sábado, 29 de febrero de 2020

OSOS


(dibujo de Dino Buzzati)

La famosa invasión de los osos en Sicilia
¡Que título tan bonito! ¡Y que bonita historia! He buscado en la biblioteca de casa el libro de Dino Buzzati  y he visto que lo compramos en el año 1983. Hace casi cuarenta años, como eran casi cuarenta los años transcurridos desde su publicación en 1945 hasta que yo lo descubrí. El cuento de los osos vuelve a estar de moda gracias a una preciosa película de animación de Lorenzo Mattotti que acaba de estrenarse. Tres fechas, 1945, 1983, 2020, que me permiten leer esta aventura infantil para adultos de tres maneras distintas. Cuando se publicó en 1945, Italia acababa de perder la guerra, no solo Italia,  también Alemania y Japón. Pero si las terribles dictaduras fascistas habían sido derrotadas, la dictadura comunista de la URSS había salido reforzada. Quizás Buzzati quería alertar de alguna manera sobre eso al construir este relato sobre el abuso de poder de los que han ganado una guerra. O no, y simplemente quiso contar una historia en la que un padre busca a su hijo y eso le lleva a perder su identidad. 
Cuando leí el libro por primera vez no recuerdo bien que pensé, pero imagino que en 1983, lo que me gustó del texto fue el tono de cuento sobre los peligros de querer ser lo que no eres, narrado de una manera sencilla y feliz. Ahora puedo leer el libro y ver la película desde una perspectiva que abarca las dos lecturas. La famosa invasión de los osos en Sicilia es una fábula sobre las dictaduras que se imponen por la fuerza. La que hay antes de la llegada del Rey de los Osos, Leoncio, representada por el feo y vanidoso Gran Duque y la que impone Leoncio cuando le derrota en la guerra y conquista el reino de los hombres apoyado en su valido, el Oso Salitre, auténtico poder en la sombra que manipula y dirige a Leoncio para conseguir todo lo que quiere. Y lo que quiere Salitre es ser como los humanos, renunciar a su identidad de oso, lo que enlaza con la segunda lectura: los peligros de la desculturalización, de la renuncia a lo que eres para ser lo que no eres.
Pero en la versión animada por Mattotti hay mas cosas. El amor de un padre por su hijo es el motor que lleva al Rey Leoncio a bajar de las montañas para buscar a Tonio, secuestrado por los hombres; la responsabilidad hacia su tribu, su gente, es el otro motivo que mueve a Leoncio a dejar las cumbres nevadas de las montañas cuando el hambre empuja a los osos a bajar al valle. En su camino hacia la tierra de los hombres, encuentran un aliado inesperado, y no siempre fiable, en la figura del mago De Ambrossis, quien con su flaca figura, su chistera y su varita mágica los ayuda a enfrentarse a los fantasmas, los ogros y los monstruos. Hay osos buenos, osos fuertes y un oso malvado, Salitre, el mayor peligro para el rey los osos. En la película de Mattotti se han añadido tres personajes importantes: el narrador Gedeón, su hija Almerina y el viejo oso gris de la cueva que escucha el relato que hace Gedeón de la invasión de los osos que acaba en final feliz, para, a continuación. explicarle que la historia no terminó así, sino de una manera muy diferente. 
Cuento para niños que puede disfrutarse a cualquier edad, la película de Lorenzo Mattotti es una preciosa joya de la animación, con los clásicos colores planos y luminosos característicos del ilustrador y un cuidado exquisito en los fondos de paisajes y montañas. Esas montañas de Sicilia que, como dice Buzzati, ya no existen pero existieron. El libro está ilustrado con muchos dibujos del autor que Mattoti ha tenido muy presentes pero no ha copiado en ningún momento. Es como si tuviera una plantilla sobre la que dibujar sus propios osos, sin dejar de ser fiel a los osos de Buzzati. El resultado es una película feliz, sencilla, bonita, con muchas lecturas que se pueden o no hacer, depende de cada uno.
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(dibujo de Lorenzo Mattotti)



