viernes, 4 de julio de 2025

DIAMANTES

 

Esta semana de un calor insoportable (lo siento, pero no puedo dejar de decirlo) se han estrenado muchas películas que no he visto. Dos de ellas, si puedo, las recuperaré. Una es china, se llama Gou Zhen, traducido sería Perro negro y se ha estrenado, como no, con el título de Black Dog. China me interesa mucho y el cine chino es un buen espejo de sus realidades. La otra es americana, y es un blockbuster total, Jurassic World: El renacer, la séptima entrega de la saga de los dinosaurios que comenzó hace más de treinta años Steven Spielberg. Me imagino que será un horror, pero de vez en cuando me apetece. De las que sí he visto, me quedo con una. Diamanti.

 


Diamanti, Ferzan Ozpetek

Ozpetek es un director italiano con vínculos turcos que sentó las bases de su cine en su opera prima Hamam, el baño turco, realizada hace casi treinta años. Desde entonces, Ozpetek ha trabajado con muchas actrices en una filmografía larga en la que los cortos ocupan un lugar importante. Diamanti es un homenaje a esas actrices, y de paso a un cine clásico italiano, en el que el director se coloca en primera persona. Todo empieza en una comida en el campo alrededor de una mesa presidida por el propio Ozpetek. Las invitadas, todas mujeres, todas actrices que han colaborado con él, no saben muy bien porque las ha convocado. El director lo revela. Quiere hacer una película con todas ellas. Y es esa película la que iremos viendo, alternando pequeños insertos de vuelta a la mesa donde ellas y él leen el guión. La historia que les propone es por fuerza coral, aunque hay dos primeras figuras. Se trata de contar la vida en una casa de modas dedicada al vestuario de cine y de teatro. La dirigen dos hermanas muy distintas y en ella trabajan un grupo de costureras. Caben todas las actrices convocadas por el director, ya que también hay una diva de la opera, una estrella de cine y una diseñadora de vestuario con un Oscar en su vitrina. Todo pasa a una velocidad tremenda para cumplir los plazos de los rodajes y los estrenos, pero entre corte y confección se cuela la vida de todas esas mujeres. La historia está ambientada en los años 70, cuando el cine italiano vivía una época de esplendor. El tono es de un cine muy popular, melodrama, comedia, algo de musical, amor y un toque de neorrealismo. Y un vestuario espectacular. Porque el vestuario es el gran protagonista para contar el cine desde un punto de vista completamente desconocido. Ahora que en el Festival de Locarno han decidido darle un premio a la trayectoria a la legendaria diseñadora de vestuario Milena Canonero, la mujer detrás de Los padrinos, Drácula o Megalópolis de Coppola (Francis) de María Antonieta de Coppola (Sofia), pero también del cine de Wes Anderson o de Barry Lindon de Kubrick, es un buen momento para empezar a pensar y reconocer el trabajo de esas profesionales que convierten en realidad el vestuario de los sueños. Diamanti quizás no es una gran película, lo que la hace grande son las personas que nos ayuda a conocer y la profesión que retrata.

 

EL RINCÓN DE LAS SERIES


Miss Austen, Aisling Walsh, Movistar

Miss Austen no es Jane Austen, Miss Austen es Cassandra Austen, la hermana mayor de la famosa escritora romántica inglesa. Miss Austen, Cassandra, vive sola en una casita con jardín cuando recibe una carta. Se la manda Isabella Fowley anunciándole que su padre se está muriendo. Miss Austen se pone en marcha enseguida. Llega a tiempo de hablar con el señor Fowley acerca del futuro de su hija Isabella. Pero sobre todo, llega a tiempo de buscar y rescatar las cartas que su hermana Jane estuvo enviando durante años a Eliza, madre de Isabella. Todo esto pasa en los primeros compases de una serie de cuatro episodios en la que iremos conociendo el presente de Cassandra e Isabella, y el pasado de Cassie, Jane y Eliza, sin olvidarnos de Mary, la impertinente cuñada de las hermanas Austen. Miss Austen está basada en una novela de Gill Hornby, con un guión de Andrea Gibb y dirigida por Aisling Walsh. Muchas mujeres para contar una historia de mujeres en pleno romanticismo. Y, sin embargo, a pesar de que hay jóvenes caballeros, en ningún momento esta serie es una historia de amor. Es Jane Austen sin ser Jane Austen. Reconocemos sus paisajes, sus casas, sus relaciones conflictivas entre clases sociales. Respiramos el aroma de sus flores y los hermosos vestidos, en la etapa de juventud, porque en el presente de Cassandra e Isabella, el vestuario es de una gran austeridad. Austeridad es quizás la palabra que mejor cuadra a esta interesante revisitación de una autora mal conocida. Pero nada de todo esto funcionaria si no fuera por las actrices que las encarnan. Keeley Hawes, inolvidable madre de Los Durrell, es una Cassandra inteligente y sensible; Rose Leslie, (la recuerdo como la salvaje de la que se enamora Jon Nieve en Juego de tronos), asume una hermética Isabella. Patsy Ferran se mete en la piel de la joven escritora Jane, mientras que Synnove Karlsen es la alegre Cassie, es decir Cassandra en el pasado. Me encanta Jane Austen, la leí hace muchos años y de vez en cuando la vuelvo a releer. Pero si me gusta la serie Miss Austen es precisamente porque no es una imitación de Jane Austen. Es Miss Austen.

El regalo de esta semana no sé si tiene mucho que ver con las pelis, pero es el que me ha saltado a los ojos cuando buscaba una ilustración. Quizás por el vestido azul, o porque el objeto les podría gustar a las hermanas Austen.



 

 

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