martes, 8 de febrero de 2011
ESTRENOS
Dentro de un par de dias me voy a Berlin. Intentaré escribir desde allí, aunque sea sin ñ. Pero antes de irme quería dejar una lineas de algunas películas ya estrenadas o a punto de estrenarse, de las que me apetece decir algo.
Más allá de la vida
Clint Eastwood
Hay un momento en la vida de un director de cine en que se siente con fuerzas para hablar de la muerte. No siempre coincide con su última película. Ni tampoco son siempre films testamento. Son películas sabias que les acercan a un tema universal y temido al que se enfrentan con una lucidez asombrosa. Clint Eastwood lo hace con Mas alla de la vida. A su edad y desde su posición, Eastwood no tiene miedo de hablar del mas allá. De adentrarse en el terreno del fantástico y mostrar su punto de vista. No importa que el guión sea de otro. Lo que cuenta es la mirada del director que ha sido capaz de utilizar un argumento fantástico con un naturalismo asombroso. Eastwood se siente muy cercano de sus tres protagonistas: ese hombre agobiado por un don que no quiere y que le impide ser feliz; esa mujer que sabe que ha visto el otro lado y necesita que alguien la crea; ese niño al que le han robado la mitad de su alma y no parará hasta saber dónde está. Las tres historias evolucionan en paralelo con una clara vocación de converger en un instante de iluminación: cuando los tres personajes se entrecrucen y comprendan que tienen uno en otro la posibilidad de entender lo que les pasa. Sublime, preciosa. Nada testamentaria. Hay Eastwood para rato.
Valor de ley
Joel y Ethan Coen
No comparto con la mayoría el entusiasmo por este film. Los Coen me gustan mucho, me gusta su humor irónico, su violencia contenida, su histrionismo y su manera de revisitar los géneros. Por eso entiendo que hayan hecho esta nueva versión de Valor de ley partiendo del libro y no de la película de Henry Hathaway de 1969. Lo entiendo, pero no me acaba de gustar. Donde Hathaway tenía un imperativo moral para hacer lo que había que hacer, los Coen imponen una vengaza banal. El personaje de Rooster Cogburn es un viejo cansado y decepcionado que encuentra en Mattie, la joven que quiere ver juzgado al asesino de su padre, una razón para volver a creer en la humanidad. Wayne le daba a este personaje una calidad humana de perdedor, Bridges, en cambio, es un hombre irascible, prepotente al que su ayuda a Mattie no le aporta nada. No cambia en toda la película. En cuanto a LaBoeuf, el ranger de Texas, en la película de los Coen cae en la caricatura que nunca aparecía en la película de Hathaway.
Pero el personaje que menos me gusta en esta nueva versión es el de Mattie. La Mattie de Hathaway era una chica avanzada a su tiempo (el de la ficción y el de la época) Una joven responsable con un alto valor de la justicia. Es su absoluta fe en que un crimen no puede quedar impune lo que arrastra a todos en esa aventura. La Mattie de los Coen, mas caprichosa y obstinada, también mas joven y con aspecto mas infantil, no consigue transmitir esta sensación de justicia. A esta Mattie se le pueden dar unos azotes porque podemos pensar que se los merece,a la de Hathaway no se le pueden dar impunemente. Quizás es cuestión de los tiempos. Hathaway hace una película sobre la Moral de lo que Está Bien; los Coen hacen una película sobre el ojo por ojo.
Winter’s Bone
Debra Granik
Es curioso que tenga mucho mas que ver con Hathaway y su mundo esta película de Debra Granik que la de los Coen. La protagonista, una adolescente que debe sacar adelante a su familia en un mundo donde nada es fácil, comparte con la Matie de Hathaway el sentido de la moralidad. Necesita saber que ha pasado con su padre, no por venganza (y no solo por salvar la casa). Necesita saberlo para poder seguir adelante. El gran acierto de la película es el tono con el que está contada esta historia. Sin caer nunca en la estridencia, en la exageración, en el dramatismo. Sin dejarse arrastrar por unos personajes que podrían haber llevado el film hacia la tragedia. El naturalismo casi documental del paisaje, las gentes y su entorno, juegan a favor de Ree y su batalla por sobrevivir en ese mundo de oscuras relaciones subterráneas en el que los hombres parecen mandar, pero son las mujeres las que toman las decisiones que cuentan.
Los chicos están bien
Lisa Chodolenko
Me sorprende que en ninguna de las críticas o informaciones que he leído sobre esta película nadie hable del personaje de Mark Ruffalo, Paul, el donante de esperma, padre sin saberlo de los dos chicos que no están nada bien, Joni y Laser. Nadie se fija en lo que las dos protagonistas, la pareja lesbiana formada por Annette Bening y Julianne Moore, y sus dos retoños le hacen a ese personaje. Paul vive feliz con su novia negra, su restaurante y su huerto. De pronto, le caen del cielo dos hijos inesperados, producto de una donación de esperma anónima hecha hace veinte años. A Paul se le remueven las cosas, su vida se altera por completo. No solo acepta a los dos chicos como propios, también acepta a las dos lesbianas como progenitoras. Una de ellas, la que asume el rol femenino, Jules (Moore), en plena crisis matrimonial, sintiéndose abandonada como cualquier esposa, decide probar suerte acostándose con Paul. A ella le gusta sin mas, él se enamora. Y la otra, Nik (Bening), cuando se entera, se comporta como un marido cornudo. Su actitud es exactamente igual a la de cualquier pareja heterosexual en una situación semejante. Pero que pasa con Paul. Deja a su novia, asume el papel de padre, quiere a Jules y de pronto… le dan con la puerta en las narices. Literalmente. Sus nuevos hijos le dan la espalda y no quieren volver a verlo; su amante le dice claramente que la deje en paz y el esposo/a le suelta: “si quieres una familia búscala en otra parte”. Genial. Hacía tiempo que no veía en una película (en la vida real se ve muchas veces) un comportamiento tan egoísta y tan cabrón como el de estas dos mujeres y sus dos retoños. ¡Y nadie lo comenta!
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