EL RINCÓN DE LAS SERIES


(un oso blanco de Ramon)
La materia oscura
Tanto hablar de osos me ha hecho recordar La materia oscura. , una serie de HBO en la que hay un oso muy importante.
La historia transcurre en un universo alternativo parecido, pero no igual al nuestro, donde los hombres viven acompañados de animales llamados daimons, manifestaciones físicas del alma humana de la que nunca pueden separarse. La protagonista es Lyra, una niña huérfana de once años que vive en la Universidad de Oxford junto a su daimon, Pan que adapta la forma de hurón, gato o pájaro, y con un único amigo, el pequeño Roger. La desaparición misteriosa de varios niños, entre ellos Roger, coincide con el descubrimiento de un secreto relacionado con una sustancia llamada el Polvo. Dispuesta a rescatar a Roger y averiguar que es el Polvo, Lyra parte en una aventura llena de peligros donde se encuentra con poderosos enemigos y extraños aliados, entre ellos, un gran oso blanco provisto de una potente armadura. La materia oscura adapta la trilogía del escritor inglés Philip Pullman publicada entre 1995 y el año 2000. Destinados a un público adolescente, (como el de Buzzati estaba destinado a los niños) el éxito de los libros fue inmediato al interesar también a lectores adultos que veían en las aventuras de Lyra en los mundos paralelos que atraviesa, tanto una crítica a las religiones dogmáticas, como una manera entretenida  y muy imaginativa de acercarse a la metafísica, la filosofía y la física cuántica.
El primer intento de adaptación de los libros se hizo en el año 2007 en la película La brújula dorada de Chris Weitz, con Nicole Kidman y Daniel Craig. Pero el miedo a despertar las críticas de la iglesia y los sectores más conservadores del público de Estados Unidos, hizo que la película omitiera muchos pasajes y diluyera su mensaje. El resultado fue decepcionante para todos. Pullman recuperó los derechos de sus libros y en el año 2015 se alió con Jack Thorne, guionista y creador entre otras de This Is England y The Accident, para adaptar las novelas. 
La materia oscura está más cerca de Harry Potter que de Juego de Tronos, pero en realidad no se parece a ninguna de estas grandes sagas literarias inglesas. Es una historia mucho más compleja en la que las tres influencias declaradas por el escritor, la novela romántica El teatro de las Marionetas de Heinrich Von Kleist, la obra pictórica de William Blake y el libro de John Milton El paraíso perdido, se dejan sentir bajo la apariencia de una nueva forma de mostrar la guerra entre el cielo y el infierno. La serie exige un poco de tiempo para entrar en ella. Los dos primeros capítulos sirven para conocer a los personajes y situarnos en su espacio y su tiempo. Pero a partir del tercero, la incorporación de algunos seres fantásticos como el oso Iorek Byrnison y la aparición de William, un chico que desde nuestro mundo está en conexión con Lyra, convierte la serie en una aventura de la que queremos saber cada vez más. De momento se pueden ver los ocho primeros capítulos que en su estreno en Gran Bretaña tuvieron un gran éxito. No gustó tanto en Estados Unidos donde los grupos de presión religiosos tienen la Trilogía de Pullman en el índice de libros prohibidos por blasfemos y ateos. En España, donde la controversia religiosa y el trasfondo filosófico seguramente pesan menos, la serie puede encontrar su éxito simplemente por su excelente puesta en escena y su desbordante imaginación.

Un complemento: Estos días estoy leyendo una novela alquímica titulada Mercurius, de Patrick Harpur. Cuando buscaba información sobre el autor, me encontré con que tiene un libro que se llama Realidad Daimónica. No lo he leído todavía, pero por lo que sé, tiene mucho que ver con lo que se cuenta en La materia oscura. Lo ha publicado Atalanta.





sábado, 22 de febrero de 2020

MONOS



Imaginen una combinación entre El señor de las moscas de William Golding y El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad. Piensen en el rodaje extremo de Deliverance de John Boorman o Apocalypse Now de Coppola. Y coloquen el resultado en un paisaje impresionante y peligroso, misterioso y arcaico en dos variantes: la del altiplano andino y el de la selva amazónica. Esto es más o menos Monos, uno de los mejores films latinoamericanos dirigido por el colombiano Alejandro Landes. Monos es la historia de un grupo de soldados paramilitares que se entrenan en un paraje salvaje de la alta montaña. No sabemos dónde estamos, no sabemos quiénes son, no sabemos porque luchan. No hace falta. Son universales, son casi niños. Se trata de ocho adolescentes obligados a una disciplina férrea ejercida por un instructor al servicio de La Organización. Este grupo de monos tiene dos funciones: cuidar de una vaca lechera, fundamental para la causa y vigilar a una doctora secuestrada no se sabe para qué. La primera parte de la película sucede en medio de este paisaje donde falta el oxigeno y la vida todavía puede parecer un juego. Pero cuando las cosas se complican por su propia estupidez, los monos se ven obligados a huir y se refugian en la selva donde su precario vínculo emocional y vital se resquebraja y todo comienza a desmoronarse entre ellos. Monos en realidad no viene de los animales, los simios, los monkies, aunque a veces los niños soldados lo parecen. Monos viene de mono, uno, único, diferente. Porque este grupo de seis chicos y dos chicas que viven en una burbuja de miedo y falta de moral, son individuos cada uno con su personalidad propia y todos juntos integran un mono único: el escuadrón entregado a la destrucción de algo que ni siquiera saben nombrar. El imponente páramo de Chingaza a 4000 metros de altura, donde se entrena el grupo, y el cañón del río Samaná en plena selva amazónica, en el que estalla la violencia y la desintegración del escuadrón, son los marcos físicos donde se rodó el film con enorme dificultad (eso es lo que la conecta con Coppola más que otra cosa). El resultado es una película de una gran belleza que también se puede entender como una denuncia de todas las guerras absurdas o ideas descabelladas, que arrastran a los más jóvenes en enfrentamientos de los que en realidad no saben nada, ni mucho menos, porqué lo hacen. Cine latinoamericano del bueno.

