sábado, 25 de septiembre de 2021

CIELOS Y MARES DE SAN SEBASTIAN

 


Uno de los espectáculos de la ciudad de San Sebastián son sus cielos y sus mares. El cielo y el mar son el complemento perfecto al espectáculo que ofrecen las salas de cine del Festival donde me he reencontrado con las gentes, con el ambiente, casi, casi normal. Pero aun no, aun estamos sumergidos en la extrañeza. Aunque parezca que todo ha pasado, la huella de la COVID está ahí, presente. La mascarilla en todas partes, los aforos limitados, y especialmente la falta de ese otro lado tan necesario y tan importante en un festival, el de socializar con los demás en reuniones, celebraciones, fiestas, nos recuerdan que vivimos tiempos muy raros.

Pero vamos a lo importante, lo esencial de un festival: las películas. Este año he visto muchas, de todas las secciones. Cuando escribo esto no se saben aun los premios. La verdad es que no me importa mucho. Para mí, los premios son los que da cada espectador y cada crítico según sus gustos y sus deseos cumplidos. Y en ese sentido puedo dividir mis principales destellos de este San Sebastián en dos grandes grupos. Los destellos de los cielos españoles y los destellos de los cielos franceses, con alguna otra estrella fugaz que llegaba de otros cielos distintos. Muchas películas se estrenaran muy pronto y ya hablaré de ellas en profundidad cuando lleguen a las pantallas. Aquí y ahora, solo una líneas para recordarlas y para apuntarlas en el carnet de baile de los estrenos de las próximas semanas.


Cielos españoles

La abuela

Paco Plaza llega al festival por primera vez. Que una película de género, de terror en este caso, esté compitiendo en la sección oficial es una buena noticia. La abuela es puro Plaza mas unas gotas de Carlos Vermut, una combinación como mínimo curiosa. Un tanto por ciento de miedo, otro tanto por ciento de ensayo. Y en medio dos brujas y una doncella.

El buen patrón

León de Aranoa vuelve a San Sebastián veinte años después de ganar la Concha de Oro con Los lunes al sol. Su buen patrón, con Bardem al frente como lo estaba en los lunes, es la prueba de cómo han cambiado los tiempos. Se ha dicho que El buen patrón es el contra plano de Los lunes al sol, pero a mi me parece más el contra plano de Parásitos . El buen patrón con su humor, ironía y crueldad es una comedia negra más cerca de La Codorniz que de Berlanga. La belleza de esos polígonos horrendos de extrarradio de una pequeña ciudad es el escenario ideal para que reine la hipocresía y el oportunismo de este parásito mediocre y gris, este falso buen patrón que tiene el rostro camaleónico de Bardem, siempre buscando el equilibrio de sus balanzas, aunque sea con trampas.

Competencia Oficial

Gastón Duprat y Mariano Cohn son dos directores argentinos, especialistas en un tipo de comedia centrado en los personajes. En este caso, tres: la directora Lola Cuevas, una desmadrada pero adorable Penélope Cruz; Félix Rivero, el superficial actor de Hollywod, estrella del cine comercial, al que Banderas aporta todo su encanto; y el intelectual y muy pedante, incluso insufrible, Iván Torres, un personaje al que Oscar Martínez llena de humanidad. Los tres están encerrados en un decorado fantástico donde ensayan para una película. Estos ensayos harán aflorar las contradicciones, las envidias, los recelos de sus competencia en un film lleno de humor, entretenido, divertido y muy lúcido sobre el mundo del cine visto desde dentro.

Distancia de rescate

Claudia Llosa en estado puro. Claudia Llosa sumada a Samanta Schweblin, una novelista que parece haber escrito una novela para ella. En medio de paisaje tan idílico como peligroso, dos mujeres, Carola y Amanda, es decir Dolores Fonzi y María Valverde encarnan dos maneras de entender la maternidad tóxica. Un misterio que iremos descubriendo poco a poco en un relato fantasmagórico que nos pide fijarnos en los detalles, porque son los detalles los que cuentan. Envolvente y fascinante.

Las leyes de la frontera

Daniel Monzón sigue revisando, o reformulando los géneros. En este caos el cine quinqui de los setenta a partir de un relato de Javier Cercas ambientado en la Girona de 1978. Unas localizaciones únicas, una ambientación cuidada y unos actores perfectos en sus papeles son los tres pilares para que esta historia de amor y de amistad, este triangulo romántico y quinqui funcione como un western urbano. Cine de acción setentero, homenaje a un género con ecos de ahora mismo.

