sábado, 29 de julio de 2023

TIERRA Y MAR

 

La semana pasada estuvo dominada por Barbie y Oppenheimer. En todas partes, incluso en este blog. No me parece mal porque estas dos películas han conseguido llenar los cines de nuevo y cuando la gente empieza a ir al cine a ver un blockbuster, a lo mejor vuelve a ver otra película menos aireada.

Como por ejemplo la que recupero esta semana que espero pueda aguantar en los cines alguna semanas más, o que, como mínimo, se pueda ver pronto en plataformas.


(Emilia, la cabra)

Tierra de nuestras madres, de Liz Lobato

Con esta película me ha pasado algo muy curioso y que me gustaría contar. La empecé a ver y no conseguí entrar en ella. Me gustaba el formato y el blanco y negro, pero no me gustaba el tono. Pasada la resaca de Barbie y de las elecciones y de todo lo demás, decidí concederle otra oportunidad. Y me di cuenta de que era yo la que estaba mal, no la película de Liz Lobato. Antes de entrar a escribir de Emilia la cabra que habla y de Rosario, la vieja pelleja, me hago a mi misma una reflexión: las películas son, a veces, reflejo de tu propio estado de ánimo, de tu manera de verlas. Por eso es útil revisarlas de vez en cuando, más las que no te gustaron que las que te gustaron, para reafirmarte o para decir, me equivoqué. Dicho esto vamos por este cuento chino manchego que bebe en el humor subruralista de José Luis Cuerda. Emilia la cabra vive en una casa de campo manchega al lado de una laguna de sal de higuera. La casa es de Rosario, la vieja pelleja que trapichea con la sal, las medicinas y los bocadillos en el pueblo de Villacarrizo. Emilia la cabra, que tiene vocación de escritora, es la única que se da cuenta de que algo malo está pasando en el pueblo. Y lo malo que está pasando es que las fuerzas vivas del pueblo, en bancarrota total, lo están vendiendo a una multinacional china. Tan solo Rosario intenta resistir como si de un western se tratara y organizar a los vecinos en una resistencia al invasor chino recordando la lucha contra los franceses en la guerra de independencia. Rodada en un blanco y negro brillante y en un formato panorámico que le da una belleza increíble a los planos horizontes manchegos, Tierra de nuestras madres es una película coral interpretada por los vecinos del pueblo de Villacañas, en la película Villacarrizo, con dos solistas indiscutibles: la cabra Emilia, a la que da una personalísima voz la propia madre de la directora Liz Lobato y Rosario, la vieja pelleja que no es otra que Saturnino García travestido como la abuelita de la familia Ulises, con la misma sabiduría de la abuelita pero mucha más mala leche. Rosario/Saturnino es el centro de la rebelión de los viejos, los únicos capaces de reaccionar y enfrentarse a los chinos de este cuento chino sin final feliz. Una rareza, si, pero de las que vale la pena no olvidarse.

 


Más que nunca, de Emily Atef

Hélène tiene 33 años y una enfermedad rara en los pulmones que no tiene curación. Hélène vive con Mathieu. Se quieren, han tenido una vida feliz, pero ahora la enfermedad de Hélène está condicionando su relación. Ella necesita aceptar lo que está pasando, él necesita aprender a ayudarla dejándole espacio. Y ese espacio lo encuentra Hélène en un lejano fiordo noruego donde nunca se pone el sol ese verano en el que halla un refugio gracias a un desconocido, enfermo como ella, que es el único capaz de entender lo que le pasa. Esta historia, dura sin duda, está contada por la directora alemana de origen iraní con una delicadeza y una luminosidad increíbles. Una luz que surge de la propia Hélène, es decir Vicky Krieps, y del paisaje noruego de esas montañas, ese mar, ese silencio donde busca la fuerza para, una vez pasados los cinco estadios de rabia (la cena con los amigos), negación (la esperanza de una difícil operación), negociación (la necesidad de estar sola y marcharse lejos de su casa), depresión (el peso de la soledad, el silencio, el miedo), y aceptación ( la serenidad y la integración ) conseguir estar en paz consigo misma y con Mathieu, el fiel compañero interpretado por Gaspar Ulliel en la que sería su última película antes de morir absurdamente en un accidente de esquí el año pasado. Emily Atef es una directora con seis películas desde el 2005 a la que no conocía de nada, pero a la que pienso seguir de cerca, sin ir muy lejos, la semana que viene cuando se estrene su última película, Algún día nos lo contaremos todo.

