sábado, 21 de junio de 2025

SER OTRO

 


Lo que quisimos ser, Alejandro Agresti

¿Alguna vez han pensado que les gustaría haber sido? Otra persona, otra vida, otra realidad. No porque la que tengas no te guste o no estés contento con ella. Simplemente por jugar. Eso es lo que hacen Irene y Yuri, o Buzz o … Todo empieza en un cine donde un hombre y una mujer, los únicos asistentes, están viendo Luna nueva de Howard Hawks. Al salir del cine, empiezan a hablar y deciden tomar algo juntos para seguir charlando. Y es en este primer encuentro donde nace la idea: ¿Y si somos otros? ¿Y si nos inventamos otra vida? Lo propone ella, él le sigue el juego. A partir de ese momento, se encontrarán cada jueves para hablar de sus vidas imaginadas. La realidad de cada uno queda al margen. El espectador la conoce, ellos no. Ellos juegan a ser el primer astronauta argentino y una escritora de éxito. Poco a poco se van enamorando, pero el pacto entre ellos no les permite dar el paso: sus vidas reales no existen. La historia empieza en 1998 y se alarga durante tres años en los que el mundo, y Argentina, dieron un vuelco. La Historia se cuela en la historia y solo la percibimos en el cambio de local para tomar la copa o el té de cada jueves. Podría ser una obra de teatro; podría ser una microserie de plataforma. Pero es cine, los primeros planos, las miradas, el espacio, todo nos lleva al territorio cine. Un cine hablado, muy hablado, si, pero en el que todo lo demás es importante. Lo que quisimos ser es una invitación al juego. ¿Qué me habría gustado ser?

 


Juliette en primavera, Blandine Lenoir

Juliette no sabe si quiere ser otra o simplemente quiere saber quién es. Juliette es una joven francesa de 30 años, dibujante de cuentos para niños. Juliette vive una crisis y una depresión. Necesita resetear su vida. Y para hacerlo, vuelve al lugar de su infancia, a la casa de sus padres. No, de su padre, porque su madre, una excéntrica pintora, hace tiempo que vive su vida. Juliette tiene una hermana, Marylou, es una fuerza de la naturaleza (en todos los sentidos), y una abuela a la que adora y que empieza a dar síntomas de no estar del todo en el mundo. Pero sobre todo, Juliette tiene un peso en el alma que no la deja vivir. Y en ese viaje catártico descubrirá que lo produce y sanará. Ella y todos los demás. Todo esto está contado con una ligereza contagiosa, una alegría de vivir,  como  los dibujos de línea clara de Camile Jourdy en el libro que adapta la película: Juliette: los fantasmas regresan en primavera. Los franceses saben hacer este cine sencillo, sin pretensiones, pero muy libre y sobre todo cargado de felicidad a pesar de estar contando cosas muy gordas. Nos sentimos cerca de Juliette y su angustia, pero el personaje que roba el corazón y la película, es sin duda Marylou, una espléndida Sophie Guillemin que luce sus carnes y sus pechos con total alegría, en una lección de belleza alternativa exuberante. Humor, fantasmas, familia nada convencional, una casa que hay que vaciar, un vecino con un corazón de oro y un pato. Es todo lo que necesita Juliette, y cualquiera, para reencontrarse antes de pensar en ser otra.

 


The Last Showgirl, Gia Coppola

Aquí si que Pamela Andreson es lo que quiso ser: una actriz reconocida más allá de su físico y sus personajes emblemáticos. No reniega de ellos, son su historia, pero asume que ahora es otra. Una showgirl de 57 años, consciente de vivir su última oportunidad de brillar en  un escenario bailando y luciendo un cuerpo todavía espectacular. Shelly no es la última corista, pero si hace su última representación. Curiosamente, este final de ciclo para su personaje puede significar el principio de una nueva vida para la actriz. Pero volvamos al pequeño teatro donde se va a representar este drama de plumas y lentejuelas. Cuando el espectáculo en que es la estrella se cancela, Shelly se enfrenta a un dilema personal. ¿Cómo recomponer su vida? ¿Cómo recuperar los lazos con su hija? ¿Cómo no romper la intensa relación que tiene con sus compañeras y amigas, es especial esa Jamie Lee Curtis desconocida y entrañable? Pamela llena este personaje de matices y grises al mismo tiempo que brilla en sus trajes y plumas. Y todo esto lo recoge Gia Coppola, una joven directora que seguro que nunca ha querido ser otra cosa que lo que es: la heredera de un clan de cine que se inaugura con su ilustre abuelo, Francis, continúa con su personal tía, Sophia, y se consolida con ella. Sin olvidarnos la aportación a los genes creativos de su abuela Eleanor y su tío Roman. Gia no es la última, en todo caso es la siguiente de una de las sagas más interesantes de la Historia del Cine.  

El regalo de esta semana es un retrato, las modelos juegan a ser otras cuando posan en silencio para un cuadro.



 

 

 

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