sábado, 13 de agosto de 2011
CURIOSOS ESTRENOS
Que curioso. En pleno mes de agosto, hay tres estrenos esta semana que merecen cuatro estrellas en casi todas las críticas que aparecen. ¿Es que los distribuidores se han vuelto locos y guardan las mejores pelis para el verano a pesar de que el tópico dice que no va nadie al cine? ¿O es que, por fin, se han dado cuenta que el verano es un buen momento para estrenar cosas interesantes ya que mucha gente se queda en la ciudad y el cine es uno de los mejores refugios que hay?
Tres películas a ver:
13 asesinos, de Takashi Miike o como el cine de Kurosawa se adapta al nuevo siglo aunque siga hablando de samurais. Clásico puesto al día. Una mirada contemporánea sobre un mundo antiguo. Si los Siete samurais de Kurosawa eran siete vengadores solitarios, los 13 asesinos de Miike son 13 vengadores solidarios. Es el signo de los tiempos. Donde antes necesitábamos héroes de una pieza, ahora hacen falta hombres mucho mas pragmáticos. Y todo con una coreografía de la violencia que se convierte en un baile espectacular.
La boda de mi mejor amiga, de Paul Feig, o como la comedia de toda la vida encuentra una nueva voz y un nuevo rostro. Si quieren reírse un rato sin sentirse ridículos, vayan a ver esta comedia de bodas y amigas, un género en si mismo.
La mirada invisible, un film argentino de Diego Lerman que parece austriaco. Un personaje que se mira en la Isabelle Huppert de La pianista aunque sus perversiones sean un poco menos drásticas y mucho mas sucias. En fin, un film turbador de colores marrones con una protagonista que es todo ojos velados, sin vida, muertos, mirando un mundo mediocre y reprimido.
Aunque la verdad, si nos paramos a pensar, la mejor película es la que está sucediendo en los telediarios. Por un lado las batallas campales de Londres y los enfrentamientos en Lloret que dejan en pañales a las luchas de los samurais de Takashi; por otro lado las subidas y bajadas de la montaña rusa de la bolsa que marearían incluso a la pobre Marita, la protagonista de la mirada invisible que no sabría a que urinario mirar para ver la mierda que nos vomitan cada día; o el culebrón de Cesc y el Barça que nos mantiene tan entretenidos como si fuera la “vuelta de mi mejor amigo”. En fin: el cine es un refugio, no lo olviden, pero la realidad es mucho mas apasionante.
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