sábado, 16 de octubre de 2010

PERDIDOS Y APITCHAPONG


(un árbol de Ramón, misterioso y con múltiples transparencias que podría gustarle a Tio Boonmee)
Las casualidades no existen, pero suceden. Una casualidad que ha sucedido: ver el último capítulo de Perdidos el martes por la noche y ver El Tio Boonmee que recuerda sus vidas pasadas, de Apitchapong Weerasethaukul, el viernes por la mañana. Las semejanzas entre ambos productos saltan a la vista de una forma imprevista. ¿En que se pueden parecer el final de una serie americana de la televisión con un film tailandés de vocación exquisita y Palma de Oro en Cannes? Pues en muchas cosas.
En los fantasmas del pasado que custodian a los ¿vivos?, en el momento del tránsito a la muerte: el Tio Boonmee se encuentra con el fantasma de su mujer muerta hace 19 años y de su hijo desparecido y convertido en un ser fantástico que le acompañan en el difícil momento de morir para volver a nacer en una vida futura; los protagonistas de Perdidos se ayudan unos a otros a asumir el trance de su propia muerte.
En el escenario salvaje de la selva tailandesa poblada de hombres/monos en una y de tigres de Bengala, osos polares y humo negro en la otra.
En el recuerdo de vidas pasadas que siguen latiendo en el alma de Tio Boonmee, como siguen latiendo en el alma de Jack y compañía.
En el morir para renacer dentro de una cueva de luz, donde el agua iluminada y brillante es la auténtica fuente de la vida.
No son solo elementos argumentales los que los relacionan. Son temas mucho mas profundos que el propio director tailandés reconoce que le preocupan: los universos paralelos, la muerte como un renacimiento, la cueva y el agua, útero de la nueva vida. Las vidas futuras y las vidas pasadas que todos tenemos dentro de nosotros y que, a veces, afloran sin que sepamos como ni porqué. Vidas que van formando capas, transparencias se dice en pintura, que añaden sentido y experiencia.
Visto así, el precioso film de Apichatpong Weerasethaukul se convierte en una película de aventuras narrada con un ritmo pausado y suave, tropical en su humedad y sensualidad, un film que se puede ver como la versión oriental del capítulo final de Perdidos. Claro que hay muchas otras formas de verlo. Faltaría mas.

1 comentario:

  1. gratificante lectura (recomendada esta misma mañana), y nueva dimensión que darle al ya de por sí "enorme" film en cuestión (de Perdidos, dimensiones ya hay para parar un tren).
    Bendito destino el que te ha llevado a enlazar ambas producciones... lo llego a saber y no me despierto para verlo en directo por Cuatro (y más tarde, En Condiciones, desde el PC)!

    Prometo seguir pasando por aquí, enlazar a blogs amigos, y toda la pesca. Un placer (re)descubrirte (y en versión uncut!)

    Por cierto, exclusiva: aprobaré a "Retornos", creo que me ha gustado más que al compañero de Venus ;)

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