Buena semana con tres estrenos muy apetecibles. Uno era de esperar, los otros dos han sido sorpresa.
Hit Man: Asesino por casualidad,
Richard Linklater
Estamos, o estoy, más
acostumbrada a ver películas de Linklater que tratan del paso del tiempo. El
tiempo es el cuerpo principal de su obra. Pero Linklater es un director
imprevisible y a veces nos sorprende con un documental inesperado o con un film
de animación o con una película juguetona. Hit
Man, el film que clausuró el último BCN Film Fest forma parte de este grupo
de películas. Que sea juguetona no quiere decir que sea banal o superficial o
comercial, quiere decir eso, una película donde todo el mundo se divierte con
un cierto grado de amoralidad y de ironía contagiosa. A mí me ha divertido
mucho esta comedia negra y romántica sobre un profesor de filosofía en una
Universidad de Nueva Orleans aficionado a la tecnología. Cuando conocemos a
Gary, está dando una clase a sus adormilados alumnos en la que les recomienda
arriesgarse en la vida. Cosa que él no hace mucho. Gary vive con dos gatos,
conduce un coche utilitario y no destaca en nada. Claro que sus aburridos alumnos
no saben que Gary en sus ratos libres colabora con la policía en trabajos de
escucha. Todo muy confortable en realidad. Pero un día, Gary tiene que dejar su
acogedor rincón en la camioneta camuflada para hacerse pasar por un asesino a
sueldo, un Hit Man. Y aquí nuestro héroe descubre que le gusta mucho
disfrazarse como si fuera un Mortadelo cualquiera y le encanta conocer a sus
futuras víctimas-clientes deseosas de deshacerse de algún indeseable en sus
vidas. Gary es feliz hasta que… y no cuento más porque lo que sucede después de
hasta que… es el segundo y tercer acto de este film que va dando giros sin
dejarnos prever lo que pasará al final. Juguetona sin duda.
Paradise is Burning, de Mika Gustafson
Esta primera película sueca no
es juguetona, pero sí es muy interesante. Cuenta, como si fuera un cuento, la
historia de tres hermanas, tres mujercitas sin mamá de 16, 12 y 7 años. Se
llaman Laura, Mila y Steffi. Viven solas en una casa de un suburbio de
Estocolmo. Su madre las ha abandonado, el padre no existe. Pero ellas no los
necesitan, entre las tres se organizan y se cuidan. Tienen una red de amigas en
las que apoyarse en el barrio y una vecina que les vende o les da cosas de vez
en cuando. Este paraíso está a punto de arder cuando los Servicios Sociales
anuncian una visita a la casa para hablar con la madre de las niñas. Laura, la
única que sabe el peligro se cierne sobre ellas, decide encontrar una
madre sustituta. Y así conoce a Hanna y, sin saberlo, abre la puerta de la
madurez. Paradise… no es nunca un
film oscuro ni dramático, ni victimista. El tema daba para serlo, pero Mika
Gustafson ha preferido contar un cuento de la memoria (la suya, la de sus
amigos, la del barrio) antes que hacer una película de denuncia sobre niños que
viven solos. Lo mejor de todo son las tres hermanas, tan distintas y al mismo
tiempo tan creíbles en esta fábula sobre el hecho de crecer. Porque el paraíso
que arde es también el de sus vidas en proceso de cambio: hacia el mundo adulto
en el caso de Laura, hacia la adolescencia en la curiosa Mila y hacia el fin de
la infancia en la pequeña Steffi. Arderá el paraíso pero de sus cenizas nacerá
una solidaridad y una complicidad que durará toda la vida.