Quien lo impide

Jonás Trueba se sumerge en la adolescencia de ahora mismo, en definitiva muy parecida a la adolescencia de cualquier tiempo, con un experimento fascinante de cuatro horas divididas en tres partes. No es un documental aunque todos los que aparecen son reales y lo que les pasa es de verdad; no es una ficción aunque hay un fragmento que lo sugiere; no es un ensayo sobre el qué y el cómo. Nadie le impide a Jonás y a estos chicos dejarse llevar por el relato a lo largo de cinco años, los que van de un 2016 en plena crisis económica, a un 2021 en plena crisis de pandemia. En este momento en que es fácil criminalizar a los jóvenes, o como mínimo etiquetarlos, el film de Trueba nos da argumentos para intentar entenderlos, aprender de ellos y dejar que ellos aprendan de nosotros. Para mi uno de los mejores destellos de estos cielos donostiarras.

 


Cielos franceses

Arthur Rambo

Laurent Cantet nació cinematográficamente en San Sebastián cuando ganó el Premio Nuevos Directores en 1999 con Recursos humanos. Ahora, más de veinte años después, ha vuelto a la competición con un film que se llama Arthur Rambo, una mezcla de la provocación intelectual del poeta francés y la violencia del personaje de Hollywood. Arthur Rambo es el pseudónimo de un escritor magrebí que está triunfando con una novela basada en la historia de su madre. Pero Karim D, tiene un Mr Hyde en forma de Arthur Rambo, un twitero compulsivo capaz de decir las más espantosas vilezas. Xenófobo, racista, machista, antisemita, Arthur Rambo lo tiene todo. Cuando se descubre que Rambo es Karim, se desata sobre él una tormenta perfecta de contradicciones que van desde la hipócrita actitud de sus editores y amigos, hasta la toma de conciencia de lo que sus twits han provocado entre la gente que se los ha creído de verdad. Una película imprescindible por muchos motivos.

Benedetta

Cine de monjas, cine de época, cine de humor y de provocación, Paul Verhoeven está en su mejor momento en esta deliciosa y erótica historia basada en el proceso a la monja Benedetta a finales del siglo XVI, quizás el primer proceso centrado en el lesbianismo que ha habido en la historia. Benedetta con sus visiones y sus estigmas, su poder de seducción y manipulació, es Virginie Efira, una actriz de belleza exuberante y mucho sentido del humor que nunca pierde de vista que lo importante es creer en lo que estás haciendo. Como Benedetta.

La Croisade

La cruzada de los niños es la excusa que encuentra Louis Garrel para hacer esta segunda entrega de las aventuras de Abel y Marianne con su hijo Joseph. En este caso, Joseph y sus amigos están dispuestos a salvar el planeta en una nueva cruzada de los niños. Y para hacerlo no dudan en tomar medidas muy drásticas. Fábula moral más que otra cosa, Un pequeño plan… como salvar el planeta es un cuento lleno d encanto, un recordatorio de las muchas cosas que aún nos quedan por hacer.

Petite maman

Lo que más me ha gustado del festival. Un film delicioso, un cuento que visualiza un deseo que yo al menos, he tenido alguna vez: como sería encontrarse con tu madre siendo niñas las dos. Céline Sciamma lo cuenta en una hora y diez minutos, con la colaboración de dos niñas maravillosas, madre e hija a los ocho años, en un bosque fantástico y una casita de chocolate. Sensible, emocionante y divertida, Petite maman es un film que se te queda dentro.

Un monde

Esta película pequeña es de la directora belga Laura Wandel. Pequeña no solo por sus dimensiones, pequeña porque trata de dos hermanos pequeños en sus primeros días en el colegio. El acoso escolar está presente en ese patio de la escuela que es un mundo donde se reproducen todas las cosas buenas y malas de la vida. Sin perder jamás el punto de vista de la niña, con la cámara siempre a su altura y los adultos cortados por la mitad, Un monde es uno de los más hermosos y duros films sobre la infancia y lo complicado que es aprender a vivir y entender los porqués de ciertos comportamientos adultos. Sin olvidarnos de la crueldad ingenua pero dolorosa de los niños con los otros niños. Es preciosa, una pequeña joya

 


Otros cielos

Drive My car y La ruleta de la fortuna

Dos películas del mismo director, el japonés Ryûsuke Hamaguchi.

