sábado, 27 de junio de 2015

LUNATICO


(esa  luna a la que quiere llegar el abuelo Eduardo)
Sigue la sequía veraniega de estrenos interesantes en la cartelera. Pero no se preocupen.  Si tienen un ordenador pueden apuntarse a Filmin para seguir el Atlántida Film Fest del 2015, un festival On line al alcance de todos los bolsillos que permite refugiarse en el buen cine sin salir de casa. Una excelente manera de escapar del calor espantoso, de la invasión turística y las playas hacinadas que más parecen una imagen del infierno de Dante que una escena de vacaciones.
Atlántida es un festival para descubrir, para arriesgarse, para equivocarse y para llevarse sorpresas. Una de esas sorpresas se titula Lunático, la dirige Eduard Sola. Apúntense este nombre, de momento lo encontramos como coguionista de las dos Barcelonas, la de nit d’estiu y la de nit d’hivern. También está en la serie Cites que está teniendo tanto éxito en TV3. Lunático es su proyecto de fin de carrera en la ESCAC y está rodado con un equipo completamente formado en la escuela. Con excepción de la música que han compuesto Gerard Pastor y Adri Mena.
Lunático, como tantos otros trabajos de la ESCAC, la ECAM, y las distintas escuelas de cine, tiene como protagonistas a sus abuelos. Ya hablé en una entrada anterior, la que hacía referencia a No todo es vigilia, del género abuelos en el documental contemporáneo. No me voy a repetir. Pero entonces, ¿por qué detenerme en este Lunático tan especial? Simplemente porque en este film asistimos a los preparativos de dos viajes excepcionales, únicos, maravillosos. El que el abuelo Eduardo quiere emprender a la Luna, literalmente y no de una manera metafórica, y el que la abuela  Rosario emprende hacia una luna mucho más lejana. Cuando empezó a rodar este documental sobre la aparente idea loca de su abuelo de construir una nave espacial, Eduard no podía imaginar que iba a filmar las últimas semanas de vida en común de sus abuelos. La ternura y el respeto con el que los mira durante los 38 días que duran los preparativos del gran viaje, se quedan en la memoria junto con las notas musicales que acompañan su historia en ese verano de 2013 en el que descubrimos el final de una vida feliz, plena, llena de ilusión y de capacidad de crear y soñar. No creo que haya mejor regalo de un nieto a sus padres y a sus abuelos.

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Unas notas sobre Mad Max. Furia en la carretera

No vi la película en el pase de prensa; no la vi en su primera semana. La he visto ahora. Y estoy perpleja. Perpleja ante el alud de alabanzas y críticas elogiosas que la calificaban poco menos que de obra maestra tras su estreno en Cannes. Cinco estrellas, maravilla, poética del futuro, film feminista. Mientras la veía no salía de mi asombro. ¿Cómo le daban cinco estrellas a una película repetitiva, con una única idea machacada una y otra vez sin casi variantes, mimética de un videojuego gigante? ¿De qué poética hablan frente a unas imágenes planas, de ordenador, sin ninguna capacidad evocadora, ni siquiera en esa montaña de agua tan llena de posibilidades fallidas? ¿Feminista? Yo creía que feminista era algo más que colocar a una señora con pinta de señor, eso sí guapa como señora y como señor, conduciendo un camión lleno de esposas escapadas del harén de un sátrapa cualquiera. El feminismo es algo más que enseñar  chicas asustadas y machos espantosos. En fin, no entiendo porque de repente se pone de moda decir que algo está bien y todos lo repiten (repetimos, a veces a mi misma me pasa) sin aportar criterios personales. Mi recomendación, hagan lo que quieran. Tampoco pongo la mano en el fuego que no sea yo la que no sabe ver todas estas virtudes y valores en la película. Pero sinceramente, prefiero rescatar del cajón de los recuerdos la primera y la segunda entrega del Mad Max original con Mel Gibson. Su ingenuidad y su visión apocalíptica siguen siendo mucho mas entretenidas que esta carrera de coches usados.

domingo, 21 de junio de 2015

MISCELANEA

Esta semana hay pocos estrenos reseñables. El niño 44 no la he visto, pero parece lo más  interesante. White God, del húngaro Kornél Mundruczó, no es un film que me atreva a recomendar a todo el mundo, aunque tiene algunas imágenes potentes y una idea motriz sobre la discriminación del otro (en este caso los perros como metáfora) que me parece inteligente y necesaria. De todos modos hay muchas películas apetecibles de las semanas pasadas que aun están en cartel, así que por ese lado queda todavía mucho que ver.

