(la cupula del Sony Center, el Berlin del futuro)
Dos de las peliculas de competicion de hoy son la prueba de como una misma historia puede dar resultados completamente distintos. Las dos arrancan igual, las dos tienen personajes paralelos, pero las dos son productos completamente opuestos.
La historia: un hombre sale de la carcel tras haber pasado varios anos en prision. Un guardia le recomienda aprovechar la ocasion de rehacer su vida y no volver nunca mas a ser condenado. El hombre busca una habitacion donde quedarse, encuentra una mujer que le ayuda, pero la vida no le permite seguir el camino correcto. Misma historia, mismos personajes y sin embargo, The Robber, el film austriaco de Benjamin Heisenberg es un drama terrible y en cambio la pelicula noruega, En ganske snill mann, de Hans Peter Moland ,es una comedia negra delirante y surrealista. Por fin se han oido risas en la Berlinale. Hasta ahora todo eran dramas terribles, con excepcion de la pelicula china de la inauguracion. Moland ha logrado romper este circulo con un personaje, Ulrik, capaz de conmovernos con su penosa incorporacion a la vida. Mientras Johann, el protagonista del film austriaco, tiene una pulsion destructiva que le lleva a robar una y otra vez distintos bancos, negarse la posibilidad del amor y acabar asesinando tontamente a un posible amigo, Ulrik logra sacarse de encima las presiones que le conducen a volver a reincidir y sin perder el humor, encontrar su lugar en el mundo. El cine tiene esa virtud, las historias son las mismas, las peliculas no.
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Ha llegado a Berlin el equipo de Nacidas para sufrir. Manana es su gran dia.
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