sábado, 5 de noviembre de 2016

EXPERIENCIA


(cuando estás en el aeropuerto esperando a coger un avión, piensas en muchas cosas, pero seguramente no que puedas acabar en un río)

Clint Eastwood tiene 86 años; Tom Hanks tiene 60; Sully tenía en 2009, 57 (ahora 65). Los tres tienen una edad (mas Eastwood desde luego) en la que la sociedad empieza a decirte que debes abandonar la vida laboral, la vida en definitiva. La jubilación es lo único que ocupa el horizonte de futuro de las personas que rondan o pasan los sesenta años.
Esta es una de las razones por las que me parece importante el film numero 35 de Eastwood, uno de los mejores desde  que rodara Gran Torino en 2008. Es importante porque reivindica o simplemente demuestra, que la experiencia es algo que no se debe desperdiciar. Que el saber acumulado con años de trabajo y de profesionalidad es una riqueza que la sociedad no puede permitirse perder.  Sully, el piloto Cheslye Sullenberg, tenía 57 años y llevaba 42 años volando. Fue un héroe, todo el mundo lo sabe a estas alturas por lo mucho que se ha hablado de esta película. Pero fue también un personaje cuestionado entre otras cosas por su edad. ¿Estaba en sus plenas facultades cuando tomó la decisión de arriverar ( o arriotar) en el Rio Hudson el 15 de enero del 2009 y asi salvar a 155 pasajeros y tripulantes? Si, lo estaba y lo estaba gracias a su experiencia de años de volar, de pasar por situaciones difíciles, de vivir en definitiva. Eastwood no podía haber encontrado un personaje más cercano a si mismo. Porque si Eastwood es el director más clásico entre los clásicos contemporáneos es gracias a que lleva trabajando delante y detrás de las cámaras desde hace sesenta años¡¡¡¡

El film es estupendo, una hora y media de cine de catástrofes (sin pasarse con los efectos especiales), combinado con thriller judicial, y un retrato casi documental de dos personajes, Sully y su copiloto Jeff Skiles, a los que dan vida Tom Hanks y Aaron Eckhart. Una historia en la que el factor humano es lo más importante  y en la que el tiempo juega un papel fundamental. 208 segundos, menos de cuatro minutos, es el tiempo que tuvieron Sully y Skiles para  tomar una decisión arriesgada y difícil: arriverizar en medio del río Hudson. El resultado salió bien. Pudo salir mal, muy mal, como parecen desear los medios de comunicación que cubren la noticia en la película, preparados para contar una tragedia y a los que el final feliz les cogió desprevenidos. Pudo acabar mal, con todos muertos o ahogados. Pero acabó bien. "Solo hacía mi trabajo", dice Sully para explicar su comportamiento. El trabajo bien hecho durante años de acumular experiencia. Como Eastwood. 

Nota
Esta mañana de domingo, mientras mandaba el mail de aviso de la entrada, me he dado cuenta de otra cosa muy importante: la experiencia sola tampoco es suficiente. Lo que salvó el avión, y lo que en realidad salva casi todo, es la combinación entre la experiencia del que lleva años aprendiendo y trabajando y la energía del que esta aprendiendo y trabajando. Es esa combinación entre gente mayor y gente joven la que hace que las cosas funcionen, que el mundo avance. Cuando descabezan una empresa (TVE por ejemplo hace unos años) de la gente que tenia mas experiencia, se pierde una pata indispensable para que el conjunto funcione; cuando se cierra el paso a la gente joven (TV3 por ejemplo) se olvida que hace falta esa pata para que todo  marche bien. Son dos buenos ejemplos de como debería organizarse la vida: combinar lo que unos saben con la fuerza de los que están aprendiendo. Eastwood lo hace cuando construye sus equipos; Sully lo reconoce cuando le otorga a Skiles parte importante de su hazaña. La sociedad, por desgracia, casi nunca lo hace.

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