Por eso hoy voy a hablar de otras cosas


 Por ejemplo un libro
Clave K, de Margarita Rivière. ¡Qué lástima que Margarita no tuviera tiempo de escribir más novelas como ésta¡ ¡Qué importante habría sido que se hubiera publicado cuando la escribió hace quince años¡ Clave K es una novela política, de humor negro, ácida como un limón, indigesta para el nacionalismo, lúcida en su retrato del president y la corte que creció como una mancha de aceite  a la sombra de sus corrupciones. Muchos de los lodos que nos inundan y nos ahogan ahora mismo vienen de lo que se cuenta en esta divertida sátira que pone el dedo en la llaga del nacionalismo/nostrat, es decir el nacionalismo que sirve para hacer ricos a unos pocos aprovechándose de la credulidad del “poble” y el oportunismo de esa burguesía catalana que tan bien se adapta a cualquier situación: con Franco franquista, con Pujol, pujolista, con Artur Mas, lo que haga falta. La cuestión es seguir controlándolo todo, manipulándolo todo y haciéndose ricos a costa de los demás. Margarita lo retrata muy bien y además te hace reír.



 Por ejemplo un anuncio
El que ha rodado Alejandro Amenábar para Estrella Damm con Dakota Johnson, Quim Gutiérrez y Natalia Tena. Más que un anuncio, es un corto feliz. Y pongo el acento en la palabra feliz porque es lo que se desprende de este pequeño cuento de verano. Ser feliz, disfrutar de cosas pequeñas, una  cerveza, los amigos, la playa, el mundo. Y disfrutarlo además sin necesidad de entenderse con las palabras, sino con los sentimientos, las actitudes, el comportamiento. Este anuncio me deja una sensación de bienestar por esas dos ideas que no sé de quién son pero me parecen estupendas: aprende a disfrutar de lo que tienes cerca; y no le des tanta importancia a la lengua en que te comunicas. Creo que son un leitmotiv en las campañas de Estrella Damm, así que felicito a los creativos que se la inventaron. El idioma es fundamental para convivir, pero no es lo más importante. Solo como aclaración, no me gusta la cerveza pero a lo mejor acabo tomándome una Estrella.



Por ejemplo un twitter
Hay alguna gente que cada vez que me ve insiste en que me abra una cuenta de twitter. Yo me resisto. No quiero entrar en ese juego de respuesta inmediata y sin pensar. Lo que ha sucedido esta semana en Madrid me reafirma en mi idea de no usar nunca ese medio de comunicación. Como muy bien contaba un chiste del Roto de esta semana, la gente se olvida de que las redes sociales son eso, redes. Redes que te atrapan y te aprisionan bajo la apariencia de darte más libertad. Lo que se escribe en twitter o en facebook se queda ahí para siempre. No me pregunten cómo, porque no lo sé, pero es así. Y cualquier barbaridad que se escribió en un momento de calentura, estupidez o arrebato, permanece para oprobio y vergüenza del que lo escribió. Así que, no cuenten conmigo para  twittear.