EL RINCÓN DE LAS SERIES

Una confesión.
Los seis capítulos de Una confesión, que se pueden ver en Movistar, narran una historia mil veces contada: un policía empeñado en resolver un crimen. Pero si solo fuera esto, quizás habría visto la serie (me encantan las historias de policías y ladrones) pero no hablaría de ella. Una confesión es algo más. Primero porque está basada en hechos reales y está construida casi como una crónica periodística. Segundo, porque lo que cuenta no es la investigación para encontrar al malo, (de hecho, éste se descubre muy ponto) sino como una legislación proteccionista consigue que la burocracia de las leyes acabe por convertir en víctima al que ha resuelto el crimen, más que al que lo ha cometido. El tema de esta serie inglesa, eficaz, sencilla, sin pretensiones, es el de cuestionar, no denunciar, la estricta regulación de los derechos de los detenidos. Cuando el detective Fulcher decide no seguir el procedimiento reglamentario porque piensa que aún puede llegar a tiempo de salvar a una persona, ¿está haciendo lo correcto o se está saltando la ley? Conseguir una confesión, la que da título a la serie, sin los avales obligatorios, ¿es válido o por el contrario, sirve para que el criminal se libre del castigo por una cuestión de forma? El derecho que asiste a cualquiera que sea detenido de tener un abogado antes de ser interrogado es incuestionable, pero como casi todo, la aplicación de la ley, las leyes, las que sean, tienen que tener una flexibilidad en función de las circunstancias. Ese el tema de Una confesión: qué hacemos con una reglamentación necesaria, pero demasiado rígida, promulgada como contrapeso a comportamientos policiales poco recomendables, pero que ahora y aquí, debería ser utilizada con cierta libertad. Da qué pensar.

sábado, 15 de febrero de 2020

REGALOS



Esta semana voy a dedicar la entrada a tres propuestas que me han llegado gracias a escuchar las sugerencias de amigos. Son tres regalos. De las dos películas interesantes que se han estrenado, Sinónimos de Navad Lapid y El huevo del dinosaurio de Wang Quan'an, hablaré al final del texto.


Primer regalo, una película en Netflix: Atlantique
Descubrí este film gracias a Marta Armengou que me encargó una pieza para el programa La Cartellera de BTV. Creo que si no hubiera sido por ella, nunca me habría enterado que se había estrenado, perdido en el inmenso marasmo de títulos que aparecen cada semana en las plataformas. Atlantique es una película africana, de Senegal. Está dirigida por una mujer, Mati Diop, la primera mujer de color (y una de las pocas mujeres, sean del color que sean) que participa en la Sección Oficial del Festival de Cannes donde ganó el Gran Premio Especial del Jurado el año pasado. La historia de Atlantique sucede en Dakar, capital de Senegal, en un suburbio de la ciudad donde se está construyendo un rascacielos. Cuando empieza la película nos encontramos con los trabajadores de ese rascacielos que hace meses que no cobran. Uno de ellos, Souleiman, está enamorado de Ada, una chica de 17 años prometida por su familia a un rico empresario. La crisis económica lleva a Souleiman y sus compañeros a adentrarse en el océano en una patera con destino a España. Este es el arranque. Pero a partir de aquí, la película se centra en Ada y sus amigas, las novias de los que han partido, y el film da un vuelco al convertirse en una historia de fantasmas, de extrañas posesiones, de venganza y de amor eterno. La herencia mestiza de Diop, padre senegalés, madre francesa, le permite acercarse a la tierra de sus ancestros africanos con una mirada no colonialista, sino integradora, en la que la magia de la tradición africana se entremezcla con la modernidad de los teléfonos móviles y los ordenadores, en una aventura que descoloca al espectador acostumbrado a ver un cine africano que, o bien retrata la miseria y la crisis social, o es esotérico y fantástico, pero casi nunca las dos cosas juntas. Historia de amor con fantasmas de hombres muertos que vuelven para reclamar lo que les pertenece, mezclada con una investigación policial sobre el origen de unos extraños incendios, el film discurre entre el caos de una ciudad ruidosa y la serenidad de un mar donde cada año mueren tantos jóvenes africanos. En su estreno en Cannes, Atlantique desconcertó a la crítica internacional que no supo apreciar el delicado equilibrio entre un cine muy físico y un relato muy poético. Quizás eso explique que, a pesar del premio, Atlantique no se haya estrenado en cines. Por suerte Netflix la ha recuperado y gracias a eso se puede ver. Si tienen ganas de descubrir un tipo de cine distinto, búsquenla.



