sábado, 24 de septiembre de 2022

!FELIZ CUMPLEAÑOS ZINEMALDIA!


Inauguración. 
El festival cumplía 70 años y para celebrarlo reunió en el escenario del Kursaal 1 a cuatro elegantes octogenarias que bailaron en la ceremonia de inauguración del primer festival en el año 1953. Fue muy bonito tender este puente con el pasado en un festival que mira al futuro. 

Cubos. Los dos del Kursaal, grandes, incómodos, han ido adquiriendo una patina de uso que compensa su falta de funcionalidad y su aislamiento. Dos ventanas en todo el recinto, muros que dan la espalda a la ría, a la Zurriola, al sol y a la vida. Pero después de tantos años, tienen ya una cierta historia. De los 70 años del festival, 22 han pasado entre sus paredes. Y los que vienen. 

El Principal. De los cines que acogen las películas del festival, el Teatro Principal es el más antiguo y el que más momentos especiales acumula. Por su patio de butacas han pasado varias generaciones de críticos. Si las paredes del Principal hablaran susurrarían los nombres de Notario, de Riba, de Diego….

Controles. Cada vez hay más y es lógico. El festival ha crecido mucho y hay que mantener un cierto orden de funcionamiento. Para esos están los chicos que vigilan las puertas y te piden la acreditación para pasar a cualquier sitio. No me parece mal. Cuando esto era más pequeño nos conocían a todos, pero ¿cómo puedes pretender que conozcan a tanta gente como circula por los pasillos y las salas del festival?. Una nota esperanzadora: en los pocos momentos tranquilos que estos chicos y chicas tienen he podido verles leyendo un libro. Sí, un libro de papel,no mirando el móvil. Me ha reconciliado un poco con el mundo. 

Papel.Y hablando de papel, el festival es eso que se llama Paper Friendly lo que quiere decir que No hay nada en papel: ni catálogo, ni programa de mano. Por suerte la revista si sigue saliendo en papel y está puntualmente en las salas y los cines a las 8.30 de la mañana. Pero nada más. Muy bien por el lado ecológico, pero la verdad es que por mucha app que se tenga, el programa de mano te permitía ver el festival entero en un plis plas sin tener que ir pasando pantallas. En fin, son los tiempos.

Redacción.Y los tiempos de la información se notan también en los informadores. La sala de prensa donde escribo estas notas el viernes por la tarde, esta vacía. Casi ningún crítico o periodista se acerca hasta aquí a escribir. Solo los que, como yo, hemos venido sin ordenador propio. Pero somos los menos. Le agradezco al festival que nos deje aun este reducto de silencio y tranquilidad para los que todavía no arrastramos la oficina de un lugar a otro como si fuéramos caracoles.

El critico. Por cierto que uno de los pocos que compartía la sala conmigo en los últimos años era Carlos Boyero El critico, que este año se ha retirado de la profesión. Confieso que no le voy a echar de menos. Ni yo, ni creo que muchos otros. Aunque el documental que ha realizado Juan Zavala sobre él deja memoria de lo que ha sido Boyero durante muchos años.

Años. Los que ha cumplido el festival, muchos, 70. Edad de jubilarse. O no. ¿Por qué, quién lo dice, por qué hay que obligar a la gente a dejar de hacer cosas si quiere seguir haciéndolas? Para muchas personas los 70 años son el principio de una nueva vida, distinta y a veces llena de sorpresas si tienes los ojos abiertos, como el festival debe tenerlos para encarar esta nueva etapa de su vida con energías nuevas que le nazcan de la experiencia (nunca hay que renegar ni olvidar lo aprendido) pero mirando al futuro con el mayor optimismo que los tiempos nos permitan.

Covid. Por suerte los tiempos nos han permitido dejar atrás las restricciones horribles del Covid, con sus mascarillas, sus salas semivacías, su falta de fiestas y reuniones y el miedo. Ya no hay miedo, al menos no hay miedo al covid, aunque hay otros miedos que en esta burbuja de cine en la que estamos metidos no somos conscientes que nos amenazan. Seguramente cuando el domingo volvamos a casa, nos encontraremos con que el ruso loco nos amenaza con algo terrible. Por suerte creo que estaré un poco mas preparada para soportarlo gracias a la carga de vida que me llevo, no solo de cine, sobre todo de amigos.

 Amigos. He recuperado muchos amigos este año, muchos que hacia tiempo que no veía, algunos que se han quedado por el camino y aprovechamos para recordarlos, otros que cumplen años estos días y los felicitamos. Besos y abrazos sin miedo a que nos pasen un bicho, reencuentros estupendos. Un festival también es eso, la gente que lo hace. La gente que lo utiliza, la gente que lo disfruta, la gente que lo trabajamos. Un festival es vida. Y amigos.

 Comidas.Y a los amigos se los ve generalmente comiendo. En San Sebastián se come muy bien, lo dicen todos los invitados. Yo añadiría, se come muy bien si tienes dinero y puedes ir a los restaurantes de estrellas Michelin. Porque no es fácil comer bien y a precios asequibles, Donostia es muy cara. Los pinxos y el txacoli son buenísimos un día, dos y hasta tres, pero al cuarto ya estás deseando comer un plato de verdura hervida.

Los que lo hacen.El equipo del festival ha crecido, se ha renovado, se ha rejuvenecido, se ha feminizado, pero en el fondo siguen siendo unos locos entregados a que esto salga adelante. Con pasión, con ganas, con ilusión. Acertarán o no en su selección, nos gustarán o no las películas, pero gracias a ellos y al trabajo de mucha gente durante todo el año estamos aquí, nosotros, los críticos y periodistas y toda la fauna que integra esta profesión y gracias a ellos están las películas que podemos ver, criticar, admirar o denigrar.