Por ejemplo un crítico.
Dice Carlos Boyero en su crítica de El niño 44. Bueno, tampoco existía el cine negro en la España franquista. En las dictaduras el mal está ausente, el orden no permite desvaríos, la delincuencia es inexistencia y los crímenes siempre son pasionales, están incontaminadas contra la podredumbre moral, los negocios turbios, el gansterismo activo o subterráneo, los ajustes de cuentas. Que constancia la de las dictaduras para demostrarle a los ciudadanos que están viviendo en el mejor de los mundos posibles.
Me ha sorprendido mucho esta frase. Me ha sorprendido y me ha hecho darme cuenta de la cantidad de lugares comunes que se arrastran y se repiten sin pensarlo dos veces. ¿Qué no hubo cine negro en el franquismo? ¡Vaya! Si mi memoria no me falla y los libros de historia del cine lo corroboran, el cine negro fue uno de los géneros más populares y mas importantes de los años 40, 50 y 60 en España, sobre todo el cine negro que se hacía en  Barcelona. Un cine negro donde se colaba sin que los censores se dieran cuenta (como en la comedia) una ácida crítica social, un retrato de las miserias de una sociedad asustada, reprimida, silenciada. Un cine negro político sin que lo pareciera. Revisar las películas del género negro del cine español depara sorpresas enormes. Por su calidad cinematográfica y sobre todo por su capacidad de subversión.  Películas como A tiro limpio, Brigada criminal, Distrito quinto, Apartado de correos 1001, El cerco, Los atracadores o Crimen de doble filo, para citar solo las que me vienen a la memoria sin necesidad de buscar en los libros o en Internet, son la prueba de que el cine negro en España no solo se hacía sino que se hacía muy bien.


(la foto es de A tiro limpio, de A, Pérez Dolz, 1963)

domingo, 14 de junio de 2015

LEJOS DEL RUIDO


Lejos del mundanal ruido es una gran novela romántica que Thomas Hardy publicó en 1874. Todos los temas habituales de su narrativa están ahí en estado puro: las diferencias de clase, la tranquilidad aparente de la vida rural, la independencia de una mujer fuerte en un mundo de hombres, el amor y la violencia. La novela tuvo un enorme éxito, los lectores se entregaron a la lectura apasionada de los amores de Bathsheva Everdeen sumida en la duda entre tres hombres que la aman: Gabriel, el hombre fuerte,  Boldwood, el hombre rico, y Frank, el hombre guapo. Tres vértices de un triángulo que Bathsheba intenta controlar.
John Schlesinger hizo una adaptación de la novela en 1967 con Julie Christie en el papel de Bathsheva y Alan Bates en el de Gabriel en una película que de alguna manera entroncaba con el movimiento hippie de la época. Bathsheba era una mujer libre y su espíritu de rebeldía respondía más a las reivindicaciones feministas de mediados de los años sesenta que a las de finales del siglo XIX. Fue una película importante que consagró la pareja Christie/Bates como una de las más potentes en la pantalla, hecho que confirmaron tres años después en El mensajero de Joseph Losey.
 Ahora Thomas Vinterberg ha decidido volver a esta historia y lo hace con una mirada muy contemporánea. No importa que la historia siga pasando en 1870 en la Inglaterra rural y conservadora. Igual que sucedía con la de Schlesinger, Vinterberg habla de ahora mismo desde el escenario del pasado. Y ese ahora mismo pasa por una relación menos condicionada por la lucha de clases y  la reivindicación  feminista. Pasa por una narración menos prolija en los detalles y más elíptica en las ideas. Vinterberg deja que el espectador imagine los saltos emocionales de Bathsheva con los tres hombres sin subrayar ninguna línea de conducta. Y consigue que entendamos mejor a Gabriel y su posición de observador, como también entendemos mas a Bathsheva que no es una joven caprichosa sino una mujer dispuesta a hacerse un lugar en la sociedad. Hermosa en sus paisajes y escenarios, emocionante en sus interpretaciones, especialmente en la pareja protagonista Carey Mulligan y  Matthias Schoenaerts, esta nueva versión de la novela de Thomas Hardy no debe confundirse con una serie de la BBC aunque  por su tema y su ambientación lo parezca. Es cine clásico, ese que a veces pensamos que ha desaparecido de nuestras pantallas.




