viernes, 21 de febrero de 2014

DOS PELÍCULAS ESTA SEMANA

No es que solo se estrenen estas dos, como siempre hay muchas otras. Pero solo me apetece hablar de estas. 



(el rosa no es un color que Ramon use mucho, pero si de vez en cuando)
LA VIDA EN ROSA (HER)
Edith Piaf cantaba una canción de amor  sublime. La vie en rose. En ella decía: « Il ma dit des mots d'amour. Des mots de tous les jours. Et ca me fait quelque chose. Il est entré dans mon cœur. Une part de bonheur. Dont je connais la cause. C'est lui pour moi. Moi pour lui dans la vie. Il me l'a dit, l'a jure pour la vie. » (una traducción mas o menos literal diría: “Me ha dicho palabras de amor. Palabras de todos los días. Y eso me ha hecho algo. Ha entrado en mi corazón una especie de alegría. De la que se la razón. Es él para mi. Yo para él toda la vida. Me lo ha dicho, lo ha jurado por su vida »)
No se si Spike Jonze pensaba en estos versos cuando se le ocurrió el look para esta preciosa historia de amor en rosa. Pero seguro que aunque fuera inconscientemente ahí debían estar. O en todo caso a mi me gusta pensarlo al ver como se conocen y se relacionan el solitario y triste Theodore y la sensual y atractiva voz de Samantha. Historia de amor de los tiempos presentes donde las relaciones personales pasan invariablemente por las máquinas con las que pasamos mas tiempo que con las personas. Y si es así, ¿por qué no vamos a enamorarnos de una voz que nos contesta, nos consuela, nos quiere, nos ayuda? Ciencia ficción, si, quizás. Pero menos de lo que parece. Amor en rosa, entre un hombre que vive los amores de otros (que hermosas son las cartas de amor que escribe Theodore¡¡¡) y una voz que le reconoce aunque no le vea con esos pantalones increíbles de cintura alta y patas de elefante. Theodore y su vecina Amy, de carne y hueso, están condenados a encontrarse. Pero no será lo mismo. Hay algo en esta película de cinco estrellas que va más allá del amor. Una sensación de pérdida dolorosa cuando las cosas cambian. No quiero extrapolar, pero en definitiva Her cuenta de alguna forma ese desamparo que se produce cuando te cambias de ordenador y no entiendes nada del nuevo programa. Sientes que te han quitado algo que ya controlabas e incluso querías, que entendías y manejabas y de pronto, alguien decide que ya no sirve y tienes que empezar de nuevo a enamorarte. Una cosa, por favor vean esta película en versión original. No es lo mismo sin la extraordinaria voz de Scarlett  Johansson.



(por una vez no pongo una imagen de Ramon. Este es el Miguel Ángel que podemos disfrutar gracias a los Monuments Men) 
MONUMENTOS (Monuments Men)
Desde su proyección en Berlín, “la crítica” o ese ente ficticio e invisible que conforma “el pensamiento crítico”, decidió que la última película de Clooney era mala. ¿Por qué? No lo sé. Pero fue así y así sigue siendo. Cuando la vi me sentí un poco desconcertada ante esta furiosa reacción en contra de Monuments Men. Probablemente no es la mejor película de Clooney; seguramente tampoco es una gran película. Pero la verdad es que cumple su cometido de entretener con una aventura basada en un episodio bélico poco conocido y, sobre todo, permite reflexionar sobre un tema que sigue siendo tan vigente ahora como lo fue en la segunda guerra mundial o en cualquier guerra desde la de Troya. ¿Es el arte (en cualquiera de sus manifestaciones) algo que se deba salvar por encima de las personas? Es decir, ¿vale la pena morir por salvar un Leonardo Da Vinci? O planteado de otra forma. ¿Es el arte un patrimonio de la humanidad que debe protegerse frente a la barbarie de los que lo desprecian y lo destruyen en nombre de religiones o ideologías fundamentalistas aunque sea a costa de pérdida de vidas humanas?
La película de Clooney intenta dar una respuesta a las dos preguntas. A la primera argumentando que los que mueren en el intento de salvar una escultura de Miguel Ángel sentirían que su muerte no ha sido en vano al saber que se ha evitado su desaparición. A la segunda, recuperando tesoros de la historia y restituyéndolos a sus legítimos dueños.

Recuerdo que hace años, en marzo del 2001, el mundo se estremeció ante la destrucción de los Budas de Bamiyan, grandes estatuas de mas de 1500 años que los talibanes afganos mandaron derribar por ofender las enseñanzas del Corán. La barbarie no ha desaparecido del mundo y las dos cuestiones que plantea Monuments Men siguen estando vigentes. Que Clooney lo haga a través de siete personajes un poco pasados de edad y de peso; con aires de comedia bélica de Blake Edwards en algunos momentos o de drama bélico de J. Lee Thompson en otros; sin gran respeto a la veracidad histórica pero si a la Historia, es algo que hasta cierto punto hay que agradecerle. Para contar la verdad ya existe un documental Tras los tesoros robados de Hitler. Los verdaderos Monuments Men.  Clooney nos cuenta una película.

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