sábado, 10 de noviembre de 2018

PELIS, DOCUS, SERIES


!!Esta semana se estrenan 19 películas¡¡ Es un horror. Es completamente imposible verlas todas, hablar de todas, se matan unas a otras. Tantos estrenos es la prueba de que el público es lo de menos. No interesa ya que vaya gente o no a ver un film, lo que cuenta es que burocráticamente se pueda alegar que se ha estrenado en salas para poder acceder a los premios, Goyas, Gaudis, o para iniciar un recorrido en plataformas, o lo que es más triste, para poder cobrar las subvenciones. Es absurdo, deberían cambiarse las leyes y las reglas para impedir que pase esto, un hecho que cuesta mucho dinero y genera mucha frustración. La critica intenta(mos) seguir lo mejor posible todo lo que se estrena, pero no llegamos. Por eso, aun a riesgo de dejarme en el tintero algunos títulos interesantes que no he podido ver, en esta entrada de hoy voy a hablar de cinco películas… y dos series. Dos ficciones italianas, Dogman y Lazzaro feliz; tres documentales: Bergman, su gran año, Farenheit 11/9 y Comandante Arian; y dos series, Oficina de infiltrados y Arde Madrid.

Dogman
De qué va: Un hombre normal, cuidador de perros en un barrio de extrarradio napolitano, es feliz en su inocencia con sus animales, su hija pequeña y sus amigos con los que juega al futbol. Pero hay  un pero muy grande en su vida. Es completamente dependiente de un ex boxeador brutal y dominante que mantiene aterrorizado al barrio y le manipula a su antojo. Marcello aguanta todas las humillaciones de Simone hasta que no puede más y estalla convirtiéndose en un “dogman”.
Porqué se ha de ver: Lo primero de todo, porque nos devuelve el mejor Matteo Garrone, el de Gomorra. Segundo, por el rostro y la mirada del espléndido actor Marcello Fonte. En tercer lugar, por los espacios donde sucede esta historia, un barrio napolitano en decadencia, cercano al mar, donde se respira ruina moral y física. En cuarto lugar porque es una reformulación del neorrealismo más clásico, con un aliento del Pasolini menos dramático. Un film que habla de ética pero que nunca cae en el moralismo.

Lazzaro feliz      
De qué va: En un remoto pueblecito aislado del centro de Italia, vive un grupo de campesinos dominados por una marquesa que ha olvidado decirles que en el siglo XXI ya no existe el régimen feudal de sumisión. Lazzaro es un joven inocente del que todos abusan y al que todos piden ayuda, casi un santo dispuesto a cualquier cosa sin plantear nunca preguntas. La liberación de los campesinos del yugo de la marquesa coincide con la muerte de Lazzaro. Cuando Lazzaro resucita, se encuentra en un mundo que nada tiene que ver con el suyo. Su viaje a la ciudad no le hará perder la inocencia y la santidad al encontrarse con sus antiguos amigos convertidos en lumpen de suburbio sin ningún futuro.
Porqué se ha de ver: Primero, por lo insólito de su propuesta, un cine fuera de las modas y fuera del tiempo, casi como su protagonista. Segundo, porque es una puesta al día (como la de Garrone, pero en un tono muy distinto) del neorrealismo más puro, casi un neorrealismo mágico (Milagro en Milán), que además recupera el mejor cine de Ermanno Olmi (El árbol de los zuecos). Tercero, por Lazzaro, un joven actor con unos grandes ojos llenos de luz y de inocencia. Cuarto, por la reflexión profunda que despierta al hacernos tomar conciencia de que la eterna lucha de clases sigue vigente pero transformada en un enfrentamiento desigual campo/ciudad donde los campesinos explotados por la marquesa se han convertido en parias urbanos desarraigados. Pero sobre todo, porque es una película tan antigua como los viejos cuentos y al mismo tiempo tan nueva como algo nunca visto.

Bergman, su gran año
De qué va: Partiendo del año 1957 cuando Ingmar Bergman a sus 38 años vive uno de sus periodos más creativos con el estreno de El séptimo sello, el rodaje de Fresas salvajes y En el umbral de la vida, mas la puesta en escena de tres grandes producciones teatrales, el documental se adentra en la vida de uno de los directores de cine fundamentales del siglo XX, en un retrato no siempre amable del personaje.
Porqué se ha de ver: Porque descubres muchas claves para entender su cine, al mismo tiempo que acabas de confirmar que Bergman era en su vida privada un tipo insoportable.

