Una película india, un
documental fundamental de la historia del cine, una exposición interesante.
Estas son las tres propuestas de esta semana lluviosa y rara.
Secretos de un crimen, Shandhya Suri
“Uno no sabe el
significado de la palabra different hasta que ha conocido
India, país que parece habitar varios siglos a la vez”, escribía John Carlin en
La Vanguardia del domingo pasado donde explicaba: “En India, los ricos son muy,
muy ricos y los pobres son muy, muy pobres. Lo seguirán siendo. Se calcula que
en el 2047 el país habrá dado el salto de nación en desarrollo a nación
desarrollada, que la mitad de la población será considerada clase media. Bien.
Pero aún quedarán –y para rato– más de 700 millones de personas viviendo en la
más escuálida miseria… ¿Estallido social? La cultura india propaga las virtudes
de la resignación y acepta como normal una jerarquía social brutalmente
demarcada en la que un enorme porcentaje de la población se comporta ante los
afortunados con la más abyecta sumisión… Los hombres valen más que las mujeres
y punto. Solo hay que ver las motos que pululan por las calles para
constatarlo. El conductor, siempre un hombre, lleva casco. La pasajera, no. Los
niños pequeños, tampoco: uno de los varios motivos por los que nunca me
atrevería a conducir en India.” Estas líneas son la mejor explicación de lo que
pasa en esta interesante película india, dirigida por una mujer anglo-india que
proviene del documental. En la entrada del 25 de mayo del 2019, hablaba de una serie
india, Delhi crime, que se puede ver
en Netflix. He pensado en ella viendo Secretos
de un crimen o Santosh, su título
original, nombre de la protagonista. Una de las anomalías de la India es que,
gracias a un programa de integración laboral, las mujeres pueden heredar el
empleo de sus maridos cuando mueren. Es lo que le pasa a Santosh. Cuando su
esposo, inspector de policía, muere en unos altercados, hereda ese puesto sin
tener ni idea de donde se mete. Sin imaginar que lo primero que tendrá que
investigar es la muerte y violación de una joven de casta inferior que ha
aparecido en un pozo. Una investigación que la llevará a descubrir la
corrupción de la policía y de buena parte del gobierno, en un país que responde
plenamente a lo que John Carlin explicaba en su artículo. “Hay dos clases de
intocables en este país, los que la gente no quiere tocar y los que no se
pueden tocar”, le dice su superiora a Santosh. Lo mejor de todo es que la faceta
documentalista de Shandhya Suri hace que todo sea verosímil y funcione en este
film absorbente como los mejores thrillers.
¡Lumière!
La aventura continua, Thierry Frémaux
En octubre del 2017, mal mes y
mal año para recordar, se estrenó un film maravilloso. Se llamaba ¡Lumière! Comienza la aventura. Era
realmente una aventura sumergirse en las historias rescatadas y restauradas por
el Instituto Lumière de Lyon en un documento (no un documental) fundamental
para entender el cine. Ocho años después, Thierry Frèmaux, director del
Instituto y del Festival de Cannes, nos regala una segunda parte ¡Lumière! La aventura continua. Frèmaux aparece como director,
pero en realidad su trabajo fundamental ha sido el de montar un centenar de
nuevos films de los Hermanos Lumière y narrar su historia como si fueran Las mil y una películas. Es apasionante
descubrir que en los orígenes del cine, ya estaba todo ahí. Solo había que
desarrollarlo. La ficción, el documental, la imaginación, la memoria y los
elementos del lenguaje: planos cortos, planos largos, elipsis, todo en ¡un
minuto! Ver estos pequeños relatos de la historia es sumergirte en un sueño de
cine, es descubrir el origen, disfrutar con la ingenuidad y la pasión y darse
cuenta de que hoy, 130 años más tarde, todavía estamos en deuda con estos
cineastas y todos los camarógrafos que lanzaron al mundo para dejar constancia
de que había nacido EL CINE. En la entrada del 25 de octubre del 2017 hablaba
de la primera entrega de este precioso recorrido por el nacimiento del cine y
decía: “Ver estas pequeñas joyas en un blanco y negro perfecto, nos permite
disfrutar a muchos niveles. Para mí el primero ha sido el del placer de ver la
vida discurrir ante los ojos. Pero hay más sorpresas. Como la de acabar con el
tópico de que los Lumière filmaban la realidad y Méliès filmaba la fantasía. No
es cierto. Estos film demuestras que los que filmaban estos cortos eran ya
directores de cine. Sabían dónde poner la cámara, como iluminar para conseguir
un efecto dramático, buscaban el encuadre justo y lo que es más importante,
tenían una puesta en escena muy elaborada con una clara dirección de actores.
Es decir, hacían CINE, con mayúsculas y hacían ficciones sobre la realidad.
Poesía y belleza, risas y dramas, todo aparece en esta película-río-historia
que Frémaux va narrando con humor y con inteligencia, mostrándonos como un
detective los detalles que se escapan a un simple espectador.” No se las
pierdan.
(aprovecho para recordar el
film de Javier Rebollo En la alcoba del
sultán protagonizado por uno de los operadores más famosos de los Hermanos
Lumière. Y también recordar que ¡Lumière!
Comienza la aventura, se puede ver en Filmin).
Exposición
Maya Deren. Museu Etnológic i de Cultures del món. Barcelona
Desde el 27 de febrero y hasta
el 7 de septiembre, se puede ver Barcelona en la sala de la calle Montcada del
Museu Etnológic i de Cultures del món, una exposición sobre la obra de Maya
Deren, una de las figuras fundamentales para entender el cine experimental y
underground norteamericano de los años cuarenta. Maya Deren era muchas cosas:
cineasta, escritora, bailarina, poeta. La de antropóloga es quizás su faceta
menos conocida y es la que justifica que esta exposición se presente en un
Museo Etnológico y no en un centro de arte o la Filmoteca. Todo su cine es una
indagación sobre el comportamiento humano, sobre el movimiento, era bailarina y
modelo y sabía apreciar el lenguaje del cuerpo. La exposición permite ver
algunos de sus trabajos completos pero sobre todo pone el acento en el proyecto
que hizo en Haití, sobre el mundo del vudú. En este sentido es muy interesante
la última parte de la exposición en la que se muestra la relación de su trabajo
con la obra literaria de dos escritores Alejo Carpentier y Edwidge Danticat y
un cineasta contemporáneo a Maya Deren, con el que sin duda tiene muchos
elementos de contacto, Jacques Tourneur, autor de Yo anduve con un zombie, Cat People
y Leopard Man. Maya Deren es una de
aquellas figuras semi olvidadas de la historia que merece ser recuperada.
Porque el presente se escribe conociendo el pasado.
En Filmin, el baúl de los
tesoros escondidos, hay un documental de 31 minutos llamado Maya Deren, Toma Cero del que se dice en
la presentación: “Este documental es un diálogo entre, por un lado, las
películas y grabaciones de voz de la cineasta Maya Deren (1917-1961) y, por
otro, personajes del mundo del celuloide y de la antropología que la conocieron
directamente. Incluye entrevistas con Jean Rouch, Jonas Mekas, Alexander
Hammid, Graeme Ferguson, Cecile Starr, Herbert Passin y Robert Gardner, así
como imágenes del film inacabado Witch's Craddle (en colaboración con Marcel
Duchamp).” Es un excelente complemento a la exposición.
El regalo de esta semana es un dibujo que no se si tiene que ver con nada, pero creo que un poco con Maya Deren y otro poco con la India.
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