sábado, 28 de febrero de 2015

AVANTI POPOLO


(Sara Silveira y Juana Acosta en San Sebastián. Dos mujeres importantes, dos mujeres latinas)
Esta semana  he decidido fijarme en una de esas películas que se estrenan periféricamente, no digo marginalmente. Es otra cosa. Se estrenan en la periferia de la exhibición, en circuitos paralelos, en cines con programación no estructurada. En Madrid hay varios espacios de este tipo; en Barcelona, casi ninguno; en el resto de España, lo desconozco. Pero que no se estrene globalmente no quiere decir que no valga la pena hablar de este cine y dejar constancia de su existencia por si en algún momento, en alguna plataforma, en algún rincón inesperado, surge la oportunidad de verlo.
En Avanti Popolo se ha concentrado una buena parte de la historia de cine brasileño. Carlos Reichembach, director emblemático de una generación, aquí en el papel del padre que espera la vuelta del hijo desaparecido mientras juega con una perra, su único lazo con el mundo. André Gatti, investigador y profesor de cine que asume el rol del hijo, no del hijo perdido y añorado, sino del hijo presente y olvidado que intenta establecer un nexo con su padre. Sara Silveira, la mejor productora brasileña en mucho tiempo y una de las más interesantes mujeres dedicadas al cine latinoamericano. Michael Wahrmann, uruguayo-isrelita-brasileño, documentalista que se está especializando casi de forma involuntaria en la memoria familiar, en la memoria de las pequeñas cosas.
Avanti Popolo es también un pedazo de historia de Latinoamérica. Una secuencia de casi diez minutos al principio del film nos conduce por las calles de un barrio popular de cualquier ciudad, mientras oímos una radio en la que se van desgranando fragmentos de las canciones que acompañaron la lucha, la resistencia y la represión de las dictaduras del cono sur en los años 70. Si la película empieza con música revolucionaria viva, acaba con música revolucionaria muerta. La canción Avanti Popolo que da título al documental, no se puede escuchar, el disco está rayado. Es el propio director del film en labores de locutor radiofónico, el que la canta  sin música mientras en la pantalla vemos imágenes de un cine en ruinas. Quizás la metáfora es demasiado evidente: el disco rayado, la voz solitaria, el cine que se cae. Pero que sea obvia no quiere decir que no funcione.
Entre la secuencia del principio y la del final asistimos a un diálogo sin respuestas entre un hijo que se encierra a recuperar el pasado y un padre que no quiere saber nada de ese pasado y prefiere estar en un patio que es como una cárcel voluntaria. La localización de esa casa ruinosa es fundamental para la historia. Y la pared desconchada convertida en cuadro abstracto sobre la que se proyecta el último súper 8, es todo un símbolo.
Avanti Popolo es todo esto, pero también es una película que se puede ver sin tantas lecturas, como una narración simple y sencilla de un padre ausente, una perra curiosa, y dos hijos perdidos. Un fragmento de vida, eso que los franceses llaman un  tranche de vie.

2
Apunte político del día. Me ha provocado una tremenda tristeza ver el video donde unos jóvenes españoles tatuados con Lenin a un lado y Stalin al otro, armados hasta los dientes, se declaran los herederos de las Brigadas Internacionales luchando con las tropas pro rusas en el conflicto en Ucrania. O toda la vida nos han engañado diciendo que las Brigadas Internacionales que vinieron a defender la república española eran progresistas; o estos chicos no han entendido nada de la historia. Porque a los que están apoyando ahora son a  los que se han levantado contra un gobierno legalmente constituido. Más que a las brigadas me recuerdan a la División Azul con Stalin en lugar de Hitler. Claro que, ahora que lo pienso, no eran tan diferentes.

1 comentario:

  1. Brillante, simple, y lucida como siempre. Desde que tome su clase de Critica Cinematografica alla por el 2011 han sido sus escritos quienes me han orientado q ver y q descartar. Gracias miles por ser un faro o acaso una brujula en medio de tanta critica megalomaniaca, elitista y opaca. Gracias por hacer del oficio (dificil, complicado y a veces tedioso) de desentrañar el cine, y por tanto la Vida misma, algo placentero, bello y apacionante. Ya espero impaciente su proximo post.

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