 Segundo regalo, un libro: Canto jo i la muntanya balla
Este libro me lo recomendó mi hermana Mireia. El título es muy bonito: Canto yo y la montaña baila. Es de Irene Solà, ganó el Premi Llibres Anagrama de Novel.la, y está escrito en catalán, aunque hay una versión en castellano. Cuando lo leí, entendí porque mi hermana me lo recomendaba. Tiene mucho que ver con el tipo de narraciones que yo misma cuento, que yo imagino, que me gustan. En esta historia de historias, todas escritas en primera persona sean seres reales o no los que la cuentan, hay una Historia que las une a todas de principio a fin: la del hombre que muere atravesado por un rayo, su mujer, sus hijos. Pero eso no lo sabemos al principio cuando conocemos a las cuatro damas de agua, las brujas buenas, y vamos desgranando el relato pasando de uno a otros de las setas al cabritillo, de la poesía a la memoria, de la nieve a la luna, del oso al fantasma. Retazos de vida en los Pirineos que van dibujando un paisaje donde todos y todo tiene algo que decir, algo que hace avanzar la historia del hombre, su mujer, sus hijos. Es un libro precioso, con un catalán tan bien escrito como rico en matices. Su estructura en capítulos cortos es perfecta y fácil de seguir y el mundo que sugiere, el de ahora mismo, porque pasa ahora y aquí, es tan evocador que acabas el libro pensando que quieres irte a esas montañas, conocer a las damas de agua, ver la casa de Mia, correr con la perra Luna o encontrarte con el hombre oso. El libro acaba con esta frase: “Y entonces se hará de día. Primero de color gris, después de color azul y después de color amarillo”. Y nosotros lectores, estaremos sumergidos en el mundo donde se canta y la montaña baila.


Tercer regalo, una serie: Undone, en Amazon
Me habló de esta serie de Amazon, el director Ida Cuéllar y en cuanto llegué a casa la busqué. Y me apasionó. Undone es una creación de Raphael Bob-Waksberg y Kate Purdy, responsables de BoJack Horseman, otra serie completamente loca de dibujos animados.Está realizada con el sistema de Rotoscopia, un particular sistema de animación que consiste en pintar o mejor dicho, iluminar, los fotogramas filmados previamente con actores. Pero si los creadores son una garantía y la técnica es fascinante, lo que hace de Undone algo único es su historia. Una sinopsis rápida diría: Alma tiene 28 años, vive con su novio Sam. Tiene una hermana pequeña, Becca, que está a punto de casarse. Su padre murió cuando tenía once años dejándola abandonada en una esquina, vestida de Dorothy en El mago de Oz. Alma es mestiza de padre judío y madre mexicana. Es sorda desde pequeña, pero lleva un implante que le permite oír perfectamente. Alma se aburre y la atormenta pensar que su vida será una rutina diaria siempre igual. Hasta que una noche, tiene un accidente de coche. Permanece en coma un tiempo y cuando se despierta, su percepción del mundo ha cambiado: ve a su padre muerto y es capaz de moverse en distintos planos temporales. A partir de aquí, Alma se embarca en una misión, averiguar quién mató a su padre. Esta es la historia, pero lo que pasa en esta serie, divertida, inteligente y muy sugerente, es mucho mas complejo. Alma está literalmente dividida entre dos realidades: la vida y la muerte, pero también, la herencia judía y la herencia mexicana; oír o no oír; la vida cotidiana y la vida imaginada; la memoria y los recuerdos; la realidad de la vida o la que aparece ante ella cuando cambia de plano. ¿Es Alma una enferma mental, es una poderosa chamana? Undone habla de temas de física cuántica muy complicados relacionados con los distintos planos de la realidad, los viajes en el tiempo, la posible alteración de la historia, pero lo hace con una sencillez desarmante, sin perder el sentido del humor,  y sin ninguna trascendencia. Eso es lo mejor, su falta de pretensiones al plantear cuestiones aparentemente difíciles. De momento hay ocho  episodios de 25 minutos, pero espero que no tarde en tener una continuación. No puedo dejar de pensar que pasará con Alma.

*****

Dos apuntes de cine
Sinónimos
Heredera del cine del Godard de la primera época, la historia de Yoav, el joven israelita que lo pierde todo al llegar a París y se niega a hablar en hebreo, renunciando a su país y todo lo que significa, es una película política, con un humor extraño y sutil que se desprende de las situaciones inesperadas y absurdas que vive el personaje con su inexpresividad permanente. Sinónimos ganó el Oso de Oro en Berlín el año pasado con esta propuesta arriesgada formalmente, apoyada en el personaje salvaje de Yoav interpretado por un actor de teatro de una fuerte presencia. La imagen de Tom Mercier enfundado en su abrigo amarillo y mirando el suelo, pasará a ser icónica de una cierta rebelión muy contemporánea.

