sábado, 7 de mayo de 2022

FESTIVALES Y ESTRENOS

 

Me van a disculpar pero esta entrada va a ser larga. Barcelona ha vivido, como cada primavera desde hace seis años, un empacho de cine con dos festivales enlazados uno detrás del otro. Primero en BCN Film Festival, después el D’A Film Festival. Dos festivales de cine muy diferentes uno del otro,  con objetivos y públicos distintos. Del BCN iré hablando a medida que se estrenen los films que se han visto en sus pantallas. Tres esta semana.  

 

(este cuadro de Ramon es una buena imagen de las sensaciones que provoca la película)

CULPA Ibón Cormenzana

Segunda película de Ibón Cormenzana que se estrena en pocas semanas, co-escrita con Manuela Vellés. En este caso se trata de una historia en la que está implicada la actriz en primera y casi única persona. Culpa debería llamarse Miedo. Porque es más el miedo que la culpa el sentimiento que atenaza a Ana y la obliga a exiliarse voluntariamente en la soledad de una cabaña perdida en las montañas (curioso paralelismo con La cima, el anterior trabajo de Cormenzana). Ana sufre una violación en la primera secuencia de la película y como consecuencia de esta violación se queda embarazada. El miedo a contárselo a su pareja, a asumir su vergüenza, a las consecuencias que esta violación tiene en su vida, la lleva a escapar y buscar el aislamiento absoluto donde sufrir este embarazo no asumido. El film sigue a esta mujer a lo largo de los nueve meses viendo cómo crece su vientre en paralelo al crecimiento de su angustia. El silencio, la nieve, el frio, el agua, un ligero contacto humano, no son suficientes para compensar sus sentimientos de culpa, su miedo y su pérdida de contacto con la realidad. La película vale por si misma y se cuenta por su propia historia, pero en este caso, conocer los avatares de sus puesta en escena contribuyen a hacerla más interesante. En cierto modo transmutan el film de una simple película en un experimento casi documental. Me explico. Ibón Cormenzana y Manuela Vellés querían hacer una película sobre el embarazo a partir de su propia experiencia. Se lo plantearon con su primer hijo, pero no se sintieron con fuerza para enfrentarse a una nueva situación  y además filmarla. Por eso han esperado al segundo embarazo de Manuela para llevar a cabo su idea. Cada mes, subían unos días a una cabaña en La Molina y filmaban un momento vital y emocional del personaje de Ana. Así, asistimos en tiempo real a su embarazo, a sus dudas, a sus miedos. Y la acompañamos en un camino nada sencillo para una actriz embarazada que comparte no solo su desnudez física sino su desnudez emocional. Es aquí donde Vellés demuestra ser una gran actriz, porque ¿cómo desligar lo que sientes por tu hija en gestación de lo que siente Ana por ese hijo no deseado? Normalmente no me gusta saber cosas de las películas. Siempre he pensado que se tenían que defender solas, sin informaciones añadidas. Pero en este caso, es importante y determinante el contexto. En Culpa la vida real está tan presente como la vida ficticia. (La película se estrena esta semana en salas y en Filmin a partir del 13 de mayo).

 


(Jeremy Thomas con Chema Prado. Foto: Chema Prado)

JEREMY THOMAS, UNA VIDA DE CINE, Mark Cousins

Los documentales de cine de Mark Cousins son siempre interesantes y bonitos y sorprendentes. Cousins encuentra un camino diferente en cada caso para acercarse al objeto de su estudio. Para hacer Jeremy Thomas, una vida de cine, Cousins decide emprender un viaje en coche con el productor que les llevará de Inglaterra a Cannes a través de Francia. En los días que pasan juntos asistimos a sus charlas en el coche gracias a una cámara fija en el interior, a sus paradas en los distintos hoteles, a su llegada al Festival de Cannes donde Thomas estrena como productor First Love, su última colaboración con Takashi Miike. Distendida, alegre, muy cinéfila sin rayar en la mitomanía, el film, no me atrevo a llamarlo documental, recorre la vida y la obra de uno de los productores más importantes de los últimos cincuenta años, el hombre que está detrás de buena parte del cine de Bertolucci, de las más radicales apuestas de Cronenberg, algunas locuras de Terry Gilliam, los últimos experimentos de Wim Wenders...Thomas se rebela un hombre encantador y divertido, sin pelos en la lengua a la hora de mirar a su pasado, sin remordimientos. Y a su lado, Cousins aparece como el perfecto acompañante, guía y conductor de un relato que es historia del cine.