El regalo de esta semana es una paleta de colores que pueden simbolizar los cinco estadios por los que pasa Hélène.



 


sábado, 22 de julio de 2023

BOMBAS

 

Esta semana toca hablar de dos bombas: la bomba rosa de Barbie; la bomba naranja de Oppenheimer. Dos bombas de cine que han dominado la actualidad y han dividido a la crítica y me imagino que al público. O las adoras o las detestas. Yo, lo reconozco, estoy entre los primeros. Soy consciente de que no son redondas, que tienen algunas cosas que no funcionan, pero es mucho más lo que Si funciona, lo que Si me gusta, que lo que puedo ponerles como pegas.

 


(está a punto de producirse el momento más crítico en la vida de Barbie)

La Bomba Rosa, Barbie, de Greta Gerwig

Antes que nada, una pequeña historia personal. Nunca fui una niña Barbie. Aunque nació en 1959, supongo que llegó a México cuando yo ya no vivía allí, y en mi vida en España no estaba ya para jugar con muñecas. La conocía claro, pero o la ignoraba o la menospreciaba. Hasta que en un viaje de mi hermana Flora, me convenció para que la ayudara a buscar una biografía de Barbie y una serie de complementos que no se encontraban en México. Por lo visto, su hija y sus dos nueras, las tres veinteañeras inteligentes, eran fans totales de la muñeca rubia. Descubrí entonces que no había una sola Barbie, sino muchas y que había un Ken y que había un perro y todo un mundo. La verdad es que eso me hizo pensar que a lo mejor me había perdido algo interesante. Pero, cuando mi hermana volvió a México, me olvidé de las Barbies y los Ken. Hasta que Greta Gerwig la ha vuelto a traer a mi vida en esta película veraniega, musical y llena de colores pastel ligeramente envenenados. Desde la primera secuencia en la que una Barbie/Monolito en bañador a rayas, se aparece a las niñas con muñecas bebés para anunciar la llegada de una Odisea de la Muñeca Rubia, yo ya estoy rendida a sus pies. Luego empieza la historia que a grandes rasgos se puede explicar en cuatro capítulos: Barbie y las Barbies en Barbielandia, un mundo de felicidad y plenitud de barbies donde los Ken existen como simple complemento necesario del que no es necesario ni siquiera saber donde viven. Barbie y Ken en el mundo real. El choque cultural y emocional de Barbie y Ken con el mundo real es de unas consecuencias inesperadas que acaban con Ken de vuelta a Barbielandia y Barbie intentando encontrar a la niña que es, o ha sido, su dueña. El tercer fragmento es la vuelta de Barbie a Barbielandia que ahora es Kendom, el reino de Ken con todas las barbies convertidas en servidoras de los Ken. El cómo conseguirá Barbie reconducir ese desastre es la cuarta parte que no cuento, pero que a mi es sin duda la que me parece más interesante, aunque es, también, la que ha polarizado mas a la crítica. Inteligente, divertida, bonita, musical y con múltiples capas, casi tantas como vestidos tiene Barbie, la película es, sin duda, el mayor spot publicitario de un producto, la más grande campaña de marketing jamás pensada. Pero Barbie es también una historia que habla de ahora mismo y nos obliga a pensar o repensar en qué mundo queremos vivir. Solo una nota final. No creo que pueda haber en el mundo una Barbie mejor que Margot Robbie, ni un Ken tan entrañable como Ryan Gosling.

 


(está a punto de producirse el momento decisivo en la vida de Oppenheimer)