(este cuadro de Ramon que se titula La montaña. tiene mucho que ver con Sils Maria)
Lejos del mundanal ruido pasa también la historia de Viaje a Sils Maria, juego de espejos que Olivier Assayas ha construido en torno a Juliette Binoche y su personaje de María, la actriz madura que debe enfrentarse al paso del tiempo confrontada a dos imágenes de la juventud: la de su asistente Val y la de la joven actriz Joan-Ann Ellis. Pero a lo que realmente se enfrenta María es a algo más potente, se enfrenta a la Serpiente de Maloja, un extraño fenómeno atmosférico que en forma de nube serpenteante entra en el valle de Maloja en Suiza convirtiéndolo en un paisaje romántico y fantasmagórico. Assayas encierra a sus dos protagonistas lejos del mundanal ruido en una casa en Sils, nombre que evoca a Nietzsche, donde ambas viven su vacío emocional intentando una imposible aproximación. En esa casa en Sils, en medio de las montañas, María y Val ensayan la obra La serpiente de Maloja en la que María asume el papel de Helena, la mujer adulta veinte años después de haber sido Sigrid, la mujer joven. En un continuo juego de espejos que se pueden leer a tres niveles: el texto de la obra, la relación de competencia entre María y Val y la propia e interna relación de Juliette Binoche y Kristen Stewart, el film se mueve en el terreno del pensamiento, dejando las emociones fuera de ese juego. Quizás porque eran demasiado peligrosas, quizás porque el paralelismo con la realidad de ambas actrices era demasiado cercano  y podía provocar un dolor innecesario, Assayas tiende a relativizar ese enfrentamiento y prefiere colocar a sus personajes frente a una realidad mucho más poderosa, la montaña, el imponente espectáculo de la naturaleza en todo su esplendor. María y Val son dos fuerzas de esa naturaleza, por eso son importantes. La tercera en discordia, la actriz joven y ambiciosa, no tiene nada que hacer frente  a ellas. No es más que un producto prefabricado que no merece ser colocado en el paisaje, por eso nunca la vemos en las montañas.
(Tengo que agradecerle a Olivier Assayas que me haya descubierto el film de  Arnold Frank,  Das Wolkenphänomen von Maloja, rodado en 1924. En este enlace se puede ver el corto. Dura 10 minutos)



jueves, 11 de junio de 2015

HABLAR, P'TIT QUINQUIN, PECES GATO

GOOGLE MAPS DE LOS SENTIMIENTOS


(google maps de Lavapiés)
Por fin se ha estrenado Hablar, de Joaquín Oristrell. Y no podía haberlo hecho en mejor momento. Justo después de las elecciones municipales que han provocado diversas convulsiones y se hace más urgente que nunca HABLAR para intentar cambiar algo el paisaje de nuestras ciudades. Hablar pasa en Madrid, una noche de verano del 2014, en el barrio de Lavapiés. Está rodada en un plano secuencia de 75 minutos de duración. Oristrell rodó cuatro veces el plano y al final escogió la toma en la que todos estaban mejor. Hablar es un experimento cinematográfico y sociológico. Un film del que vale la pena HABLAR.  ¡Qué concepto tan bueno el de hablar¡ Pero aún mejor el de escuchar, o el de entender, o el de comunicarte con alguien, por teléfono, con un libro, con un mapa, en el teatro, en la calle, en un bar..La película me ha gustado por lo que tiene de Cine de Barrio. De cine de proximidad, de algo cercano. Es una radiografía de la situación más rabiosamente contemporánea.
También es irregular, no todas las historias funcionan igual, unas son hilos de los que tirar para hacer un largo con ellas, otras se acaban en sí mismas, unas son más redondas que otras. Pero todas tienen un poso de realismo, de cercanía. Es cine militante sin dogmatismos. Cine de lenguaje. Aunque el artefacto del plano secuencia se imponga y a veces obligue a unos quiebros mas forzados, el resultado acaba por ser una especie de google maps de los sentimientos y las personas que pueblan nuestra cotidianidad.
Lo que más me ha interesado, con todo, no tiene que ver directamente con la película sino con algo más general. Tiene que ver con una especie de género nuevo que está apareciendo en el cine español con, de momento que yo sepa, tres títulos como banderas: Gente en sitios, de Cabestany, Murieron por encima de sus posibilidades, de Lacuesta y este Hablar. Las tres tienen un conjunto de actores coral y variado (es curioso que sea Raúl Arévalo el común denominador en las tres), buscan representar el ahora y el aquí y lo hacen utilizando mecanismos de producción nuevos, o en todo caso, distintos. Habrá que empezar a buscarle un nombre a este género.