 


RED ROCKET, Sean Baker

Tangerine en el 2015, The Florida Project en el 2017, Red Rocket en el 2021, aunque Sean Baker no hubiera hecho nada mas, y lo ha hecho, su nombre ya merecería estar entre los directores independientes mas corrosivos, divertidos y mordaces del nuevo cine americano. Baker se fija siempre en personajes marginales no por elección propia. No son outsiders, son simples y lucidos perdedores de la basura blanca de la América profunda, la que vota a Trump y se cree que puede tomar el congreso vestido de búfalo. Pero la gracia y el valor del cine de Baker es que se acerca a esta gente sin superioridad moral, sin crítica social, y sobre todo sin intentar ni comprenderlos ni compadecerlos. Sus personajes son seres libres, como libre es Mikey Saber, estupendo Simon Rex, un actor de cine porno caído en múltiples desgracias que vuelve a su pequeño pueblo tejano con la intención de recuperar un poco de dignidad y si es posible rehacer su economía y la relación con su ex mujer. Los colores brillantes, la alegría de los cuerpos, el humor de las situaciones, se mueven en un paisaje de ruinas industriales ideal para enmarcar la ruina que representa Mikey. Todo es feo y hermoso como el propio Mikey, un tramposo y un manipulador que encuentra en la insinuante Strawberry un sueño hecho realidad, una fantasía imaginada en una tienda de Donuts. Recuerdo que cuando les hice una entrevista al director y al actor en el Festival de San Sebastián acabé la divertida charla en un spanglish delirante diciéndoles la mejor definición de la película que se me ocurría: Red Rocket era como un inmenso donut: dulce y lleno de confites de colores, pero con un gran agujero negro en el centro. Los dos se rieron y me pidieron permiso para usar mi definición. Me pareció estupendo. Me encantan los donuts, y me encanta y divierte este donut de cine que se pega al paladar.

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OCHO PELICULAS DEL D’A FILM FESTIVAL

Como cada primavera desde hace doce años y desde hace seis en coincidencia y prolongación con el BCN Film Fest, llega a Barcelona la cita con el D’A Film Festival, un certamen especial donde se recoge lo más arriesgado del cine español, Un impulso colectivo, con los Emergentes del cine internacional, junto con las apuesta por un cine de autor casi clásico en estos momentos en que el cine está difuminando sus fronteras. De todo lo que he visto estos días me quedo con estas ocho películas.



A LOVE SONG Max Walker-Silverman

Creo que esta es la película más bonita que he visto en el D’A Film Festival. En todo caso, la que más me ha emocionado y me ha hecho pensar que no todo está perdido. En casi todas las reseñas que se han escrito sobre la opera prima de Max Walker-Silverman se hace referencia a su parecido con Nomadland. Es cierto que existe una cierta semejanza: una mujer mayor que ha decidido instalarse junto a un lago viviendo en una roulotte. Pero los parecidos se acaban ahí. Porque Faye no está ahí como forma de vida. Faye está ahí porque espera una visita, la de un viejo amigo del instituto con el que pasará un día y una noche de reconciliación. Faye es una mujer de 60 años, encarnada en una grandísima Dale Dickey quién con sus arrugas en el rostro, se convierte en el auténtico paisaje del film. Faye es viuda y se ha instalado en ese punto esperando la llegada de Lito. Y mientras llega, Faye pesca cangrejos en el lago, entabla una curiosa relación con un grupo de indios y comienza una nueva amistad con dos mujeres negras. Cuando Lito finalmente aparece, lo que sucede entre los dos está lleno de complicidades y silencios. Y está lleno de emoción. A love song es eso más que otra cosa; una canción de amor como las que suenan en el viejo transistor de Faye puntuando su viaje emocional al la orilla del lago, al pie de una montaña mágica poblada de árboles dorados. En A love song no hay trasfondo social, no hay crítica política, no hay una toma de decisiones vital por una forma de vida nómada. Por eso es diferente de Nomadland. Por eso, también, es tan hermosa, tan sincera, tan cercana. Casi iraní en su contemplación del paisaje, casi busterketiana en ese grupo de indios en fila que se presentan ante ella, casi tatiniana en ese cartero que llega puntualmente al Campamento número 17. Una delicia que volveré a ver en cuanto se estrene.

