Alex de la Iglesia anuncia su dimisión de presidente de la Academia para el día 14 de febrero; la Ley Sinde se aprueba en el senado. Algo va mal. Algo va mal en el cine español, en la política española, en la sociedad española. La ley que han aprobado es una ley que sigue pensando que el cine funciona igual que hace cuarenta años. Es evidente que hay que defender a los creadores frente al abuso de los piratas de todo tipo (porque hay muchas clases de piratas); es evidente que hay que proteger a los que tienen las ideas y las llevan a cabo. Pero no tengo muy claro que esa Ley sea la mejor solución.
En toda esta cuestión hay un problema muy profundo y del cual creo que se ha hablado poco en este debate. Tengo la sensación que lo que se esta protegiendo con esta ley no es a los autores: músicos, cineastas, escritores, artistas de todo tipo, sino a los intermediarios que viven del trabajo de estos creadores. La posibilidad que Internet ha abierto como si fuera la Caja de Pandora, es la de establecer un contacto directo entre quién hace la obra y quién la consume. Y es ahí donde es urgente buscar formas de que haya una compensación económica para los autores. Estoy segura que la inmensa mayoría de los internautas estarían dispuestos a aceptar que se estableciera esa compensación. Y la mayoría de los creadores también. Los intermediarios en cambio, no. Este tema va mucho mas allá de los derechos de autor. Pone el dedo en la llaga en un modelo de consumo cultural que ya no sirve. Las reglas del juego aquí y ahora, son otras. Siento que Alex deje la Academia donde ha hecho un gran trabajo, siento que deje la intervención político/cultural directa porque era una voz discrepante. Pero entiendo que tire la toalla.
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