sábado, 29 de abril de 2023

PRIMAVERA DE CINE

 

 

Cuando llega la primavera Barcelona se llena de festivales. La inesperada, Americana, Ohlalà!, Brain Film Fest. La traca final es la celebración del D’A Festival Internacional de Cine de Autor y del BCN Film Fest. Este año no he podido ir todo lo que me habría gustado a estos festivales. Pero en todos ellos había cosas interesantes. Del D’A no he escrito nada en el blog porque estuve de Jurado de la Critica y solo pude ver las películas que me tocaban de las que no me parece bien opinar. En el BCN si he podido ver algunas cosas, tampoco todo lo que habría querido, pero si unas cuantas.

 


BCN Film Fest

Las buenas compañías, de Silvia Munt

Hay que mirar el pasado para entender el presente. Hay que contar lo que se hizo para apreciar lo que se tiene. Silvia Munt se marcha a Rentería el año 1976 para recordarnos que hubo en esos años de transición grupos de mujeres que lucharon por la legalización del derecho al aborto. Es en este marco donde Silvia inscribe la historia de Bea, una adolescente de 16 años que se suma a los colectivos feministas al mismo tiempo que descubre su propia personalidad.

El cazador de recompensas, de Walter Hill

Casi cincuenta años lleva Walter Hill haciendo películas. Su estilo es inconfundible y todas sus historias son de una violencia estilizada. A sus 81 años, Hill nos regala un western tan clásico como atípico. Clásico porque resuenan en este cazador los ecos de Los profesionales de Richard Brooks; atípico porque su elegante puesta en escena, en tonos sepia característicos de los viejos daguerrotipos de finales del XIX, te sumerge en una atmósfera de cine primitivo. Historia de amor, de amistad, de venganza, de rebeldía y de justicia, El cazador de recompensas me reconcilia con género que me gusta mucho.

Los colores del incendio, de Clovis Cornillac

Basada en una novela de Pierre Lemaitre, esta es una de las mejores películas del festival. Empieza en 1929, cuando Madeleine pierde a su padre y al mismo tiempo lo pierde todo en el crack financiero por culpa de una retorcida trama contra ella orquestada por tres hombres detestables. Cinco años más tarde, Madeleine encontrará la manera de vengarse de ellos con la ayuda de un chófer muy especial y una cantante de ópera maravillosa.

Els encantats de Elena Trapé

Después de dos películas corales y generacionales, después de años haciendo televisión de calidad, Elena Trape ha decidido contar la historia de una mujer sola, aislada del mundo en medio de un paisaje montañoso absolutamente hermoso y abrumador. Irene es Laia Costa, una mujer que se separa por primera vez y durante unos días de su hija pequeña. Enfrentada al vacío y la ausencia, Irene se marcha a un pueblo de montaña. Pero nada conseguirá llenar el agujero emocional que siente en su interior. Fría y cálida a la vez, asistimos al viaje de Irene hacia si misma y la acompañamos en un proceso de duelo y aceptación de una nueva vida.

La impaciencia del corazón, de Bille August

Una clásica historia de amor basada en un relato de Stefan Zweig. ¿Dónde está la tenue línea que separa la compasión del amor, la cobardía del miedo? Anton se enfrentará a ese dilema cuando conozca a Edith. Él es un oficial de caballería; ella es una rica heredera condenada a una silla de ruedas tras un trágico accidente. Estamos en 1914 y el mundo se derrumba a su alrededor.

The Lost King, de Stephen Frears

Un film inesperado en la filmografía de Frears basado en la historia real del descubrimiento de la tumba del rey Ricardo III gracias a la tozudez e insistencia de una mujer menuda, empeñada en desmontar la leyenda negra de este rey al que Shakespeare pintó con crueldad. Fantástica y reivindicativa, es una comedia  ligera, suave, llena de complicidades entre Philippa y su marido y entre Philippa y el fantasma del rey.

Mi crimen, de François Ozon.

