miércoles, 11 de mayo de 2011

TRES ESTRENOS


(Allen no es el único que adora París)
Hoy me apetece hablar de tres películas que se estrenan este viernes. Son muy diferentes entre si.
MIDNIGTH IN PARIS, de Woody Allen; TOURNÉE, de Mathieu Amalric; SIN IDENTIDAD de Jaume Collet-Serra.

Por orden alfabético de director. La película de Woody Allen me ha gustado. Tengo que reconocerlo. Me ha gustado el mensaje que lanza el film. Porque hay mensaje. Me ha gustado que Allen desde la altura de sus mas de 75 años, se permita regalarnos una idea espléndida, no por obvia menos interesante: aprende a disfrutar de tu presente, porque no todo el tiempo pasado fue mejor. La especie humana, en su variante especie cultural y mucho mas en su subvariante especie cinéfila, tiende a pensar que todo era mejor antes: la edad de oro se sitúa indistintamente en los años 60, en los años 40, en el cine mudo. Da igual. Antes siempre antes. El presente es aburrido, mediocre, lleno de enormes estupideces que nos rodean por todas partes. En cambio el pasado. Ah¡ ¡eso si que era vida! Plagada de todos los tópicos habidos y por haber sobre los americanos en París, ahora y antes, tópicos que van desde los nuevos ricos que desprecian la cultura o los nuevos ricos que saben mas que nadie de la cultura, hasta los tópicos mas banales sobre Hemingway, Scott Fitzgerald, Picasso o un poco mas atrás Gauguin y Toulouse Lautrec, el film es un cúmulo de ideas sabidas expresadas con una sinceridad y una simplicidad (que no simpleza) que lo vuelven entrañable. Allen ama París aunque sea el de una guía turística.

La película de Mathieu Amalric. No hay duda que este actor metido a director tiene en quien reflejarse. Ni soy la primera ni soy la única que trae a colación a John Cassavetes como modelo del cine de Amalric. Pero hay una pequeña diferencia. Uno es francés del siglo XXI, el otro americano del siglo XX. Casi tan añorado del pasado como el personaje de Allen, Amalric sabe, de todos modos, que es en el presente donde debe buscar a sus personajes, sus actrices, sus cómicas. Porque en el fondo, Tournée es un viaje de los comediantes a la francesa con director atormentado y con problemas y chicas dispuestas a pasárselo bien dentro y fuera del escenario. Un placer a disfrutar.

La película de Jaume Collet-Serra. Es cierto, Sin identidad no tiene identidad. Pero eso es el mejor elogio que se puede hacer de esta película. Mas que volver a ella reproduzco la crítica que escribí en Fotogramas hace un par de meses:
Hitchcock habría disfrutado mucho con esta historia de falso culpable; Polanski también. Hitchcock y Polanski son dos de los nombres que vienen a la memoria viendo esta película. Aunque a mediometraje aparece una tercera referencia: Bourne. Con estos datos ya pueden imaginarse que Sin identidad es una mezcla entre Frenético de Polanski, la saga Bourne y los antihéroes hitchcockianos. Collet-Serra fabrica con ellos un combinado explosivo que funciona como un reloj. Un reloj que esconde un truco final, porque hay truco en Sin identidad. Un hombre llega a Berlín, pierde un maletín, tiene un accidente y despierta en un hospital. Pero resulta que no es quién piensa que es y encima le persiguen. En esta situación encuentra ayuda en una chica sin papeles y en un viejo agente de la Stasi. El escenario, la ciudad de Berlín, nevada, fría, hermosa, se convierte en el tercer protagonista de un misterio que persigue al protagonista sin dejarle un minuto de descanso. Ni a él ni al espectador que se deje arrastrar por la acción de este thriller que renueva el cine de espías. Y que nos permite reencontrar a Bruno Ganz en el papel del viejo agente de la Stasi. Cine de acción, cine de ambición, cine que te engancha. ¿Un pastiche? Si, pero bien hecho. Una apuesta por el espectáculo y la comercialidad. Si, pero funciona.

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