 Los attachés de prensa.Ya que hablo de profesión unas palabras para unos seres que normalmente no se conocen pero son fundamentales para que todo funciona: los attachés de prensa, las mujeres, son casi todo chicas con honrosas excepciones, que deciden quién entrevista a quién, dónde y cuándo. Su poder es ilimitado, su influencia enorme, pero deben saber que sin nosotros, tampoco podrían hacer su trabajo. Algunos y algunas lo saben y te cuidan y te ayudan, otros lo olvidan.

 Hotel.El reino absoluto donde mandan las attachés es el Hotel María Cristina, el Hotel por excelencia del festival. Allí se alojan los invitados más importantes y por allí circulamos los periodistas haciendo entrevistas. Hasta hace unos años, en el Cristina convivíamos tranquilamente la familia de las estrellas y la familia de los currantes de la prensa. Pero este año, por sorpresa, nos encontramos que no se podía. A los plumillas nos tenían vedado quedarnos en el vestíbulo y entrar por la puerta de la ría. Y un intimidante segurata protegía la entrada del hotel de los curiosos. Era raro.

Las entrevistas. Hay varias clases de entrevistas: las publicitarias, cortas, rápidas y generalmente inútiles porque no sirven mas que para sacar una frase de promoción, y las largas en las que puedes establecer un diálogo y profundizar, aunque sea poco, en la película, en la persona, en la vida. Este año he tenido suerte y he podido hacer varias de estas, han sido buenas, interesantes, útiles. Me he sentido muy reconfortada al ver como el entrevistado se iba relajando y entraba en la charla. Es una de las mejores cosas que te pueden pasar.

 Malas. También pasan cosas malas, pero hoy y aquí no me apetece hablar de ellas.

 Clausura.El festival se cerró con Marlowe de Neil Jordan. Un film que no acaba de encontrar el tono del cine negro clásico. Pero a mí me divirtió mucho reconocer espacios y paisajes de Catalunya donde se rodó una buena parte de la película. Comprobar que este envejecido Marlowe se pasea por Los Ángeles de los años cuarenta perfectamente simulados en lugares muy cercanos, me hizo sentir orgullosa de nuestros localizadores y de los que están consiguiendo traer rodajes internacionales y grandes a nuestro país.

 Paisajes.Si hablamos de paisajes hay que hablar de las playas de Sanse, de la Concha sin duda y su milagro de la marea diarias; de la Zurriola y sus olas, delicia de los surfistas, de Ondarreta y su acogedor ambiente familiar. Y del rio Urumea y la ría donde se juntan el agua dulce y el agua salada. Y del Paseo Nuevo,  y El peine de los vientos, … Sanse es un espectáculo en los cines y al aire libre.



Y las películas.Entre unas cosas y otras, he visto muchas, muchísimas películas en este festival. No todas de la sección oficial, no todas me han gustado (vuelvo al término “gustar” que no debe connotar calidad. Insisto en ello siempre que puedo) Algunas me han interesado mucho, otras me han decepcionado un poco. Volveré sobre algunas cuando se estrenen.

Estrenos de esta semana.De las películas de Sanse se han estrenado esta semana nada menos que cinco: No las he visto todas, así que no puedo hablar de Mi país imaginario de Patricio Guzmán, Rainbow, de Paco León, No te preocupes querida, de Olivia Wilde. Lo siento, no llego a todo.

 MODELO 77 de Alberto Rodríguez.Fue la película de inauguración.Tengo la sensación de que Alberto Rodríguez no acaba de encontrar como acercarse a esta historia y estos personajes. A veces es un film político, otras es una peli de motines y cárceles, no acaba de decidir que quiere ser y se mueve entre dos aguas. Las intenciones son buenas: dar a conocer un movimiento político en las cárceles españolas de los primeros años de la transición, cuando el franquismo aun coleaba y las primeras elecciones democráticas estaba a punto de celebrarse. Un contexto histórico lleno de posibilidades. Pero creo que le falta algo. Y creo que lo que le pasa es que es un espacio físico, la cárcel Modelo de Barcelona, muy alejado y sombrío de las luminosas calles de Sevilla y paisajes de Andalucia donde Rodríguez se mueve como pez en el agua.

 CRÍMENES DEL FUTURO, David Cronenberg. Fue la película escogida para enmarcar el Premio Donostia a David Cronenberg, un ser adorable y tranquilo del que nunca te podrías imaginar que escondiera una mente tan retorcida como algunas de sus películas. No ésta por suerte, porque a pesar de anunciarse como algo perverso, cruel, violento, es una puesta al día de Videodrome en la relación espectáculo/enfermedad. Menos agresiva visualmente, quizás más criptica pero al mismo tiempo más directa que Crash. El placer no existe y el dolor forma parte del espectáculo. Es una reflexión sobre el presente casi más que sobre el futuro de una humanidad deshumanizada. Es una de las película más interesantes de Cronenberg., y curiosamente de las más poéticas y emocionales. En ningún caso pienso que sea un testamento, espero y deseo que tengamos más Cronenbergs en los próximos años.

 Las españolas. Ha habido muchas películas españolas en este festival. En todas las secciones, de todos los géneros, de todas las edades. Muchas, nunca demasiadas. ¿Por qué nos quejamos de que haya tantas películas españolas en San Sebastián y aceptamos que haya tantas películas francesas en Cannes y tantas películas italianas en Venecia y tantas películas alemanas en Berlín? Es lo lógico, así que no solo no me importa, me parece muy bien. De algunas de las que he visto solo diré aquí y ahora una frase casi de twitter

 A LOS LIBROS Y LAS MUJERES CANTO María Elorza.Una de las más bonitas películas que he visto. Libros, mujeres, canciones, idiomas, lenguajes, historia, imágenes, humor, política, los libros como elemento de unión. Preciosa.