Un delicioso film que parece casi un remake salvaje de Los caballeros las prefieren rubias, sin música y con crimen. Una de las mejores películas del festival. Divertida, libre, feliz con una Isabelle Huppert en plena forma en una parodia de la Gloria Swanson de El crepúsculo de los dioses, con un juicio que parece el de Testigo de cargo. Hawks y Wilder en el París de 1935.

Los osos no existen, Jafat Panahi

Desde hace años el director iraní desafía a sus carceleros y represores haciendo un cine en libertad desplegando una enorme imaginación para sortear toda clase de obstáculos y poniéndose siempre en primera persona. Con estos osos inexistentes, Panahi da un paso más y nos cuenta dos historias, las dos reales, las dos ficticias, las dos de amor frustrado, las dos narradas por él. Panahi se va a un pueblo en la frontera turca para dirigir un film en la distancia que se rueda justo al otro lado. Y mientras sus protagonistas viven su historia (real y ficticia), el asiste a un drama local (real y ficticio) en ese lugar donde nadie sabe quién es el extraño de Teherán que se dedica a hacer fotos peligrosas de la gente de la aldea. Un juego de espejos, cine en el cine, libertad en todos los sentidos y, sin embargo, cargada de un enorme pesimismo.

Sica, de Carla Subirana

Película gallega, hablada en catalán, ambientada en los agrestes acantilados y playas de la Costa de la Morte. Una adolescente en busca de un padre perdido en el mar. Olas, cielos, la tormenta real y emocional, agua por todas partes. Sica camina por los acantilados donde escuchará la voz de su padre en una grieta. Misteriosa y lejana.

La uruguaya, de Ana García Blaya

Desde el principio sabes que Lucas acabará mal esa noche. No hay misterio. El relato comienza veinte horas antes de esa primera imagen. Veinte horas en las que Lucas lo va a perder todo aunque paradójicamente, acabe encontrando lo que más necesita. La mirada de una mujer sobre la crisis de los cuarenta años de un escritor sin ideas.

 El regalo de esta semana son unas bonitas flores primaverales



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 21 de abril de 2023

DE ABEJAS Y LIBROS


Hay semanas que los astros se conjugan de tal manera que aparecen películas entrelazadas sin saber cómo ni por qué. Esta semana es una de ellas. Se estrenan dos películas que tienen mucho en común: las dos son operas primas, las dos son de mujeres muy jóvenes, las dos son muy representativas de Euskadi donde se han  realizado, las dos hablan de un mundo de mujeres, las dos tienen en común eso, la comunidad, la colmena: sea la de las abejas, sea la de los libros. Las dos me gustan mucho y las dos creo que son películas importantes. Pero también hay diferencias.



 

Las abejas: 20.000 especie de abejas, de Estibaliz Urresola Solaguren

Lo común: Estibaliz tiene 38 años, nació en Bilbao, vive cerca de Donostia y tiene una filmografía con  cortos importantes, el que más Cuerdas del año pasado con el que ganó un premio en la Semana de la Critica de Cannes. Su primer largometraje, 20.000 especies de abejas estuvo en la Berlinale y volvió con un premio para su pequeña y estupenda protagonista Sofía Otero. Estibaliz se acerca en este film delicado y humano al tema de la infancia trans en el caso concreto de Aitor que quiere ser Lucía. Es evidente que este es el tema dominante en la película a la que hay que agradecer que facilite un debate sereno sobre un problema muy complejo. Pero a mí me gusta más el dónde se inscribe el conflicto de esta niña: la familia, las mujeres de la familia, la vida en un pueblo que no es rural, la crisis de la creación, las abejas y su significado. Aitor que a veces es Coco y acaba siendo Lucía, es el hijo pequeño de una familia que vive en el país vasco francés. Junto a su madre y sus hermanos, Aitor va a pasar el verano en un pueblo a este lado de la frontera, en casa de su abuela. Allí será donde explote su deseo de ser lo que de verdad es. Allí, entre una madre perdida en sus frustraciones como escultora de una vieja y desconocida tradición creativa, la escultura a la cera, Aitor/Lucía se siente comprendida; allí, al lado de una tía abuela solitaria que se ocupa de las colmenas, sabe que las abejas sirven para curar y que su organización social es un refugio al caos del mundo que nos rodea, Aitor/Lucía se siente protegida. Estibaliz construye una colmena en torno a estas tres mujeres. Las abejas, el espíritu de la colmena, preside todo el relato. Las abejas son las guardianas de la biodiversidad, sin abejas el mundo creo que desaparecería. Las abejas son 20.000 especies como hay miles de especies humanas, todos somos diferentes, todos somos varias cosas a lo largo de nuestra vida, como las abejas, que diversifican sus roles en función de su tiempo vital. Las abejas construyen un orden jerárquico envidiable, donde cada uno de los individuos sabe lo que tiene que hacer para que funcione la comunidad. La colmena de Estibaliz va encontrando ese equilibrio a medida que avanza la película y unos y otros, familia, amigos, van estableciendo su relación con Coco/Aitor/Lucía. 20.000 especies de abejas es una película de las que dejan una huella, pequeña a lo mejor, pero imborrable.