 


ABRÁZAME FUERTE, Mathieu Amalric

¿Puede una película sobre el duelo convertirse en un misterio y al mismo tiempo ser una crónica familiar? ¿Puede una mujer ser protagonista de una huida y al mismo tiempo protagonista de una pérdida? El puzle emocional que construye Mathieu Amalric con la complicidad de Vicky Krieps (a la que hemos visto también en La isla de Bergman) nos obliga a un ejercicio de atención para discernir lo que puede ser real de lo que es proyección hacia el pasado y el futuro de esta mujer, esposa y madre que busca en una huida hacia adelante el camino para reencontrarse con sus seres más queridos. Abrázame fuerte es un film envolvente, de entrada te produce una sensación de desasosiego ¿a dónde va y por qué se va Clarisse? Pero poco a poco, siempre con el acompañamiento de un piano obsesivamente presente en el relato, vamos encontrando una respuesta a esas dos preguntas. Preciosa historia de amor a una familia contada de una manera fragmentada pero que al final compone un cuadro perfectamente comprensible.

 


ALBUM PARA LA JUVENTUD, Malena Solarz

Me encanta ver que la escuela Jonás Trueba se extiende por otros territorios. ¿Qué es la escuela Jonás Trueba? Podríamos decir que es una mirada fresca y tranquila a un grupo de amigos en un momento de transición personal entre una etapa y la siguiente de sus vidas. Un momento detenido, generalmente veraniego, en el que el tiempo se dilata, los personajes se dejan mecer por el calor y las horas sin hacer nada en concreto, mientras le dan vueltas a cuál puede ser su futuro. Son seres en formación hechos de libros y de cine, de teatro y de encuentros festivos, Con muchas comidas, con muchas conversaciones, paseos y miradas, sin que el sexo y sus turbulencias intervengan en sus relaciones. El mundo de los Exiliados románticos, La virgen de agosto, Quién lo impide., el mundo de esta primera película de Malena Solarz. En el diciembre navideño y caluroso de Buenos Aires, Sol y Pedro disfrutan de esos dulces tiempos de intervalo antes de verse obligados a tomar decisiones. Un álbum para cualquier juventud.

 


CANCIÓN DE UNA DAMA EN LA SOMBRA, Carolina Astudillo

En el 2014 descubrí a Carolina Astudillo en una película documental muy especial y hermosa. Especial porque El gran vuelo contaba la historia real de Clara Pueyo Jornet, una mujer comunista que en los primeros años 40 escapó de la Cárcel Modelo de Barcelona y se perdió en el anonimato para siempre en una doble huida: del franquismo y de la dictadura insoportable de su propio partido. Carolina se acercaba a aquella historia de una manera dulce y tranquila utilizando materiales de archivos personales de la época. Siete años después, la directora vuelve a fijarse en la familia Pueyo, esta vez para contar, a través de las cartas que le manda Armand Pueyo a su mujer Soledad, la historia de una ausencia, de una pérdida. Armand se exilió en enero de 1939 al perder la guerra civil. Durante dos años, 1939 y 1940, fue mandando cartas a su mujer primero desde los campos de concentración del sur de Francia, luego desde los campos de trabajo. Su rastro se pierde cuando Francia es invadida por Alemania y los españoles republicanos son enviados a Mauthausen donde morirán prácticamente todos. Con este material, Astudillo fabrica un artefacto emocionante y tierno en el que la ficción de la lectura de las cartas se entreteje con imágenes de archivo mientras nos va contando la historia de una ausencia. Pero lo más interesante del resultado final es que acabamos sabiendo más del ausente Armand, perdido en los paisajes de Francia, que de la propia Soledad/Penélope. Es la voz de él la que escuchamos en sus cartas conservadas con amor durante toda la vida, nunca la de ella, perdida como se han perdido las cartas y las fotos que ella le enviaba a su remoto destino. La emoción que se desprende de estas cartas es el cuerpo central de Canción a una dama en la sombra. Un prólogo presidido por estatuas de mujeres solas, abandonadas, que esperan acompañadas de la voz y el relato del Dolor de Marguerite Duras y un epílogo filmado en la soledad y el silencio de las ruinas del campo de Mauthausen, enmarcan estas cartas que son una lección de historia, de pensamiento, de emoción y de vida.

 


DUO de Meritxell Colell

La película empieza mal, al menos desde mi punto de vista. Una cámara en movimiento sigue a dos actores en un escenario representando una historia que no consigo abarcar. Pero por suerte, el film de Colell no sigue por ahí. Y pronto se abre a una road movie en los Andes del norte de Argentina donde una pareja de actores en gira con un espectáculo de danza se adentra entre pueblos perdidos conviviendo con los indios de esas tierras. Los fragmentos casi documentales de esta convivencia son lo mejor de una película que va de menos a más, que poco a poco nos va envolviendo en la atmosfera fuera de la realidad de esas montañas donde la Pachabamba preside el ritmo de la vida y en las que Mónica acabará por darse cuenta de la inutilidad de la vida con su pareja. Con evocaciones de Con el viento, protagonizada por la misma actriz Mónica García, este Duo acaba desdoblándose en dos monólogos independientes. El de él, sumido en la incomprensión del mundo que le rodea, el de ella, integrándose plenamente en ese mundo que la rodea. Con preciosos fragmentos rodados en 8 mm y en digital, la alternancia de los dos tipos de imágenes puntúa el relato de este cuento andino.