El huevo del dinosaurio
El huevo del dinosaurio es una película diferente como diferente es el mundo que retrata, esa estepa mongola en la que se confunde el cielo con la tierra, donde aparece el cadáver desnudo de una mujer. A partir de este inicio de cine negro, el filme deriva hacia la historia de una pastora indómita, libre, capaz de enfrentarse a los lobos y a los hombres. Hermoso, lento, divertido, El huevo del dinosaurio nos demuestra que hay muchas formas de vivir en el mundo. Es un soplo del aire limpio de la estepa mongola.


sábado, 8 de febrero de 2020

RESISTENCIAS


( esta flor me ha venido a la cabeza mientras escribía, por eso la pongo)

Vida oculta
Un Terrence Malick siempre es un Terrence Malick. Hay de sublimes, hay de menos interesantes, hay algunos que se pierden un poco, pero siempre, siempre, hay algo que distingue y hace interesante su cine. Malick es un caso único. Cuatro películas en treinta años, las cuatro poderosas, importantes, de las que se quedan en la memoria, habían hecho de él un personaje de leyenda, un independiente no solo del cine, sino de la vida. Y luego, en 2011 nos regala uno de los mejores films de siempre El árbol de la vida y a partir de ahí, le entra una especie de frenesí que le lleva a dirigir tres largometrajes (irregulares), un documental monumental Voyage of Time y varios cortos  en apenas siete años para desembocar en esta Vida oculta en la que recupera parte de su buen pulso narrativo, sin perder ninguna de las constantes de su estilo, en el que el paisaje y la espiritualidad se conjugan en un relato narrado desde dentro. La historia de Franz, el campesino austriaco que se convirtió en el primer objetor de conciencia cuando se negó a jurar fidelidad a Hitler en 1943, se empareja aunque parezca una barbaridad con la de Kit, el adolescente de Malas tierras que se niega a jurar fidelidad a la sociedad convencional. Y el amor de Bill y Abby en Días del cielo se reconoce en la fidelidad y lealtad que tienen Franz y su esposa Fani, capaz de hacerles enfrentarse a un mundo en el que no tienen cabida. En cuanto a la apelación a una fe que es tabla de salvación para Franz, también estaba en La delgada linea roja, aunque se tratara de otra fe. Filmada con un gran angular al que hay que acostumbrarse, la belleza de sus imágenes es tan grande como la de El árbol de la vida. Con todo esto quiero decir que Malick sigue siendo fiel a si mismo, a la voz en off, a las palabras susurradas, a la belleza de las montañas y los prados y los cielos. Quizás no eran necesarias tres horas para contar esta historia, no lo sé, creo que a lo mejor hacían falta porque el tiempo dilatado que sufre Franz en su calvario, es muy físico y el espectador acaba sintiéndolo en la segunda hora, la de la cárcel. Quizás no hacía falta que los personajes hablaran en inglés cuando son austriacos, no lo sé, pero creo que si no hablaran en inglés, en Estados Unidos nadie habría ido a ver la película y Malick quería que fueran. Y pensaran. Y creyeran en la fuerza de la dignidad en un mundo cada vez mas indigno. La crítica, internacional y nacional, cargó duramente contra el film cuando se pasó en Cannes. Es comprensible. La crítica más progresista no suele llevar bien una carga espiritual o metafísica, y menos si es de matriz cristiana o católica; la crítica más reaccionaria no responde bien ante las denuncias de la injusticia del poder arbitrario. Resultado: a nadie le gusta. A mí me parece que es una de aquellas películas que recomendaría con cuidado. Vayan a verla si están dispuestos a aceptar estas premisas: belleza, voz en off, mensaje de redención. Si no, mejor no vayan. Yo la disfruté, pero mi experiencia no tiene porque ser compartida.


Solo nos queda bailar
Este film sueco que pasa en Georgia, también habla de resistencia. De otro tipo, pero al fin y al cabo, una resistencia a los que detectan el poder y establecen sus reglas inamovibles contra las que nada se puede o se debe hacer. Estamos en Tiflis ahora mismo. Merav es un bailarín de la Compañía Nacional de Danza Tradicional Georgiana. La danza es el gran tema de esta película. Una danza masculina, viril, una mezcla de regaton y kung fu, se me ocurría mientras la veía, pero de una gran belleza en sus gestos, en sus figuras, en sus enfrentamientos. Una danza de hombres para hombres en la que las mujeres juegan, como en la vida real de ese país, un papel secundario. Pero Merav es diferente, Merav tiene una pulsión homosexual que le lleva a obsesionarse con un nuevo bailarín fascinante y atractivo. Y eso, en la Georgia heredera del mundo soviético, es algo no solo prohibido, sino inconcebible. En la danza tradicional no hay homosexuales, faltaría más. Viviendo en la Europa Occidental a veces nos olvidamos que hay todavía muchos lugares no tan lejanos ni exóticos, donde conquistas sociales y morales plenamente asumidas en nuestra sociedad, se cuestionan, se prohíben y se persiguen. Georgia, como Ucrania o la propia Rusia, son sociedades muy reaccionarias, muy tradicionales, muy religiosas y conservadoras, en las que la libertad individual de ser quién quieres ser, es un desafío constante. Merav no se arriesga a la muerte como Franz en Vida oculta, pero si se arriesga a perderlo todo al plantar cara y bailar la danza georgiana con un aire nuevo, delicado y hermoso. No es una historia de amor homosexual, es una historia de búsqueda de la libertad. Solo nos queda bailar es, además, un gran espectáculo.


