sábado, 29 de agosto de 2015

INADAPTADOS

Inadaptado, da.
adj. Que no se adapta o aviene a ciertas condiciones o circunstancias. 

Esta es la definición de la palabra inadaptado en el Diccionario de la Academia. Una palabra que se adapta (¡qué bien, me ha salido una frase contradictoria!) como un guante a los personajes de varias películas que se estrenan esta semana.




(a veces me salto mis propias reglas, hoy es una de esa veces: estas son dos fotos de Papusza)
1. Inadaptada es Bronislawa Wajs, Papusza, la primera mujer gitana que escribió poesía en una Polonia dominada por las intolerancias de todo tipo que han perseguido a ese país a lo largo del siglo XX. Primero la de su propia gente, que no entendía porque esa niña se empeñaba en aprender a leer y a escribir; después la de los nazis, dispuestos a eliminar la raza gitana de la faz de la tierra, igual que habían hecho con los judíos; luego la de los comunistas, que consideraban a los gitanos poco menos que animales. Esta película hermosa en sus imágenes y dura en su historia, tiene el mérito de hablarnos de una escritora absolutamente desconocida aquí y me atrevo a decir que en muchos otros países. La ignorancia de las culturas europeas más allá de Francia, Inglaterra o Alemania es algo que nos debería hacer enrojecer. Pero no me voy a lamentar por eso cuando la mayoría de nuestros estudiantes no han leído a los clásicos castellanos o catalanes y muchos se creen que todos nacieron en la Plaza Cataluña.

2. Inadaptados son los protagonistas de Un día perfecto de Fernando León. Inadaptados que han sabido canalizar su inadaptación hacia  la ayuda humanitaria. Si no estuvieran metidos en esta aventura tintinesca aunque trágica (no sé porque me ha salido lo de tintinesca, pero ha sido involuntario, así que lo dejo) estos aventureros serían delincuentes ellos, monjas ellas. Pero su incapacidad para vivir en la absurda normalidad del día a día cotidiano, les ha llevado a vivir la absurda anormalidad de las zonas en conflicto donde se empeñan en intentar lo imposible: por ejemplo, conseguir una cuerda para sacar un cadáver de un pozo. Le agradezco muchísimo a Fernando León que haya planteado esta historia desde el humor, desde la distancia, sin dramatismos innecesarios, pero sin eludir la sordidez de la guerra fratricida. Y sobre todo, le agradezco que haya reunido un grupo de actores que parecen haber nacido para ser Mambru, B, Sophie y Katya.

3. Inadaptada es Ricki, la veterana cantante de rock duro (no quiero escribir vieja, o mayor, adjetivos que no le cuadran a la vitalidad, belleza y energía de una Meryl Streep que acaba de cumplir 66 espléndidos años).Ricki no ha tenido una vida fácil porque no ha querido. Tenía un sueño y peleó por él aunque en el camino se dejara retazos de sentimientos muy importantes. Y sin embargo, al final y eso es lo que me gusta de este tranquilo melodrama, es que su conservadora rebeldía, su inadaptación, acaba triunfando e imponiéndose ante la estrechez de miras de los que nunca fueron inadaptados. Chapeau por Mamie Gummer, digna hija de su madre dentro y fuera de la pantalla. Ambas merecen el Oscar aunque solo sea por soportar esos horribles peinados.

4. Inadaptada es Sun, la anciana mujer china que después de 22 años en Inglaterra todavía no ha aprendido ni una palabra de inglés. Y sin embargo, eso no le impide enamorarse de un vejete divertido que conoce en la residencia donde vive y al que no comprende mas que por gestos. También es un inadaptado Richard, novio del hijo muerto de Sun, empeñado en  comunicarse con ella. Pero Richard cometerá el error más grave que se puede cometer: pensar que las palabras son el mejor vehículo para comprenderse. Cuando Sun empieza a entender lo que se dice, empieza a despreciar a quienes lo dicen. Gran lección la de Lilting, del coreano Hong Khaou. La lengua no solo no rompe barreras, las crea. El idioma separa y diferencia; los gestos, las miradas, los sentimientos no necesitan traducción.

5. Inadaptada es Perrin, la triste profesora de música que en Las sillas musicales se encuentra de pronto arrastrada a vivir la vida de otro después de provocar un estúpido accidente. La morosa tranquilidad de la provincia francesa, es el marco perfecto para que Perrine salga de su caparazón. Gracias, en parte, a la ayuda de una divertida Carmen Maura, ama y señora de una muy particular residencia de ancianos que se llama Porca Miseria.

Y creo que ya no hay mas inadaptados en las pantallas. Fuera, empezamos a  estarlo o serlo todos un poco.


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