Mini ciclo de la miel y las abejas

El espíritu de la colmena, Víctor Erice, 1973 (Flixolé)

El apicultor, Theo Angelopoulos (no sé dónde se puede ver, pero debe haber un DVD)

Miel de Ssemih Kaplanoglu, 2010 (Filmin)

Honeyland, Tamara Kotevska y Ljubomir Stefanov, 2019 (Filmin)

 

 


 

Los libros: A los libros y las mujeres canto, María Elorza.

Lo común: María Elorza tiene 35 años, nació en Vitoria, vive en Donostia y tiene una filmografía de cortos importantes. Su primer largo, A los libros y las mujeres canto, se presentó en el Festival de San Sebastián donde ganó el sorprendente y muy esperanzador Premio de la Juventud. Las mujeres del título son cuatro amigas, Toni, la italiana madre de María, Vicky, la catalana con un pasado político; Loreto, la castellana con un gran sentido del humor y Wal, la alemana, melancólica y romántica. Las cuatro forman una comunidad, una colmena, construida por años de amistad y por años de convivencia con los libros. Todas tienen bibliotecas en las que María aprendió a amar los libros, a disfrutarlos de manera muy distinta en cada una de ellas. Hablar con estas mujeres era una aventura que se sabía donde empezaba pero no donde iba a conducir, como cuando empiezas a leer un libro. Una llevó a lo mas material, las estanterías; otra en cambio abrió la puerta a la biblioteca ambulante, la tercera se convirtió en  espectáculo con los disfraces; y la cuarta descubrió un amor perdido. María juega y charla con ellas y comparte con el jardín, el mundo de las abejas, las flores secas. La quema de libros a veces sanadora, tantas veces represora, la idea del bibliocausto es impresionante, está muy presente. Los libros como amigos y compañeros. María lo ilustra todo con fragmentos de cine, casi siempre mudo, bonito contraste cuando hablamos de palabras y vemos solo imágenes mudas. En una biblioteca hay poesía, novela, ensayo, hay libros de historia o de arte y hay libros en muchos idiomas. Por eso en el documental María utiliza todo eso, idiomas distintos, lenguajes diferentes, formatos variados. Los créditos iníciales son una maravilla con imágenes pictóricas de mujeres leyendo a lo largo de la historia, los créditos finales son preciosos en esas figuritas de mujeres leyendo. Y en medio risas, sueños, libros, canciones, flores y vida, mucha vida. Cuando vi la película en el festival escribí unas pocas líneas: “Una de las películas más bonitas que he visto. Libros, mujeres, canciones, idiomas, lenguajes, historia, imágenes, humor, política, los libros como elemento de unión. Preciosa.”

 

El regalo de esta semana es un dibujo que Ramon ha hecho expresamente para esta entrada: una abeja y un libro. ¡Feliz Sant Jordi!



sábado, 15 de abril de 2023

TRES PELÍCULAS FRANCESAS


El cine francés puede ser irritante, convencional, independiente, atrevido, comercial, innovador. Vaya, como cualquier otro cine europeo. La prueba la tenemos en tres films franceses que se estrenan esta semana: una espectacular adaptación literaria, una bonita película, un thriller político.