La Bomba Naranja: Oppenheimer, de Christopher Nolan

Este anti-blockbuster veraniego también tiene múltiples capas y muchas lecturas. Christopher Nolan se enfrenta a la biografía de J. Robert Oppenheimer, el director del Proyecto Manhattan, considerado el padre de la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki, desde múltiples miradas. Todo este film hablado y de rostros que son paisajes emocionales, se estructura, o mejor dicho se desestructura en torno a dos juicios: el que sufrió el físico nuclear J. Robert Oppenheimer, cuando fue acusado de ser un espía soviético en 1954, y el que colocó a su némesis, el rico senador Lewis Strauss, frente a una comisión que debía decidir sobre su nominación para Secretario de Comercio de los Estados Unidos en 1959. Continuos saltos en el tiempo, desde la juventud de Oppenheimer obsesionado con sus visiones de lo que hay más allá de lo que vemos, hasta el presente de ambos juicios, van reconstruyendo paso a paso como fue gestándose la idea y la realidad de una bomba atómica en un lugar absurdo llamado Los Álamos, en una remota meseta tejana donde, bajo la protección y control del ejército al mando del General Groves, se reunió a los mejores científicos de la época. Nolan ya ha demostrado que no es un director realista ni lineal, su cine tiene siempre un componente de la abstracción cubista de Picasso, de la estridencia musical de Stravinski, dos influencias claramente visibles en Oppenheimer. En este caso, esta abstracción se compensa con un torrente de palabras que les recomiendo no intenten entender del todo. Más vale dejarse llevar por el ritmo del film y por las expresiones de los rostros, en especial el de Oppenheimer, y quedarse con un mensaje muy claro: ¿Dónde están los límites éticos de la ciencia? ¿Es lícito el uso político que se da los avances de la ciencia? Dos preguntas que siguen teniendo una vigencia enorme ahora, cuando la Inteligencia Artificial está a punto de convertirse en la próxima bomba de destrucción masiva. Aquí también tengo que hacer una nota final para reconocer el trabajo de sobriedad y contención de Cillian Murphy como Oppenheimer; la sibilina interpretación de Robert Downey Jr como Lewis Strauss y la perplejidad con la que Matt Damon se enfrenta al personaje del General Groves, la tercera pata de este apasionante puzle político.

 

EL RINCÓN DEL RECUERDO


Unas líneas, pocas, para recordar a Jane Birkin, una actriz maravillosa, una mujer estupenda, amable, cariñosa, respetuosa y feliz a la que entrevisté varias veces. Jane Birkin está en el paisaje de mi vida desde siempre.Tres años mayor que yo, Jane Birkin apareció en Blow Up y nunca más se fue. Había una Birkin de Gainsborough, una de Doillon, una de Varda, una de Charlotte. Hubo muchas Janes, la que cantaba, la que actuaba, la que estaba comprometida con su tiempo. Jane Birkin era un símbolo de una época de libertad del pensamiento que echo mucho de menos. Un tiempo donde no había tanta autocensura, tanto miedo a decir según qué cosas, tantas cancelaciones por razones ideológicas. Je t’aime moi non plus, no se podría hacer ahora. No la permitiría ni una izquierda mojigata e intolerante, ni una derecha obtusa y entontecida. La censura es prohibir pensar en libertad, la censura es creer que solo hay una manera de ver o hacer las cosas. La censura es  un horror. Cualquier censura, no una sí y otra no. Jane Birkin lo sabía y por eso fue una figura incomoda pero icónica. Si quieren recuperarla, en Filmin hay varias películas suyas. Yo les recomiendo Kung Fu Master, El último verano, Jane par Charlotte y sobre todo el delicioso mediometraje La femme et le TGV del 2016.

El regalo de esta semana es para Jane Birkin, con la que ma habría encantado tomarme un te frente a un paisaje como éste.



sábado, 15 de julio de 2023

NADA(S)

NADA

1. f. Inexistencia total o carencia absoluta de todo ser.  2. f. Sensación de vacío o inexistencia. 

3. f. Situación o estado de carencia absoluta. 

Estas son las tres definiciones que da la RAE para la palabra Nada y las tres me sirven para hablar de cuatro películas interesantes que se estrenan esta semana.

Nada, Viento Sur, Entre las higueras y El hombre sin culpa

 