HUMOR METAFÍSICO 


(dibujo de una vaca de Zoe Elías hecho en un taller de Ramon Herreros)
Vi P’tit Quinquin en el Festival de San Sebastián del año pasado. Entonces escribí en este blog:
“No podía empezar mejor mi festival. Con una serie de televisión francesa dirigida por Bruno Dumont. Si,el de L'humanité, Claro que si recuerdan aquella asfixiante película, ya pueden imaginarse que no se trata de una serie muy convencional. Para nada. P'tit Quinquin sucede en los mismos paisajes que son su habitat natural, las playas del Canal de la Mancha, los bunkers, las granjas, el mar. Hay asesinatos, muchos y muy extraños, casi tan extraños como el de la niña que desencadena la trama de L'humanité. Pero Dumont se ha hecho mayor y ha comprendido que para explicar algunas cosas el humor es muy útil. y por eso se ha inventado un nuevo género: el humor metafísico. Y ha creado una pareja de policías que pertenecen a la genealogía de los Dupont Dupond. Una mezcla imposible de Groucho Marx y Stan Laurel intentando descifrar que pasa en ese pequeño pueblo donde el diablo ha sentado su dominio. Tres horas que pasan volando, unos niños malhumorados, racismo y secretos. Dumont es capaz de crear imágenes insólitas (la vaca saliendo del bunker), situaciones absurdas (la misa de funeral es hilarante) y personajes inesperados. No se si alguna vez se podrá ver esta serie en cine o en televisión, pero desde aquí  emplazo a los distribuidores a comprarla si no lo han hecho ya”.  Veo que al final alguien decidió comprarla. Su estreno me llena de alegría. Ahora la podrá disfrutar todo el mundo.


 PECERAS


(por una vez, y sin que sirva de precedente, utilizo una foto de la película)
Los insólitos peces gatos es una de esas películas que puede pasar desapercibida. Y me sabría mal, porque es de esas películas que merecen no pasar desapercibidas. Los insólitos peces gatos son casi tan insólitos como Claudia, la joven protagonista de este film mexicano. Claudia vive sola en su pecera particular, sin comunicarse con nadie, a no ser los pocos clientes de su puesto de promoción de salchichas en un gran supermercado. El dÍa que Claudia tiene un ataque de apendicitis y acaba en un hospital su pecera se rompe y se ve arrastrada a convivir con otros peces, de todo tipo, en una familia que la acoge con toda la naturalidad del mundo sin cuestionarse de donde ha salido esa chica callada y tímida. Una familia en la que la figura de la madre Martha, es el eje entorno al que giran todos. Claudia se une a esa extraña comunidad y aprende a querer y a ser querida, aprende a convivir incluso con el dolor y la muerte. Largos y serenos planos secuencia describen su relación con Martha, sus tres hijas y su hijo, en un film que traduce una enorme sensibilidad hacia la enfermedad, el sida, que aquí se vive de una manera completamente inesperada.  Los insólitos peces gato es una película positiva e incluso feliz. 

sábado, 6 de junio de 2015

NORMAL Y ESPECIAL


 NORMAL
Leticia Dolera está empeñada en contarnos los requisitos para ser una persona normal. Toda esta comedia ligera como un suflé, está encaminada a demostrar que lo que se considera normal no necesariamente es lo que te hace feliz.  No va mucho más allá esta treintañera con trencitas y este gordo  pelirrojo que encuentran uno en el otro la anormalidad más cotidiana y  complementaria. Porque, por suerte, ser normal es diferente para cada persona y lo que para unos es anormal, para otros es lo normal. ¡Cuántas veces me ha salido la palabra normal en este pequeño párrafo! Debe ser porque es normal escribir con normalidad de la anormalidad. Divertida, amable, crítica, pero poco, la chica galleta con trenzas hace pasar un buen rato, demuestra madera para dirigir cosas de más envergadura y nos recuerda que aun se puede hacer en España cine “normal”. ¿Qué qué es eso? Esta película sin etiquetas, es un buen ejemplo.


