sábado, 27 de marzo de 2010

FANTASMAS


(libros y una rubia de Hitchcock nada fantasmal)
Se acaba de estrenar The Ghost Writer/El escritor de Roman Polanski. No tengo ninguna duda de que será uno de los títulos del año. Hacia mucho tiempo que no disfrutaba tanto con una película de Polanski. Incluso me atrevo a decir que hacia mucho tiempo que no disfrutaba tanto en el cine. Lo tiene todo: es inteligente, es entretenida, es oportuna, es cinematográfica. Polanski ha utilizado como punto de partida una novela ajena. No es la primera vez que lo hace. Pero si es la primera vez que veo tan claro como la ha llevado a su terreno. La intriga del libro de Robert Harris, perfecta en si misma, le ha permitido a Polanski convertirla en una especie de película testamento (esperemos que no sea asi) en la que se reconocen muchos de su films anteriores: La semilla del diablo, La novena puerta, Frenético, La muerte y la doncella, El quimérico inquilino, Chinatown, Macbeth. Habría que verla mas veces para ver que ha tomado de cada una de estas películas, pero lo que es evidente es que todas ellas están detrás de las imágenes y el sentido de este film.
En cuanto a la historia, es evidente que el personaje de Adam Lang, interpretado por Pierce Brosnan, es sin duda un trasunto de Tony Blair y su mujer, Ruth Lang, un clon de Cherie Booth. Yo siempre dije, cuando Blair mandaba en Inglaterra, que la mala era ella. No podía ser de otra manera. Aquella cara no dejaba ver nada bueno. El escritor y mas tarde el cineasta lo han confirmado: la mala era ella. Aunque su maldad es muy peculiar. Y en esto la intriga coincide con una parte del argumento del último libro de Henning Mankell, El hombre inquieto, donde los espías no son precisamente los que uno espera encontrarse en la Europa Occidental. Curiosa coincidencia que no desvelo para no estropear el suspense, pero que da mucho juego para pensar en todo lo que se esconde debajo de la alfombra de la política europea del último cuarto de siglo.
Para resumirlo en una frase: Hitchcock estaría encantado con esta historia en la que Ewan McGregor y sus libros fantasmas, es sin duda un digno heredero de todos sus falsos culpables.

2
Polanski acabó de montar la película desde la cárcel suiza donde fue a parar debido al delito que cometió en el lejano 1977. Una violación de una menor que no tiene excusa, pero que, en todo caso, había quedado olvidada por todos. Hasta ahora, momento en que a alguien le ha interesado reactivarla por oscuros motivos que darían para hacer otra película de intriga. Motivos que a lo mejor no están lejos de la trama de esta historia de fantasmas del pasado que acechan escondidos para salir a la luz cuando menos te lo esperas. Ha sido la coincidencia de fechas, 1977 y 2010, lo que me ha llevado a pensar en los fantasmas que persiguen al Juez Garzón en una pesadilla que Hitchcock habría transformado en obra maestra. 1977, hace 33 años de la violación que cometió Polanski; 1977, hace 33 años que se aprobó una Ley de Amnistía que quería hacer borrón y cuenta nueva de toda la historia reciente española. Una ley que ahora se ha vuelto en contra del juez mas cinematográfico de nuestra sociedad para usarla como arma arrojadiza contra su figura. Fantasmas que no desaparecen, solo se quedan quietos hasta que alguien o algo los despierta y entonces... hay que ponerse a temblar.

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