Nada/Intet de Trine Piil Christensen

La nada en esta película ya está en su mismo título. Intet, Nada en danés. Como inspirado por el precioso libro de Italo Calvino El barón rampante, el adolescente de 14 años Pierre-Anthon decide el primer día de clase subirse a un árbol como manera de manifestar su desprecio hacia un mundo donde no hay nada que importe. Si nada es importante ni necesario, tampoco su vida en el suelo vale la pena. Pierre Anthon se instala en un gran árbol y anuncia que no bajará nunca. Al principio su padre, sus maestros, sus compañeros de clase, lo toman a broma, pero cuando pasan los días y el chico no baja, sus amigos empiezas a preguntarse cosas. ¿Por qué lo hace? ¿Efectivamente no hay nada que importe? Es la inteligente Agnés la que hace la pregunta fundamental ¿qué es lo que más nos importa? Los chicos deciden dar lo que más les importa en una ofrenda voluntaria: el juguete favorito, un regalo de la abuela, un libro… Pero algo pasa, y cuando Gerda le pide a Agnés que entregue sus lindas sandalias verdes, que es en realidad lo que más valora, comienza entre ellos una espiral perversa que les arrastrará en una degradación progresiva. A medida que van haciendo sus sacrificios y sus ofrendas en un altar que quiere demostrar que no es cierto que nada valga, van construyendo un monumento monstruoso de la vacuidad sin que Pierre Anthon, desde su atalaya, sea capaz de ayudarlos. Basada en una novela juvenil de Janne Teller publicada en más de 30 países (incluido el nuestro), Intet es un cuento perturbador narrado con un ritmo pausado que deja que el horror surja de lo que hacen estos chicos, pero no de sus imágenes. Y aprovecha, de paso, para ridiculizar el supuesto arte moderno y transgresor en un giro inesperado de la historia. No sé si al salir de verla, el público tendrá claro que SÍ hay cosas que valen la pena. En todo caso, yo salí convencida de que SÍ las hay y que no hace falta subirse a un árbol para demostrar que nada vale, hay muchos ejemplos a nuestro alrededor de cosas que no valen la pena (aquí cada uno ponga lo que quiera), pero también hay muchas que me ayudan a seguir adelante. Y no las sacrificaría.

 


Viento Sur de Álvaro García-Capeto

La nada de este film hecho de viento, mar y cielo es de otro tipo. Es una nada que se instala entre los dos únicos personajes, respondiendo a la primera definición de la palabra: “Inexistencia total o carencia absoluta de todo ser”. La carencia es la de Alberto, un hombre que ha muerto hace muy poco en un accidente de carretera. Su hermana Mónica y su mejor amigo Robert, se encuentran para lanzar sus cenizas al mar cuando sople el viento Sur. Ella es una farera solitaria; él acaba de salir de la cárcel. Entre estos dos seres crece cada vez más la nada, la ausencia del muerto y mientras ella intenta encontrar una explicación a su pérdida, él empieza a mimetizarse con él, convertirse en él. En un paisaje impresionante de la costa cántabra de Euskadi, vemos como pasan los días cargados de sospechas, tensión, mentiras, en una atmósfera cada vez más densa en la que nunca sabemos lo que ha pasado, pero tampoco lo que va a pasar en este especialísimo thriller emocional. Cine de autor en estado puro, Álvaro García-Capelo es director, productor, guionista, director de fotografía y músico, Viento Sur es una anomalía en el cine español.



(entre las higueras del Guinardó)

Entre las higueras, de Erige Sehiri

Una de las definiciones de nada es “sensación de vacío o inexistencia”. Normalmente, esta idea es siempre negativa. Pero a veces no lo es. En el caso de esta luminosa y tranquila película tunecina, la nada, el vacío, no es sinónimo de algo malo. Es simplemente una constatación de que a lo largo de ese caluroso día de verano entre las higueras no pasa nada. Y sin embargo, pasan muchas cosas. Pasa la alegría de las chicas, la complicidad de las mujeres, el coqueteo con los hombres, pasan charlas, risas, trabajo, sombras, higos y comidas compartidas. Hay una cierta tensión, hay una soterrada denuncia sin manifestar, hay muchas cosas en ese no pasar nada que hace de Entre las higueras un film diferente, cercano al documental, sin dejar de ser una ficción. Más cerca de Renoir que de Carla Simón, Entre las higueras invita a salir a pasear por el campo, buscar una higuera y subirse, no para demostrar que nada vale, sino para coger los higos más frescos del verano.

 


