sábado, 8 de octubre de 2022

ESTO TAMBIÉN PASARÁ

 


Las de la última fila, Daniel Sánchez Arévalo Netflix

La serie de Daniel Sánchez Arévalo Las de la última fila se acaba con esta frase tan contundente “Esto también pasará”. Es una frase definitiva, de las que quedan. Es una frase que redimensiona toda la serie y le da un aliento de esperanza. Es una frase que he decidido incorporar a la vida diaria para superar los escollos, personales, colectivos, imaginarios o reales, con los que nos enfrentamos cada día. “Esto también pasará.”

Daniel Sánchez Arévalo ha demostrado a lo largo de una filmografía corta en largos, cinco en 15 años, pero larga en cortos, 24 si no me he descontado desde el primero de 1999 hasta el último de este mismo año, que es uno de los mejores contadores de historias generacionales. (Por cierto, ¿para cuándo un ciclo en alguna Filmoteca dedicado a los cortos de Sánchez Arévalo, quizás el director español que mejor ha entendido lo que significa contar una historia corta?) Sus personajes han crecido con él, se han ido construyendo ante su cámara. Suelen ser personajes masculinos, tratados con una cercanía y una ternura casi femenina. En la combinación de estos tres elementos: saber contar historias, dominio del relato corto y ternura, creo que está el secreto de Las de la última fila, su primera incursión en el terreno de las series. Sin olvidarnos de que ya en su novela La isla de Alice, Sánchez Arévalo se atrevía a meterse en la cabeza de una mujer y en un entramado de secretos. Con la serie, va un paso más allá y se mete, literalmente, en la cabeza rapada de cinco amigas treintañeras durante un pequeño viaje liberador a una playa del sur. Las cinco se conocen desde el colegio, las cinco son distintas, las cinco comparten un secreto, las cinco saben que esto también pasará, pero es importante que estén juntas. Y sobre todo, es importante que sean capaces de enfrentarse a sí mismas a través de los retos que se han planteado durante ese paréntesis en sus vidas. Es evidente que sin la complicidad de sus actrices: Itsaso AranaMónica MirandaMaría Rodríguez SotoMariona TerésGodeliv Van den Brand, la serie no habría existido. Desde el primer plano en el que las vemos rapándose el pelo, sabemos que han establecido entre ellas y el director un pacto de absoluta confianza, pero también entre ellas como colectivo, entre ellas como individuos. Pero esto, que ya es mucho, no sería suficiente para hacer de esta serie algo, además, innovador. En un balance equilibrado entre la risa y el llanto, en un equilibrio entre lo que hacen y lo que piensan, en un estar siempre en presente, en futuro y en pasado, los seis capítulos de la serie nos van dejando ver como estas mujeres crecen y se liberan de pesadas cargas. Las incursiones en su pasado nunca se plantean como clásicos flashbacks, sino como párrafos del mismo relato; las conversaciones con los personajes que no están presentes se hacen  visibles no en forma de fantasmas, sino de realidades integradas. Y los personajes que sí están presentes; un excelente Javier Rey, una divertida Macarena García o una arisca Michelle Jenner, son el contrapunto perfecto de las conversaciones que sin censuras surgen entre ellas. Y a eso hay que añadir una banda sonora que acompaña, ilustra, ilumina el relato. Todo ello en el paisaje lleno de sol de esa playa gaditana, escenario ideal para que las figuras en el cuadro se vayan dibujando. Creo que queda claro que me ha gustado mucho esta serie de Netflix en la que se demuestra que también hay hombre capaces de entender el mundo femenino. Basta con saber escuchar, con saber mirar, con no juzgar y con tener buenas consejeras (Daniel confiesa tenerlas) para que el resultado sea un producto, aparentemente igual a muchos, pero profundamente distinto. ¡Y además, las cinco están muy guapas con el pelo rapado!

 


Tres nits fora de casa, Marta Romagosa

La serie de Sánchez Arévalo me ha recordado Tres nits fora de casa de Marta Romagosa, una novela que leí este verano gracias a la recomendación de un buen amigo. Aquí también hay un grupo de cuatro amigas que se conocen desde pequeñas y también se encuentran cada verano. Pero la manera de acercarse a ellas es muy distinta. Romagosa las mira en conjunto y una a una por separado, de esta manera va conformando una figura nueva que surge de los relatos no enfrentados sino complementarios de las cuatro. Lo que si comparten estas cenas liberadoras fuera de casa, con las chicas de la última fila, es la sensación de poder hablar de todo sin miedos, sin engaños, sin vergüenzas. Y ahí si se nota que Marta es una mujer hablando de mujeres que son ella misma o que conoce muy bien. Porque no necesita quererlas (aunque las quiere) no necesita explicarlas (aunque las explica), le basta con exponerlas para tener un alto grado de verdad. Tres nits fora de casa en una novela con la que se podrán sentir identificadas muchas mujeres entre los 30 y los 50 años. Esos 50 años que hasta hace muy poco eran el símbolo del final de todo y que, gracias a la batalla de muchas mujeres, y de muchos hombres también, han dejado de ser un The End para ser un Beginning, es decir el principio de una nueva vida. La menopausia ha dejado de ser un escollo insalvable para disfrutar de la vida. Aunque ese tema aun está lejos de las chicas de la última fila que antes deben enfrentarse a un problema mucho más cercano.

 


El regalo de esta semana, repartido a lo largo del texto, son cinco chicas de Ramon dedicadas a las cinco chicas de Dani y a las cuatro de Marta.

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