 


La adaptación literaria. Los tres mosqueteros: D’Artagnan de Martin Bourboulon.

Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas, es uno de esos libros que identifico con  mi infancia. Lo leí en México antes de cumplir los 12 años. Me gustó muchísimo, me encantaban las aventuras del gascón deslenguado D’Artagnan, su amor por Constance, la lealtad del Todos para uno y Uno para todos, la maldad de Milady de Winter, la traición del Cardenal Richelieu, el rey, la reina, los palacios. Todo era bonito y sin referentes para mi que era incapaz de imaginar un palacio o una reina como no podía imaginar que el castillo de Cenicienta existiera de verdad. La historia europea quedaba muy lejos en ese México de los primeros sesenta. De pronto, un día, en la televisión, todos esos personajes y lugares adquirieron caras en una película musical inolvidable Los tres mosqueteros de George Sidney con Gene Kelly bailando espada en mano enamorado de June Allyson y la rubia y malvada milady que hacía Lana Turner. Desde entonces he visto más dartagnanes, mas miladys y mas constances, pero esa primera película musical es para mí la mejor de todas. Hasta ahora. Al empezar a escribir sobre esta versión de la eterna novela de Alejandro Dumas, me he dado cuenta de que siendo un libro tan profundamente francés, y siendo los franceses tan aficionados a adaptar sus clásicos, no hay en el cine francés ninguna película recordable sobre los mosqueteros del rey. Hay varias versiones americanas o inglesas mas o menso fieles, más o menos interesantes (la de Richard Lester es quizás la mejor), pero ninguna francesa. No le encuentro explicación. Por eso, quizá, me ha gustado tanto esta aproximación al libro. Empezando por el casting, en especial el papel del rey al que Louis Garrel le da toda su ironía y humor y al que se nota que está disfrutando con el disfraz de monarca absoluto. Disfrutar, esa es la palabra clave de esta película. Disfrutan los actores haciéndola, Vincent Cassel taciturno y callado como un atormentado Athos, Romain Douris, un libertino, elegante y contradictorio Aramis, Pio Marmai, un Porthos humano, cercano y leal y D’Artagnan, encarnado en una versión de Gene Kelly menos saltarina por François Civil. Sin olvidarnos de la misteriosa y conspiradora Milady de Winter en el cuerpo y la mirada de Eva Green. Todos se divierten en las peleas, en los bailes. Cada generación tiene su Mujercitas y cada generación tiene sus Mosqueteros, podríamos decir. Y ésta, siendo fuel en la historia, en las localizaciones, en el vestuario, en todo, (los franceses juegan con ventaja, tienen el Louvre) es también un reflejo de nuestro tiempo. He dicho muchas veces que las películas tienen dos tiempos: el tiempo que retrata la historia que se cuenta; el tiempo de cuando se ha hecho la película. Por eso los mosqueteros de Kelly son felices y saltarines, y estos de ahora mismo, en cambio, son más abiertamente políticos. No recuerdo si en la novela tenía tanta importancia las guerras de religión entre católicos y protestantes, cuando la leía no tenía ni idea de que hubiera católicos y protestantes. Pero ahora esta conspiración política, casi un golpe de estado, se cuela en la película de una manera orgánica haciendo que la aventura de recuperar el collar de la reina para salvar su reputación, sea algo mas que un simple folletín. Yo también he disfrutado y estoy deseando ver la segunda parte de este díptico aventurero.

 


