domingo, 11 de julio de 2010

FALTA DE EMPATIA


Dentro de unos días se estrena Ella, una joven china de Xialou Guo. Es la quinta película que veo en pocas semanas que tiene protagonistas que no solo no despiertan las simpatías del espectador, sino en algunos casos suscitan francos rechazos. Son de distintos países. Ella, una joven china, es, lógicamente, china; Villa Amalia, de Benoît Jacquot, es francesa; Entre nosotros, de Maren Ade, es alemana, Nothing personal, de Urszula Antoniak, es holandesa; La chica del tren, de André Téchiné, también es francesa. Todas ellas tiene protagonistas femeninas que padecen un serio problema emocional: son incapaces de sentir algo que las conmocione.
Me pregunto por qué está sucediendo esto en el cine contemporáneo. ¿Por qué todos estos personajes provocan tan poca empatía en los espectadores? ¿Por qué no podemos sentirnos entristecidos con el despego de Li Mei hacia el mundo; conmovidos con la decisión de dejarlo todo de Ann; inquietos con el desconcierto de Gitti ante la vida en pareja; dolidos por la soledad infinita de Anna; solidarios con la inconsciencia de Jeanne y su madre Louise? Todas estas historias habrían dado pie a grandes melodramas. Pero parece que en el mundo que nos rodea se imponga la dureza y la indiferencia frente a los sentimientos. Y todo esto siendo, como son películas llenas de interés que vale la pena ver.

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