EL AGUA Elena López Riera. La vida en un pueblo y el tedio del verano, la industrialización del campo, las tradiciones y la magia, amores adolescentes, misterio del agua. La idea del cuento y de la leyenda. Tres mujeres, tres edades, tres aguas. Preciosa también.

AS BESTAS Rodrigo  Sorogoyen.Tiene una historia y unos personajes muy fuertes y unos paisajes tan poderosos como hermosos. Y como cine tiene la mejor secuencia de asesinato que he visto en mucho tiempo. As bestas es una película importante, de las que dejaran huella en el cine español. Potente.

CERDITA Carlota Martínez Pereda. Arriesgada si, mucho, conseguida, a medias. Una apuesta extrema de mostrar el terror adolescente desde una perspectiva inesperada. Le reconozco la valentía de contar lo que cuenta como lo cuenta, pero no consigo empatizar del todo con la historia.

 LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA Fernando Franco.Una sinopsis que esconde lo que de verdad se cuenta. Roza el abismo sin caer nunca en lo fácil. Pone en imágenes un tema difícil con gran delicadeza Es muy valiente en la manera de mostrar unas situaciones complicadas. Está llena de luz y de esperanza.

 EN LOS MARGENES Juan Diego Botto. Cine social, cine antiguo, cine de denuncia a la vieja usanza. Lo mejor, el personaje de Tosar capaz de darse cuenta de que antes de salvar al mundo, debe preocuparse un poco de lo que tiene cerca. Muy honesta.

FACIL Anna R. Costa. Una serie bien intencionada, necesaria y muy sencilla. La vida de estas cuatro chicas con discapacidad discurre entre dos mundos, el de la “normalidad” y el suyo, entre dos paisajes, la ciudad y el barrio de la Barceloneta. Se agradece que sea entretenida de capítulos cortos y con algunas notables interpretaciones.

 GIRASOLES SILVESTRES Jaime Rosales. Entiendo muy bien el título de la película, aunque yo lo habría hecho en singular: girasol silvestre. Porque Julia es un girasol que se orienta siempre hacia el sol que la ilumina, es decir al hombre con el que vive. Julia no existe, Julia es solo un reflejo del otro, no es capaz de tener su propia personalidad.

 HISTORIAS PARA NO CONTAR Cesc Gay.Cinco episodios, cinco fragmentos de vida, actores en estado de gracia y mucho humor e irania sobre las relaciones humanas. Barcelona como escenario es un personaje más de esta comedia que es Cesc en estado puro.

 LA MATERNAL Pilar Palomero. Dos películas en una: un documental sobre el centro la Maternal, lo más interesante, una ficción sobre una niña odiosa con la que es muy difícil empatizar. Las dos no consiguen encajar una en la otra y acaban por anulase mutuamente. Una decepción.

 SURO Mikel Gurrea. Cine agro rural; cine de urbanitas en el campo; cine de explotación del paisaje; cine de desubicados; cine de individualistas. Cuando los principios son solo palabras el conflicto se resuelve en favor de la solución individual. El espectáculo de la destrucción. Brutal.

Las latinoamericanas. Nos sé porqué este festival he visto muchas películas latinas. Me han “llamado” digámoslo así. Y estoy contenta porque he descubierto mundos y sociedades que no tenia ni idea que existieran. Estas son algunas de ellas.

 1976 Manuela Martelli. Los chilenos siguen obsesionados con el pasado. Pero en este caso lo miran desde una perspectiva un poco distinta, la de los que no se dieron por enterados del terror y la represión, los que miraban para otro lado. Una reflexión nueva sobre el pasado.

 LOS REYES DEL MUNDO Laura Mora. Parece una película más de niños de la calle colombianos, pero rápidamente deriva hacia una road movie, un western, una película de solidaridad. El paisaje impresionante de la selva y la montaña los envuelve y los refleja. De una violencia latente casi nunca explicita, juega con el realismo mágico sin caer nunca en la fórmula. Me ha gustado mucho. Flamante Concha de Oro de este año. Felicidades.

 TENGO SUEÑOS ELÉCTRICOS Valentina Maurel. Inquietante, muy libre, la relación de una adolescente con su padre, un hombre desubicado que no encuentra su sitio. Un gato como espejo. Es de Costa Rica y no es de pobres ni de marginados ni de raros. Me ha gustado mucho.

Las perlas. Como siempre, las perlas han sido las películas más solicitadas. Llegar con el camino recorrido es una tranquilidad, arriesgarse en la oficial es mucho más difícil. Este año ha habido muchas perlas buenas y no tan buenas.

 BROKER HirokazuKoreeda- Koreeda se va a Corea para filmar otra historia de familias atípicas. En este caso combinado con una curiosa road movie de los ladrones del bebe y y la extraña familia que forman con la madre y un niño huérfano. Podía ser un melodrama lacrimoso,es tierna como todo su cine. No es el mejor Koreeda pero es un Koreeda.

CORSAGE Marie Kreutzer. El último año de la emperatriz Sissi antes de su suicidio. Seca, pero al mismo tiempo emocionante, una mujer sometida en un mundo que la oprime por todas partes. Un retrato imponente de una mujer encorsetada por su rol imperial.

 FUEGO ClaireDenis. Denis se mete en un terreno pantanoso, el de las relaciones adultas, un triángulo de aristas duras y cortantes Podía ser un melodrama sirkiano pero se queda en film de los tiempos del covid. Fue la película que acompañó el Premio Donostia a Juliette Binoche.

