Estamos en la semana más
quieta del año. Según para quién, claro. Los bomberos, los voluntarios, la UME,
no tienen un momento de calma. Ni los vecinos de los pueblos que ven como su
vida se quema literalmente ante sus ojos. El fuego lo domina todo esta semana:
la tierra, el cielo, las noticias, la política. Unos reaccionan ayudando, otros
reaccionan burlándose, unos lo miramos desde lejos y con temor, otros lo viven
como una realidad que anuncia lo que vendrá. Los fuegos y el calor dominan las
pocas conversaciones de este verano caluroso como ninguno. Desde casa, miro con
prevención las montañas que rodean Barcelona y aporto mi granito de arena
regando no solo mi jardín (menos mal que parece que la sequía se ha acabado),
también la calle y el terreno de al lado
donde crecen las hierbas secas. Soy muy mayor para ir de voluntaria y
supongo que estorbaría más que otra cosa. Y además, me quedaría embobada porque
el fuego, en su devastación insondable es un espectáculo fascinante, único en
su grandeza destructora. Con esto no quiero decir que me gusten los fuegos,
pero si el fuego de una chimenea, de una hoguera de San Juan, me hipnotiza,
¿qué pasaría si me viera frente a una lengua de fuego de kilómetros y de gran
altura? Cuando estos fuegos se consigan controlar y se haga balance de los
daños (materiales, forestales, humanos y políticos) habrá que preguntarse
porque han sucedido. Encontrar respuestas e intentar soluciones preventivas es
tan importante como apagarlos. El campo está abandonado, los bosques
descuidados, los pueblos vacíos o aislados. Entre otras cosas, es en ese
espacio de lo que se llama la España vaciada donde hay que poner el acento.
Pero eso no sucederá mientras sea más importante atacar que sentir empatía. En
fin, en esta semana de silencio y calima, de sol implacable, lo único que nos
queda es encerrarnos en casa. Leer o ver pelis o series, o simplemente estar
con uno mismo. Así que hay van cuatro Propuestas de verano: un libro y tres
series.
Un
libro. El gran libro de los gatos
Edición de Jorge de Cascante, ilustrado por Alexandre Reverdin Blackie Books
Si te gustan los gatos te encantará este libro; si no te gustan los gatos, te encantará este libro. ¿Cómo es posible? Pues si es posible porque este libro sobre gatos es en realidad una antología de poemas, relatos, fragmentos y Maullidos que han tenido a los mininos como protagonistas. (A favor del autor debo decir que también tiene El gran libro de los perros). No es un libro para leer seguido, hay que mirarlo como si fuéramos gatos: acercarse a él, olisquearlo, darle algún golpecito con la pata a ver si se mueve, demostrarle una indiferencia que no sentimos y al final rendirse a sus muchos y variados cuentos. Algunos me han encantado, otros ya los conocía, también hay que me han aburrido un poco y como buena gatuna, los he dejado de lado, no se debe perder el tiempo con lo que no te apetece cuando se puede seguir buscando auténticas joyitas. Y si no se tiene ganas de leer algo más largo, te puedes divertir con los ocurrentes Maullidos. Un solo ejemplo para no agotar: “Ningún gato debería subirse a la mesa del comedor durante la cena a no ser que esté convencido de poder estar a la altura de la conversación.” (Fran Lebowitz). No se puede acabar de maullar este libro sin hacer referencia a los maravillosos dibujos de Alexandre Reverdin. Nunca un gato tuvo tantas versiones, expresiones, y caritas. ¡No hay uno igual al otro! Como tampoco hay un gato igual a otro.
Serie
1 Indomable. Estados Unidos, 2025
Netflix
A ver, no es una gran serie.
Su historia es previsible y sus personajes los hemos visto muchas veces.
Entonces ¿Qué hago recomendándola? Pues sí, la recomiendo, porque solo por sus
paisajes ya vale la pena verla. Está ambientada en el Parque Nacional de
Yosemite, en la Sierra Nevada de California, un lugar impresionante en su
grandeza, en sus cumbres, en sus bosques, en los ríos y lagos. Todo empieza en
uno de las montañas más emblemáticas del parque, la pared de granito de El Capitán.
Mientras suben su peligrosa muralla, unos escaladores ven caer el cuerpo de una
mujer. El encargado de averiguar qué ha pasado es Kyle Turner, un agente
especial que trabaja como investigador del Servicio de Parques Nacionales en
colaboración (más bien mala) con los rangers, la policía forestal del parque.
Como se pueden imaginar, Turner es solitario, arisco, desagradable, prefiere ir
a caballo que en coche, tiene un secreto dolor y no sabe cómo controlarlo. Pero
Turner encuentra una compañera perfecta en la figura de Naya Vasquez, una joven
policía de Los Ángeles que ha pedido el traslado a Yosemite. La historia está
bien contada, pero a mí lo que me mantuvo ante sus seis episodios fueron los
paisajes. Yosemite es un lugar para señalar en mi mapa de sitios a los que
nunca iré, pero es igual, porque mi mapa de espacios inolvidables es otra forma
de viajar.