 Farenheit 11/9
De qué va: Viniendo de Michael Moore nos podemos esperar un film de denuncia sensacionalista que esta vez pone el dedo en el ojo de Donald Trump para demostrar como un personaje de esa calaña logró llegar a la presidencia de Estados Unidos. Pero Moore no desaprovecha la ocasión para meterse con todo lo que no funciona en su país, desde el gobernador de Michigan que envenena a sus ciudadanos con agua contaminada, hasta el Partido Demócrata que es menos demócrata de lo que parece.
Porqué se ha de ver: Porque nos confirma lo que ya sabíamos, Donald Trump es un personaje deleznable y muy peligroso, (la comparación con el ascenso de Hitler que hace el film no es gratuita). Lástima que para hacer su denuncia Moore caiga de nuevo en los típicos excesos de su cine, con una apabullante presencia de él mismo en primer plano. Un curioso efecto colateral de este documental: por un momento, mientras lo ven, cambien los nombres de Donald Trump por los de  personajes muy próximos de nuestro contexto político y verán cómo les resultan cercanos y muy reconocibles algunos de los discursos y algunas de las situaciones.

Comandante Arian
He dejado para el final este documental de Alba Sotorra, espero que hayan tenido la paciencia de llegar hasta aquí porque para mí es la mejor película de las estrenadas esta semana.
De qué va: Retrato de la Comandante Arian, una mujer kurda que forma parte de las YPJ, las Unidades de Defensa de las Mujeres, un cuerpo militar formado exclusivamente por mujeres en el 2012 con el objetivo de combatir al Ejército Islámico y de transformar la sociedad patriarcal en la que viven.
Porqué se ha de ver: Para descubrir y admirar este cuerpo militar insólito que mantiene tres frentes de batalla importantísimos, el primero y más peligroso es el de la guerra propiamente dicha contra el EI en la que se combate y se muere; el segundo es también muy peligroso y sobre todo mucho más largo, es el de la lucha por un reconocimiento como seres humanos iguales en derechos y deberes en una sociedad patriarcal y muy religiosa que relega a las mujeres a un segundo plano; el tercero es el de un enfrentamiento con ellas mismas, con su educación, su pensamiento, su manera de entender el mundo que no les deja espacio para sentirse miembros de pleno derecho de la sociedad. Siguiendo a la comandante Arian en el asedio y conquista de la ciudad de Kobane en el norte de Siria, y sobre todo en la dolorosa recuperación de las múltiples heridas de bala que la alejan del frente, el documental consigue que entendamos un poco mejor que pasa y porque en ese castigado país. Un trabajo indispensable que se debería enseñar en las escuelas y que tendríamos que ver todos.

Oficina de infiltrados
Una de esas coincidencias curiosas y muy interesantes hizo que viera el documental de Alba Sotorra al mismo tiempo que seguía en Movistar una serie de espionaje francés que se llama Oficina de infiltrados y que desde aquí recomiendo con todo entusiasmo. Ambientada en los años más duros de la guerra en Siria, creo que es en la tercera temporada cuando sale un personaje que tiene mucho que ver con el documental de Alba Sotorra, una mujer militar kurda que ayuda a los franceses en Siria precisamente durante el asalto de Kobane. Pero lo más triste de esta coincidencia es descubrir en la ficción el cinismo de los que juegan con el valor de los hombres y mujeres que luchan en esa guerra entre medieval y del futuro, cuando desde los despachos políticos deciden que tal o cual ciudad, tal o cual enclave se abandona o se conquista por puros motivos geoestratégicos. Es una serie muy interesante desde el punto de vista político y muy distinta en su realización a las series americanas. Para entendernos, está más cerca de John Le Carré que de Homeland.

Arde Madrid
Estupenda serie de Paco León, de lo mejor que se puede ver en este momento en cualquier pantalla. Ambientada en los primeros años sesenta, en un Madrid donde Ava Gardner vive su juerga permanente y triste, el film entronca con la mejor tradición de la comedia española, la que viene de Berlanga, Azcona y Fernán Gómez, saltándose a Almodóvar y sus influencias. Clásica en su planteamiento, limpia en su realización, es sin embrago profundamente incorrecta en lo que cuenta al mostrar una España franquista donde la España oficial iba por un lado y la España real por otro. Paco León no necesita mucho más que un único escenario, del que se sale en pocas ocasiones, un grupo de actores perfectos en sus personajes y unos diálogos inteligentes y divertidos para construir una serie indispensable.


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