 LIVING  Oliver Hermanus. Cuidadoso remake de Ikiru de Kurosawa. Melancólica, pero no triste. El legado que se deja es muy importante. Como desde una posición aparentemente funcionarial se puede hacer mucho bien. Bill Nighy está estupendo. El guión es muy bueno y la historia se sostiene.

 PETER VON KANT François Ozon. La fascinación de Ozon por Fassbinder es legendaria. Pero en este caso llega directamente a la copia casi literal de su Petra von Kant. La presencia de Hanna Schygula es un puente entre las dos. El director que interpreta Denis Menochet es igual a Fassbinder.

 UNA BONITA MAÑANA Mia Hansen Love. Es una de las más bonitas películas de Mia Hansen Love. Se la reconoce en todo, pero es diferente. Habla de lo de siempre, familia, parejas, hijos, pero de una manera muy nueva. Sabe muy bien donde está el límite entre la sensiblería y la emoción. Me ha encantado.

Sección Oficial. Es la sección reina de cualquier festival, pero al no tener una urgencia informativa no he tenido que verlas por trabajo y solo he visto algunas, las que me ha permitido el tiempo que he estado aquí.

 A HUNDRED FLOWERS GenkiKawamura. Una nueva aproximación al tema del alzhéimer. Tierna, pero algo confusa (como pueden ser los enfermos de alzhéimer en sus primeros momentos). Se arriesga formalmente y a veces se pierde, pero acabas queriendo a ese hijo y a esa madre.

 PROVISIONAL FIGURES Marco Martins. No me gusta hablar mal de las películas, si no me interesan o creo que no funcionan ya habrá otros que lo digan, pero en este caso no puedo dejar de afirmar que para mi es la peor película del festival. No se ve y cuando se ve, mejor no verla. Sórdida, fea, maloliente, el director prefiere regodearse en la suciedad física y moral. Un cero.

 WALK UP Hong Sangsoo. Claustrofóbica, estrecha, agobiante. Un efecto colateral de la pandemia y el confinamiento. Falta el aire para respirar en esos espacios mínimos. La eterna historia del director de cine y sus mujeres en torno a una mesa donde comen y beben. Habrá que esperar la próxima película de Sangsoo.

 THE WONDER Sebastián Lelio. El milagro de Anna, los vestidos azules de Elizabeth, los caminos de Irlanda, sus piedras y su viento. Una niña que no come en medio de la hambruna de 1862. Incesto y redención. El poder de la sugestión para dejarse morir y para resucitar. Seca, nada sentimental, mágica a pesar suyo. Me ha gustado mucho

Otras cosas. He visto más películas de todas las secciones que no me caben en esta nota ya demasiado larga. Pero no quiero dejar de señalar una más.

 MIYAMATSU TO YAMASHITA,  de Masahiko Sato y dos directores más. Interesante film sobre la memoria y la personalidad. Un hombre que olvida quien es y se dedica a ser otros trabajando de extra en el cine. Olvido, pasado que no se quiere recuperar, cine en el cine, me ha inquietado y me ha hecho pensar en los mecanismos del cerebro para protegernos de lo que nos hace daño.

 Hay más películas que no he visto, la nueva de Isaki Lacuesta y Isa Campo, la polémica y muy apetecible Sparta de Ulrich Seidl, Secaderos, una revelación de Rocío Mesa, la inquietante Foudre de Carmen Jaquier, El suplente de Diego Lerman, Argentina 1985, el film que más ha gustado al público…

Y esto es todo (y ya es bastante) San Sebastián ha entrado en la cuarta edad y lo ha hecho a lo grande. !Felicidades!

 El regalo de esta semana es un cuadro que bien podría estar en una de las películas que mas me han gustado A los libros y a las mujeres canto.



 

 

 

 

 


sábado, 17 de septiembre de 2022

FINALES


Semana negra en el mundo del cine y de la cultura. Semana llena de pérdidas. Unas más sentidas que otras, unas mas publicitadas que otras, pero todas pérdidas para el mundo, pérdidas para la cultura, pérdidas para mí. Esta entrada podría titularse así Pérdidas, pero la palabra Finales me parece más ilustrativa de lo que ha significado la muerte en apenas cinco días de William Klein, Alain Tanner, Jean-Luc Godard, Irene Papas. Finales de su vida, pero también finales de una época, de un tiempo en el que el cine no era solo un espectáculo, sin dejar de serlo y tampoco era solo un ensayo de autor, sin dejar de serlo. Cada uno a su manera, Klein, Tanner, Godard, Papas, contribuyeron a consolidar una edad de oro del cine definitivamente acabada, finalizada, en favor de una nueva era donde el cine, o mejor hablar del audiovisual, se mueve por otros canales distintos, ni mejores ni peores, simplemente, distintos. Como espectadora y como crítica, los cuatro significan grandes pérdidas para mi, de nuevo la palabra pérdida. Pero como persona dos de ellos me afectan de una manera más directa. Uno, Tanner, por haberlo conocido de una forma cercana; otro, Godard, porque durante buena parte de mi vida en el cine fue una figura referencial. Por eso en este blog recuerdo al creador de Polly Maggoo y a la gran actriz griega, pero en realidad de quien quiero hablar es de Tanner y de Godard.