Los peores, Lise Akoka y Romane Gueret
Tampoco podemos decir que este
film francés sea juguetón. Más bien al contrario. Pero, igual que Paradise…, es muy interesante. De
entrada por su planteamiento, es una película que narra el rodaje de una
película. Pero no cualquier película. Se trata de un film de quinquis
contemporáneos. Digo lo de quinquis porque las dificultades que se encuentra el
director con los vecinos de la barriada Picasso, en el suburbio francés de
Boulogne-Sur-Mer, se parecen mucho a los que tuvo que sortear José Antonio de
la Loma cuando rodó Perros callejeros
en la Mina. Nadie quiere que se vea en una pantalla lo peor del barrio y menos protagonizado
por los perores del barrio: una chica con mala fama, un chico conflictivo y un
niño violento. Con ellos, más una seria y callada niña que es testigo de todo,
el director del film en la ficción construye una historia en la que la chica
está embarazada del chico y el niño es su hermano pequeño. La ficción de la
ficción, la realidad de la ficción y la realidad de la realidad (que el espectador
suple en su memoria de la vida de barrio), dialogan entre si todo el tiempo en
una narración fluida con algunos momentos muy duros. Particularmente dos, el
rodaje de una escena de sexo entre los dos jóvenes protagonistas y una pelea
que supera la interpretación y se hace particularmente violenta. Los peores ayuda a pensar sobre los
límites del cine, si debe tenerlos, cuáles son, hasta qué punto se les puede
pedir a los actores menores de edad que hagan o dejen de hacer determinadas
cosas delante de la cámara. El film no saca conclusiones y deja al espectador
que se haga estas preguntas, pero si apunta a una posible función sanadora del
cine en personajes heridos o dañados. Como los tres peores.
EL RINCÓN DE LA RAREZA
US Go Home, Claire Denis, 1994
Descubrí por casualidad este
perdido film de Claire Denis buscando información sobre la directora. Fue una
sorpresa estupenda. Dos fechas son imprescindibles para entender y disfrutar
este curioso telefilm realizado para el programa Tous les garçons et les filles de leur âge de la cadena Arte. Una
es 1994, fecha de su emisión el 28 de octubre; otra es 1964, fecha en la que
sucede la acción. En 1964, Claire tenía 18 años, llevaba seis años viviendo en
Francia y se sentía un poco desubicada después de haber crecido en África.
Puedo entender ese sentimiento, yo también llegue a España con 12 años y
durante mucho tiempo, incluso ahora, siento que no soy ni de allí ni de aquí. En
1964, Claire vivía en Saint-Germain-en-Laye, un barrio de nueva construcción a
veinte kilómetros de París, cerca de una base americana. Cuando le propusieron
a la Claire de 48 años que hiciera un capítulo de la serie Tous les garçons et les filles de leur âge recordando algún momento de su adolescencia, la directora de Chocolat y J’ai pas sommeil, decidió volver a su barrio para ambientar la
historia de Martine, Alice Houri, su hermano Alain, Grégoire Colin, y su amiga
Marlène, Jessica Tharaud. Una de las premisas, de hecho la única, de la serie
era que la música de la época tuviera un gran protagonismo. Esto la llevó a
imaginar una historia, con retazos autobiográficos, de una noche de verano en la
que Martine decide que quiere perder la virginidad y con la ayuda de Marlène,
se escapa para ir a parar a una fiesta de adultos donde está su hermano Alain y
en la que la chica intenta encontrar el candidato ideal para dejar de ser
virgen. En esa fiesta Alain se da cuenta por primera vez que su hermana pequeña
ya no es tan pequeña y los dos acaban haciendo autoestop para volver a casa. Es
en la carretera donde encuentran a un soldado americano, Vincent Gallo y… Todo
el film está teñido de una cierta melancolía y al mismo tiempo de una gran
libertad, la que se vivía en la Francia de Johnny Hallyday y Sylvie Vartan y
sobre todo Françoise Hardy, (por cierto ausentes de la banda sonora del film en
el que sí se escucha a The Animals o
Nico), y la que se vivía en la Francia de los años 90. No estoy tan segura que
las adolescentes de ahora mismo tengan las cosas tan claras como las tiene
Martine o las tenía Claire. En ese sentido US
Go Home es un film casi antropológico, pero en otro sentido es
profundamente moderno y evocador de un tiempo que muchos podemos recordar. Como
curiosidad señalar que el guión está escrito por Claire en colaboración con
Anne Wiazemsky, la fotografía es de Agnès Godard y el montaje de Dominique
Auvray. Muchas chicas juntas para una pequeña joyita. US Go Home se puede ver en Youtube.
https://www.youtube.com/watch?v=5Dc1bbbfbIA&t=80s
El regalo de esta semana es un cuadro de mi hermana Flora conmigo.
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