sábado, 27 de octubre de 2018

DOCUMACIÓN



(Anca Damian, junto a Juanma Aragón, de la Plataforma de Nuevos Realizadores y yo, en la Cineteca Matadero de Madrid. La foto es de Laura Nuñez)
La semana pasada estuve en Madrid invitada por la Plataforma de Nuevos Realizadores para presentar y charlar con la directora rumana Anca Damian a quien el Festival de Cine de Madrid otorgaba el Premio Mirada Internacional. Una de las mejores cosas que tienen este tipo de festivales es que te permiten conocer y descubrir a directores que hacen un trabajo extraordinario, pero de los que es difícil llegar a ver nada. Es el caso de esta mujer rumana, autora de una corta filmografía en la que brillan con luz propia dos títulos imprescindibles: Crulic, del 2011 y La montaña mágica del 2015.  Anca Damian hace un cine que, a falta de otro nombre mejor, me gusta definir como documación. Se trata en cierto modo de un documental narrado con técnicas de animación.  Son historias basadas en personajes reales, documentadas de forma exhaustiva, pero contadas de otra manera. Una manera que una ficción convencional no podría utilizar y que un documental convencional no podría provocar. La animación permite visualizar ideas abstractas, pensamientos, sensaciones, emociones, al mismo tiempo que contribuye a explicar la historia usando distintas técnicas, colores, líneas e incluso imágenes reales. La animación permite que la investigación periodística que hay detrás el guión, no se vea de una manera evidente al mismo tiempo que da una libertad absoluta a la hora de imaginar lo que pudo ser. Las dos películas hablan de personas normales que vivieron situaciones extraordinarias. Crulic, camino al más allá, es la historia de un joven rumano que en el año 2007, a los 33 años, fue acusado de robar una cartera en Cracovia, Polonia. Él siempre sostuvo que era inocente y lo era, como se demostró mas tarde. Pero en  el momento, nadie le prestó atención y cuando comenzó una huelga de hambre para protestar por su situación, pensaron que ya se cansaría. En realidad Crulic murió a causa de esa huelga de hambre en un país que parece que  siga viviendo en el mundo del Proceso de Kafka.  La montaña mágica,  está centrada en la vida de Adam Jacek Winkler, un alpinista polaco nacido en 1944, que huyó de la Polonia comunista en los años sesenta. En Paris vivió el mayo del 68 intentando hacer comprender a sus compañeros que luchar por el comunismo no era precisamente una buena idea. Su deseo de combatir contra la Unión Soviética le llevó a Afganistán a raíz de la invasión de ese país en los años 80. Jacek Winkler vivió con los mujaidines que se enfrentaba a los rusos en las montañas formando parte de un grupo mandado por Ahmad Shah Massoud, uno de los mas importantes jefes de la resistencia que acabó siendo asesinado por los talibanes cuando tomaron el poder. Jacek Winkler volvió a Paris y el 12 de octubre del año 2002 se marchó a la montaña dispuesto a morir. Fue esa noticia la que motivó el interés de Anca por esta historia. La documación le permite utilizar fuentes muy variadas para contar las distintas etapas de la vida de este hombre, y para poner en escena un diálogo imaginario entre su hija y él. Los dos son films muy interesantes, de una belleza terrible y emocionante. Crulic se puede ver en Filmin, La montaña mágica lamentablemente no se puede ver en ningún sitio.

Las extrañas coincidencias que tiene la vida han hecho que la misma semana que conocí a Anca Damian en Madrid, se estrenara un film español que se puede enmarcar plenamente en el mismo tipo de género que he llamado documación. Se trata de Un día más con vida, de Raúl de la Fuente y Damian Nenow, que adapta el libro publicado en 1975 por  uno de los más importantes corresponsales de guerra que ha habido nunca, el polaco Ryszard Kapuscinski. (Acabo de darme cuenta de que las tres documaciones de las que estoy hablando tienen que ver con Polonia, curioso). La película utiliza técnicas de animación, mezcladas con imagen real, documental o filmada expresamente para el film. Con todo ello, los autores nos adentran en un conflicto olvidado, el proceso de descolonización de Portugal en 1975 que sumió Angola en una guerra civil alargada casi cuarenta años. Aventura, amor, miedo, reflexiones políticas, esperanzas, juego de intereses internacionales y sobre todo “confusao”, confusión, palabra que define un lugar y una época que Kapuscinski relata muy bien y que Raúl de la Fuente y Damian Nenow han reproducido con la riqueza y la libertad que este género híbrido y nuevo les ofrecía.
(No quiero dejar de citar un antecedente directo de este tipo de cine,  Vals con Bashir del 2008, dirigida por Ari Folman).

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