La bonita película: Scarlet de Pietro Marcello

No conozco la novela en la que se basa este precioso film, obra de un escritor neoromántico ruso, Alexsander Grin, del que no había oído hablar y al que me han entrado ganas de conocer. La novela se llama El velero rojo. La película Scarlet. Rojo de las velas en este caso de un avión, rojo del vestido de Juliette. Pietro Marcello tiene una manera de filmar inconfundible. Utiliza como nadie el material de archivo manipulado, coloreado, como fondo de sus historias. Ya lo hizo en la estupenda Martin Eden y lo vuelve a hacer ahora en Scarlet. La historia comienza al final de la primera guerra mundial, cuando Raphael, un soldado francés, vuelve a su pueblo para descubrir que su mujer ha muerto y tiene una hija pequeña, Juliette. Raphael se instala en la granja de  Madame Adeline y empieza a trabajar de carpintero. Porque Raphael tiene un don en las manos. Viendo la película pensaba si Marcello habría hecho un casting de manos y de ojos azules mientras buscaba a su Raphael, porque tanto las manos como los ojos son fundamentales en el personaje. El actor escogido se llama Raphael Théry, y Julliette se llama Juliette Jouan, una desconocida adolescente de largas piernas y voz envolvente, convencida de que las velas rojas la sacarán de ese pueblo donde ha crecido. Delicada y poética, musical en el mejor sentido de la palabra, ( a Jacques Demy le habría gustado mucho) Scarlet es un cuento de hadas moderno con príncipe azul que llega del cielo y un ligero pero importante sesgo reivindicativo de las mujeres: la soñadora y rebelde Juliette, la fuerte y cálida Madame Adeline, la inquietante maga del bosque. De todo lo que se ha publicado sobre este film me quedo con una frase de Variety : “No llega a ser un cuento de hadas pero, ciertamente, a veces lo parece. Es más pequeña, dulce y sensible que los trabajos previos de Marcello”. Lo dicho, es bonita.

 



El thriller político: Novembre de Cédric Giménez

El noviembre del título es el de los atentados en París la noche del 13 de noviembre del 2015. Se puede decir que es el contraplano de Un año, una noche de Isaki Lacuesta. Allí eran las victimas las que contaban su historia, aquí son las fuerzas de seguridad de la lucha antiterrorista metidos en una incansable búsqueda de los responsables del atentado. Durante cinco días seguimos a Fred, Heloise, Inés y los muchos policías que se entregaron en cuerpo y alma a llegar hasta el corazón de los yihadistas que dejaron más de 130 víctimas en una noche de terror.  No hay misterio ni hay intriga en este trhiller de acción más americano que francés. No hay espacio para la empatía, no hay lugar para la reflexión, hay acción y decisiones equivocadas y acertadas, dudas, decepciones, intuiciones y urgencia. Tiene pulso y tiene fuerza para mantenerte sentado en la butaca. Y al acabar de verla, te permite recordar tanto el emocionante film de Lacuesta, como el impresionante documental de Gedeon Naudet 13 de noviembre. Atentados en París. Los tres films juntos componen un retrato estremecedor de uno de los atentados más trágicos del siglo XXI. 

El regalo de esta semana es especial. Es una acuarela de nuestra gata, La Negrita, no tiene nada que ver con nada, pero me gusta mucho.



 

 


 

 

sábado, 8 de abril de 2023

TRES PROPUESTAS

 

En esta semana de vacaciones, procesiones y sensación de vacío, tengo tres propuestas muy distintas: Una película, una novela, una serie.



La película: El inocente, de Louis Garrel

Ser nieto de Maurice Garrel, y ser hijo de Phillippe Garrel y Brigitte Sy, es algo muy difícil de gestionar si te quieres dedicar a la actuación y a la dirección. Louis Garrel lo ha intentado desde hace muchos años. Como actor se dio a conocer en 2003, cuando tenía 20 años, en Soñadores de Bertolucci; como director, tras varios cortometrajes, dirige Los dos amigos en el 2015 donde aparece por primera vez su alter ego Abel, el personaje que ha crecido con él metido en su rostro hierático y en su permanente perplejidad ante el mundo que le rodea. Gracias a Abel, Louis ha conseguido despegarse de la sombra de su abuelo, el actor Maurice Garrel y alejarse de la doble sombra de su famoso padre, Phillippe, uno de los directores fundamentales del cine francés desde hace cuarenta años, (los que tiene su hijo) y de su madre, Brigitte Sy, una actriz de teatro de fuerte personalidad. Louis ha optado por hacer un cine ligero, sutil, con un humor juguetón en el que trata temas muy serios sin que lo parezca. En este inocente, Abel es el hijo de Sylvie, una estupenda Anouk Grinberg, que, como su auténtica madre Brigitte Sy, se casa con un condenado en prisión ante la incapacidad de Abel para impedirlo. Partiendo de esta premisa, Garrel despliega una deliciosa comedia de enredos entre dos parejas, la de su madre con el presidiario Michel, el rocoso Roschdy Zem, la de Abel con su amiga Clemence, Noémi Merlant en un papel divertido y burbujeante. Metidos en una historia de un atraco delirante, estos cuatro personajes se dirán las cosas más verdaderas en los momentos en que están jugando a ser lo que no son. Ingenua, inocente, cómica, ligera, son algunos de los adjetivos que se han aplicado a este nuevo episodio de la vida de Abel/Louis que yo me atrevo a recomendar a quien quiera disfrutar de una comedia inteligente y de una historia que nunca es lo que parece ser.