Kirk Douglas
El gran carnaval, Dos semanas en otra ciudad,  Cautivos del mal, Retorno al pasado, El  loco del pelo rojo, Los vikingos, Ulises, Espartaco, Senderos de gloria,  El dia de los tramposos, Veinte mil leguas de viaje submarino, Duelo de titanes, El compromiso, Siete días de mayo, La pradera sin ley… son las películas que me han venido a la memoria al saber que Kirk Douglas había muerto. Forman parte de mi paisaje cinematográfico y vital, de algunas me acuerdo cuando las vi por primera vez la mayoría las he visto tantas veces que me las sé de memoria. Douglas tenía algo especial, no era guapo pero si muy atractivo. La cámara le adoraba y conseguía dar a todos sus personajes algo de si mismo. Era el último grande, de eso no hay duda. Para la gente mas joven, es un actor de Filmoteca y de sábado por la tarde en televisión. Pero los que tuvimos la suerte de ver sus películas en estreno, Espartaco sobre todo, es un rostro, una mirada, un hoyuelo, unido a nuestra memoria personal. Y eso, no nos lo quita la muerte.


José Luís Cuerda
Y hablando de muerte tengo que recordar a José Luis Cuerda, un director que era una contradicción en si mismo. Su aspecto de venerable abuelo, se contradecía con su fina ironía, su capacidad crítica y una saludable falta de respeto a lo establecido. Su cine no siempre reflejó este lado ácrata, aunque Amanece que no es poco, es una película fundamental en este sentido. Como lo son La marrana, Así en el cielo como en la tierra, y en cierto modo Tiempo después. Cuerda tenía otro lado más convencional, más políticamente correcto que gustaba mucho a la crítica: La lengua de las mariposas o Los girasoles ciegos. Este también era Cuerda en ejercicio de esa esquizofrenia que le hacía ser un compañero de mesa estupendo porque nunca sabías por donde iba a salir. Me alegro mucho de haberlo conocido, me alegro mucho de haber tenido ocasión de discutir con él y reconciliarme con él. Me sabe mal que se haya ido, creo que aun podía haber hecho más películas políticamente incorrectas o correctas, me da igual.

sábado, 1 de febrero de 2020

MI GRAN PEQUEÑA GRANJA



Esta semana de estrenos ni malos ni buenos, solo voy a hablar de una película. Un documental norteamericano que se llama Mi gran pequeña granja. Me gusta mucho por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Es la historia de John y Molly Chester, que en el año 2010 decidieron dejar su cómoda vida en Los Ángeles (él es un documentalista con varios premios, ella es chef de cocina), para hacer realidad un sueño: crear de la nada una granja de cultivo tradicional en equilibrio con la naturaleza. La formación de documentalista de John le llevó a filmar el proceso desde el primer día, pero no fue hasta el quinto año, cuando se dio cuenta que tenía material para hacer una película que recogiera toda la experiencia. Comenzó a montar al mismo tiempo que seguía  filmando, con la colaboración de la gente que trabaja en la granja a la que dejaba libertad para filmar lo que les pareciera interesante. Narrado por él, el resultado es un documento estupendo de cómo se puede transformar un desierto en un vergel con inteligencia, trabajo, imaginación y dinero bien invertido. No es una utopía, es una realidad. No es un paraíso es un mundo nuevo surgido de la nada. Un film alegre, esperanzador (lo he leído en una crítica y estoy de acuerdo) que demuestra que la colaboración entre las especies  es el camino para el equilibrio con la naturaleza. Apricot Lane Farms es la prueba de que se puede aspirar a mejorar la vida de todos. Viéndolo, me preguntaba porque no hay mas Johns y Mollys en los países africanos, tan ricos en suelo, en naturaleza, tan pobres en ideas y sobre todo, tan explotados y abandonados en todos los sentidos. Volví a verlo hace un par de días y pensé que podía hacer una pequeña guía de la granja utilizando frases de la narración de John:


Abejas
Cuando llegaron estaban todas muertas. Unos años más tarde había enjambres en toda la granja. “Sin duda es una buena señal. Los árboles frutales están bastante felices también”.
Alan York (el amigo)
Experto internacional en granjas de cultivo tradicional. Sus ideas están en la base y en los logros de Apricot Lane Farms: “La idea es emular el funcionamiento natural de los ecosistemas. Se auto regulan gracias a la diversidad para no sufrir epidemias, plagas o enfermedades”.

