sábado, 18 de enero de 2025

UN LIBRO, UNA OREJA

 

Esta semana que acaba con la muerte inesperada y casi inaceptable de David Lynch, aprovecho para hablar de un libro en el que he colaborado y rescatar una serie que me ha gustado.

 


El libro: Clásicas, modernas y extrañas. Historias feministas del cine. Colección Nosferatu

Elisa McCausland y Diego Salgado me pidieron el año pasado colaborar en un libro colectivo que iban a coordinar ellos. Se trataba de hacer una relectura de la presencia de las mujeres en la historia del cine, pero no desde un punto de vista ni historicista, ni académico. Ni siquiera cinéfilo. Para conseguir este objetivo, hacer un libro ecléctico pero riguroso, diverso pero con un eje central, contaron con diez colaboradores que, junto con ellos, escribimos los doce capítulos que lo componen. A mí me encargaron el primero, el que abre el libro. Toda una responsabilidad. Bajo el título de Las autoras polimorfas del cine mudo, se encuadraban las pioneras que en una época en la que el cine no era una industria ni una cultura, un tiempo en el que hacer películas era una aventura tanto física como del pensamiento, estas mujeres tuvieron un enorme protagonismo en las creación de los fundamentos de un lenguaje y un arte. He pensado mucho en estas pioneras viendo los devastadores incendios de Los Ángeles que han devorado una buena parte de la fábrica de los sueños que ellas contribuyeron a crear. Estos incendios son terribles no solo por la pérdida de casas, bosques y vidas, lo son, al menos para mí, porque de alguna manera destruyen un legado de imaginación, destruyen la idea de un cine que alimentó el imaginario de la gente desde hace mas de cien años. No sé que habrían sentido Alice Guy o Lois Weber viendo como su querido Hollywood ardía sin piedad. 


Pero bueno, vuelvo al libro coordinado por Elisa y Diego, Clásicas, modernas y extrañas. Estructurado en tres partes, cada una de ellas consta de cuatro capítulos en los que se avanza de forma transversal en el tiempo. En Clásicas, tras las pioneras, aparecen las estrellas como autoras en el cine clásico, y las técnicas, montadoras y otros oficios, como parte fundamental de la formación de un lenguaje. Casa, ciudad, paisaje es un texto sugerente que sitúa la mirada femenina como urbana en el cine de los años cuarenta y cincuenta. Modernas abarca los años sesenta a ochenta con aproximaciones desde el cine de autor y el cine de estudio. En este grupo de artículos el más interesante es el que escribe Elisa Mc Causland sobre Madres e hijas, un tema que daría para hacer una tesis doctoral; y la reivindicación del cine comercial que hace Elsa Fernández-Santos. Extrañas era el fragmento más complicado ¿Qué es ser extraña? A esto intentan dar respuesta los cuatro capítulos entre los que me ha gustado mucho el escrito por Desirée de Fez sobre la lo que ella llama Las edades de frontera, la adolescencia y la tercera edad. Pero si hay un texto realmente innovador y revelador, es el que cierra el libro, Ríos de sangre en el ojo del huracán, escrito por Diego Salgado donde, desde una perspectiva en los márgenes, traza una completa contrahistoria, en la que recoge todas aquellas creadoras, autoras, o simplemente outsiders, que desde el cine más marginal, el weird, el trash y el underground, sin tener en cuenta la industria o la crítica y sin necesidad de nadie, hicieron un cine completamente desprejuiciado. Estas contra autoras, presentes desde el cine mudo hasta ahora mismo, querían ganarse la vida haciendo lo que les gustaba sin aceptar ningún control, Para mí este artículo ha sido una auténtica sorpresa en el que he reconocido algunos nombres, pero he descubierto muchos otros. Y me ha encantado ver que el espíritu que impulsaba a las pioneras, de alguna manera sigue vivo en estas mujeres, las más olvidadas de las olvidadas. 


La serie: The Listeners. Filmin

The Listeners es una serie extraña (no es clásica, ni moderna) solo extraña. Está dirigida en sus cinco episodios por Janicza Bravo, un nombre habitual en las series; el guión es de Jordan Tannahill sobre su propia novela y está protagonizada por Rebeca Hall. The Listeners significa literalmente Los que oyen. Pero ¿qué oyen estos oyentes? Oyen un zumbido, lo que ellos llaman The Hum. Es un leve sonido que solo captan algunas personas. Como los misteriosos acufenos que nadie sabe explicar que son. Me imagino que el novelista y guionista debe tener acufenos y ha escrito esta novela que roza el horror como exorcismo contra ellos. Igual que a los que oyen estos ruidos permanentemente, los médicos son incapaces de darle una explicación a Claire de que es lo que oye y la perturba tanto. Este es el planteamiento de la serie, un misterioso ruido, una mujer que poco a poco se va desequilibrando, y una sombría comunidad de listeners en la que Claire encuentra refugio. No es una serie redonda, y como tantas otras, no saben acabarla bien. En todo caso no la saben acabar a la altura de la propuesta inicial. Pero vale la pena verla para intentar entender lo que les pasa y lo que viven los auténticos y reales listeners: todas las personas que padecen acufenos.

 

(una imagen lynchiana del propio Lynch)

La oreja de David Lynch

Nos ha cogido por sorpresa a casi todos. Lynch ha muerto. Pero ¿puede morir alguien como David Lynch? Yo creo que no. Puede desaparecer el cuerpo Lynch, pero el mundo Lynch, lo lynchiano, su universo hecho de girones de azul, no desaparecerá, como no ha desaparecido lo fordiano, del John Ford al que Lynch prestó su cuerpo en una última aparición memorable. Lynch siempre me gustó. Aun recuerdo las peleas siempre estimulantes, pero peleas al fin y al cabo, con José Luis Guarner por su postura frente a Terciopelo azul. De Lynch he escrito mucho, en distintos formatos y espacios, pero de lo que estoy más contenta es de un texto que reproduje en el blog hace años. Se trata de un texto que escribí en el 2006 para un libro colectivo que se llamaba Universo Lynch. El texto seguía su trayectoria (hasta ese momento) tirando de un invisible hilo azul que unía todas sus películas. Ahora que el Lynch cuerpo ha muerto, recuperar el Lynch azul de su cine puede ser un pequeño consuelo. Si alguien tiene ganas y tiempo de buscar El invisible hilo azul de David Lynch está en la entrada del 12 de junio del 2021.

El regalo de esta semana es una oreja lynchiana, una oreja que escucha.



 

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