sábado, 14 de diciembre de 2024

MIGRANTES Y ABUELAS

 

 

Migrantes 1 Dahomey, Mati Diop

Es curioso que muy al principio de este año escribiera en el blog sobre una película de Mati Diop, Atlantique y casi al final del año, vuelva a hacerlo sobre otra película de esta directora franco- senegalesa.

África me ha fascinado desde hace muchos, muchísimos años. Desde que en 1972 descubrí en París, en el Museo del Hombre, una cultura y una civilización que hasta entonces se limitaban a Las minas del Rey Salomón y Hatarí (dos películas que me gustan mucho). En aquel museo me di cuenta de la riqueza y la enorme importancia de las culturas africanas. Fue en ese mismo viaje donde, no muy lejos del museo, en la Cinémathèque, hice otro poderoso descubrimiento: el cine de Jean Rouch en especial Yo, un negro y La caza del león con arco. Allí nació mi interés africano y me dediqué a leer todo lo que pude, desde los libros de Léopold Shengor, hasta textos de política contemporánea. Me empapé de África. He recordado todo esto viendo el documental de Mati Diop que le permitió ganar el Oso de Oro de este año en Berlín. Como pieza cinematográfica es impresionante. El 9 de noviembre del 2021, en virtud de las nuevas corrientes descolonizadoras de la colonización, 26 piezas del Tesoro de Benin, antiguo Dahomey, que se podían ver en el Musée du Quai de Branly, iniciaron un viaje de retorno a su lugar de procedencia. Para contar este viaje, Diop convierte en narradora una de las piezas, la número 26. Esta pieza recuerda como fue arrancada de su espacio natural en 1892, como ha vivido 130 años en la oscuridad, el exilio, y el miedo, y el vértigo que le produce volver a sus raíces. Vemos como se embalan con toda delicadeza estas piezas del Tesoro y las vemos llegar a su lugar de destino para ser exhibidas en el Palacio Presidencial. Todo el país celebra esta vuelta a casa que genera un gran debate entre los estudiantes de la Universidad de Abomey-Calavi. Este debate ocupa un tercio del metraje del film y es en realidad su centro ideológico. El documental es fascinante, 70 minutos que te mantienen pendientes del pensamiento de la pieza numero 26, los argumentos de los estudiantes y la admiración del público que mira las vitrinas. Al acabar no pude menos que hacerme una reflexión. Muy bien, de acuerdo que en estos momentos de la historia del mundo, se devuelvan esos tesoros a sus lugares de origen. Deben estar en donde fueron concebidas. Pero, 26 y las otras piezas, ¿habrían sobrevivido a un convulso siglo de violencias y corrupción si se hubieran quedado en Dahomey? ¿Se habrían salvado de la destrucción provocada por corrientes políticas que en nombre de la modernidad o en nombre de la religión, las habrían destruido? Justo en estos días se ha producido la caída del brutal régimen de tirano de Siria y hemos visto como los palacios eran saqueados, destrozados en una comprensible venganza. Pero ¿Cuántos tesoros se habrán perdido en el saqueo? Como pasó en Irak o como sucedió con la voladura de los Budas de Bamiyán. ¿Qué quedaría de muchas civilizaciones si no se hubieran “robado”? Es un tema complicado, lo sé. Pero como en tantos otros temas, juzgar el pasado con los criterios contemporáneos, es hacer trampas. El “robo” de tesoros ha permitido muchas veces preservarlos y hacerlos visibles en el mundo y eso es algo que no invalida ni contradice el derecho y el deseo de una restitución. Me habría gustado que 26, es decir Mati Diop, o alguno de los estudiantes que tan acaloradamente discuten, hubieran puesto sobre la pantalla este argumento como contrapunto. Aunque fuera para rebatirlo.