Animales
Tenían todos los animales que se pueden soñar en un cuento infantil. Todos con una función. “Su mierda era nuestro oro…Tratar de salvar a los animales que un día serán comida, desarrolla un vínculo natural y eso es algo que no tengo procesado del todo”.
Apricot Lane Farms (la granja)
Si quieres saber más de Apricot Lane Farms, esta es su web: https://www.apricotlanefarms.com/


Armonía
“Viviríamos en perfecta armonía con la naturaleza… Para que todo funcione en armonía hay que equilibrar… El truco está en equilibrar las necesidades de la granja con las de la naturaleza. .. El ecosistema de todo nuestro planeta funciona del mismo modo”.
Belleza
“La compleja belleza de nuestra tierra está viva y alberga millones de posibilidades”.
Caracoles
“A los caracoles les encantan los cultivos de cobertura y les chiflan las hojas de nuestros árboles cítricos, lo que comporta que los árboles dejen de dar fruta”.
Coyotes
Atacan las gallinas y los patos. Son una amenaza, pero hay que pensar la forma de utilizarlos, no matarlos simplemente. “Junto con el coyote murió una parte de mi creencia en el poder de un idealismo inflexible”.
Cultivos de cobertura
Los cultivos de cobertura, son cultivos que se siembran con el objetivo de mejorar la fertilidad del suelo y la calidad del agua, controlar malezas y plagas, e incrementar la biodiversidad en sistemas de producción agro ecológicos. (de Internet)

Diversificar
“Es la clave de todo. La complejidad y la diversidad se ayudan y potencian la una a la otra. Veréis una red de vida”. (A York)

Emma (la cerdita)
El día que llegó la granja se completó. Tiene 17 crías en su primer parto. Está muy enferma, a punto de morir. Pero se recupera. Vive con el gallo Greasy. Es el emblema de la granja.
Fruta
Cultivan 75 variedades de frutas con hueso. “La cesta de frutas, es un importante campo de árboles frutales por sus variedades únicas y especiales. Eso es lo que nos da una ventaja en el mercado. Cuando entramos en nuestra tercera primavera, se ha convertido en un paraíso”.
Fuego
“Es el fuego mas grande jamás registrado. Creo que estamos rodeados por tres fuegos… Nuestras buenas intenciones para con la naturaleza no nos protegerán de enfrentarnos a su impermanencia… Si algo hemos aprendido es que el impulso y la esperanza alimentan la suerte, que puede ser algo tan simple como que los vientos cambien de dirección”.
Granja
“La granja tendría árboles frutales, huertos, animales; cultivaríamos albaricoques, melocotones, ciruelas, nectarinas, cerezas, pomelos, guayabas. El huerto tendría flores, hierbas aromáticas, como una granja tradicional del pasado. Sería una vida llena de sentido”.
Greasy (el gallo)
“Es un gallo apaleado y rechazado que necesitaba una casa segura. La coexistencia no se puede forzar”. El gallo se queda a vivir con Emma la cerdita y los dos se hacen compañía.
Intenciones
“Tener buenas intenciones no te protege de las desilusiones y los problemas”
Inversores
“Encontramos inversores que vieron un futuro a esta vieja forma de cultivar”.
John Chester
Conocido director de documentales ha ganado cinco Emmys. Lo dejó todo en 2010 para crear Apricot Lane Farms junto a su mujer Molly.
Lombrices
“Construimos un palacio de proporciones gigantescas para recoger caca de lombriz, lo que Alan llamaba el santo grial del alimento para la tierra.”
Molly Chester
Chef y bloguera muy conocida en Los Ángeles. Lo dejó todo en 2010 para crear Apricot Lane Farms con su marido John.
Monocultivo
La granja está rodeada de grandes granjas de monocultivo.
Moorpark California
Un terreno abandonado de más de 80 hectáreas a una hora al norte de Los Ángeles donde se construyó Apricot Lane Farms.

Naturaleza salvaje
“Está volviendo a nuestra tierra”.
Observación
“La observación seguida de la creatividad es nuestra mejor aliada”.

