decir, no como periodista sino como profesora de un taller de crítica con algunos de mis alumnos de la ESCAC. Además de ver películas y de leer críticas, tuve ocasión de asistir en Sitges a la presentación de seis proyectos de largometrajes de la escuela. No voy a hablar de estos proyectos de films que espero lleguen a ser futuros films. Lo que quiero es dejar claro que los sueños de invierno, o en este caso de otoño, siguen generando historias que apetece ver aunque las dificultades para conseguirlo sean cada vez mas y mas grandes.
3
Y esto me lleva a un tercer punto que mas que sueño es pesadilla. Tengo la sensación de que hay una auténtica voluntad por parte del Ministerio de Hacienda a través del ICAA de acabar con el cine español. No entiendo porqué. Es una industria que da trabajo a mucha gente en toda la cadena de producción; las películas generan mucho dinero, tanto mientras se hacen como después, en taquilla si funcionan y este año han funcionado varias; el cine es un instrumento de prestigio y de cultura que se puede presentar en cualquier parte. Entonces, ¿por qué esa inquina? Claro que no es solo con el cine, parece que la palabra que define al Ministerio de Cultura les de mas miedo o asco que otra cosa.
Cuando estamos viendo estos días como se despilfarra el dinero de todos en gastos inmorales, cuesta creer que sea tan difícil dotar de un mínimo indispensable a una industria que es rentable y además da prestigio internacional. Si las subvenciones no son la solución, al menos deberían articular fórmulas de desgravación fiscal efectivas para incentivar la inversión privada en el cine. Lo que no se puede es reducir hasta el ridículo las subvenciones, dejar de pagar el dinero que legalmente deben como amortización y además dificultar la inversión privada. Si se cierran las tres vías de financiación del cine, el cine acabará por reducirse a unos mínimos testimoniales. Y no podemos permitirnos quedarnos sin sueños.

sábado, 4 de octubre de 2014

JUICIOS Y BOSQUES








No he visto Torrente 5, asi que no digo nada. De los demás estrenos, el mejor es Los tontos y los estúpidos, de Roberto Castón. Me remito a lo que escribí en la entrada 3 del Festival de San Sebastián a raíz de su proyección en Nuevos Directores.
Asi que me queda como recomendable solo uno, El veredicto del belga flamenco JanVerheyen. El veredicto, tal como su título indica, es una película de juicios. Un género cinematográfico que da mucho juego por la teatralidad de su puesta en escena que sin embargo puede ser muy cinematográfica (Testigo de cargo, sin ir mas lejos). En ese sentido, no hay suspense en este film, pero si giros inesperados. Hay un delito, un culpable y, primera novedad, un no juicio. Entonces, se produce un nuevo delito, un nuevo culpable, y esta vez si, un juicio. Es este segundo juicio el que resulta mas descorazonador y el que pone el dedo en la llaga en la moralidad de la legalidad. El primer delincuente sale libre por un error de procedimiento en su enjuiciamiento. El segundo, víctima del primero, convertido por esta injusticia en juez y parte, es juzgado con todo el peso de la ley. Lo que se pone en cuestión en este interesante thriller que en ningún momento cae en la rutina televisiva, es hasta que punto la legalidad de las leyes escritas en los papeles tiene que seguirse al pie de la letra, o, si por el contrario, debe estar sujeta a interpretaciones subjetivas de cada caso. Es un terreno suficientemente ambiguo como para que cada uno decida por si mismo. Yo no me pronuncio, Verheyen si lo hace.
Aprovecho esta película para recomendar un curioso libro sobre temas judiciales. Se llama Otros abogados y otros juicios en el cine español. Está escrito por Emilio G. Romero y publicado por Laertes. Emilio plantea un enriquecedor viaje por la historia judicial española desde los años 40 hasta ahora mismo a través de una veintena de films que se revisan desde una óptica específica.


2


Y ya que estoy con libros quiero hablar de una preciosa novela que he descubierto gracias a la generosidad de una amiga que me la regaló. Se titula El paso de la hélice, de Santiago Pajares, publicado por Destino. Es uno de los libros más bonitos, inquietantes y sugerentes que he leído en mucho tiempo. Ambicioso sin ser pretencioso; intrigante como una serie de televisión de las buenas; con personajes y paisajes que se quedan contigo. Y lo más sorprendente es que está escrito cuando el autor tenía 23 años¡¡¡¡
En su último taller de dibujo, Ramón utilizó un párrafo del libro para que sus alumnos lo ilustraran como quisieran. Este es el párrafo:
“El bosque estaba formado por un enorme entramado de hayas y abetos. Se les unían pinos albares, dando al conjunto pequeñas notas de color con sus anaranjados y verdes. Parecían descomunales bonsáis de hasta treinta metros y ellos pequeños liliputienses que hubieran perdido la referencia de tamaños.”
Este es un dibujo de los que se hicieron en ese taller.