(si quieren descubrir el cine de Jean Rouch, en Filmin hay siete películas suyas)

 


Migrantes 2. Mariposas negras David Baute

Este precioso (y doloroso) film de animación habla también de migrantes, concretamente tres mujeres que tienen que abandonar el lugar donde han nacido por culpa de los brutales contrastes que está produciendo la crisis climática. Un huracán devastador en una isla caribeña; una sequía mortal en un pueblo del África central; un monzón que acaba con la cosecha en la India. Valeria, Tanit y Shaila se ven obligadas a escapar para salvarse y salvar a su familia. Pero ni París, ni Nairobi, ni Dubai son el paraíso en la tierra para estas mujeres obligadas a trabajar por una miseria, a prostituirse o a ser esclavizadas. El film se basa en historias reales que el director ha ido recogiendo durante muchos años. Historias terribles de eso que se llaman “refugiados climáticos” que ningún país reconoce y que, desgraciadamente, tenemos muy cerca de nosotros en estos días. Son historias muy duras que en un film realista o un documental serían casi insoportables. Por eso me parece una gran idea la de recurrir a la animación más clásica, la de la línea clara y los fondos de acuarela que permite jugar con texturas, paisajes y personajes. Mariposas negras es una película de animación para adultos. Y digo adultos con toda propiedad, porque la gente más joven tiene una conciencia más clara de los peligros de la crisis del cambio climático de la que tienen los adultos, aun escépticos con una realidad que está ahí. Mariposas negras es un film hermoso, necesario y muy útil.

 


Abuela 1 L’edat inminent, Colectivo Vigilia

Esta película ha sido una sorpresa. Por su frescura, por sus personajes, por sus localizaciones. Y por la manera como ha sido concebida. La edad inminente en su título castellano, es la historia de Bruno y su abuela Nati. Bruno está a punto de cumplir 18 años, Nati tiene 86. Viven juntos y se tienen el uno al otro. Pero cada uno de ellos tiene su propia vida: Bruno con sus amigos y un trabajo precario; Nati con la televisión. Se cuidan los dos, aunque parezca que es Bruno el que cuida a Nati. Pero esta situación no puede durar mucho tiempo. Nati tiene cada día más problemas de movilidad; Bruno tiene cada día más necesidad de vivir una vida propia. La película los sigue en los días en que Bruno cumple 18 años y Nati se enfrenta a ir a una residencia. Todo discurre con serenidad, con harmonía entre ellos y el paisaje urbano de los barrios periféricos de Barcelona. Barrios con mucha vida, no conflictivos, no de extrarradio. Barrios como pueblos, Roquetas, Canyelles, Torre Baró, La Guineueta. Una Barcelona desconocida, unos personajes entrañables, un film sorprendente realizado por un colectivo de alumnos de la UPF que ha conseguido colarse muy merecidamente entre las nominaciones de los Premios Gaudí.

 


 Abuela 2 Cuando cae el otoño, François Ozon

Aquí no hay una abuela, hay dos, y hay un hijo y una hija y un nieto. Y hay un paisaje otoñal precioso y hay unas setas no demasiado buenas. Ozon, con su habitual sentido del humor y de la ironía y sobre todo con su capacidad de ser tramsgresor y amoral sin molestar a nadie, nos cuenta la historia de Michelle y Marie-Claude, dos mujeres mayores que viven su jubilación en un pueblito de la Borgoña. Las dos son amigas desde hace muchos años, desde que ejercían el oficio más viejo del mundo en París. Las dos creen que se han ganado esa jubilación de paseos, charlas y comidas. El hijo de Marie-Claude acaba de salir de la cárcel, es un cantamañas alegre, inconsciente y muy servicial; la hija de Michelle nunca le ha perdona a su madre que se ganara la vida como se la ganaba. Cuando Valerie llega a casa de su madre con su hijo Lucas, ella es la única que come el delicioso guiso de setas que ha preparado su madre. Lo que pasa a partir de aquí mejor que lo vean porque contado pierde toda la gracia. 

El regalo de esta semana es un cuadro “africano” que me gusta mucho



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