(foto de Alexandra Lutteral)

ALAIN TANNER

La Salamandra, Messidor, Jonás que tendrá 25 años en el año 2000, En la ciudad blanca, son títulos fundamentales en mi educación sentimental y cinéfila. Sobre todo Messidor, una película con la que me sentí muy identificada. Solo por eso, Alain Tanner ya estaría entre mis directores favoritos, pero hubo más. Fue gracias a Gerardo Herrero como conocí a Tanner. En el lejano año 1991, Gerardo quiso hacerse un regalo y decidió producir una película a Alain Tanner. El resultado fue El hombre que perdió su sombra, uno de los films más extraños de Tanner, rodado en Almería en el invierno de 1991 con Paco Rabal, Valeria Bruni Tedeschi, en uno de sus primeros papeles, Ángela Molina y Dominic Gould como su eterno Paul, el personaje con distintos rostros que recorre toda su filmografía. Gerardo me invitó al rodaje y pasé tres días con ellos en Almería y en San José, compartiendo trabajo, cenas y charlas, Fue así como le conocí. Un poco más tarde, Marta Esteban que empezaba a producir, estableció con Tanner una amistad que se prolongó en el tiempo hasta ahora mismo, primero como productora desde Messidor Films (bonito nombre que le homenajea) luego como amiga que ha estado a su lado estos 30 años. Gracias a eso yo he conocido a Tanner mas allá de su trabajo como director. Cuando estuvo en Barcelona rodando El diario de Lady M, estuve con ellos casi todo el rodaje; le volví a ver en Suiza donde vivía y durante la gestación de Flores de sangre, de nuevo en Barcelona. Tanner y yo teníamos además una conexión privada: los dos habíamos nacido el mismo día, con 20 años de diferencia. En todos mis cumpleaños, me acordaba de él y a lo mejor, no lo creo, él, se acordaba de mí. Tanner es un director relativamente olvidado en estos tiempos en que la información corre por otros canales y el cine ya no es un referente vital y emocional. Quizás por eso sus necrológicas, horrible palabra que detesto, han sido más bien frías y de wikipedia. Desde aquí yo quiero recordarle como era, grande, serio, taciturno, guapo, sorprendido de algunas maneras de ser (recuerdo su cara la primera vez que vio que comíamos de un plato que no era el propio con total naturalidad, costumbre que hizo suya sin dudarlo). Tanner era una montaña suiza, aparentemente tranquilo, pero con un volcán dentro. He vuelto a leer la entrevista que le hice en Almería en febrero del 1991 y me he encontrado con esta respuesta suya que me parece perfecta para cerrar este recuerdo de un hombre que perdió su sombra y se colocó fuera del mundo.

“Yo hago un tipo de cine muy sensorial, me gusta contar cosas que pueda ver y tocar. Por eso, cuando pensé rodar en España, como no conozco el país, propuse recorrer Andalucía para ver si los objetos, las calles, la luz, sus gentes, me contaban algo. Intento hacer un cine muy físico. Dirigir es para mí un ejercicio de mirada, no de participación. Y para mirar tienes que tener cierta distancia, tienes que retirarte. Por eso no soy un combatiente, no quiero pelearme con la realidad. Para alguien que ha perdido su sombra, como yo y como Paul y como todos en definitiva, el sentimiento más importante es el de tratar de comprender el mundo que le rodea buscando una cierta verdad en los restos del pasado. Aquí hay pedazos de antigüedad que me cuentan cosas. El paisaje de Cabo de Gata es un paisaje de pérdida, como de fin del mundo, un decorado fuera de contexto.”

 


JEAN-LUC GODARD

Mi relación con Godard no tiene nada que ver con la de Tanner. A Godard no le conocía personalmente, aunque tuve el privilegio de hacerle una de las raras entrevistas personales que concedía cuando presentó en Berlin Yo te saludo María. Pero Godard, con Truffaut a otro nivel, forma parte de mi educación sentimental, emocional y cinéfila. Nunca olvidaré la primera vez que vi Al final de la escapada en el cine Alexandra un día del mes de abril del año 1966. Fue una revelación. Jean Seberg y su cabello corto, como el que yo tenía entonces,  Jean-Paul Belmondo, su “degolasse” del final y su eterno cigarrillo en los labios; las calles de París. Todo era nuevo, vivo. Godard se convirtió en alguien importante. Y lo fue durante mucho tiempo: cuando descubrí Cahiers du Cinéma y empecé a leer sus críticas y entrevistas; cuando fui viendo su cine con Anna Karina, sobre todo Vivre sa vie; cuando vi en Le Mépris lo que se podía hacer con Brigitte Bardot y Fritz Lang; cuando Pierrot explotaba su cabeza. Luego vino el caos mental de la época chinoise y el cine militante. Aquí empecé a desconectar. Pero volví a engancharme en 1980 con Sauve qui peut (la vie). Vinieron después películas que cuestionaban la narrativa pero la respetaban, films donde experimentaba con el lenguaje sin dejar de contar una historia: Prénom Carmen, Yo te saludo María, Detective. Y llegaron sus Histoire(s) du cinéma que vi por primera vez en el festival de Pesaro. Poco después estrenó Nueva ola, en 1990, quizás la última película de Godard que realmente me gustó. A partir de ese momento Godard entró en una deriva ideológica y lingüística compleja que algunas veces me interesaba, Allemagne 90 neuf zero, Elogio del amor y otras me irritaba profundamente. Más que seguir escribiendo sobre Godard me parece mejor recuperar el texto que publiqué en este blog el 13 de diciembre del 2010 donde se explica muy bien cuál es mi sentimiento respecto al impertinente y sombrío Godard: “En el año 68, pocos meses después del famoso mayo parisino, Godard y Anne Wiazemsky estuvieron en Canadá. Su amigo Claude Nedjar les invitó a acompañarle al lejano norte polar para hacer, durante un mes, una serie de emisiones radiofónicas leyendo fragmentos del Libro Rojo de Mao. Se trataba de invitar a la población local a llamar al programa y discutir con ellos las sabias enseñanzas del Gran Timonel. Al cabo de tres días ningún habitante de la zona había respondido a las proclamas prochinas. Eso, unido al frío glacial que hacía en ese norteño lugar hizo que los dos profetas de la buena nueva abandonaran el proyecto buscando tierras más acogedoras. Los tres años siguientes fueron los de la militancia maoísta a través del Grupo Dizga Vertov y su cine de propaganda política. Ese periodo acabó en 1971 cuando Godard sufrió un horrible accidente de moto que le tuvo seis días en coma con fractura de pelvis y de cráneo. Durante dos años, Godard sería un asiduo visitante de los hospitales. El accidente rompió algo más que su cráneo: rompió su relación con Anne Wiazemsky y su colaboración con Jean-Pierre Gorin. También rompió la línea de trabajo emprendida. Durante años Godard buscó un nuevo camino para su cine explorando el lenguaje del video y las nuevas tecnologías hasta que en 1980 decidió volver a un cierto cine narrativo con Sauve qui peut (la vie). Diez años después, en 1990, dirige la que se puede considerar su última película “normal”, Nouvelle Vague. Desde entonces ha ido construyendo una filmografía cada vez mas críptica y encerrada en si misma. Hasta llegar a Film Socialisme con la que tengo la impresión que Godard ha vuelto a encerrarse en un estudio frío y aislado donde no le llegan las llamadas del público, ni el público llega a oír su mensaje. Un mensaje y un lenguaje que se ha quedado petrificado en el tiempo, como si una helada lo hubiera dejado congelado hace treinta años. Porque lo que a nivel cinematográfico era investigación y revolución en los años setenta, ahora no es más que manierismo, una fórmula repetida y aplicada sin sentido que produce la sensación de que no sabe hacer otra cosa. Y en cuanto al discurso político, el cúmulo de lugares comunes, y de ideas preconcebidas de una izquierda que ya era vieja en los años setenta, no soporta un mínimo análisis contemporáneo. Por si no están convencidos y van a ver la película, comparen la acumulación de tópicos sobre Barcelona, (incluido un plano de Iniesta al lado de Hemingway, los toros y las Brigadas Internacionales) para darse cuenta de que todo lo que dice no responde más que a la idea de un hombre que mira sin ver un mundo del que se pretende erigir en portavoz. Una lástima. Y lo dice una godardiana convencida durante muchos años. El peor elogio que se puede hacer de Godard es decir: Godard sigue siendo Godard.”

