Un pequeño apunte para recordar a Werner Schroeter, director de cine alemán que ha muerto a los 65 años de edad. Werner estaba enfermo. La última vez que le vi fue hace dos años, en el Festival de Estoril, donde tenía una preciosa exposición de fotografías y estrenaba su última película Nuit de Chien. Estaba ya tocado por la enfermedad, pero aun conservaba ese aire de cowboy con su melena larga y su eterno sombrero negro. Su cine llegó a España de la mano de la Filmoteca Nacional de España, en aquel lejano 1976-77, cuando su nombre era uno de los faros del movimiento de renovación del viejo Nuevo Cine Alemán. Junto con Rosa Von Praunheim, Schroeter hacia un cine sin fronteras, que desbordaba la pantalla invadiendo otros territorios: el arte, la fotografía, la poesía. No era muy conocido ni aquí ni en casi ningún sitio, pero fue un gran representante de un país, Alemania, y un tiempo, el de los años 60 y 70, que no volverán nunca. Si tuviera que recomendar alguna de sus películas, me quedaría con La muerte de Maria Malibrán, de 1972; Palermo, de 1980 y Malina de 1991.
Estos lirios de Ramón le habrian gustado.
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