Serie
2 Escandalosas, Sarah Williams.
Movistar+
Con estas chicas no viajas en el espacio pero si en el tiempo. Estamos en Inglaterra en 1932, donde las seis hermanas Mitford viven al margen de las reglas que su aristocrática familia debería encarnar. Ninguna sigue las normas. Nancy, Pamela y Diana son las tres mayores, Unity, Jessica y Deborah, son las tres pequeñas. Tan solo hay un hermano, Tom, heredero único de la escasa fortuna familiar que queda. Nancy tiene 28 años, está soltera y es escritora sin demasiado éxito (más tarde se convertiría en una gran novelista). Pamela tiene 25 años, es independiente y le gusta vivir en la naturaleza. Diana tiene 22 años y está casada con un rico barón. Unity tiene 18 años y las ideas claras de lo que quiere. Jessica tiene 15 años y también tiene las ideas muy claras, aunque en otra dirección. La pequeña Deborah tiene 12 años y mira a sus hermanas fascinada. Las seis, su hermano, sus padres, su mundo, parecen una creación de Julian Fellowes, el padre de Dowton Abbey y La edad dorada. Pero no.
Porque estas
seis escandalosas, avanzadas y distintas hermanas existieron de verdad y
dejaron su huella en la literatura, Nancy: en el ecologismo, Pam; en la
política Diana, Unity y Jessica; y en la aristocracia, Deborah. El retrato que se
hace de la alta sociedad inglesa de esos turbulentos años es una pequeña
lección de historia. Porque todos los personajes que aparecen fueron reales y
todas las relaciones que se cuentan fueron exactamente así. La serie está
basada en la novela de Mary Lovell, The
Mitford Girls, y está narrada en primera persona por Nancy, que no duda en
interpelar al espectador saltándose la cuarta pared. La aventura de Diana y
Unity con el nazismo, incluso con Hitler al que conocían personalmente y con el
que acostumbraban a cenar, es un buen ejemplo de cómo anida el fascismo en el
corazón de cierta aristocracia conservadora. Pero el que Jessica sea comunista,
también es un buen ejemplo de la forma en que las ideas socialistas arraigaban
entre ciertas capas sociales. Entre diálogos ingeniosos, situaciones
divertidas, amores y desamores, presentación en sociedad y presentación en
Nuremberg, amistades y rivalidades, la serie avanza en la década de los treinta
y nos deja con las ganas de saber qué pasó con las seis hermanas durante la
guerra y después. Siempre podemos leer sus biografías en Wikipedia, pero no
tendrá el mismo aroma gamberro, la misma elegancia de su vestuario realmente
magnífico, ni la misma ironía y gracia con la que estas chicas se enfrentan a
escándalos, divorcios, infidelidades y extremismos políticos.
Serie 2 Vera Filmin 2011-2025 14 temporadas
Vera es Vera Stanhope, y Vera
Stanhope es Brenda Blethyn. Ninguna otra actriz podría ser Vera. Vera, creación
de la novelista británica Anne Cleeves, es una policía atípica, una mujer
mayor, más bien gordita, que viste invariablemente una gabardina y un gorro
arrugado encima de vestidos floreados y chalecos de lana. Vera es la jefe de
homicidios de la región de Northumberland, en el noreste de Inglaterra. Cada
temporada tiene cuatro episodios de una hora y media que se pueden ver de forma
independiente, aunque hay una ligera historia que se mantiene entre todos ellos
y un equipo de policías fieles a los que vemos envejecer en la pantalla. No en balde pasan 15 años entre la primera y la última temporada. Este verano tórrido
y quemado, ver un capítulo de Vera
cada tarde, antes de cenar, se ha convertido en un refugio climático. Porque
Vera es una serie inteligente y a ratos divertida; porque los asesinatos que
siempre resuelve la sagaz detective son muy distintos y los métodos empleados
también; porque los espacios naturales, los espacios urbanos y los espacios
humanos que aparecen son el mejor documental que se pude hacer de la Inglaterra
pre brexit y postbrexit. Porque el equipo que la acompaña fielmente funciona
perfectamente en sus papeles, en especial el sargento que es su mano derecha y
que ha cambiado una vez (en lo que yo llevo visto), una especie de hijo
adoptivo para la solitaria Vera. Y luego está su coche, un jeep de la vieja
escuela, como ella. Vera, su jeep, su gorro y su ironía me han conquistado.
Menos mal que aún me quedan seis temporadas para llegar a septiembre.
El regalo de esta semana es la
Negrita en una de sus visitas al estudio de Ramon
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