viernes, 4 de junio de 2010

PREMIO LUX DEL PARLAMENTO EUROPEO



Hace tres años que formo parte de lo que se llama el Panel del Premio Lux del Parlamento Europeo. El Lux es un premio muy peculiar por el proceso de selección y por la forma de votación. Un grupo de 18 personas de toda Europa, productores, exhibidores, críticos, directores de festivales… se reúnen en Bruselas y proponen tres películas cada uno. En una segunda reunión, la lista queda reducida a diez y en una tercera se limita a tres. Esas tres películas se someten a votación de todos los eurodiputados que pueden verlas a lo largo de un mes en diferentes horarios y son ellos los que deciden cual merece el Premio Lux del Parlamento Europeo que se entrega en Estrasburgo el 25 de noviembre de cada año.
La importancia del Premio Lux radica no solo en el valor en si mismo, sino en la posibilidad de hacer crecer la idea de un cine común europeo que circule por los diferentes países de esta unidad sociopolítica tan abstracta como difícil de aprehender que es Europa.
Hace un año en un artículo en Fotogramas hablando del Premio Lux me planteaba tres preguntas
“¿Existe el cine europeo?” y me contestaba: si, existe.
Al menos, yo creo que existe. Pero es un cine tan diverso, tan plural en sus formas y contenidos, tan variado en sus idiomas, que resulta completamente imposible hablar de un Cine Europeo sino de muchos Cines Europeos. Con todo, es cierto que hay unas cuantas cosas que son comunes a películas lituanas y griegas, españolas y checas:
1º Sus bajos presupuestos en comparación con el de la industria de Hollywood.
2º Una debilidad por los temas sociales por encima de los de entretenimiento.
3º El absoluto dominio del director/autor
4º El uso de un lenguaje cinematográfico diferente al del cine americano.
La segunda pregunta era “¿A quién interesa el cine europeo?”
Ya hemos aceptado la premisa de que si hay cine(s) europeo(s). Pero, ¿quién ve las películas de estos países? Respuesta casi inmediata: nadie. En conjunto en la Unión Europea se deben producir al año centenares de películas que jamás traspasan las fronteras locales. Es cierto que la mayoría de las producciones no merecen traspasar esas fronteras. Pero también es cierto que cada año hay cinco o seis películas importantes en cada país que deberían ser estrenadas en los demás.
Una tercera pregunta era: “¿Que se puede hacer?
Entre las cosas que se pueden hacer esta la creación de este Premio Lux del Parlamento Europeo, al que, como mínimo, hay que concederle el valor de la originalidad. Y sobre todo, el valor que le otorga el que la última decisión recaiga de una forma completamente democrática en el público general representado por los diputados que trabajan en la Unión Europea. Este proceso es lo más estimulante de este Premio. Un premio que aspira a ser un Premio de los Ciudadanos.

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