lunes, 19 de abril de 2010

DE VOLCANES Y AVIONES



(la T2 de El Prat no necesita del volcán para mostrar su abandono y desolación)
El día que volvía de Terrassa, coincidió con el peor día de la crisis del volcán. Europa estaba paralizada, el caos reinaba en los aeropuertos; el fin del mundo estaba cerca…

Ante la erupción del volcán islandés constato que LA NATURALEZA existe y que la TIERRA está muy enfadada. Pero también me pregunto varias cosas.

1º ¿Por que no nos han enseñado ni una sola foto de la nube de cenizas que aterroriza a Europa y la paraliza, devolviéndola a cien años atrás? Desde el jueves no se ha visto un solo mapa del Meteosat ni hay una sola foto desde la Estación Espacial desde la que, se supone, la nube de cenizas se debe ver estupendamente si es cierto que cubre toda Europa desde Irlanda hasta Moscú, del Polo Norte a Italia. La verdad es que me resulta muy sospechoso que nadie la haya visto y también me resulta muy sospechoso que los cielos de Francia e Inglaterra estuvieran azules y con un sol radiante mientras se suponía que nos sumíamos en el Apocalipsis. Soy muy dada a las conspiraciones, pero la verdad es que esta nube fantasmagórica me hace pensar en un Expendiente X. En algún lugar escondido y remoto hay un cerebro maligno que no quería que NADIE volara por el espacio aéreo europeo durante cinco o seis días. Y el caos reinó en la tierra para beneficio de alguien, eso seguro. Pero ¿de quién?

2º ¿Por qué hay tantos vuelos diarios en Europa? ¿A dónde va tanta gente? ¿Es necesario moverse tanto? Estoy segura que de todos los miles y miles de pasajeros que se han quedado en tierra estos días, un 80% no volaban por trabajo. No estoy en contra de las vacaciones y el turismo, Pero ¿es imprescindible llenar aviones solo porque son baratos para pasar dos días o tres en cualquier lugar ? Creo que el mundo se ha vuelto un poco loco y se ha perdido el sentido del placer del viaje.

3º Francia se ha retratado. El país de la libertad, la fraternidad y la igualdad, demostró tener muy poca solidaridad al mantener la huelga de trenes en un momento de caos y desconcierto como este. Otra cosa que se ha subvertido: el derecho de huelga, tan duro de conquistar, ha acabado como un arma de chantaje y de insolidaridad.

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