(En Filmin hay dos películas Louis Garrel: Un hombre fiel y Un pequeño plan)



La novela: Un cor de neu, de Anna Manso. La Magrana

Conocía a Anna Manso en su faceta de escritora de cuentos para niños o de columnista en la divertida colaboración La pitjor mare del mon (La peor madre del mundo) en el diario Ara. Pero no sabía que también es una excelente novelista de libros para adultos, como demuestra en Un cor de neu. La protagonista de esta historia es Sara, una mujer de 65 años, escritora de libros infantiles y juveniles, aquí Manso se mueve en territorio conocido, que vive aislada en medio de un bosque de grandes árboles. Un día de invierno, una gran nevada la pilla en medio de un paseo y una mala caída esta a punto de acabar con su vida. Si no fuera por la aparición de un lobo que la salva,  Sara habría muerto irremediablemente. Pero lo interesante empieza cuando Sara se da cuenta de que puede hablar con ese lobo sabio, y cansado que acepta irse a vivir con ella y su gato en la casa del bosque. Desde la aparición de Imposible, nombre que le da al lobo por ser imposible que hable, la tranquila y ordenada vida de Sara empieza a cambiar, dándole la oportunidad de arreglar terribles errores cometidos en el pasado. Pero no será fácil dejarse aconsejar por el lobo, ni dejarse llevar por los sentimientos. Que en una novela como ésta se juegue a lo fantástico de los cuentos infantiles donde los animales hablan sin que parezca extraño, es uno de los alicientes de Un cor de neu. No el único, pero si el más atractivo. Vale la pena leer la novela con la mente abierta a que lo inverosímil conviva con una dura realidad, aceptando todas las contradicciones de Sara y sus errores del pasado y del presente. 

 


La serie. El agente nocturno Netflix 10 episodios

No sé explicar qué tiene esta serie, pero es adictiva. No puedes dejar de verla aunque te digas que es más de lo mismo, que cuántas veces te han contado historias de conspiraciones en la Casa Blanca, que lo que le pasa a este agente del FBI lo has visto antes en las películas de Bourne, que la adrenalina que despierta es deudora de 24 la mítica serie de Kiefer Sutherland. Y vaya, de repente te das cuenta de que los creadores de este thriller político son muy conscientes de estos antecedentes. Su protagonista se llama Peter Sutherland y el actor elegido, Gabriel Brasso. es casi un Matt Damon joven, inexpresivo y perplejo como el Bourne que le hizo famoso. En El agente nocturno se juega a que nadie es de fiar, más que el protagonista y la inteligente Rose, la testigo que debe proteger si quiere llegar al fondo de una conspiración de múltiples brazos en el seno de la Casa Blanca. En esto El agente nocturno toma como referente otro clásico del espionaje: Los tres días del Cóndor, donde Robert Redford, con la ayuda de Faye Dunaway, también desenmascara una oscura conjura en Washington. Me ha gustado mucho. No sé si es buena o no, pero cumple lo que promete: entretenerte con una aventura inteligente de espías y traidores, de asesinos con problemas emocionales y de agentes de Seguridad Nacional mas listos que sus superiores.  Y cierra bien la historia dejando la puerta abierta a nuevas aventuras de Peter y Rose. 

El regalo de esta semana es un poderoso lobo de Ramon dedicado a Anna Manso.