 Contrapunto


No quería acabar esta entrada con las duras palabras contra Godard . Así que aprovecho la invitación que me hizo Alex Gorina a reivindicar en su programa La finestra indiscreta una película olvidada y traigo aquí como contrapunto mi recuerdo de un un film que Godard adoraba y defendía:

El jardín del diablo, de Henry Hathaway ,1954, con Gary Cooper, Susan Haywarth y Richard Widmark. Hathaway es un director a reivindicar. Considerado menor durante mucho tiempo, si revisamos sus películas podemos ver que estamos ante un autor con un mundo propio en el que los personajes femeninos suelen ser muy potentes. Es el caso de este jardín del diablo en el que cuatro hombres giran en torno a una mujer dispuesta a todo por salvar a su marido atrapado en una mina de oro perdida en las montañas de un territorio sagrado para los apaches. Estamos en 1850 y el arranque de la película no puede ser más inesperado. Un barco varado en las costas de México y tres hombres americanos que tienen que esperar a que se solucione la avería. Son tres seres muy distintos. Un hombre integro con una herida escondida, Gary Cooper; un jugador profesional, espléndido Richard Widmark, que esconde un hombre mejor de lo que se piensa él mismo que es; y un vividor ambicioso y sin escrúpulos, Cameron Mitchel, un secundario habitual y muy eficaz. Cuando la decidida y fuerte Leah Fuller, es decir la pelirroja Susan Haywarth, los contrate para salvar a su marido atrapado, los tres, más un mexicano que se une a la búsqueda, se verán arrastrados a una aventura casi metafísica en unos paisajes que van de la selva al desierto, pasando por un desfiladero que es una auténtica frontera entre la vida y la muerte. El jardín del diablo es un western, pero ni la música de Bernard Hermann ni la puesta en escena de Hathaway, ni siquiera la tipología de los personajes, son los de un western convencional. Revisarla fue un descubrimiento. Me reafirmé en la idea de que las mujeres en el cine de Hathaway son muy fuertes y reconocí la huella de un autor en el sentido que le daban los chicos de Cahiers. Me quedo con una frase de la película que me parece muy importante. “Si el mundo estuviera hecho de oro, los hombres se dejarían matar por un puñado de tierra.”

El jardín del diablo se puede ver en Youtube en muy buena calidad.

El regalo de esta semana está dedicado a Alain Tanner, seguro que le gustaba este cuadro.



viernes, 9 de septiembre de 2022

RIESGOS

 

En la vida muchas veces tenemos que arriesgarnos. Correr riesgos es siempre difícil, no sabemos a qué peligros nos vamos a enfrentar y si saldremos airosos o nos caeremos al vacío. Pero hay que hacerlo, si no, corres el riesgo (este si) de estancarte y de no avanzar. Pero arriesgarse no quiere decir ser irresponsable, Vale la pena intentar medir los peligros y las trampas a las que te enfrentas para sortearlas lo mejor posible. Este párrafo que parece de libro de autoayuda, me sirve como introducción de tres películas que se arriesgan, cada una a su manera.