Patos
“He encontrado algo que a los patos les gusta mas que el estanque. En solo una estación devoraron más de 90.000 caracoles y lo mejor de todo, los convirtieron en fertlizante para los árboles”.
Perros
Caya y Rosie, los perros pastores.
Plaga
“Cada paso que damos para mejorar nuestra tierra, parece crear el habitat perfecto para la siguiente plaga”

Plantas
“Las plantas construyen la tierra. Sin plantas no puede haber fertilidad. Cuanto mas sanas están las plantas, mas pulgón tienen. Cuanto mejor está la fruta, mas pájaros aparecen”.
Problema
“Un problema lleva a una oportunidad… El pasto sobrante es comida para las ovejas… A cada problema que aparecía, primero daba un paso atrás y lo contemplaba. Cuantas más vacas y ovejas, más estiércol. Para las moscas, ésta es la comida para sus crias, las larvas. Pero me di cuenta que las larvas son más comida para las gallinas. Eso redujo la población de moscas a un nivel asumible para coexistir”.
Productos
Más de 200 productos se cultivan y producen en la granja.
Ruinas
“Encontramos las ruinas de la granja de gallinas ponedoras mas grande del mundo, Egg City. Las gallinas ponían 2 millones de huevos al día”.
Salud
“La salud de los alimentos está determinada por la forma en que se cultivan”.
Sequía
“Esta sequía se ha convertido en el periodo mas seco en California en  años. Cuando intentamos conservar agua en ciertas partes de la granja, nos damos cuenta de otro hecho muy relevante. Dependemos completamente del acuífero, una fuente finita de agua subterránea que depende de la lluvia. Igual que nosotros”.
Séptimo año
“Alan nos dijo, que al séptimo año no estaríamos solos en la granja. Y tenía razón. Veréis cosas que no habíais visto jamás”.
Tierra
“La tierra estaba muerta y no teníamos idea como resucitarla. Los animales, el compost y los cultivos de cobertura cumplen el mismo objetivo: resucitar nuestra tierra Todo gira en torno a la salud de la tierra”.
Todd (el perro)
“Lo tenían en una jaula pequeña junto con mastines del Pirineo gigantes, tres veces mas grandes que él. Todd nos dio la motivación. Le prometimos una cosa: nuestra casa sería su última casa. No podíamos abandonarlo. Y nos iluminamos. El sueño de Molly era la respuesta a todo. Cuando Todd murió, la pregunta de quién salvó a quién no era un misterio. Él nos trajo a esta belleza inter conectada que nos rodea”.
Topos
Una plaga que acaba con los cultivos. “Con Rosie la perra cuidando las gallinas, los coyotes se centran en cazar topos. Todas las plagas, hasta los topos, tienen su papel contributivo. Por un lado airean los suelos, pero si tienes muchos topos son un problema. Ahora la ironía es que no tenemos suficientes coyotes para equilibrar la población de topos. Este año hemos contado 87 lechuzas que se han comido una cifra estimada de 15.000 topos”.
Vía Láctea
“Cada vez que veo la Vía Láctea me siento cautivado por su complejidad. Y aún así es fácil olvidar que la Tierra es una parte de ella. Es casi imposible de entender que yo estoy dando vueltas dentro de eso, de lo que veo”.
Viento
“Y no nos olvidemos de una cosa, aquí existe una quinta estación. La estación del viento”.

Esta semana acabo aquí. Con ganas de plantar algo, aunque sea en una maceta. (Los dibujos son de Ramon, alguno hecho expresamente para esta entrada, menos el de la vaca que es de Zoe)
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Una de esas extrañas coincidencias ha hecho que se estrene este documental justo cuando los agricultores españoles han estallado y han saltado a la primera plana de la actualidad con sus protestas. La agricultura es fundamental para la sociedad: sin comida no hay vida (y entiendo por comida, vegetales y animales). Pero es una actividad que hay que respetar en primer lugar y regular en segundo lugar. No se puede despreciar como “un movimiento de las derechas”. Los agricultores no son ni de derechas ni de izquierdas: lo que son es una parte imprescindible de la sociedad a la que se ha dejado de lado. Los mercados marcan los precios sin tener en cuenta a la gente del campo que sufre las consecuencias de incrementos de precios en los materiales (energía), padece las inclemencias (del clima cambiante y feroz) y es tradicionalmente olvidada (cuando no despreciada) por las clases dirigentes. No creo que la solución sea que todo el mundo tenga granjas como Apricot Lane Farms. Los nacionalismos más ultramontanos, amparados en ideas de un ecologismo reaccionario y proteccionista, promueven lo que se llama productos de proximidad solo como idea, sin proporcionar los medios para que eso sea sostenible y posible. No se trata de cultivar tus tomates en una maceta (como me gustaría hacer a mí). Se trata de diversificar la producción agrícola para no depender del monopolio de los precios de determinados productos; se trata de equilibrar la producción para no tener el campo parado durante meses; se trata en definitiva de mirar el sector con ojos del siglo XXI y no del siglo XIX (los tradicionalistas que sueñan con volver al mundo feliz del ruralismo mas atrasado), ni del siglo XX (los que defienden un mercado capitalista monopolizado en grandes explotaciones que solo enriquecen a los que viven lejos de los surcos). No sé cual es la solución, pero creo que lo primero que hay que hacer es respetar un trabajo (y unos trabajadores) sin los que la vida no podría existir.