El hombre sin culpa, de Ivan Gergolet

Se puede decir que nada es lo que sabemos de un país como Eslovenia, situado en el centro de Europa y en el que, por suerte para ellos, nunca pasa nada que merezca aparecer en las noticias. De este país desconocido se estrena una película muy interesante. Se titula El hombre sin culpa, pero también podría titularse El hombre sin nada. Porque nada es lo que le queda a Francesco, un hombre reducido a ser casi, el casi es importante, un vegetal al que en uno de esos azares del destino le toca una enfermera cuidadora que tiene una cuenta pendiente con él. He leído una crítica donde se cita Tras el cristal como referente. Puede ser Pero en este caso la “maldad” y “la culpa” de Francesco es mucho más concreta: fue el responsable de la muerte de varios trabajadores por el uso del amianto en la construcción, uno de ellos, el marido de Ángela, la enfermera que planea una venganza cuando lo tiene en sus manos. Pero lo que Ángela no puede imaginar es el sentimiento que le despierta enfrentarse a un hombre disminuido e indefenso. Desde su primera secuencia sabemos que estamos ante un film  sórdido, polvoriento, metafísico. Es un aviso que no debe echarnos para atrás porque Gergolet sabe introducir en el relato de estas morbosas relaciones entre el hombre sin culpa y la mujer con venganza, unas gotas de humanidad y de luz, de redención y perdón. La nada que rodea a Francesco acaba llenándola la nada que arrastra Ángela. 

El regalo de esta semana es un gran árbol. No es una higuera, pero si podría acogernos entre sus ramas, azotadas, quizás, por un viento del sur.








 

 

sábado, 8 de julio de 2023

RECOMENDACIONES/RECUPERACIONES


Hay semanas, como esta, en que los estrenos me superan, me abruman y me hacen mirar a otro sitio. No porque sean malas películas, no lo son, seguro. Lo que pasa es que no tengo ganas de verlas. Puede ser el cansancio acumulado de cine de este año, puede ser el calor, yo qué sé. Me he puesto a pensar en las muchas películas que se han estrenado en estos meses y me he dado cuenta de que he visto, y lo hago extensivo a mis compañeros de la crítica, muchísimas películas buenas, regulares, malas. Pero la mayoría, y es lo que más me duele, olvidadas rápidamente. El ritmo de estrenos es tan frenético, que los títulos desaparecen en un abrir y cerrar de ojos. A eso se añade otra realidad que se me hizo patente cuando una amiga me contó que se había roto una pierna y no podía ir al cine desde hacía tiempo. Y otro amigo, que vive fuera, me volvió a poner frente a la realidad de que no hay pantallas para un cine distinto y en V.O. más allá de Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia y alguna otra ciudad. Desde nuestro urbanocentrismo, nos pensamos que todo el mundo puede ir al Verdi o al Renoir, o al Phenomena. Y no. No pueden. Todo esto junto me lleva volver a reivindicar las plataformas como lugares privilegiados para ver o revisar el cine que en los cines se evapora en un par de semanas. Así que me puse a mirar en Filmin, la plataforma que mas cine europeo y latinoamericano ofrece, y me encontré con que hay allí muchas películas de las que he hablado en este blog en lo que va de año, entendiendo por año el que empieza en octubre, justo después de San Sebastián, y se acaba ahora, a las puertas de un verano que se anuncia caluroso y pesado.

Estas son las pelis de las que he hablado que se pueden ver en Filmin. ¡Descúbranlas si no las han visto o vuelvan a disfrutarlas si ya las vieron!

LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA, Fernando Franco

1 de octubre

Cuando Laura, la joven de provincias recién llegada a Madrid para estudiar, tímida, solitaria y reprimida por una educación cerrada, conoce a David, un hombre con parálisis cerebral con una intensa vida emocional y a su madre Isabel, una mujer de una solidez humana incuestionable, los tres empiezan a orbitar entre sí y acaban construyendo el relato de una película llena de luz, de armonía, de música ( no en balde se llama La consagración de la primavera como la composición de Igor Stravinsky).

 


EL AGUA, Elena López Riera

5 de noviembre 2022

La historia empieza como algo que hemos visto mil veces, especialmente en los últimos tiempos: La vida en un pueblo y el tedio del verano, la industrialización del campo, amores adolescentes, crisis existencial. Pero muy pronto, este realismo naturalista se va impregnando de un realismo mágico. Aparece el misterio del agua y surge el cuento y la leyenda. Hay un rio que se desborda, hay tres mujeres de tres edades distintas y con tres aguas dentro. Porque de lo que habla esta preciosa película rodada en la Vega Baja del Segura en Alicante, es de un río enamorado que rapta a su amada; del agua que las mujeres tenemos dentro y nos llena y nos desborda; de la confluencia como si de tres afluentes se tratara de tres vidas de mujeres solas, libres, felices en una historia mucho más antigua y engarzada en las viejas tradiciones.