ESPECIAL
La semana pasada se estrenó Tomorrowland, un film de ciencia ficción para toda la  familia protagonizado por George Clooney y dirigido por Brad Bird, (director de Ratatouille para que lo sitúen). Es una historia preciosa,  sin grandes misterios. Hay que salvar al mundo para que pueda llegar al futuro. Un futuro lleno de esperanzas y con una vida mejor. Pero ese futuro está en peligro y Casey, la chica especial, con la ayuda de Frank y la pequeña Athena, será la encargada de lograrlo. La gracia de este film, aparte de un cierto sentido del humor y de algunas imágenes espectaculares, está en la fuente del mal: una máquina preparada para convencer a los humanos que todo es una desgracia, que el mundo es una mierda, que no vale la pena luchar por salvarlo y que más vale que lo dejen correr y se maten entre todos. Una máquina que construye el pensamiento colectivo de la humanidad y que los héroes deberán destruir. Es esa máquina lo que más me ha inquietado de la película. No por su diseño, por su función. A veces pienso que la televisión y los medios de comunicación son algo parecido a esa máquina que está dictando en la mente de los habitantes de nuestro planeta, incluidos los  más cercanos, la idea de un mundo inventado, salido de una imaginación maquiavélica que intenta convencernos de que debemos enfrentarnos y separarnos y aniquilarnos. Espero que existan Caseys y Franks y Athenas suficientes para contrarrestar esta especie de espejismo malvado en el que nos estamos sumergiendo cada día un poco más. De momento, al menos se puede pasar un buen rato con este film más inteligente de lo que su trama y sus efectos especiales nos permiten pensar. 

miércoles, 3 de junio de 2015

FLORENTINO SORIA



(Florentino y Ramon en una exposición en Madrid en los años 90)
Estoy segura que hay mucha gente en Barcelona y Madrid que no sabe lo que le debe a Florentino Soria.  Estoy convencida que muchos de los que se formaron en esa escuela de cine que fue la Filmoteca Nacional de España entre los años 1975-1980 ni siquiera se imaginan que lo que allí se hacía era gracias a este hombre de cabellos blancos y sonrisa contagiosa. Desde su cargo como director de la Filmoteca  Nacional, Florentino se dio cuenta que había que abrir las puertas al mar (precioso título de un corto de Paco Llinás) y dejar entrar aire fresco en una institución que lo estaba pidiendo a gritos. Fue él quien impulsó en 1975 la apertura de una oficina en Barcelona bajo la dirección de Ramon Herreros; fue él quien encargó a Chema Prado y a Ramon Herreros la renovación absoluta de la programación y la estructura de la Filmoteca creando equipos nuevos y jóvenes; fue él el que apoyó y defendió que en Barcelona se hiciera el programa en catalán en el lejano año 1977. Florentino tenía una enorme cualidad: confiaba en los que trabajábamos con él. Nos dejaba libertad para programar y para tomar decisiones. Nos escuchaba y nos defendía en el ministerio. Era una persona amable, era cariñoso y tolerante.  No es que no hubiera peleas y problemas. Las había, pero Florentino nunca dejaba que la sangre llegara al río. Cuando en el año 1981 la Filmoteca se separó y se creó la Filmoteca de Catalunya, a Florentino, como a muchos de los que trabajábamos allí, le dolió  la división. Pero siguió apoyando en lo que podía. Yo salí de  la Filmoteca en Barcelona en 1984, el mismo año que él renunciaba a  la dirección en Madrid. Pero eso no significó que dejáramos de vernos. Siempre que Ramon exponía en Madrid, venía a vernos y se alegraba cada vez que se enteraba que uno de sus “chicos” publicaba un libro, hacía una película. o una exposición  No escribo esto porque se haya muerto hace unos días a la edad de 98 años. En todo el tiempo que ha pasado desde que dejó la Filmo, los trabajadores y ex trabadores de la Filmoteca hemos hablado muchas veces de Florentino, siempre con cariño y respeto. Merece que se le recuerde por lo que hizo, pero sobre todo, por lo que dejó hacer… Robert Kramer, Stephen Dwoskin, Marguerite Duras,  Marcel Hanoun, Philippe Garrel, Straub-Huillet, Chantal Akerman

Raul Ruiz…y muchos más se vieron en la Filmo en esa época. Gracias Florentino.