 


Buena suerte Leo Grande
, de Sophy Hyde

Aquí el riesgo lo asume Emma Thompson, especialmente en un último plano realmente valiente, pero en realidad durante toda la película. La directora es consciente que su papel es el de estar al servicio de la historia pasando lo mas desapercibida posible, Por eso puede parecer que esta aparente obra de teatro filmada sea demasiado sencilla, demasiado convencional. El riesgo está en lo que cuenta, el riesgo está en los personajes. Antes de seguir con los riesgos un apunte sobre la idea de obra de teatro. Su estructura en cuatro actos, su escenario único en una habitación de hotel de la que solo se sale una vez; el estar protagonizada por dos personajes que basan su relación en la palabra, puede hacer pensar en una obra de teatro. Y sin embargo, a mi me parece que el grado de intimidad que se establece entre ellos, no sería posible sentirlo en un escenario. En ese sentido es muy cinematográfica. Volvamos a la historia. Todo comienza de una manera muy banal: una mujer mayor, Nancy Stokes es de decir EmmaThompson, se encuentra en una habitación de hotel con un guapo chico de compañía, Leo Grande, Daryl McCormack, con la intención de tener sexo con él. Hasta aquí nada nuevo y todo un poco sórdido. El primer encuentro no deja buen gusto a nadie, pero hay un segundo, un tercero e incluso un cuarto. Y en esos encuentros podemos ver como los personajes de Nancy y Leo, cambian, crecen, se enriquecen. No cuento más. Aunque si quiero hacer una reflexión sobre el argumento de Buena suerte Leo Grande. Historias de mujeres mayores que seducen o pagan a jóvenes amantes para tener sexo hay muchas en la historia del cine, Me viene a la cabeza la más emblemática, El graduado de Mike Nichols, donde vemos como la maravillosa Anne Bancroft, Mrs Robinson (curioso que Nancy Stokes se llama en realidad Susan Robinson) seduce al graduado Benjamin que interpreta Dustin Hoffman. La otra película que me recordó esta Leo Grande es La primavera romana de la señora Stones (no Stokes, lástima) de José Quintero, con Vivien Leigh y Warren Beatty. Lo que me sorprendió al pensar en estos dos films de los años 60, fueron las grandes diferencias que hay con Leo Grande. De entrada la edad. Anne Bancroft tenía 36 años cuando le tocó hacer de mujer madura y seductora. Vivien Leigh tenía 47 años cuando tuvo que asumir el rol de una mujer que se ve obligada a pagar para tener sexo y compañía. Y aun me acuerdo de otro ejemplo menos parecido que estos, pero también interesante. La Jane Wyman de Solo el cielo lo sabe de Douglas Sirk, tiene 37 años y ya está condenada por sus hijos y por la sociedad a ser una viuda doliente a la que no se le perdona que se enamore de un Rock Hudson de 30 años considerado demasiado joven para ella. Sorprendente y curioso. Emma Thompson tiene 62 años y no solo no está acabada, sino que se atreve a descubrir que hay mucha vida sexual por delante. Hay otras diferencias entre los films del pasado y este, pero no quiero buscar más. Tan solo decir Gracias Sophie, gracias Emma, gracias Daryl por un film lleno de vida.

 


Dúo, de Meritxell Colell

En esta segunda película de Meritxell Colell los riesgos los toma ella, sus personajes se limitan y no es poco, a ponerse en sus manos para que los lleve por donde quiere. Vi este film en el pasado D’A Film Festival y entonces ya escribí de ella. Lo copio: “La película empieza mal, al menos desde mi punto de vista. Una cámara en movimiento muestra a dos actores en un escenario representando una historia. Pero por suerte, el film de Colell no sigue por ahí. Y pronto se abre a una road movie en los Andes del norte de Argentina donde una pareja de actores en gira con un espectáculo de danza se adentra entre pueblos perdidos conviviendo con los indios de esas tierras. Los fragmentos casi documentales de estos encuentros son lo mejor de una historia que va de menos a más, que poco a poco nos va envolviendo en la atmosfera fuera de la realidad de esas montañas donde la Pachabamba preside el ritmo de la vida y en las que Mónica acabará por darse cuenta de la inutilidad de la relación con su pareja. Con evocaciones de Con el viento, protagonizada por la misma actriz Mónica García, este Dúo acaba desdoblándose en dos monólogos independientes. El de él, sumido en la incomprensión del mundo que le rodea, el de ella, integrándose plenamente en ese mundo que la rodea. Con preciosos fragmentos rodados en 8 mm y en digital, la alternancia de los dos tipos de imágenes puntúa el relato de este cuento andino.” No añado mucho más, solo decir que hay que ver este film con los ojos abiertos, dejarse llevar por la cadencia de las imágenes y acompañar a Meritxell y a Mónica, el auténtico dúo, en este viaje por las montañas más altas de Latinoamérica.

 


El acusado, de Yvan Attal.

Aquí los riesgos están muy repartidos. El director, al atreverse con una historia que bordea el precipicio continuamente, su hijo, Ben Attal, que asume el personaje protagonista y a esto sumen a Charlotte Gainsborough, esposa del director y madre del actor, que en la película es la madre feminista y progresista del acusado. Estos son sus riesgos, los del espectador son los de posicionarse frente a una historia llena de aristas, llena de cuchillas afiladas. El acusado habla de los límites del consentimiento (sí es siempre sí, o a veces es sí pero luego no, o a veces es sí aunque me parece que no…) habla de cómo vive una violación la víctima y de cómo vive la no violación el victimario, habla de las derivas judiciales y sociales que destrozan la vida de los dos. Porque ¿fue realmente una violación el encuentro sexual entre Alexander y Mila? ¿Se puede calificar así y por tanto, se tiene que castigar? El film no toma partido y obliga al espectador a decidir. Alexander es un chico inteligente, de buena familia de izquierdas y progresista, estudia en Estados Unidos y en unas vacaciones en Paris, su madre le presenta a Mila, hija de su actual pareja, una joven que viene de un entorno muy religioso y conservador. Cuando Mila acusa a Alexander de haberla violado, se desencadena un proceso judicial que los arrastrará a los dos al abismo. Alexander sostiene que el sexo fue consentido, Mila sostiene que la violó. ¿Quién dice la verdad? Lo que El acusado demuestra es que no hay una sola verdad y sobre todo lo que pone en evidencia es que lo que para unos es parte de la normalidad de una forma de vida asumida por todos, para otros es una transgresión perversa de sus creencias. El acusado hace pensar, provoca discusiones, te deja ante un dilema moral que solo puede resolver cada uno consigo mismo. Yvan Attal observa como un científico y ese es el principal riesgo del director, mantenerse al margen.