 


VASIL, Avelina Prat

5 de noviembre 2022

Esta es la historia de una amistad extraña y desigual tanto como de un proceso de humanización por ósmosis. Alfredo es un arquitecto jubilado, solitario, huraño, frío y poco empático. Le gusta jugar al ajedrez y comer con su hija todos los miércoles. También le gustaba jugar al bridge pero no soporta “la caspa” que había en el club de bridge que frecuentaba. A través de una excelente amiga, Alfredo se ve un poco forzado a dar cobijo en su casa a un hombre sorprendente. Vasil es búlgaro, excelente ajedrecista y jugador de bridge. Lleva tiempo en España pero sigue durmiendo en la calle. Cuando Alfredo le abra su casa, solo por un par de días, empezará entre ellos un doble proceso de aprendizaje sobre la vida.

 


AS BESTAS, Rodrigo Sorogoyen

12 de noviembre 2022

Es una de las mejores películas españolas del año. Sin ninguna duda. Es uno de los films más potentes y sólidos del cine español y creo que es un salto adelante en la filmografía de Rodrigo Sorogoyen y su fiel guionista Isabel Peña. Es, también, una prueba de que el cine puede denunciar situaciones de injusticia, de expolio, de insolidaridad y de abuso, sin dejar de ser entretenimiento con mayúsculas. Se puede ser políticamente muy claro sin ser ni aburrido ni doctrinario.

 


1976, de Manuela Martelli

19 de noviembre

Es ese año, 1976, el que escoge la directora chilena Manuela Martelli para situar la acción de su primer largo. En 1976 ella aun no había nacido, no llegaría al mundo hasta 1983, pero su familia si vivió bajo la dictadura. Vivió, pero no sufrió. Los chilenos vuelven una y otra vez a los años del golpe de Pinochet, pero la gran novedad de este nuevo acercamiento es que lo hace desde el punto de vista de una clase social que no suele aparecer en este tipo de películas, la clase media acomodada, completamente apolítica, que siguió con su vida como si no pasara nada, sin querer enterarse de lo que estaba sucediendo en el país.

 


LA EMPERATRIZ REBELDE, Marie Kreutzer

3 de diciembre 2022

La Emperatriz rebelde, título horrible que no le hace justica a una mujer que no era rebelde, sino inteligente, con una gran visión política, una cultura inmensa y muy adelantada a su tiempo en cuestiones de moralidad y de comportamiento. Elisabeth, Emperatriz de Austria, era mucho más brillante y mucho más competente que su mediocre marido. Si no me gusta el título español, en cambio me gusta mucho el título original de la película de Marie Kreutzer, Corsage, Corsé. Reconozco que en castellano no suena tan bonito ni tan sonoro como en francés, quizás por eso le han cambiado el nombre, Pero yo la habría llamado simplemente La Emperatriz, sin adjetivos. Lo del corsé es una metáfora perfecta del problema de esta mujer libre; el corsé restrictivo y agobiante de la corte imperial, con todas sus mentiras, hipocresías, mediocridades; el corsé físico que cada mañana oprime su cuerpo hasta convertirlo en irrespirable. Sissi se ahogaba por fuera y por dentro.



SURO, Mikel Gurrea

3 de diciembre 2022

Aquí, el punto de vista es el de ese supuesto progreso, dos urbanitas progres y voluntariamente ecologistas, que deciden trasladar al campo, concretamente a una masía y una finca de alcornoques en el Ampurdán, todos sus problemas, sus tics, su falsa ética. Ellos son la amenaza para el ecosistema; ellos son el mal, quizás necesario. 

 


HISTORIAS PARA NO CONTAR, Ces Gay

3 de diciembre

Lo primero es decir que es Cesc Gay en estado puro, La esencia de su cine y de su mundo está representada en estas deliciosas miniaturas sobre la condición humana pequeño burguesa, cobardica e hipócrita, pero entrañable en su ridiculeces. En realidad esta película podría llamarse Historias ridículas por su pequeñez, su mezquindad, su cercanía. Porque creo que cualquiera de nosotros puede reconocerse en una u otra; todos hemos hecho el ridículo alguna vez, todos hemos mentido tontamente hasta meternos en un lío.

 


NOSTALGIA Mario Martone

10 de diciembre 2022

 Nostalgia no es una película redonda, los flashbacks en formato cuadrado no funcionan tan bien como el presente hay quizás algunas digresiones innecesarias. Pero no me importa. Martone me hace sentir nostalgia de un Nápoles que no conozco. Porque ese Nápoles tan real, tan verdadero, es, en realidad, el territorio del pasado. Y todos, absolutamente todos, tenemos nostalgia de ese pasado alguna vez.