 


HIT THE ROAD, Panah Panahi

De tal palo tal astilla. Los hijos de los directores iraníes son tan buenos como sus padres. Hijo de Jafar Panahi, Panah no se limita a seguir sus pasos. Con esta road movie de honda raíz sufí, el nuevo director nos demuestra tener un mundo propio cercano a Kiarostami en el uso del paisaje y las carreteras, pero alejado de su padre y del propio Kiarostami en la historia de esta familia que emprende un viaje de despedida a través del desierto y las montañas. La referencia a 2001 una odisea del espacio no es fortuita. Ellos mismos están protagonizando una odisea en su paisaje, un viaje que les llevará a la separación. La verborrea incontenible del hijo pequeño contrasta con el silencio melancólico del hijo mayor; la quietud del padre con su pierna escayolada complementa la vitalidad incansable de la madre. Juntos, estos cuatro personajes metidos en la cabina de un coche que es casi como una nave espacial, se adentran en un territorio de nostalgia (la música) de humor (el hijo pequeño) de presente (la necesidad de escapar de un país que no les deja respirar) y de futuro (el viaje astral del padre y el hijo pequeño). Preciosa y  entretenida, Hit the Road es el descubrimiento de un director distinto al que vale la pena no perder de vista. La película se estrena el próximo 13 de mayo.

 


LA ISLA DE BERGMAN, Mia Hansen-Love

La directora francesa Mia Hansen-Love es una veterana de este festival en el que siempre ha tenido una gran acogida. Su séptimo largometraje, La isla de Bergman, es un film de círculos concéntricos entorno a la isla de Faro, el espacio escogido por Bergman para vivir, escribir y rodar algunas de sus más emblemáticas películas. En el centro de este mandala de rupturas y reconciliaciones está el díptico sobre el matrimonio: Secretos de un matrimonio y Sarabande; el segundo círculo es el del propio Bergman y sus mujeres con las que rompía sin romper nunca del todo. El tercer círculo es el de Cris y Toni, la pareja de cineastas que llega a la isla de Bergman con la intención de escribir sus próximos proyectos mientras viven un momento de separación más intelectual que emocional. A partir de ellos, mejor dicho de ella, se construye el cuarto círculo, el de Amy y Joseph, los protagonistas de la ficción que escribe Cris y ante la que se encuentra atascada sin saber qué final es el que le conviene a esa historia de amor interrumpida siempre de una u otra manera. Y como colofón de todos los círculos el de la propia Mia Hansen-Love y su compañero el director de cine Olivier Assayas viviendo una separación que tiene ecos en todas las anteriores. El fondo de arena de colores de este mandala de emociones es la preciosa isla de Faro, convertida en un parque temático bergmaniano que habría puesto los pelos de punta al director sueco. Un lugar idílico para crear a su sombra y para evocar sus fantasmas.

 


THE SLEEPING NEGRO, Skinner Myers

¿Puede el racismo ejercerse en sentido inverso? Si, puede. Racismo es lo que siente y provoca a su alrededor este negro dormido respecto a los blancos, ya sea su novia, ya sea su jefe. No estamos ante un personaje marginal, ni pobre, ni producto del gueto. El negro sin nombre que interpreta el propio Myers se enfrenta a una sociedad llena de contradicciones en la que se ve obligado a desahuciar una familia por que el sobrino, republicano y votante de Trump a pesar de ser negro, no ha pagado las cuotas de la hipoteca de su anciana tía. Pero el Hombre que duerme suspendido en el aire, también debe enfrentarse a la contradicción de estar comprometido con una chica blanca a la que en el fondo desprecia y envidia a partes iguales. Un film enfadado dicen en su promoción, Yo añadiría, un film sobre la confusión de un personaje que quiere comportarse como un modelo mental de lo que debe ser un negro y que es incapaz de despertar a una realidad que no se ajusta a ese modelo. Un film político en toda regla.

 El regalo de esta semana es el dibujo de donde he extraído la florecita primaveral que acompaña esta entrada.



 

 

 

 

 

 

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