“Extranjero ¿Quién sabe lo que
quiere decir esa palabra?” (Albert Camus
El extranjero, François Ozon
François Ozon sigue sorprendiéndome. Su filmografía, lo he dicho varias, veces, es la menos previsible posible. Toca todos los géneros y se acerca a todos los temas. Sin despeinarse y siendo siempre él mismo. Porque hay algo que se reconoce en cualquiera de sus películas: la fluidez de la narración, la limpieza de sus imágenes. Si Ozon se había atrevido con Fassbinder dándole la vuelta a su Petra Von Kant o con Lubitsch en una recreación de Remordimiento en Frantz, ahora se acerca a Camus y hace en realidad una película bressoniana. Hay más de Bresson que de Camus en este film desesperanzador. El Meursault de Ozon está más cerca del Michel del Pickpocket de Bresson que de El extranjero de Visconti. Y sin embargo, es Camus puro. Nunca me lo he preguntado, pero lo hago ahora, ¿Conocía Bresson la obra de Camus cuando empezó a diseñar sus personajes indiferentes, no antipáticos sino carentes de empatía, incapaces de sentir emociones y por eso mismo extranjeros de sí mismos más que de un lugar o un tiempo? Creo que sí, creo que Bresson debió leer a Camus y vio en El extranjero el modelo de personaje para el cine que quería hacer. Por eso, cuando Ozon se acerca a Camus lo hace con Bresson en la memoria y con Gerard Philippe como modelo. Pero todo esto no son más que palabrería de alguien que ha visto mucho cine. Porque lo que de verdad importa en El extranjero de Ozon no son estas referencias más o menos cinéfilas. Lo que importa es que su Meursault, francés en un Argel colonialista de los años treinta, tiene ecos con nuestro presente en el que la realidad que nos rodea es tan absolutamente lamentable en todos los sentidos que solo nos queda ser extranjeros de nosotros mismos (el exilio interior). Con la esperanza de que haya siempre una Marie cerca para tender un lazo que nos devuelva la confianza en la humanidad.
Emergency Exit, Lluis Miñarro
Este es un film lleno de
extranjeros (del mundo) hecho por un extranjero (del cine). Si no conociera a
Miñarro, el cine que ha producido y el cine que ha dirigido; si viera esta película sin saber nada de él,
tendría la tentación de hacer una lectura Filosófico/Social. Un autobús que
viaja a ningún sitio, con un conjunto de pasajeros especiales (¿muertos?). Ahí
está la religión y la espiritualidad; la mujer maternal y la mujer amante; la
ciencia y la imaginación; la inocencia y la tentación, el humanismo y el
materialismo, la alienación en todas sus formas y el Arte, así con mayúsculas:
la Actriz. Todo el mundo encerrado en un autobús del que es difícil escapar
como la casa de El ángel exterminador.
Con un conductor que es la muerte y una cabra de acompañante. Pero conozco a
Miñarro y su cine y me inclino más a pensar que todo esto lo veo yo, y quizás
estaba en el origen del proyecto. Porque esta Salida de Emergencia es sobre todo un divertimento experimental del
director, un homenaje al cine (Hitchcock, Buñuel, Welles) y la ocasión de trabajar con rostros
inesperados: Naomi Kawase, un regalo, actores que le gustan y conoce bien, Emma
Suárez, Aida Folch, Oriol Pla, actores que se ajustan a su manera de ser,
Albert Pla, Lu Colomina, actrices que admira, Myriam Mézierès, Arielle
Dombasle, un descubrimiento Jhonattan Burjack. Y sobre todo, el placer de tener
a Marisa Paredes, la Diva divina por excelencia, haciendo de ella misma y
disfrutando de un personaje/espejo que es ella y no lo es. Todos embarcados en
este autobús en un viaje a la nada montado de pequeños fragmentos aislados (el
making of del rodaje debe ser muy entretenido viendo a todos estos seres trabajando
uno o dos días, tres como máximo, casi en solitario o de dos en dos en un
autobús parado), un montaje creativo y lleno de matices de Diana Toucedo que
juega con las imágenes de Jimmy Gimferrer, hechas de transparencias, colores y paisajes.
Cito a estos, y me dejo algunos, porque este autobús Nº8 no solo lleva a sus
pasajeros, lleva también una manera de hacer cine en la que hacen falta
cómplices para llegar a la estación. Quizás, como en cualquier viaje, hay
pequeños bajones, momentos de aburrimiento, remontados por otros en los que
ellos (los pasajeros/actores) brillan y te invitan a acompañarlos. Marisa podía
estar contenta. Su carrera despegó en Barcelona y ha terminado en Barcelona. Un
círculo perfecto que ella recorre en la emocionante secuencia en que repasa
algunas de las fotos de su vida. Que la película se estrene coincidiendo con el
primer año de su muerte (el 17 de diciembre del 2024) es un precioso homenaje.
El regalo de esta semana es un
paisaje en el que podrían perderse cualquiera de los extranjeros de esta
entrada.



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