viernes, 5 de noviembre de 2010

MEMORIA


Hoy se estrena una película de Patricia Ferreira. Es un documental. Se titula Señora de. Sus protagonistas son mujeres gallegas de mas de setenta años que fueron jóvenes durante los años mas duros del franquismo y la Sección Femenina de Falange. (Para los más jóvenes o extranjeros, la Sección Femenina era la organización falangista del régimen que se ocupaba de que las mujeres fueran educadas para ser perfectas amas de casa: esposas y madres. Y nada más). El testimonio de estas mujeres pone en evidencia el enorme desperdicio humano que significó un régimen católico y represor que despreciaba a la mitad de su población negándoles los más elementales derechos. Si no fuera porque es verdad, podría ser una historia de terror. Patricia Ferreira deja hablar a estas mujeres por primera vez con total, o casi, libertad (el miedo se lleva muy adentro). Las escucha y las sitúa en un entorno que ayuda a comprenderlas mejor. Y las filma caminando de espaldas a la cámara en una imagen de doble lectura: mujeres sin rostro, pero mujeres que caminan hacia adelante, hacia el futuro a pesar de todo.
Es esta imagen, que sirve para el cartel de la película, la que me ha llamado la atención al verla colocada en un cine de Barcelona al lado de la imagen del film de Carlos Bosch, Bicicleta, cullera, poma. Los dos carteles muestran la espalda de una persona mayor, en los dos se adivina que están mirando un horizonte, el mar en el caso de Maragall, un camino en el de la mujer de Señora de. Pero esta similitud estética va mas allá de una simple coincidencia. Porque ambos films están hablando de memoria y de pasado. Uno, una memoria que se pierde irremediablemente; otro, una memoria que duele al no poder olvidarla.

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