 


MATADERO, Santiago Fillol

10 de diciembre 2022

Matadero es un relato de cine en el cine, un inmenso making of de una película maldita que acabó muy mal; un film político sobre la lucha de clases y el racismo, tanto el de 1840, como el de 1974, y seguramente el de ahora mismo; un retrato de una cierta izquierda más cercana al infantilismo de las teorías revolucionarias que a la auténtica revolución; una película incluso de aventuras salvajes. El Matadero de 1974 podría estar filmado por el Dennis Hopper de The Last Movie; el Matadero de 2022 solo lo podría filmar Santiago Fillol. 

 


EUGENIE GRANDET, Marc Dugain

24 de diciembre 2022

En este sentido, el film es literal respecto a la novela; pero Dugain demuestra su libertad alterando ligeramente el final para convertir a Eugénie en una mujer de ahora mismo, más que en la mujer que era en 1834, cuando Balzac escribió este retrato cruel de la condición humana.

 


HOLY SPIDER, Ali Abassi

14 de enero

Ya desde su llegada al hotel, la mujer inteligente siente el peso de la represión y el desprecio. Represión y desprecio que se irá encontrando a lo largo de su investigación hasta ponerse a sí misma en peligro. Pero la película no se centra en ella, la película de Abbasi funciona como un espejo entre ella y Saeed Hanaei, el asesino. No hay misterio ni suspense en este thriller negro negrísimo, o mejor decir verde y rojo. Desde el principio sabemos quién es la Araña Sagrada y sabemos también porque mata a las prostitutas despertando la simpatía y la complicidad de una sociedad que le convierte en un héroe.

 


BABYLON, Damien Chazelle

21 de enero

Entre los muchos y terroríficos paralelismos que hay entre nuestros nada felices años 20 y los relativamente felices años 20 del siglo pasado, hay uno que no existe ni de lejos. Los años 20 del siglo XX fueron los de Babilonia pura, los del desmadre a todos los niveles, cuando la libertad y el libertinaje imperaban tanto en el Berlín de la República de Weimar, el Paris de entreguerras o el Hollywood incipiente. Algo que en la puritana, conservadora, represiva y muy poco tolerante sociedad actual no sucede, dominada por el miedo, la cazas de brujas, la autocensura permanente y el temor a salirse de los marcados caminos de lo políticamente correcto en los que coinciden las nuevas inquisiciones de izquierdas y de derechas.

 


DECISION TO LEAVE, Park Chan-wook

21 de enero

Cine negro, cine románticamente negro, cine construido como una figura de varios lados, cine cubista en negro. Y poético. La nueva película del más original de los directores coreanos contemporáneos, es un desafío al espectador, un laberinto de emociones con sentimientos a flor de piel. “Arriesgado, absorbente, sensual, misterioso, íntimo, clásico”, son algunos de los adjetivos que se han utilizado para describir este film inclasificable.

 


TENGO SUEÑOS ELÉCTRICOS Valentina Maurel

4 de febrero

Este film produce sueños eléctricos, o mejor dicho, produce una descarga eléctrica en el espectador poco acostumbrado a ver en pantalla unas relaciones padre e hija tan ambiguas y tan fuera de lo convencional. Relaciones tóxicas de complicidad y de búsqueda en un ambiente luminoso y relativamente feliz. Un mundo sin problemas aparentes, una clase media intelectual y acomodada, culta y respetuosa, unos padres separados amistosamente, pero con una fractura entre ellos que solo el gato de la familia siente físicamente.

 


MIKADO, Emanuel Pârvu

4 de febrero

La culpa domina el relato, pero la falta de confianza, la prepotencia y también la maldad son algunos de los palitos que van contribuyendo a que el mikado de Pârvu se vaya destruyendo ante nuestros ojos. Pârvu, uno de los mejores actores del nuevo cine rumano al que hemos visto en muchas películas importantes de esa cinematografía, se revela un director contenido en este film que se presentó en el Festival de San Sebastián y que lamentablemente se ha estrenado sin ningún tipo de apoyo. Ignoro si aun está en cartelera en algún lugar, pero por si acaso, apunten el titulo y si lo pescan en una plataforma, no dejen de verlo. Familias tóxicas hay muchas en el cine y en la vida, pero la de Pârvu con Cristi, el padre a la cabeza, es digna de conocerse.