 El regalo de esta semana es uno de los cuadros más hermosos y magníficos de Ramon, Le lion vert,  en el que con el que se arriesgó en muchos sentidos.




 

 

 

 

 

viernes, 2 de septiembre de 2022

PACÍFICO

 

 



Pacifiction, Albert Serra

Lo digo de entrada. Me ha gustado mucho esta película de Albert Serra. Lo digo antes de empezar porque es la primera película suya que me gusta (ojo, hablo de gustar, no de valorar si está bien o está mal, si es buena o no es buena). Hay muchas cosas en este pacifico ficción que me parecen muy interesantes.

La primera es lo bonita que es. ¡Se ve todo! Y no solo se ve todo (hay films de Serra que son tan oscuros que ni siquiera se adivina lo que pasa) es que está llena de luz incluso en las escenas nocturnas y tiene unos colores que a veces parecen technicolor. Serra ha sabido sacar partido de un presupuesto alto rodando en exteriores con una brillantez que permite al director de fotografía Artur Tor jugar con todo tipo de luces y encuadres, clásicos y vanguardistas. A veces puede parecer que se emborrachan de belleza, pero no me importa.

La segunda, es lo entretenida que es. La historia de este Alto Comisario de la República Francesa perdido en una isla paradisiaca del Pacifico, es tan atemporal, aunque se hagan referencia políticas muy contemporáneas, que tanto podría pasar hoy mismo como hace cien o doscientos años. Es una aventura de piratas actualizada, con enormes dosis de un humor sutil y las gotas indispensables de denuncia política. La anécdota es muy tenue, pero se sostiene en el paisaje sin perder nunca el sentido.

La tercera es la inteligente combinación de estilos que se conjugan de una forma natural, de manera que a veces parece que estemos en pasajes de la Memoria de Apitchapong Weerasethakul, pero sin la trascendencia del tailandés, otras recuerda al Lynch de Twin Peaks, con sus extraños bares de marineros, o nos evoca la decadente Marguerite Duras de India Song. Todo eso sin dejar de remitirnos al cine de piratas de la Metro de los años 50, mezclando onirismo con realismo sin ningún tipo de pudor.

Pero para mí la mejor prueba de que esta ficción pacífica me ha gustado mucho es que cuando sentí la necesidad de mirar el reloj y ver cuánto faltaba, ¡estaba en el minuto 165! Un minuto después se acababa. El tiempo perfecto, se me habían pasado casi tres horas disfrutando. Y eso es algo que no suele sucederme.

No sé si Pacifiction es una película para todos los públicos, pero sí creo que hay muchos públicos que pueden encontrar algo en ella. Los fans de Serra lo reconocerán en pasajes y diálogos y sobre todo personajes; los no fans de Serra pueden apreciar su lado estético, su clara posición política, menos velada de lo que parece y el misterio de esa isla representado en la ambigüedad de Pahoa Mahagafanau, un auténtico descubrimiento.

Benoît Magimel encarna al desubicado comisario enfrentado a una situación para la que no estaba preparado, como los personajes de las novelas de aventuras del XIX. Y aquí es donde el film de Serra sube enteros para mí, porque una de las consecuencias directas de verlo fue que me provocó el deseo de releer a Robert Louis Stevenson, el escritor que mejor ha descrito la vida en los Mares del Sur, con sus miserias y sus recompensas, con su corrupción y su dignidad. Busqué entre sus novelas y me encontré en Bajamar, el último libro publicado por Stevenson en colaboración con Lloyd Ousborne en 1893, algunos pasajes que bien podrían ser descripciones del escenario de este Pacifiction serrano.




“Por todo el mundo insular del Pacífico, hombres dispersos que pertenecen a las innumerables razas europeas y prácticamente a todos los estratos sociales, se afanan en múltiples actividades y propagan sus enfermedades. Unos prosperan, otros vegetan.”

“La luna, atravesando un mundo de veloces nubes de todos los tamaños, negras unas como borrones de tinta y delicadas las otras como gasa, derramaba su brillo austral sobre el mismo adorable y detestable paisaje: las montañas de la isla coronadas por una nube perenne; la ciudad resguardada, salpicada de escasos faroles; los mástiles del puerto, el sereno espejo de la laguna y el rompeolas en los arrecifes, blanqueado por las rompientes.”

“A aquella hora la isla, con sus suelo de arena blanda, su bóveda de palmas apoyada en pilares vegetales y la luz de las lámparas, presentaba un aspecto irreal que la asemejaba a un teatro desierto o a un parque a medianoche.”

Releer a Stevenson ha sido un placer añadido al disfrutar de una película irregular, si, pero hermosa e inclasificable.

El regalo de esta semana no tiene nada que ver con el Pacífico, y sin embargo, cuando buscaba una imagen para el texto me saltó como llamándome este bodegón con tela naranja que bien podía estar escondido en un rincón de la casa del Alto Comisionado.