Drive My car es un film de tres horas que se pasan volando. La historia necesita ese tiempo para desplegarse en toda su grandeza. El protagonista es un actor y director de teatro que tras perder a su mujer, ensaya la obra de teatro Tío Vania de Chejov, con la particularidad de que los actores hablan cada uno en un idioma, incluso hay un personaje que habla en la lengua de los sordomudos. Y se entienden y se comunican y la obra fluye y funciona como fluye y funciona el dolor de Yusuke Kafuku y como fluye y funciona la relación con uno de los actores dentro y fuera de la escena. Drive My car, basado en un relato corto de Murakami es uno de esos extraños films que te invitan a caminar a su lado. Una prueba de que un cuento puede dar para una película de tres horas y de que el tiempo es algo profundamente elástico.

La ruleta de la fortuna  juega con tres cuentos cortos unidos por el azar y las coincidencias. El primero es un triángulo azaroso e involuntario entre un hombre y dos mujeres; el segundo es un intento de acoso desde un punto de vista muy poco convencional; el tercero, el mejor, cuenta el encuentro fortuito e inesperado entre dos desconocidas que se confunden y a pesar de eso consiguen establecer una relación de complicidad. Mentiras y engaños, azar y fortuna, en tres historias perfectas.

Red Rocket

Sean Baker, el director de The Florida Project vuelve a hacer una película  luminosa, de colores fuertes, en un ambiente de ruina industrial en la Texas de la era de Trump. Una ruina muy en consonancia con la del personaje central, un actor porno en horas bajas que vuelve a su ciudad para recuperarse de una mala racha. Todo allí es feo y hermoso, como Mickey, un tramposo y un manipulador que encuentra en la insinuante Strawberry un sueño hecho realidad, una fantasía imaginada en una tienda de Donuts. Red Rocket no te deja indiferente y se pega a la piel y al paladar como un buen donut.

 


MAIXABEL

En la magnífica serie documental de Jon Sistiaga Eta, el final del silencio, uno de los momentos más impresionantes es el encuentro en un restaurante de Maixabel Lasa con Ibón Etxezarreta. Esa no era la primera vez que se veían cara a cara la viuda de Juan Mari Jáuregui y el etarra arrepentido que formó parte del comando que lo asesinó de un tiro en la nuca en julio del año 2000. Maixabel, la nueva película de Icíar Bollaín que se ha estrenado esta semana después de pasar por el Festival de San Sebastián, cuenta cómo y porqué Maixabel aceptó encontrarse con los asesinos de su compañero y cómo este encuentro sirvió para cerrar sus heridas. El guión de Icíar, escrito en colaboración con Isa Campo, empieza con una rápida sucesión de escenas que resumen diez años desde el asesinato a sangre fría en un bar de Tolosa del concejal socialista Juan Mari Jáuregui, como reciben la noticia su mujer y su hija, en paralelo a la celebración del comando por haber tenido éxito en su crimen, la detención del comando, el juicio donde cruzan por primera vez la mirada con Maixabel, y la larga condena en la cárcel, mientras ella y su hija intentan seguir adelante con sus vidas. Y así llegamos al año 2011 donde realmente empieza la película. Once años después de la muerte de Juan Mari, dos de sus asesinos están arrepentidos de la lucha, avergonzados de su vida y sus actos y aceptan, primero Luis Carrasco y un poco más tarde Ibón Etxezarreta, encontrarse frente a frente con ella en el marco de lo que se llamaron los Encuentros de Restauración. Las entrevistas ente Maixabel con Luis Carrasco y con Ibón Etxezarreta, son el núcleo central del film. Los silencios, el miedo, las confesiones, de esos encuentros entre Blanca Portillo en su encarnación de Maixabel, Urko Olazabal en el personaje de Luis Carrasco, y Luis Tosar como Ibón Etxezarreta, están llenos de tensión y de emoción. Sin caer nunca ni en el sentimentalismo ni en el mensaje fácil o la condena más obvia, Icíar pone las herramientas del cine al servicio de esta historia, basada en hechos y personajes no solo reales sino presentes en el rodaje. Maixabel es una película sobria y respetuosa, oportuna y necesaria en unos tiempos en los que mucha gente parece haber olvidado lo que fue ETA y la banalidad del mal que causaron con una lucha estéril que ha dejado por el camino un reguero de violencia y de vidas perdidas.

El regalo de esta semana son flores de Ramon para Maixabel, Icíar, Isa y Blanca.



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