domingo, 21 de septiembre de 2014

DONOSTIA/SAN SEBASTIAN 2



(esto también es San Sebastián)
Ayer fue día de chicas. De mujeres. De distintas mujeres
La primera VIRGINIE. ¿Quién es Virginie? Virginie es David, y David es Romain Duris, el protagonista de la nueva película de François Ozon, Une nouvelle amie. Ozon es uno de los directores que mejor conoce el universo femenino. Sus personajes más interesantes son mujeres, e incluso ha hecho films donde solo hay mujeres. En este último trabajo, riza el rizo para convertir un hombre heterosexual  y sin ninguna tendencia homosexual, en una mujer elegante y sofisticada tanto como una madre entregada. Es un film desasosegante, es cierto, pero es una película que plantea una cuestión importante: ¿lo femenino tiene que ver con el sexo, o no necesariamente? Quizás lo único que le reprocharía a Ozon, y no en voz muy alta, es que se limite a una feminidad exterior, superficial, vestidos, pelucas, zapatos, uñas pintadas. Tal vez porque mostrar la auténtica esencia femenina es algo mucho más complejo y que tan solo apunta en algunos momentos.

La segunda ICIAR BOLLAIN. Iciar ha dirigido un documental que se titula En tierra extraña. Es, como todos sus trabajos, una película muy bien realizada, y con una sensibilidad enorme. Sus protagonistas son jóvenes que se han visto obligados a emigrar fuera de España para ganarse la vida. Gente preparada, con carreras universitarias que sin embargo aceptan trabajar de cualquier cosa en Edimburgo porque en España nadie les ofrece un puesto de trabajo digno. Hay dos cosas en esta película que me parecen interesantes. Una, el documental como pieza cinematográfica, bien construido, con un dispositivo (la palabra me la ha dado la propia Iciar) que funciona y con unos personajes que se ganan el corazón de los espectadores. La otra es el punto de partida. Y ahí tengo algo que decir.
No me gusta la idea de tierra extraña. ¿Por qué extraña? En la Europa de ahora mismo, esa que a muchos no gusta, pero a mi en particular me parece la única posibilidad de superar nacionalismos e incluso explotaciones y racismos, en esa Europa de todos, que una chica de Almería se vaya a trabajar a Edimburgo no debería parecernos una tragedia ni una drama. Forma parte de la evolución, de la curiosidad, del crecimiento. Pienso  en Estados Unidos, por ejemplo, donde la gente joven de cualquier estado, no tiene ningún problema en irse a vivir e Nueva York, a Los Ángeles, a Chicago o a Boston para buscarse la vida. Sabiendo que es difícil en todas partes, sabiendo que la explotación es generalizada, pero sabiendo también que moverse es bueno. El día que en Europa se llegue a tener esa sensación, dejaremos de sentir que por ir a otro país somos emigrantes o extranjeros. Inmigrante es el marroquí o el nigeriano que llega en una patera y se tiene que ganar primero de todo el derecho a que le dejen vivir. Estos jóvenes no son emigrantes de España, ni inmigrantes en Edimburgo. Son europeos buscando vivir mejor.
Otra cosa es que este país esté dándose el lujo imperdonable de perder a un generación de gente preparada, que los esté dejando marchar por su propia incompetencia y falta de visión de futuro. Cuando a lo que debíamos aspirar es a que vinieran a trabajar aquí profesionales de Alemania, de Suecia, de Italia, nos vemos obligados a mandar a nuestra gente a Edimburgo, Londres o Berlín. El problema no es irse a otro lugar, el problema es que no les hemos enseñado a hablar inglés o alemán (ni siquiera hemos sido capaces de enseñarles a hablar catalán o euskera que son idiomas propios), el problema es que no les hemos creado una idea de gran comunidad. Los estados nacionales son pequeños, limitados,  Europa aún está por construir. Y en esta construcción no podemos dejar que la idea de Europa se limite a una cuestión financiera o militar. Ni siquiera a una cuestión política. Es algo que nos pertenece a todos los habitantes de este inmenso y rico conglomerado de países, lenguas y culturas. Por eso no me gusta la idea de que irse a Escocia sea irse a tierra extraña. Yo quiero que sea la misma tierra y que tanto allí como aquí se trate con dignidad a nuestra gente joven (y a la que no es tan joven).



No hay comentarios:

Publicar un comentario