 


JOYLAND, Saim Sadiq

10 de febrero

La historia pasa ahora mismo en Lahoré, en el Punjab más tradicional, en una familia dominada por un patriarca que los controla a todos. En esa unidad, las mujeres están obligadas a cuidar de la casa y tener hijos, varones si es posible, mientras los hombres salen a trabajar. Pero Haider está en paro y se ocupa de sus sobrinos y Mumtaz, su esposa, trabaja en un salón de belleza. Los roles están cambiados, primeras transgresión a la que seguirán otras. La principal, el amor que se despierta entre Haider y Biba, una cantante transexual con la que encuentra lo que siempre ha estado buscando.

 


LOS FABELMAN, Steven Spielberg

10 de febrero

No he visto nunca, y digo nunca con toda la conciencia, una película que muestre tan enorme amor al cine y al mismo tiempo sea toda ella una lección de cine. No soy muy dada a las estrellitas, y menos a poner cinco como valoración, pero Los Fabelman de Spielberg se las merece. Desde la primera secuencia hasta la última, el film es un tren eléctrico que discurre entre felicidad y tristeza, entre familia y cine, entre dos amores y dos lealtades. Spielberg se mira a sí mismo, como antes Cuarón (y no cito otras miradas nostálgicas que no me gustan tanto) y lo hace con una honestidad que trasciende su propia biografía y se convierte en un canto de amor a una profesión que nació en un momento crucial de su vida: cuando en la primera secuencia los padres del pequeño Sam lo llevan a ver El mayor espectáculo del mundo a los cinco años y le explican lo que es el cine para cada uno de ellos en un diálogo ejemplar.

 


EL TRIÁNGULO DE LA TRISTEZA, Ruben Östlund

18 de febrero

Creo que se llama triángulo de la tristeza a la expresión que aparece en el rostro cuando las arrugas van marcando los surcos de la edad. No sé muy bien porque ha escogido este título el cineasta sueco Ruben Östlund, pero sí sé lo que encierra el triángulo narrativo que constituye este film divertido y chabacano, agudo y basto, implacable retrato de una sociedad y un mundo dominado por el dinero, la fama, y el ajuste de cuentas, auténtico triángulo de la tristeza colectiva. 

 


SAINT-OMER CONTRA LAURENCE COLY, Alice Diop

2 de marzo

Hay películas que hacen daño, pero son necesarias. Hay películas que son necesarias y además son hermosas. Hay películas que a pesar de su rigor, o precisamente por su rigor, deben ser vistas, escuchadas, pensadas. Saint-Omer: el pueblo contra Laurence Coly es una de estas películas. ¿Por qué hace daño? Por su historia. Es muy difícil ver a una mujer joven que ha abandonado a su bebe de 15 meses en la orilla del mar para que muera ahogado y no sentir un profundo dolor con ella y contra ella. ¿Por qué es necesaria? Porque la historia de Laurence Coly nos pone frente a una incapacidad de vivir y asumir la realidad y el mundo, una sensación de indefensión absoluta, que debe hacernos pensar en cuantas mujeres (y quizás hombres) se encuentran en situaciones parecidas.

 


LOS REYES DEL MUNDO, Laura Mora

17 de marzo

Parece una película más de niños de la calle colombianos, pero rápidamente deriva hacia una road movie, un western, una película de solidaridad. El paisaje impresionante de la selva y la montaña los envuelve y los refleja. De una violencia latente casi nunca explícita, juega con el realismo mágico sin caer nunca en la fórmula. Me ha gustado mucho. Flamante Concha de Oro de este año. Felicidades.

 


SCARLET, Pietro Marcello

15 de abril

Delicada y poética, musical en el mejor sentido de la palabra, (a Jacques Demy le habría gustado mucho) Scarlet es un cuento de hadas moderno con príncipe azul que llega del cielo y un ligero pero importante sesgo reivindicativo de las mujeres: la soñadora y rebelde Juliette, la fuerte y cálida Madame Adeline, la inquietante maga del bosque. De todo lo que se ha publicado sobre este film me quedo con una frase de Variety: “No llega a ser un cuento de hadas pero, ciertamente, a veces lo parece. Es más pequeña, dulce y sensible que los trabajos previos de Marcello”. Lo dicho, es bonita. 

El regalo de esta semana es el dibujo completo del que he sacado la hojita que acompaña cada película