sábado, 26 de mayo de 2012

ELS NENS SALVATGES



( paseando por el puente Mühlberg)
Tres apuntes acerca de Els nens salvatges de Patricia Ferreira que acaba de estrenarse.
1.
Alex, Gabi y Oki no son en realidad unos niños salvajes. Ni siquiera son unos adolescentes marginados, de familias desestructuradas y abocados a la delincuencia. No, Alex, Gabi y Oki son tres adolescentes que simplemente no soportan el mundo en el que les estamos haciendo vivir. Hace casi sesenta años, Jim, Judy y Platón, también sufrieron este mismo mal. Ni ellos eran unos rebeldes sin causa, ni estos son unos niños salvajes. Eran, y son, seres sensibles que se dan cuenta de que esta sociedad está mal, no funciona, hace daño. Son personajes casi Románticos, condenados al suicidio, a la huida. La mediocridad de su ambiente, la falta de horizontes, la indiferencia que les rodea, es algo insoportable. Hacerse adulto es aprender a convivir con esta mediocridad y esta indiferencia. No siempre se consigue sin hacer sacrificios. Como el que hacen Alex, Gabi y Oki; como el que hacia que Platón muriera para que Judy y Jim pudieran seguir viviendo.
2.
Nunca había visto Barcelona como en esta película. Hay alguien que se ha preocupado de buscar rincones desconocidos y sorprendentes. Lugares cargados de misterio, casi de ciencia ficción. El puente Mühlberg en el Parque del Guinardo bajo el Carmelo; la playa del Besos en su desembocadura; espacios magníficos que escapan a las convenciones urbanas y visuales de la Barcelona de postal que tanto les gusta a los directores que vienen a rodar en nuestra ciudad. La Barcelona de Els nens salvatges, es una ciudad habitada, no una ciudad congelada.
3.
Patricia Ferreira es madrileña. Pero ha rodado en Barcelona y en catalán, Es estupendo que se produzcan estas mezclas, que haya vasos comunicantes entre la gente que hace cine (y si es posible entre todos los demás). Pero lo que me llama la atención es que esta película, hablada en catalán,  filmada en Barcelona, es, sin embargo, muy madrileña. Y lo es y esa es su principal gracia, porque la mirada de quién la está haciendo se deja notar, en el estilo, la forma de narrar, los encuadres, el ritmo. Cuando me di cuenta de esto me vino a la memoria un caso contrario: el de Cesc Gay que rueda en castellano (En la ciudad) una película que es profundamente barcelonesa desde el primero hasta el último fotograma.  Esto me confirma en la idea de que no es el idioma el que determina una cultura. La cultura se manifiesta de forma mucho mas sutil,  oculta, transversal.  Por eso celebro que Els nens salvatges sea una película en catalán que ha hecho una mujer madrileña. 

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